15
Cuando el timbre sonó a la mañana siguiente, Donghae ya estaba en el gimnasio, estirando sus músculos antes de su sesión de entrenamiento.
Él no se dio prisa en ir a la puerta, se detuvo para comprobar su reflejo en el espejo.
Se pasó la mano por su cabello naranja, haciendo su cabello ya desordenado aún más desaliñado.
Miró a su ropa: una camiseta sin mangas que hacía que mostraba unos tonificados brazos y un par de pantalones cortos blancos que dejaba ver sus piernas y culo a la perfección.
Sonrió con gravedad.
Perfecto.
Quería que Zhou Mi lo mirara, sabiendo que él nunca, jamás podría tenerlo.
El timbre sonó de nuevo.
Alguien se estaba impacientando.
Con una última mirada al espejo, fue a abrir la puerta.
Los ojos de Zhou Mi inmediatamente fueron a las caderas y las piernas del chico. Sus labios se adelgazaron. Metió las manos en los bolsillos de la chaqueta y le dio una mirada muy impresionada.
Donghae sonrió inocentemente.
- Buenos días.
Aún sin decir nada, Zhou Mi continuó perforando un agujero en Donghae con los ojos.
Se humedeció los labios secos y se aclaró la garganta.
- Está bien, quiero dejar algo claro: lo que sucedió ayer fue estúpido y no volverá a ocurrir. Besas terriblemente, por cierto.
- ¿De verdad? - dijo Zhou Mi entre dientes, todavía viéndole molesto. - Me has dado una impresión diferente ayer.
Donghae miró.
- Deberías saber que simplemente tengo una boca muy sensible. Me gusta tener algo en la boca, eso es todo.
Zhou Mi se le quedó mirando.
Luchó contra el rubor que amenaza con colarse hasta sus mejillas, preguntándose qué demonios estaba mal con él. Su filtro cerebro-boca parecía inexistente cuando Zhou Mi estaba cerca.
Pensando que el ataque era la mejor defensa, sonrió.
- Te estás imaginando mi boca alrededor de tu pene, admítelo.
La mandíbula de Zhou Mi se movió.
- No te molestes en negarlo. - dijo Donghae con un encogimiento de hombros. - No me importa. No es que alguna vez vaya a suceder, por lo que puedes imaginar todo lo que quieras. Nunca me tocarás de nuevo.
- No seas absurdo. Soy tu fisioterapeuta. No puedo evitar tocarte.
Sintiéndose tonto y avergonzado. Se sentía de esa manera demasiado a menudo en presencia de Zhou Mi. Frunció el ceño y se dirigió al gimnasio, tratando de no pisar fuerte, consciente de su lesión.
Su ingle no le molestaba en absoluto últimamente, pero él no estaba dispuesto a correr el riesgo de volver a lesionarse, nunca oiría el final de ello por parte de Zhou Mi.
- Deja de sacudir tus caderas.
Dijo Zhou Mi irritado, siguiéndolo.
- Nadie te está obligando mirar.
Dijo con igual irritación.
Maldita sea, esto había sido una idea terrible.
No debería haberlo manipulado para que se quede simplemente porque su orgullo fue herido.
¿Qué estaba tratando de probar?
Era obvio que no podían lograr una relación de trabajo, mientras que esta... cosa estaba colgando entre ellos, tensa y cargada.
Dios, nunca había querido sexo tan mal que tenía que pararse conscientemente a sí mismo de saltar a los huesos del individuo.
Entraron en el gimnasio en un tenso silencio y se miraron.
Zhou Mi se acercó a las esteras.
- ¿Has hecho tus ejercicios de ayer? - Su voz era fría y muy profesional, de repente. - ¿Aducción de la cadera, flexión de la cadera?
- Sí.
- ¿Los ejercicios isométricos aductores?
- Sí.
- ¿Has aplicado hielo después de los ejercicios?
- Por supuesto que sí.
- ¿Cualquier dolor?
Sacudió la cabeza.
- ¿No hay dolor ahora?
- Te dije que estoy listo para el entrenamiento. La formación real.
- Voy a ser yo quien juzgue eso. - dijo Zhou Mi, apoyado contra la pared y cruzando los brazos sobre el pecho. - Empieza. Los estiramientos en primer lugar.
Poniendo los ojos, Donghae agarró el balón medicinal.
- Ya hecho.
Hizo sus ejercicios en silencio, tratando de ignorar la figura vestida de negro que lo miraba como un halcón.
No miró en la dirección de Zhou Mi, pero podía sentir su mirada pesada, casi como un toque físico.
Sentía su mirada mientras se reclinaba en la espalda y separó las piernas.
Cuando se inclinó de rodillas y colocó sus pies apoyados en el suelo. Mientras colocaba el balón medicinal entre las rodillas y presionaba hacia adentro.
Sentía la mirada del mayor en las piernas y los muslos mientras apretaba y relajaba.
De pronto fue muy consciente de lo verdaderamente minúsculos que eran sus pantalones cortos. Y a pesar de que se había vestido de esta manera para volverlo loco, parecía que iba a volver a morderle en el culo.
Se sentía desnudo y estimulado.
- Deja de mirarme.
Dijo Donghae, girando sobre su lado para hacer la aducción de cadera contra la gravedad.
- No te estoy mirando. Estoy observando. Ese es mi trabajo.
Resopló, doblando la pierna superior hacia la parte frontal de la pierna inferior. Él levantó la pierna lo más alto posible, jadeando un poco cuando la levantó.
- Estoy bastante seguro de que tu trabajo no involucra comerse con los ojos los muslos de tu paciente.
Zhou Mi rió.
- Tienes una rica imaginación. Sólo ves lo que quieres ver.
El menor se puso boca arriba y con la mirada hacia él.
- ¿Qué se supone que significa eso?
Zhou Mi se acercó y se arrodilló a los pies del chico.
- Aducción excéntrica ahora. - dijo, en vez de responder. Sus ojos estaban bajos y su rostro era difícil de leer. - Las piernas estiradas.
- Deja de cambiar de tema. - dijo Donghae, pero hizo lo que se le dijo. - Si tienes algo que decir, dilo. ¿Qué estás insinuando aquí?
La mano de Zhou Mi de envolvió alrededor de su tobillo.
- Voy a mover la pierna hacia un lado y debes resistir el movimiento, pero no tanto que la pierna no se mueva. ¿Entendido?
Sus grandes dedos rozaron la piel sensible de su tobillo.
Los dedos de los pies se le curvaron.
- Responde a la maldita pregunta.
El fisioterapeuta movió con fuerza la pierna hacia un lado y Donghae chupó una respiración, aunque Zhou Mi fue relativamente suave, definitivamente había alguna molestia mientras el bajito trató de resistir y reducir la velocidad del movimiento.
- Este ejercicio es un poco más avanzado. - dijo Zhou Mi, como si Donghae no hubiera dicho nada. - Es más probable que cause algún dolor muscular mañana.
Donghae tomó una respiración profunda a través de sus dientes.
- Te he hecho una pregunta.
- No hagas preguntas cuyas respuestas no quieres oír.
- Yo juzgaré eso.
Le dijo sabiendo lo mucho que irritó a Zhou Mi cuando lanzó sus propias palabras hacia él.
Por último, el mayor le miró a los ojos.
La sonrisa torcida en sus labios estaba en desacuerdo con la intensa mirada mortalmente seria de sus ojos.
- Si estos pantalones cortos fueran más cortos, serían llamados cinturón. Nunca he visto una más obvia invitación que lo que estás usando ahora.
Luchando por mantener su expresión bajo control, logró poner en una sonrisa descarada.
- Creo que eres el que ve lo que quiere ver. No me gusta decírtelo, pero yo no te quiero. No estoy tratando de seducirte, o algo así. Si lo estuviera, ya estarías acostado sobre tu espalda, rogándome.
- ¿Estás seguro de que no es al revés? - Murmuró Zhou Mi, un destello de diversión en sus ojos. - Lo recuerdo de otra manera.
Uf, Donghae nunca había querido matar a alguien más. Él levantó la barbilla.
- Ese fue un momento de locura.
- Estoy de acuerdo. Soy heterosexual.
Las cejas del castaño se arrastraron hacia arriba.
- Me has dado una impresión diferente ayer.
- Como tú has dicho, fue un momento de locura. No estoy interesado en los hombres.
- ¿De verdad? - dijo Donghae, sonriendo. - Entonces debe haber sido de tu malvado gemelo gay la lengua que estaba en mi garganta ayer. ¿Tu futura esposa sabe al respecto?
Zhou Mi lo miró a los ojos con calma.
- Ya te he dicho, Da Hae y yo estamos en una relación abierta hasta la boda. Y para alguien que sigue diciendo que fue un error, seguro que sigues hablando mucho sobre ello.
Donghae buscó algo que decir, algo que le daría la ventaja, algo que lo impidiera sentirse tan fuera de su profundidad.
El rizo sardónico de los labios de Zhou Mi era absolutamente exasperante.