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Solo un poco equivocado #4 MiHae por Chulixxx

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Ahora la actitud del tipo estaba empezando a tener mucho más sentido.

- ¿No será por mi hermano, de casualidad?

- Sí. Por Kibum.

Donghae se echó a reír.

- ¿Te importaría compartir la broma?

Dijo el mayor cuando la risa de Donghae se calmó.

- Mi "llamado" hermano simplemente odia que la gente me quiera más. - levantó la mano y acarició la mejilla bien afeitada del tipo. - Pobrecita, cosita ingenua. Bum solo está celoso de mí, siempre lo ha estado. Soy más talentoso, guapo e inteligente.

- Y más humilde.

- La humildad está sobrevalorada.

Dijo Donghae con una sonrisa, mirándolo desde bajo sus pestañas.

La cara de Zhou Mi permaneció impasible. Él cogió la muñeca del pelianaranjado y le apartó la mano.

- Puedes terminar con esto. Tus dramáticos ojitos miel de bebé no funcionan sobre mí.

Donghae parpadeó, apenas dándose cuenta de lo que había estado haciendo, intentando hacer. Estaba tan acostumbrado a intentar tener a cada persona comiendo de su mano, que apenas se daba cuenta cuando lo hacía.

- Hábito. -dijo con el ceño fruncido, evitando su mirada. -Y, ¿Estás borracho? Mis ojos no son miel de bebé. Son más de un chocolate oscuro diría yo.

- Son de un color extraño.

Dijo el alto, por lo que el ceño de Donghae se profundizó.

Miró a la ingle del chico.

- Te dije que entraras y te sentaras.

- Y yo te dije que estoy bien aquí.

Él no estaba siendo del todo sincero. Sus músculos de la ingle estaban doloridos y la incomodidad crecía cada vez que se desplazaba incluso mínimamente, pero estaría condenado si lo admitiese y demostraría que este gilipollas insoportable tenía razón.

- Si tú lo dices.

Dijo el alto encogiéndose de hombros.

Asintiendo a Lynn, que estaba observando con curiosidad, se alejó.

Donghae frunció el ceño.

- ¿A dónde vas?

- A casa.

Respondió y disparó por encima del hombro.

Fue tras él.

- ¿Qué? ¿Qué hay de mi lesión? ¡No puedes irte sin hacer tu trabajo!

- Voy a volver cuando dejes de ser un bebé y, de hecho, me dejes hacer mi trabajo. Yo trabajo con adultos.

- No he dicho que podías irte. - silbó, la ira acelerando sus pasos. Qué hijo de puta presuntuoso. - Si no te dejo mandonearme, eso no quiere decir que puedas simplemente abandonar el trabajo por el que te pagan.

¡Ow!

Donghae se agarró el área superior del muslo y se detuvo, maldiciendo floridamente mientras que un fuerte, agonizante dolor, se disparó por su pierna. Cayó sobre una rodilla, maldiciendo.

Zhou Mi estaba a su lado inmediatamente.

- Jodidamente te lo dije. Deberías estar descansando una lesión de ingle, no poniéndola bajo un estrés innecesario.

- Cállate.

Dijo Donghae, silbando mientras trataba de lograr ponerse de pie. Tratando y fracasando. Hizo otro intento por ponerse de pie y gimió.

El medico suspiro.

- Por el amor de Dios.

Dijo antes de inclinarse y recogerlo en sus brazos. Lanzó a Donghae por encima del hombro como un saco de patatas y se dirigió hacia la casa.

- Bájame. -dijo Donghae, sonrojándose por la humillación. -puedo caminar.

El mayor resopló ante eso.

- Guía el camino. - dijo a Lynn. - A su dormitorio.

- Por aquí.

Guió ella, caminando por delante.

Al menos no fue riéndose a costa suya de nuevo.

Para el momento en que llegaron a la habitación, el labio de Donghae estaba ensangrentado; había estado mordiéndolo para evitar hacer algún ruido. Dios, eso dolía.

Se sintió aliviado, y un poco sorprendido, cuando lo bajó con cuidado sobre la cama: él había esperado que fuera brusco.

Lo tomó de la cintura de los pantalones de chándal de Donghae, este le agarró la mano.

- ¿Qué estás haciendo?

El tipo le dio una mirada extraña.

- Mi trabajo. Necesito examinar la ingle.

Sintiéndose tonto, Donghae asintió a regañadientes y le dijo a Lynn,

- Fuera.

- Tráeme una bolsa de hielo, una toalla húmeda, y vendas.

Ella asintió y salió a toda prisa de la habitación.

Donghae miró al techo, mientras que el médico tiró de sus pantalones de chándal, dejándolo solo en bóxer. Fuertes dedos tocaron sus muslos, y a continuación, la parte baja del estómago y la ingle. Donghae hizo una mueca. No se sentía exactamente agradable.

- ¿Y bien?

- Han pasado alrededor de diez días desde que te lesionaste, ¿verdad?

- Sí.

- El dolor debería haber disminuido para ahora. -dijo sonando un poco molesto. -Mi presencia aquí es prácticamente inútil si no podemos empezar a hacer masajes y ejercicios, y no podemos hacerlo durante la fase aguda inicial. Debería haber pasado ya. ¿Has seguido las instrucciones de Jong Hoon?

Donghae se encogió de hombros.

- Más o menos.

- ¿Más o menos?

Repitió.

- No soy del tipo de sentarse quieto y girar los pulgares durante todo el día.

Dijo Donghae, todavía mirando al techo.

El mayor respiró hondo y exhaló audiblemente.

Donghae reprimió una sonrisa. Enloquecer a la gente era una de sus cosas favoritas en el mundo.

- Mírame cuando estoy hablando contigo.

Donghae lo miró a los ojos.

- ¿Qué?

Dijo, extrañamente consciente de las manos del otro en sus muslos.

- Jong Hoon me dijo que querías regresar al juego, tan pronto como sea posible. Gracias a tu propia imprudencia y terquedad, has empeorado tu lesión. No puedes empezar a entrenar hasta que el dolor se haya ido en su mayoría. Sólo te puedes culpar a ti mismo si te pierdes la Copa del Mundo.

Los labios del menor se adelgazaron.

Lynn volvió a la habitación y le entregó al mayor lo que había solicitado antes de salir de nuevo.

En silencio, el fisioterapeuta se sentó junto a él, envolvió la bolsa de hielo en una toalla húmeda, y la presionó firmemente contra la ingle del futbolista.

- ¿Ahora entiendes lo estúpido que has sido?

- Realmente no me gusta tu actitud.

Zhou Mi sonrió.

Era una de esas personas cuyo rostro no se suavizaba mucho por una sonrisa.

- Acostumbrarse a ella. Yo no trato a mis pacientes con guantes de seda.

Donghae solo lo fulminó con la mirada.

Durante unos largos minutos, sólo hubo silencio, mientras se miraron uno al otro. Estaba haciendo que Donghae se sintiera un poco raro, pero se negaba a apartar la mirada primero.

Minutos después, el medico fue el que finalmente lo hizo. Quitó la bolsa de hielo y empezó a envolver la venda elástica alrededor de su muslo. Pasando el vendaje alrededor de la parte posterior de la cintura de Donghae, lo aseguró allí.

- Ahora debes descansar. - dijo, quitando las manos. - Y, cuando digo descansar, lo digo enserio. También, hielo tres veces al día por quince minutos.

Donghae no dijo nada.

- ¿Entendido?

Dijo en un tono que no admitía réplica.

- No puedo estar en cama todo el día. - replicó tratando de sonar razonable y adulto. Arañaba sus nervios el que el fisioterapeuta lo tratara como si fuera un bebé medio tonto. - Mis músculos se están debilitando cada día. ¿Cómo se supone que voy a recuperar la forma si soy una papa tirada en un sillón?

- Vamos a recuperar tu musculatura después de que la fase aguda haya terminado.

Donghae sacudió la cabeza.

- ¿Tienes alguna idea de cuánto tiempo trabajé por este cuerpo?

Él tenía muy buena complexión, era naturalmente delgado y le había tomado un montón de trabajo duro para ganar y mantener la masa muscular que tenía.

Y aún con todos los entrenamientos diarios, nunca sería tan musculoso y fuerte como la mayoría de los futbolistas.

Por lo menos era lo suficientemente fuerte como para no ser acosado por la pelota, como Kibum lo era a menudo.

 


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