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Solo un poco equivocado #4 MiHae por Chulixxx

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Cuando Donghae desapareció de su vista, Zhou Mi cerró los ojos, tratando de recomponerse.

Había conseguido mantenerse alejado los últimos ocho días y ahora el mocoso había deshecho todo el trabajo duro con apenas un toque.

Hizo una mueca.

El hecho de que él supiera exactamente cuántos días había sido era sangrientamente ridículo. Tenía treinta años. Un hombre adulto, no un colegial. No debería haber sido una lucha mantenerse lejos.

Pero lo era.

Solía considerarse a sí mismo un hombre racional, con la cabeza fría.

Solía.

Había pensado que sería más fácil cuando Donghae ya no estuviera cerca para volverlo loco, pero era en realidad peor.

Porque cuando Donghae había estado, al menos podía culpar su debilidad por los ojos bonitos y sus labios, y esa sonrisa enloquecedora.

Con el niño fuera de su vista, no tenía ninguna excusa para pensar en él sin parar, con ganas de verlo, y simplemente quererlo Se había encontrado pensando en los labios fruncidos de Donghae cada vez que se hizo una paja, y recordando la forma en que sus ojos se ponían vidriosos por la necesidad, cuando Zhou Mi se movía dentro de él.

Por el amor de Dios.

Habían pasado ocho días. No había visto a Da Hae en más de un mes, mientras ella estaba en China y apenas había pensado en ella.

Da Hae.

Suspiró.

No estaba a la espera de esa conversación.

Por supuesto que no iba a mentirle, pero siquiera pensar en explicarle esto a Da Hae le hizo desear que ella no hubiera regresado de China todavía.

Él sabía que ella se había dado cuenta enseguida al volver, en el aeropuerto de que su estado de ánimo estaba apagado.

Ella no le había gritado por eso, pero ella lo había estado observando cuidadosamente. Ella lo conocía; por supuesto, no había pasado por alto cuán agotado estaba.

Tomando una respiración profunda y mirando hacia abajo para asegurarse de que su excitación no se notaba, siguió a Donghae por las escaleras.

- ¿Pasa algo?

Da Hae murmuró, tocando su brazo. Ella tiró de él hacia la cocina, con el deseo de hablar con claridad. Se detuvo cuando él no se movió.

- ¿Zhou Mi?

- Vamos a ver la película.

Dijo, tirando de ella hacia el sofá desocupado.

- ¡Oh, vamos! - dijo Heechul poniendo los ojos en blanco. - No necesitamos niñeras. Prometemos no derramar cosas en tu sofá si nos dejan solos.

Él movió las cejas con una sonrisa.

Apretó los dedos en un puño.

Da Hae se rió entre dientes.

- No me mires. Culpa a tu hermano.

- Escuchaste eso, ¿Verdad?

Dándole a Zhou Mi una mirada que decía vete-como-el-infierno-fuera-de-aquí-y-para-de-cortarme-el-rollo.

Zhou Mi optó por fingir que no lo entendía.

- Ésta es mi casa.

Dijo, haciendo su camino al mini-bar para sacar dos botellas de cerveza. Las abrió y volvió al sofá.

- Si no te gustan mis reglas, ve a otro lugar.

- Está bien.

Dijo lentamente. Él y Da Hae compartieron una mirada.

Zhou Mi fingió no darse cuenta y le entregó a su prometida una de las botellas.

- Entonces, ¿Qué estamos viendo?

Preguntó ella, tratando de romper la tensión repentina en la habitación. Heechul dijo algo y Da Hae se río y dijo algo a cambio.

Donghae no hacía ruido.

Zhou Mi tomó asiento junto a Da Hae, enfocó sus ojos en la pantalla, y trató de relajarse.

- ¿Vas a decirme lo que te pasa?

Da Hae murmuró, manteniendo su voz baja, a pesar de que no sabía por qué se molestaba: sus voces fueron enmascaradas por el sonido de las explosiones.

- ¿De qué estás hablando?

- Estoy hablando del hecho de que estamos viendo una película de acción, y tú odias las películas de acción, con tu hermano pequeño y su novio, y nosotros podríamos haber estado haciendo algo mucho más interesante. - Sus dedos corrieron por su pecho ligeramente. - Estás tan tenso. ¿Has follado algo mientras yo estaba fuera?

- Él no es el novio de Heechul. Es mi ex paciente.

Da Hae parpadeó y lo miró con extrañeza.

- Yo sé quién es. - dijo después de un momento. - Por supuesto que lo sé. ¿Qué periodista deportivo que se precie no reconocería a Kim Donghae? Pero se ven bastante amistosos para mí. Míralos.

No quería. Pero él no tenía muchas opciones ahora.

Heechul tenía su brazo sobre el respaldo del sofá detrás de la cabeza de Donghae, la punta de los dedos tocando el hombro de éste.

El agarre en la botella se tensó.

- ¿Zhou Mi?

El pulgar de su hermano estaba a pulgadas de distancia del punto por debajo de la oreja de Donghae, el punto que hacía que Donghae se estremeciera y gimiera cada vez que Zhou Mi rozó sus labios contra ello.

- ¿Zhou Mi?

¿Heechul lo estaba tocando allí?

- ¡Zhou Mi!

Ella lo pellizcó.

Él volvió su mirada de nuevo a Da Hae.

- ¿Qué?

Ella frunció el ceño antes de mirar a Donghae.

- Siento que me estoy perdiendo algo. ¿Qué está pasando?

Zhou Mi tomó un gran trago de su cerveza, deseando que fuera algo más fuerte.

- Nada.

- Entonces, ¿Por qué parece que quieres golpear a alguien? - Da Hae tocó el brazo rígido. - ¿Qué sucede contigo?

No podía mentirle.

- Me acosté con él.

En su visión periférica, podía ver la boca de Da Hae abrirse.

- Ah.

Dijo al fin.

La miró, sorprendido por la molestia en su voz. Ella nunca había reaccionado de esta manera cuando hablaban de sus aventuras.

Ella sonrió un poco, pero la conocía. Su confesión la hizo sentir incómoda.

Zhou Mi frunció el ceño. Da Hae no era homofóbica. Ella había sabido siempre que Heechul era homosexual y había sido siempre un apoyo para él.

- Estás incómoda.

No se molestó en negarlo. Ella hizo una mueca, viéndose avergonzada.

- Lo siento. Sabes que yo no soy así, pero... - se rió, sacudiendo la cabeza -... maldita sea. Soy una mujer moderna, de mente abierta. No sé por qué es esto... Dios, esto es una tontería. No soy intolerante. No lo soy. No debería importar...

- Pero lo hace.

Zhou Mi dijo en voz baja.

En cierto modo, lo entendía. No lo tomaba contra ella. Una cosa era tener la mente abierta cuando se trataba de otra persona, pero cuando se trataba del hombre con el que se iba a casar... había ciertos estereotipos poco halagadores sobre los hombres homosexuales.

Todos ellos eran una mierda, en lo que se refería a Zhou Mi. Sin embargo, no todo el mundo compartía ese punto de vista.

- No pienso menos de ti. - dijo ella rápidamente. - No hay nada malo en ello. No me importa que duermas con otras personas, no importa si es un hombre o una mujer. No hay diferencia para mí.

Ella no estaba siendo del todo sincera, pero Zhou Mi decidió no decir nada.

Ella estaba claramente incómoda por el hecho de que estaba incómoda.

Da Hae siempre se había enorgullecido de tener la mente abierta, práctica y sin prejuicios. Y si quisiera pretender que pensar en Zhou Mi en la cama con otro hombre no era desagradable para ella, él no iba a discutir.

- Sólo me sorprendiste, supongo. Nunca me dijiste que te sentías atraído por los hombres, también.

- Porque no estoy por lo general atraído los hombres. - dijo Zhou Mi, frotando su frente. - Experimenté un poco en la universidad antes de estar juntos, pero no era lo mío. Él es... él es la excepción.

- ¿Por qué?

Apoyando la espalda en el sofá, Zhou Mi tomó un sorbo de cerveza y sonrió.

- Tienes ojos. ¿No puedes adivinarlo?

- ¡Cielos! Has trabajado con cientos de hombres guapos antes.

Zhou Mi se encogió de hombros.

- Él sólo se mete debajo de mi piel. - Este era el eufemismo del siglo. Tomó un trago de la botella. - No importa ahora. Dormí con él. Pasado.

- ¿Pasado? ¿Entonces por qué te molesta que tu hermano esté todo sobre él?

- No estoy molesto.

- Correcto. - dijo rotundamente. - Si no te conociera, pensaría que estás celoso.

Los músculos de la mandíbula se tensaron, el calor corriendo a su rostro.

- Heechul no sabe con quién está tratando. Donghae caminará sobre él.

- Heechul tiene veintitrés años y puede cuidar de sí mismo. Nunca te ha importado con quien tiene sexo.

- No hay sexo.

Espetó.

Podía sentir sus ojos en él, sondeándolo y evaluándolo.

- Todavía lo quieres.

Dijo al fin.

No parecía enojada, sorprendida, más bien un poco desconcertada. Por supuesto que estaba desconcertada: esto no era algo que había pasado antes.

Se encontraban en una relación a largo plazo, a veces ellos se acostaban con otros mientras estaban separados, y luego regresaban y bromeaban juntos sobre ello: así era como se supone que funcionaba.

Así era como su relación había funcionado durante diez años. La mayoría de la gente no entendía cómo podían estar bien con una relación no exclusiva, pero funcionaba para ellos.

Funcionaba para ellos, ya que sabían que no había sentimientos involucrados cuando dormían con otras personas. Sabían que era el final del juego el uno para el otro.

Ninguno de los dos se suponía que se colgara de otra persona. Especialmente cuando su boda estaba a un mes de distancia.

- Tú todavía lo quieres. - repitió más tranquila. - Zhou Mi.

Zhou Mi puso la botella en el suelo.

- No importa. Es sólo lujuria. Puedo controlarla.

Mentiroso, susurró una voz en el fondo de su mente.

Mentiroso, mentiroso, mentiroso.

 


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