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- ¡Bien muchachos, un descanso de media hora!
Anunció el entrenador, para alivio de los jugadores.
Pateando la pelota lejos, Kim Kibum se secó el sudor de la frente y miró a su alrededor. Una sonrisa tiró de sus labios cuando notó la familiar figura alta al otro lado de la cancha de entrenamiento.
Ignorando a sus compañeros de equipo, encaró hacia su novio... Novio. La palabra todavía se sentía extraña.
No encajaba bien.
- Mi Jong Hoon.
Articuló tentativamente y sonrió para sí mismo. Mucho mejor.
Se acercó silenciosamente a Jong Hoon y arqueó un brazo alrededor de su cuello.
- Hey, ¿Qué estás haciendo?
- Observando.
Su mirada chequeando a los jugadores suplentes.
Kibum les prestó poca atención. Se mordió el interior de la mejilla, tratando de reprimir el impulso, totalmente inapropiado, de presionar sus labios contra la fuerte mandíbula de Jong Hoon y chupar.
En cierto modo, era raro.
Siempre había sabido que Jong Hoon era guapo, pero hace sólo unos meses, hubiera sido una observación abstracta: era heterosexual y su amor por el pelinegro había sido estrictamente platónico.
Mientras que estaba aliviado de que este nuevo aspecto físico en su relación no se sintiera forzado, Kibum estaba algo perturbado por lo mucho que había llegado a necesitarlo. Ahora no podía tener suficiente del cuerpo de Jong Hoon tanto como no podía tener suficiente de su afecto y amor.
Quería besarlo.
Pero por supuesto que no podía hacerlo. La mayoría de las personas podrían estar acostumbradas a su inusual cercanía y no se inmutaban por sus muestras de afecto, pero incluso ellos no podían salir con un beso público. A veces apestaba ser jugador de fútbol.
- ¿Observando qué?
Dijo tratando de distraerse.
- Donghae.
Respondió Jong Hoon.
Con el ceño fruncido, siguió la mirada de Jong Hoon. El gilipollas de su hermano estaba un poco apartado del grupo principal, pateando el balón con los pies.
- ¿Por qué?, Pensé que ya estaba en forma para entrenar sin supervisión médica. Estará jugando en el próximo partido.
- ¿No notaste algo fuera de lugar en él?
Preguntó acariciando el hombro de Kibum. Dejó caer la mano luego de un momento, probablemente recordando que tenían audiencia.
- Nop.
Dijo ya extrañando su toque.
- Míralo.
- Ya lo estoy viendo.
- No, míralo. ¿No ves nada extraño?
Despertada su curiosidad, estudió a su hermano más cuidadosamente. Donghae estaba en silencio, con los ojos bajos y la mandíbula apretada con fuerza. Estaba emitiendo una palpable vibra de no-me-jodas.
- Luce de mal humor. - dijo antes de fruncir el ceño. - Luce de mal humor. - repitió más lento, mientras que las palabras penetraban en él.
- Sí. Y ha estado así toda la semana... desde que regresó a entrenar aquí.
Oh.
Donghae nunca demostraba su temperamento en público.
Nunca.
Él era "el hermano agradable". Era el que siempre estaba de buen humor, el que siempre tenía una broma que decir y una sonrisa que dar. Kibum sabía mejor que nadie que era sólo una fachada, pero otros no lo hacían.
En lo que al público refiere, Donghae era el exponente de un tipo bueno, un pobre huérfano que logró sus sueños con trabajo duro y dedicación, contra todo pronóstico. Se convirtió en una buena historia (y sin importar que la historia de Bum fuera básicamente la misma; él no era el adorado por los medios).
Donghae vigilaba cuidadosamente su reputación y rara vez se le veía frunciendo el ceño o siendo desagradable en público.
- Hay algo mal con él.
- ¿Por qué nos debería importar?
Murmuró, inclinándose hacia Jong Hoon.
- Bum.
Dijo con un tono de advertencia.
Sonriéndole, puso una cara inocente.
- ¿Qué?
Jong Hoon no parecía divertido.
- Estamos en público.
- ¿Y qué? Quiero tocarte.
La expresión del mayor se suavizó.
- También quiero tocarte. - La mirada tras sus ojos chocolate era tan tierna e intensa a la vez, que difundió calidez en todo. - Pero es peligroso.
Dijo volviéndose hacia Donghae.
Suspirando, se enderezó.
- Bien. Entonces, ¿Por qué nos preocupamos por el mal humor de Donghae? ¿Por qué nos debería importar si está de mal humor por alguna razón?
Jong Hoon no respondió inmediatamente.
- Me preocupa que tenga algo que ver con Zhou Mi.
- ¿Zhou Mi?
Jong Hoon parecía... incómodo. Pasaron algunos segundos antes de que respondiera.
- Hace aproximadamente un mes, Zhou Mi vino a pedirme consejo. Bueno, no vino por ello, pero yo lo aconsejé.
La confusión de Kibum sólo estaba creciendo.
- ¿Qué tipo de consejo?
- Me dijo que se sentía atraído por Donghae.
- ¡¿Atraído por Donghae?!
- Shhhh - dijo Jong Hoon, con una suave sonrisa en los labios. - ¿Por qué estás tan sorprendido?
- ¿Por qué? - lo miró con incredulidad - ¡Zhou Mi es hétero! ¡Se casará con Da Hae en un mes!
- Todavía están en una relación abierta. - le recordó. - Y bueno, si alguien podría tentar a un hombre heterosexual, sería Donghae.
Los ojos de Kibum se estrecharon, una fea, viciosa sensación retorciendo sus entrañas.
- ¿Ah sí?
Jong Hoon rió, sacudiendo la cabeza.
- Tonto - dijo, cepillando con el pulgar la muñeca de Kibum. - Eres tan tonto.
Kibum se sonrojó, avergonzado por su arrebato de celos, pero incapaz de hacer nada al respecto. Por supuesto que estaba siendo tonto; él lo sabía.
Sabía que el pelinegro lo quería.
Sabía que era su mundo tanto como Jong Hoon lo era para él. Pero el miedo de perderle no era algo que pudiera racionalizar.
- ¿Qué consejo le diste?
Preguntó, curvando sus dedos en los bíceps del hombre. Al carajo; no le importaba si alguien consideraba que era demasiado gay.
- Le dije que Da Hae se merecía toda su atención y que debía conseguir sacarse a Donghae fuera del sistema antes de la boda. En otras palabras, le dije que se lo follara y lo superara.
- Ew. En realidad, realmente, no necesitaba esa imagen mental. Pero, de todos modos, ¿Cuál es el problema?
La expresión de Jong Hoon era sombría.
- Ambos son adultos, pero Donghae es mi paciente... bueno, no ahora mismo, pero lo es. Me siento un poco culpable de no haber pensado en los sentimientos de él cuando le di a Zhou Mi ese consejo.
Kibum se rió.
- ¿Sentimientos? Él no tiene sentimientos. Vamos, ¿Crees que Donghae quedaría emocionalmente apegado luego de un polvo?
- Ese es el asunto. - dijo Jong Hoon, sin compartir su diversión. - No fue sólo una cogida. Cuando Donghae llegó a su chequeo médico, estaba cubierto de chupones.
De acuerdo, eso era algo que realmente no necesita saber.
- Asqueroso. Y exactamente, ¿Por qué eso es un problema?
Jong Hoon se veía arrepentido.
- Le di a Zhou Mi ese consejo hace un mes, Bum. Pensé que iba a ser sólo una follada, rascarse la picazón. No pensé que iba a durar tanto tiempo. Cuando las personas follan por semanas, es difícil mantener las cosas sin comprometerse. - Culpa asomó en sus ojos. - Al igual que lo hizo Heung Min y luego resultó herido cuando se dió cuenta de que por siempre serías el único para mí. - apretó los labios. - Eso no era lo que tenía en mente cuando le di ese consejo a Zhou Mi.
- ¿Cómo sabes que fue Zhou Mi quien le dio los chupones? Tal vez Donghae tuvo otras aventuras luego.
- Sé que fue Zhou Mi. Los observé juntos. Su lenguaje corporal lo dice todo. No creo que apartaran la mirada uno del otro por más de unos segundos. - sonrió con malicia. - Fue algo incómodo estar en la habitación con ellos.
Volvió su mirada hacia su hermano.
- ¿De verdad crees que quedó enganchado?
La sola idea le parecía ridícula. Donghae no se apegaba a la gente.
- Espero que no. Pero, bueno, míralo.
- Tal vez no tenga nada que ver con Zhou Mi. - se burló. - Donghae tiene un témpano por corazón. El año pasado, cuando estabas... cuando te habías ido, se burló de mí, me dijo que mi estado de abatimiento era patético. Él no reconocería una emoción así lo golpeara en la cara.
- Tal vez ese es el problema.
Habló cuidadosamente.
Bum suspiró.
Podía ver lo mucho que estaba molestando a Jong Hoon el que podría haber herido, sin quererlo, a uno de sus pacientes. Jong Hoon era demasiado jodidamente agradable con personas que no lo merecían y les prestaba demasiada atención (En la opinión de Bum, él era la única persona que debería tener la atención de él pero eso no venía al caso).
- Muy bien. - dijo, tocando el hombro de Jong Hoon. - Si realmente te sientes culpable por ello, voy a hablar con él y averiguar lo que le molesta, ¿Mhm?
Los altivos ojos de Jong Hoon le hicieron sentir de unos diez pies de altura.
Volteándose para ocultar su vergonzoso sonrojo, Bum se encaminó hacia su hermano.
- Oye.
Donghae lo ignoró completamente, su mirada sobre el balón a sus pies.
Kibum lo estudió en silencio.
Cuando eran adolescentes, solía envidiar la piel sin defectos y la gracia de Donghae.
Incluso ahora, con el ceño fruncido estropeando sus facciones, su hermano parecía bastante asombroso. Sin embargo, tenía problemas para imaginarse a Donghae y a Zhou Mi juntos.
Zhou Mi era la última persona que había esperado se dejara engañar por el exterior de Donghae.
Por fin, Donghae le lanzó una mirada.
- ¿Qué quieres?
Kibum decidió cortar por lo sano.
No quería estar hablando con Donghae por más tiempo del necesario.