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Por fin, sus ojos se abrieron. Se ruborizó, frunció el ceño, y luego desvió la mirada antes de lanzar una mirada a Zhou Mi de nuevo.
Si hubiera sido otra persona, habría pensado que Donghae era tímido.
Donghae le dio una mirada mordaz.
- ¿Dónde está tu prometida?
- No tengo una prometida. Ya no es así.
Donghae pareció dejar de respirar.
Sólo lo miró.
- ¿Por qué?
- Hablamos...
Dijo cortante.
La conversación había sido la más difícil de su vida.
Sabía que él y Da Hae estaría bien finalmente, habían sido amigos mucho más tiempo que amantes, y su amistad no podía ser destruida fácilmente, pero en este momento no era exactamente la persona favorita de Da Hae en el mundo.
- Decidimos que sería inútil casarnos si quiero estar con alguien más. Ella se merece algo mejor. Los dos lo hacemos.
Donghae estaba parpadeando rápidamente, buscando cualquier cosa menos a él.
- ¿Sólo así? - Antes de que pudiera decir nada Zhou Mi, Donghae le lanzó una mirada hostil - ¿Por qué me estás diciendo esto? ¿Qué tiene que ver conmigo?
Zhou Mi sintió una oleada de afecto abrumadora mezclada con tristeza.
Nadie debe permanecer tan guardado con la edad de Donghae.
- Tú lo sabes.
Dijo suavemente.
Sosteniendo la mirada de Donghae, Zhou Mi llevó su mano al lado de la de él, la palma hacia arriba.
Donghae miró la mano como si fuera una serpiente venenosa.
- Yo-yo no lo entiendo.
- Tú lo haces. Vamos. - Sonrió. - ¿Dónde está mi confiado mocoso, arrogante?
Lentamente, muy lentamente, Donghae movió su mano hasta que sus dedos se cerraron juntos.
El ceño fruncido de Donghae se profundizó.
- Te voy a matar si esto es una broma.
Se quejó, su voz un poco inestable.
Zhou Mi se rió entre dientes.
- Esto debe ser realmente amor, porque no hay ninguna otra razón para que encuentre tu malicia constante adorable.
Donghae lo fulminó con la mirada, y Zhou Mi finalmente cedió a la tentación de besar esa boca fruncida de nuevo.
Unos minutos más tarde, cuando se separaron, Donghae tenía un aspecto suave de haber sido minuciosamente besado en el rostro.
Él era tan malditamente precioso que Zhou Mi sólo tenía que besarle de nuevo. Y otra vez. Joder, esto era ridículo.
- Espera. - dijo de repente, un poco jadeante. - ¿Estás diciendo en realidad que, como que, me amas?
Tropezó un poco en la palabra "amor" y miró a Zhou Mi con recelo.
Cristo.
Zhou Mi rozó la mejilla enrojecida de Donghae con el pulgar.
- Eres un pequeño pedazo de mierda. - murmuró, arrastrando besos en la mandíbula de Donghae. - Me vuelves loco en el buen sentido y de una mala manera. Pero sí, estoy bastante seguro de que te amo. No tengo idea de cómo sucedió, pero lo hago.
La mano de Donghae apretó su mano casi dolorosamente.
Él enterró su cara en el hombro de Zhou Mi y murmuró unas palabras.
El corazón del alto salto mortal en su garganta.
- ¿Qué fue eso?
Dijo con ironía, a pesar de que le había oído perfectamente.
Donghae le dio un puñetazo en el hombro.
- Dije que te odio.
Zhou Mi ocultó su sonrisa en el cabello del menor e inhaló profundamente. Dios. Esperaba que estos sentimientos se volvieran un poco menos intensos con el tiempo. Sentir tanto era malo para un hombre racional de treinta años.
- Yo también te odio.
Le dijo envolviendo sus brazos alrededor de Donghae. Volvió a pensar en su primer encuentro. Si alguien en ese entonces le hubiera dicho que llegaría a estar tan completamente embrutecido con ese niño dentro de los próximos meses, él habría pensado que estaba loco.
Donghae suspiró, deslizando sus brazos alrededor de Zhou Mi, también.
- Nunca vas a deshacerte de mí.
- Estoy bastante de acuerdo con eso.
Donghae clavó los dedos en su espalda.
- Y no soy Da Hae. Nada de mierda de relación abierta. No comparto.
- Yo tampoco. No sé. - el mayor acarició el punto detrás de la oreja del pelinaranja. Mordió el lóbulo de Donghae. - Si coqueteas con Heechul de nuevo, no voy a ser responsable de las consecuencias.
Donghae se retiró un poco y sonrió, mirándolo desde debajo de sus pestañas.
- ¿Oh sí? ¿Qué vas a hacer conmigo?
El pulso de Zhou Mi se disparó. Su pene se movió. Sus manos se movieron.
Donghae le dio una mirada que todo lo sabe.
- Tú, pequeño... tan pronto como pueda arreglar tu pierna, lo veremos.
- Creí que sus servicios eran reservados con meses de antelación o algo así. - ladeando la cabeza. - ¿No tienes otros pacientes muy importantes?
Donghae podría estar tomándole el pelo, pero el tono de Zhou Mi era completamente seria cuando él respondió:
- Tú no eres mi paciente. Eres mío y voy a cuidar de ti.
La sonrisa del menor desapareció y simplemente miró a Zhou Mi durante un largo momento.
A continuación, una pequeña sonrisa tiró de los labios del chico antes de transformarse en una sonrisa brillante, hermosa, sus ojos de color avellana brillando con calor, y el aliento del alto quedó atrapado en su garganta.
Mierda.
Lo tenía tan mal.
- Eres hermoso.
Su voz ronca.
Él no estaba hablando acerca de la apariencia de Donghae.
Donghae se le quedó mirando con los ojos abiertos antes de sacudir la cabeza un poco.
- Lo eres. Todo está en tus ojos.
Sonrojándose y mirando generalmente incómodo, Donghae sacudió la cabeza de nuevo. Zhou Mi se rió entre dientes.
- No discutas conmigo. Siempre estoy en lo correcto.
Donghae puso los ojos.
- Culo. No estoy seguro de que quiero un culo tan mandón como mi fisioterapeuta de nuevo.
Zhou Mi le dio un beso corto, que se convirtió en uno muy largo, porque Jesús, esa boca le volvía loco.
Cuando finalmente se separaron en busca de aire, Zhou Mi le miró. Donghae estaba sonrojado hasta el cuello de la bata de hospital y los ojos medio cerrados, las pupilas amplias. Y esa boca, con marcas de sangre y dientes, roja y húmeda e hinchada... Jodido infierno.
Obten el control.
Zhou Mi se aclaró la garganta y sonrió.
- ¿Quién dice que tú tienes una opción, cara de muñeca?
Los ojos de Donghae se estrecharon y Zhou Mi tenía que besarlo de nuevo, debido a que un cabreado Hae era un espectáculo para la vista.
- Uf, te odio tanto. - habló entre besos. - Tanto.
Zhou Mi rió y lo besó en la nariz.
- Eres adorable.
Donghae le dio un golpe en la cabeza.