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- Te ves como una mierda. - dijo KangIn, mirando hacia arriba desde el sándwich que estaba haciendo. - ¿Mala noche?
Zhou Mi abrió la nevera y se sirvió un vaso de zumo de naranja. Él lo bebió de una sola vez, se sentó en la mesa, y dejó caer la cabeza golpeando en sus manos.
- Lo tomo como un sí. - dijo KangIn con una sonrisa, poniendo una taza de café frente a él. - ¿Cuántas veces debemos tener esta conversación? Estás envenenando tu cuerpo.
A veces Zhou Mi realmente odiaba a sus hermanos. Todos ellos se habían vuelto descarados como el infierno.
- KangIn. - habló entre dientes. - Cállate.
Una risa llegó desde la puerta, haciéndole hacer una mueca de dolor.
- Me encanta la mirada de niño que pones cada vez que Zhou Mi utiliza esa voz.
Dijo Dennis, paseando en la habitación y dejándose caer en la silla junto a KangIn. Agarró el sándwich que KangIn había hecho y comenzó a comer.
- Eso era mío.
Dijo KangIn.
- Sí, ¿Y qué?
Dijo con una mirada arrogante.
Poniendo los ojos, KangIn comenzó a hacer otro sándwich.
- No eres tú padre, no puedes tomarlo. Me ves como una herramienta. Como siempre.
Dennis le dio un golpe flojo en el pecho. KangIn se rió y tiró de él en una llave de cabeza.
- Fuera de mi casa, niños. - dijo Zhou Mi, frotándose las sienes. - Su alegría es nauseabunda.
- Sabes que nos amas.
Le respondió Dennis con una sonrisa, el brazo de KangIn todavía alrededor de su cuello.
Zhou Mi parpadeó adormilado y tuvo una reacción tardía.
¿Por qué no había notado antes que los ojos de Dennis eran iguales a los de Donghae?
Pero, de nuevo, por lo general no tenía el hábito de notar los ojos de los hombres. Debido a la tez ligeramente bronceada, los labios finos, el efecto no era tan sorprendente, y los ojos estaban desprevenidos un poco más pequeños, pero eran exactamente como los de Donghae: un color distinto miel avellana.
Por supuesto que podría ser una coincidencia, pero junto con el mini-colapso de Donghae después de que KangIn y Dennis llegaran...
Arrugando la frente, pensó en lo poco que sabía de la familia de Donghae. Todo el mundo sabía que Donghae provenía de una familia pobre y que su madre murió cuando él tenía cinco o seis.
Su padre...
Frunció el ceño al recordar lo que Donghae le había dicho de su padre. Él estaba casado y muy posiblemente tenía hijos.
También era un conde.
Un conde.
Miró a Dennis.
El padre del niño era un conde, también, que por lo general era una fuente inagotable de chistes para KangIn.
Aunque parecía poco probable que el padre de posición elevada de Dennis podría tener algo en común con la madre de Donghae, cosas más extrañas sucedieron, especialmente si Donghae había heredado la exquisita apariencia de su madre.
No había ya muchos condes ricos, prepotentes en Inglaterra.
- ¿Te pareces a tu padre?
Preguntó Zhou Mi.
A pesar de que había visto al Conde un par de veces en la televisión, era un muy prominente político, Zhou Mi ciertamente no había prestado atención a los ojos del hombre.
Todo lo que recordaba era la confianza rayando en la arrogancia.
Dennis le dio una mirada de asombro.
- ¿Qué? No en realidad no. Bueno, mis ojos son como los suyos, pero todos los Park tienen los ojos Park, por lo que en realidad no cuenta. - Se rió. - Mi papá dice que es debido a que la línea de sangre Park es tan superior, que los ojos Park siempre se reproducen naturalmente.
Haciendo una mueca, KangIn dijo:
- Sus ojos me recuerdan al color del agua sucia.
- Al menos los míos no son del color de popó de perro.
Dennis le dio un codazo.
- Estás celoso de que tus ojos no son tan bonitos como los míos.
- Sí, claro.
Zhou Mi desconectó, mirando su taza.
Donghae sabía que él era el hijo del conde. A juzgar por su reacción, sabía que Dennis era su hermano, el hijo que su padre no había rechazado.
El hijo que tenía todos los privilegios y una amorosa familia a medida que crecía.
Desvió su mirada de nuevo a Dennis.
Lo vió sonreír y reír con KangIn, tan despreocupado y feliz. Dennis tenía innumerables amigos. Había sido un miembro no oficial de la familia Kim desde que él y KangIn se habían convertido en amigos cuando niños.
Dennis tenía padres amorosos que lo adoraban en cada momento y le daban todo lo que quería.
Dennis era un maldito vizconde.
Pensó en el niño que nunca tuvo nada de eso.
Que había sido rechazado por uno de los padres cuando más lo necesitaba. Quién no sabía cómo conectar con la gente.
Que no tenía una única persona que realmente podría llamar amigo. Que pretendía ser algo que no era sólo para ser querido. Quién no sabía cómo expresar cualquier emoción positiva.
Quién nunca conoció el amor y, probablemente, no sabía cómo pedirlo.
Quién nunca lo pidió.
Mierda.
Los labios de Zhou Mi se convirtieron en una línea. Había tantas cosas que tenían mucho sentido ahora.
A veces había sospechado que Donghae en realidad tenía una baja autoestima, pero hasta ahora no se había dado cuenta del alcance de ésta.
En el fondo, Donghae siempre esperaba ser rechazado a favor de otra persona, sin importar lo confiado y arrogante que pudiera parecer.
Detrás de todas las paredes que había levantado, el niño tenía muy baja autoestima.
Donghae nunca confesaría sus sentimientos en primer lugar, si es que los tenía.
Ahora la pregunta era:
¿Estaba dispuesto a romper su compromiso por una cosa tan incierta?
Se puso de pie y salió de la cocina.
Sacó su teléfono del bolsillo, encontró el contacto que quería, y presiono llamar.
- Tenemos que hablar.