12
Jong Hoon lo llamó justo cuando se preparaba para la cama.
- "¿Qué hiciste esta vez, Donghae?"
- Hey, Jong Hoon. – dijo tirando de su camiseta. Se sentó en la cama para quitarse el calcetín. - ¿De qué estás hablando?
- "Zhou Mi me llamó y me dijo que quería renunciar."
Donghae se pausó.
- ¿Te dijo por qué?
- "No. Es por eso por lo que te llamo."
Retiró el otro calcetín.
- ¿Qué le dijiste?
- "Que ha firmado un contrato y tiene que darme una buena razón para romperlo. - La decepción en la voz de Jong Hoon era inconfundible. - Él es mi amigo, pero debe saber muy bien que dejar a los pacientes en el medio de su recuperación no está bien sin una buena razón. Dime lo que hiciste. Normalmente, Zhou Mi es muy responsable y nunca se da por vencido con sus pacientes, sin importar lo difíciles que son."
- ¿Por qué estás suponiendo que fue mi culpa?
Se estiró en su espalda y miró al techo.
- "¿Estás diciendo que no tienes nada que ver con eso?"
Dijo Jong Hoon, su voz seca como papel de lija.
Hizo una mueca.
Jong Hoon le había dicho muy poco desde su intento de chantajearlo. Una vez más, sintió una punzada de pesar.
A él le gustaba Jong Hoon.
Todo fue culpa de Zhou Mi.
Si Zhou Mi no se hubiera vuelto loco, él habría pensado dos veces antes de chantajear al hombre que iba a ser el médico del club de alto nivel en el futuro previsible. Era fastidiarse a él.
- No estoy diciendo eso. - se lamió el labio. Ya no picaba. - Estoy diciendo que Zhoumi está lleno de mierda.
Jong Hoon dejó escapar un suspiro.
- "Mira, no voy a pretender entender lo que está pasando con ustedes, pero estoy cansado de su lucha constante. Contrato o no, si Zhoumi realmente quiere dejarlo, no puedo obligarlo a quedarse. Él no necesita este trabajo, el cual tomó sólo como un favor para mí. Así que, soluciona el problema, Donghae."
Jong Hoon colgó.
Solucionar el problema.
Se pasó una mano por la cara.
Era fácil para Jong Hoon decirlo.
¿Cómo se suponía que iba a hacer eso cuando él no sabía lo que quería?
Sus labios se curvaron.
Muy bien, muy bien, era una mentira.
Él sabía lo que quería. Por supuesto que sí.
Quería al hombre desnudo, encima de él y atornillándolo en el colchón.
Una risa áspera arrancó de su garganta.
El problema era que no quería quererlo.
Decía problemas.
Era imprudente y estúpido, y él no era imprudente ni estúpido. Por un lado, no le gustaba Zhou Mi. Odiaba su más-santo-que-tú actitud superior.
Zhou Mi le miraba como si él le hubiera descubierto, como si pudiera ver el inútil pedazo de mierda que era.
Pero admitir que en realidad lo quería a pesar de todo esto, para actuar efectivamente en esos sentimientos (aunque la lujuria tenía poco que ver con los sentimientos) era humillante y vergonzoso.
Es cierto que probablemente no era tan vergonzoso, como debería haber sido para Zhou Mi quererle en contra de su mejor juicio.
Sonrió ante la idea. Había algo hilarante acerca de la situación.
Su sonrisa se desvaneció al pensar en otra razón por la cual esta lujuria era muy incómoda.
Se iba a casar pronto.
Sería el primero en admitir que tenía muy pocos principios morales, pero había uno que nunca se rompió: él nunca se involucró con un hombre casado.
Nunca sería tan estúpido.
Además, tener un romance con el muy masculino entrenador personal, un muy conocido entrenador personal, mientras el dicho entrenador personal estaba a pocos meses de casarse con una periodista deportiva era espectacularmente una mala idea.
Potencialmente una idea que terminaría con su carrera.
Él no era un idiota para arriesgar su carrera, su vida, por joder con un hombre que le disgustaba intensamente.
Él no lo era.
E incluso si lo fuera, nunca se involucraba con un hombre casado, por lo que el punto era discutible, de todos modos.
Pero Dios... desear esa polla era bastante malo, pero ahora que sabía que Zhou Mi no era tan indiferente como pretendía, era una receta para el desastre.
La cosa era, que nunca había sido particularmente bueno en negarse a sí mismo cosas.