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- Quiero que me digas que no sientes algo por Zhou Mi.
Si no hubiera estado observándolo con tanto cuidado se habría perdido la rigidez, apenas perceptible, en la postura de Donghae.
Donghae se rió entre dientes, con una sonrisa brillante y divertida apareciendo en sus labios.
- No seas idiota. ¿Yo? Me lo follé un par de veces. Ya se acabó. Una buena cabalgata. Se estaba volviendo aburrido.
Si no hubiera crecido viendo a su hermano diciendo mentiras con cara seria, se lo habría comprado. Pero no lo hacía.
Y esta brillante sonrisa era la que Donghae reservaba para situaciones perdidas, cuando necesitaba encontrar una salida hablando mierdas.
Pero... ¿Importaba? La respuesta de Donghae era la que él había querido escuchar. Podía irse ahora.
No era como si a él realmente le importara si Hae estuviera triste o no. Había unas pocas personas por las que Bum se preocupaba y Donghae no era una de ellas.
Podía irse.
Podía fingir que le había creído a Donghae.
Él podría.
Probablemente debería.
Excepto... excepto que no podía.
El problema era que, desde su temprana infancia, el pelianaranjado había sido la única constante en su vida.
No se agradaba uno al otro, pero siempre podía contar con que Donghae siguiera siendo el mismo gilipollas insensible y cabrón narcisista.
Y verlo realmente triste lo ponía... incómodo, como si el cielo de repente se volviera verde.
- Estás mintiendo.
Una mirada de asombro cruzó el rostro de Donghae, como si él no esperara que Bum lo hiciera dejar atrás su mierda, pero, enseguida, se había ido.
- No me confundas contigo. No soy tú. No soy estúpido como tú.
Kibum bajó la voz.
- Si te refieres a Jong Hoon...
- Por supuesto que me refiero a Jong Hoon. Mírate. - Una mueca curvó los labios de Donghae. - Totalmente engatusado por un hombre que va a tirarte lejos cuando encuentre algo mejor.
Kibum dejó escapar una carcajada.
- Sí, claro. Jong Hoon me ama.
Donghae ladeó la cabeza, con una expresión casi compasiva.
- ¿Ahora? Quizás sí. Pero eres estúpido si piensas que va a durar por siempre. En un año o dos, Jong Hoon va a despertar y darse cuenta de que no eres lo suficientemente bueno. Ya que no lo eres y nunca lo serás. Y va a destruirte cuando te deje.
La mirada de Donghae sostuvo la suya.
- Admítelo: en el fondo, sabes que se irá. Por eso es por lo que temes perderle. Sabes que la gente como nosotros no consigue un 'felices para siempre'. Yo estoy bien con ello, porque no lo necesito. No necesito a nadie. Solías ser del mismo modo, pero ahora tú... - Donghae le dedicó una mirada desdeñosa. - ... Eras un patético cascarón vacío, mientras estuvo fuera de tu vida por unos pocos meses. ¿Qué vas a hacer cuando te deje por siempre? Eres un idiota, Bum.
Kibum escupió:
- Al menos no soy un patético cascarón vacío todo el tiempo. Al menos, no soy un cobarde de mierda.
La cara de Donghae quedó completamente en blanco.
Kibum se alejó, cerrando sus manos en puños.
Se dijo que debía ignorar las palabras de Donghae. Estaban destinadas a hacerle daño, a plantar una semilla de duda; él lo sabía. Y era excelente para encontrar un punto débil y golpear donde más dolía.
Pero sus palabras seguían resonando en sus oídos, una y otra y otra vez.
En un año o dos, Jong Hoon va a despertar y darse cuenta de que no eres lo suficientemente bueno. En el fondo, sabes que se irá. Sabes que la gente como nosotros no consigue un 'felices para siempre'.
Con la mandíbula apretada, hizo su camino de regreso al campo de entrenamiento.
- ¡Bum!
La voz de Jong Hoon lo sobresaltó.
Kibum parpadeó como un búho cuando fue empujado dentro de la habitación más cercana y los preocupados ojos de Jong Hoon lo miraron.
- ¿Qué pasa, kib...
Bum le dio un beso desesperado, abrazándolo y aferrándose tan fuerte como pudo.
- Te amo, Te amo, Te amo.
Susurró entre besos frenéticos antes de enterrar su cara en el hueco del hombro del hombre.
Los brazos de Jong Hoon se apretaron alrededor de él, y Dios, se sentía tan perfecto y correcto, pero dolía.
Dolía.
Durante un largo rato, el mayor no dijo nada, simplemente acariciando su cabello.
- ¿De qué va esto? - dijo después de un tiempo. - ¿Es sobre Donghae?
Kibum se rió, más o menos.
- Sé que no debería escucharlo nunca, pe-pero tengo miedo de que... sé que tiene razón.
- ¿Sobre qué?
- Que un día te darás cuenta de que no soy lo suficientemente bueno para ti. - murmuró, apenas audible. - Nadie me ama. No entiendo por qué todavía lo haces.
Jong Hoon suspiró y, tomando su barbilla con la mano, obligó a Kibum a mirarlo a los ojos. Sus ojos se veían divertidos y tiernos a la vez.
- Soy muy consciente de todos los... aspectos menos encantadores de tu personalidad. Te he visto en tu peor momento. Te he visto ser egoísta, mezquino, vengativo y extremadamente posesivo. Y eso no hace que te ame menos.
- ¿Por qué?
Susurró.
- Porque cuando amas a alguien, no lo amas por los rasgos buenos de su personalidad y acciones. Lo amas, porque lo amas, con todos sus defectos y ridículas inseguridades. - sonrió, tocando los labios de Kibum. - Te amo, cariño. Probablemente más de lo que debería.
El menor le devolvió la sonrisa y ocultó su sonrisa en el cuello de Jong Hoon, abrazándolo con fuerza.
Cerró los ojos, sintiendo al siempre presente temor, finalmente, disiparse, arrastrado por una oleada de emoción.
Donghae estaba equivocado.
Tal vez él no era bueno, pero era lo suficientemente bueno para la persona que más importaba. La clave era encontrar a esa persona.
Y, de repente, se sintió muy mal por su hermano.
Donghae nunca tendría esto, porque no era lo suficientemente valiente como para desearlo. No era lo suficientemente valiente como para pedirlo.
- Entonces, ¿Qué pasa con Donghae? - dijo Jong Hoon, como si hubiera leído sus pensamientos. - ¿Está molesto por Zhou Mi?
Haciendo una mueca, se apartó un poco para mirarlo.
- Jong, cuando le pregunté si sentía algo por Zhou Mi, me golpeó en mi punto más vulnerable y casi me dejó llorando. Para él, eso es prácticamente una declaración de amor.
Una arruga apareció entre las cejas de Jong Hoon.
- ¿Y ahora qué?
- Nada. - dijo Kibum, odiando un poco lo bien que entendía a Donghae. - Todo lo que siente, no tiene importancia, porque odia sentirlo.
Tal vez Donghae no tuviera un témpano por corazón, pero para él las emociones eran una debilidad, y el sentido de auto preservación no conocía rival.
Kibum se encontró con la mirada preocupada de Jong Hoon.
- No te preocupes - dijo, enderezando el cuello del hombre. - Nada pasará. Se quedará alejado de Zhou Mi y, finalmente, su corazón se congelará de nuevo, como en ese cuento.
Sonrió ante su propia mala broma, porque Jong Hoon no lo hizo. Suspirando, el chico acarició sus dedos por el cabello del alto.
- No te preocupes, de verdad. Zhou Mi se casará con Da Hae, y Donghae volverá a ser un bastardo de nuevo... no es que él no siguiera siendo un bastardo insufrible justo ahora.
Jong Hoon no parecía especialmente seguro.
- ¿Y si no se mantiene alejado?
- Lo hará. Donghae, me dijo una vez que caminaría sobre cualquiera para conseguir lo que quisiera, pero la cosa es, que, si él quiere algo demasiado, se asusta a cagar y corre en la dirección opuesta - sonrió con malicia. - Si, así es como de jodido está. ¿Crees que esté más jodido que yo?
Sonriendo, Jong Hoon le dio un beso en la nariz.
- Poco probable.
Bum se rió y no lo negó.
Podría ser una persona jodida, pero al menos era una muy feliz.