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No estaba en condiciones de esperar un segundo más.
Hundiendo sus dientes en el cuello de Donghae y chupando, él lubricó su palpitante polla e intentó alinearlo.
La cabeza de su polla empujó contra el agujero de Donghae y ambos gimieron, pero el ángulo resultaba demasiado incómodo por su diferencia de altura.
- Eres demasiado jodidamente bajo.
Renegó, silbando mientras su polla continuaba frotando contra la entrada de Donghae.
- No lo soy.
Respondió sonando aturdido mientras empujaba de nuevo contra su falo.
Zhou Mi maldijo y se apartó.
- Vamos.
Tomando el brazo de Donghae con rudeza y arrastrándolo fuera del cuarto de baño.
Durante el camino, se sacó la camiseta mojada y se quitó las botas pateándolas, pero ese era el máximo de su paciencia.
Al momento en que Donghae estuvo en la cama, Zhou Mi estaba encima de él, su lengua en la boca contraria y su polla moliéndose contra el muslo.
No fue un beso suave o una exploración dulce.
Fue furioso y en carne viva, lleno de la frustración y el alivio reprimidos.
Atacó la boca de Donghae con labios y dientes, mordiendo y chupando mientras que el chico se retorcía debajo de él.
Cristo, quería consumir a la pequeña mierdita, quería follarlo hasta sacarlo fuera de su sistema, fuera de su vida.
La lengua de Donghae invadió su boca y las manos se agarraron al pelo de Zhou Mi, con pequeños jadeos de placer escapando de sus labios.
- Carajo. - gruñó. - Vamos a follar. Por favor, por favor, vamos a follar.
Zhou Mi dejó de besarlo y respiró temblando, tratando de reprimir el impulso violento de tirar las piernas del niño sobre sus hombros y envestir dentro de él.
No podía hacerlo.
Debía tener cuidado. Se repitió.
Donghae no estaba completamente recuperado aún.
Rodó alejándose de Donghae y lo empujó hacia un lado.
- ¿Qué estás...
- De este modo es menos probable que vuelvas a lesionarte la ingle. - le dijo acomodándose detrás de él y enterrando su cara en la nuca de Donghae. - Levanta la rodilla en alto. Con cuidado. No te muevas demasiado abruptamente. No esfuerces los aductores cortos de forma innecesaria.
- No puedo creerlo. -dijo Donghae con un gemido. - Esto no es sexy en lo absoluto.
Con una risa áspera, Zhou Mi apretó los labios en la marca roja que había dejado en el cuello de Donghae ayer y chupó.
- Esto no pretende ser sexy.
Tomando su polla goteante en su mano, empujó dentro de él lentamente. Siseó entre dientes mientras que la increíble presión envolvió su polla.
Jesús.
Cuando tocó fondo, Zhou Mi se obligó a quedarse quieto. No había preparado a Donghae del todo bien.
Tenía que darle tiempo para ajustarse.
La respiración de Donghae salía en jadeos entrecortados.
- Estás limpio, ¿Verdad?
Zhou Mi cerró los ojos, haciendo una mueca.
No podía creer que estuviera siendo tan irresponsable. Él nunca era irresponsable.
- Sí. ¿Y tú?
- Claro. - El cuerpo del peliaranjado empezó a relajarse a su alrededor. - Jong Hoon nos pide exámenes sobre Enfermedades de Transmisión Sexual cada pocas semanas.
Algo se tensó en sus entrañas. Zhou Mi hundió sus dientes en la vulnerable curva del cuello de Donghae y lentamente articuló:
- Jong Hoon dijo que lo abordaste. ¿Fantaseas con él?
Donghae se rió sin aliento.
- Es el hombre más caliente que he visto. Por supuesto que fantaseo con él.
Zhou Mi se cerró de nuevo.
Jadeante, Donghae volvió la cabeza y le sonrió aturdido.
- Lo lamento, ¿Te molesta?
- ¿Por qué eso me molestaría?
Envolvió su brazo alrededor de la cintura de Donghae y lo jaló más cerca, antes de comenzar a moverse dentro y fuera.
Se sentía bien, pero increíblemente frustrante.
La posición no le permitía una gran movilidad y no podía follarse al mocoso tan duro como quería Lo cual era una buena cosa, teniendo en cuenta la lesión de Donghae.
- Sólo decía. - continuó descaradamente. - Te ves un poco verde.
- Deberías ser azotado todos los días.
Zhou Mi dijo entre dientes, agarrando con fuerza la cadera de Donghae y empujando en él lentamente.
Dios, quería empujar al chico bajo suyo y golpearlo en el colchón.
Esto se sentía como una lenta tortura.
- No me podría importar menos quien te apetece. No vamos a pretender que esto es algo que no es. Sólo tenemos que rascarnos la picazón. Eso es todo.
- Aaaw, tú sabes cómo hacer a un hombre sentirse especial.
- Esto no es especial. - dijo Zhou Mi, cubriendo el cuello de Donghae con húmedos besos con su boca abierta. - No significa nada. Ni siquiera nos agradamos. Es sólo una cogida.
- Cierto. -dijo Donghae con una sonrisa agradable. - Esta es la peor follada que he tenido.
- ¿Lo es?
Preguntó en un tono de voz bajo.
- Sip. Tan aburrido. -bostezó. - Despiértame cuando hayas terminado...
Zhou Mi lo volteó sobre su vientre, haciendo al menor aullar.
Al carajo.
Empujó a Donghae sobre sus cuatro patas y volvió a envestir nuevamente dentro de él.
Donghae gimió y cayó sobre sus codos, empujando hacia atrás en la polla de Zhou Mi.
Silbando, el hombre finalmente comenzó a follarlo como él quería, forzando el cuello mientras lo envestía con abandono.
En todas las veces que se había permitido imaginar cómo sería estar dentro de Donghae, nunca había pensado que sería tan desesperado o tan fuera de control.
Pero así fue exactamente lo que era: desesperado, fuera de control, arqueando y moliendo y tratando de deslizarse todo el camino hacia el interior del chico.
Cada golpe era más duro y profundo, pero no podía follarlo lo suficientemente duro, mientras se emborrachaba con la visión de él: su hermosa espalda y culo, y su propia verga pistoneando dentro y fuera de ese agujero.
Donghae estaba haciendo ruidos bajitos, desvergonzados, retrocediendo para encontrarse con sus golpes, como si no pudiera tener suficiente de su polla.
- ¿Qué estabas diciendo?
Zhou Mi dijo entre dientes, gruñendo con cada golpe.
- Al carajo. Oh Dios... nngh... más.
Zhou Mi le dio más, hasta que el mundo se tornó en borrosas acuarelas a su alrededor, cada vez más rápido, tan perfecto, tan bueno y entonces pudo sentir a Donghae corriéndose, apretándose, temblando, agitándose y Zhou Mi se mantuvo golpeando en él, porque no podía dejar de hacerlo; estaba tan cerca.
Finalmente, cuando las piernas del chico parecían estar rindiéndose, haciendo que el rostro de Donghae cayera por primera vez contra la cama, Zhou Mi bajó con él, gimiendo y empujando profundo.
Entonces se estaba corriendo con tanta fuerza que su visión quedó en blanco.
Se sentía como si fuera a correrse por siempre, bombeando a sí mismo en Donghae, hasta que ya no pudo más.
Sus brazos cedieron y cerró los ojos, completamente agotado y saciado.
Probablemente debería moverse.
Las mujeres siempre se quejaban de que era demasiado pesado. Pero él no dijo nada, así que no se movió, probando la sudorosa piel del cuello del pelianaranjado.
Su polla todavía estaba dentro del chico y él tenía pocas ganas de salirse.
El silencio se sentía bien.
Su cuerpo estaba completamente saciado, la desquiciante frustración acumulada finalmente desapareció.
Sabía que Donghae no estaba dormido, seguía retorciéndose un poquito contra los labios de Zhou Mi, pero permaneció en silencio.
- El sexo es una cosa tan tonta. - Donghae murmuró de repente, su voz amortiguada. - ¿No te parece?
- ¿Eh?
Preguntó algo confundido, arrastrando sus labios sobre el cuello del chico. Nunca había considerado antes que los cuellos podrían ser bellos. El de este lo era.
- El sexo hace que las personas se comporten estúpidamente y da una ilusión de intimidad. - El tono de Donghae era reflexivo, casi melancólico. - Es tan estúpido.
Zhou Mi frunció el ceño, su colmado-de-gozo-cerebro no queriendo nada más que dormir. Entonces se dio cuenta de que todavía estaba besando el cuello del mocoso.
Se detuvo.
Aclarándose la garganta, buscó algo que decir.
- Es normal. -dijo, con su voz más seca. - El orgasmo generalmente produce un aumento en los niveles de oxitocina y provoca sentimientos de cercanía, intimidad...
- Detente. Solo para. No puedo creer que todavía me estés dando clases mientras que tienes tu polla en mí. -bostezó. - Buenas noches.
Y sólo así, él estaba dormido.
Ahora era sin duda el momento de irse.
Zhou Mi no se movió.
Lo haría.
En un ratito.