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Zhou Mi estaba charlando amigablemente con Jong Hoon y Bum.
- ¿En serio? ¿Estás haciéndome esperar para tener una charlita trivial? Me voy.
- Ya terminé, podemos irnos ahora.
Sus ojos se posaron en las invitaciones de boda sobre el escritorio.
- Podrías haberlas mandado por correo.
Dijo antes de irse a zancadas.
- Baja el ritmo, Mocoso. - Zhou Mi lo llamó desde atrás. - No te cargaré de nuevo si empeoras tu lesión... nuevamente.
Lo ignoró, su estado de ánimo agriándose aún más sin motivo aparente.
No le tomó demasiado esfuerzo a Zhou Mi alcanzarlo. Le agarró el brazo a Donghae, lo que lo obligó a reducir la velocidad.
- Viniste a quejarte de mí, ¿eh?
- Sí.
Respondió entre dientes, antes de sonreír alegremente saludando a las personas que se encontraron.
- ¡Oye!
Zhou Mi se rió entre dientes.
- Eres un camaleón.
- Gracias.
- Eso no fue un cumplido.
Donghae volvió la cabeza y sonrió.
- Lo sé.
Por un momento los ojos de Zhou Mi se detuvieron en él, antes de que finalmente Zhou Mi desviara la mirada.
Al salir del edificio, el frío viento de marzo silbaba en el aire, mordiendo en la cara de Donghae.
- Sube el cierre de tu chaqueta.
Donghae subió la cremallera de su chaqueta.
No estaba obedeciendo a Zhou Mi.
Realmente hacía frío.
- ¿Eres así de encantador con todos tus pacientes, o simplemente estoy de suerte?
Una suave sonrisa torció los labios de Zhou Mi.
- Con todos mis pacientes, pero sacas lo peor de mí.
Curiosamente, eso le agradó.
- ¿Condujiste hasta aquí?
Cuando Donghae sacudió la cabeza, agregó.
- Bien. Te llevaré de vuelta a tu casa.
Abrió la puerta de su coche y se metió en el asiento del conductor.
- Entonces, ¿Qué vamos a hacer hoy? - dijo Donghae, entrando en el asiento del pasajero. - ¿Otra vez nada? ¿Debo conseguirme algo más que leer?
- De hecho, podríamos por fin empezar con el programa de rehabilitación, si la inflamación ya bajó por completo. Ayer se veía mejor.
- Ya era hora.
Murmuró.
Condujeron en silencio por un rato.
- Háblame de tu novia.
Dijo finalmente, aburrido por el silencio.
- ¿Por qué?
Donghae lo miró
- ¿Por qué no?
- Ya te conté más de lo que debería. Normalmente me gusta mantener mi vida personal separada de mi vida profesional. Mezclarla nunca es buena idea.
- Deberías decirle eso a tu amigo.
Zhou Mi frunció el ceño.
- ¿Te refieres a Jong Hoon?
- ¿Conoces algún otro doctor que este follándose a su paciente?
Zhou Mi soltó una risita.
- Si te refieres a Kibum, son sólo amigos. Amigos muy cercanos, pero eso es todo. Sé que es fácil confundirse... también pensé que estaban juntos cuando los conocí, hace un par de años. Pero son sólo amigos.
- Oh, sí. - dijo con sarcasmo. - La semana pasada, vi a Bum chupándole la polla dentro de su coche. Parecían realmente amigables.
Eso dejó a Zhou Mi sin palabras.
Finalmente dijo:
- Así que no sólo fueron chorradas que inventaste para obligar a Jong Hoon a despedirme.
- Nop - parpadeó sus ojos para Zhou Mi. Su rostro era difícil de leer. - Entonces, ¿Qué opinas de eso?
- No es asunto mío. No es asunto tuyo, tampoco.
El chico le dedicó un encogimiento de hombros, sin comprometerse.
- Donghae.
- ¿Qué?
- No te incumbe. Y ni siquiera pienses en chantajear a Jong Hoon de nuevo.
Donghae suspiró
- No eres divertido. Bien. - añadió rápidamente. - No estoy obedeciéndote. Sólo que acabo de darme cuenta de que no fue lo más inteligente de hacer.
- No lo fue.
-¿Qué hay de ti? - preguntó Donghae después de un rato - ¿Alguna vez te has follado un paciente?
Zhou Mi no dijo nada, su mirada firme en la carretera.
Sus ojos se abrieron y Donghae sonrió.
- ¡Lo has hecho! ¡Tú también lo has hecho! ¡Ah! No eres tan perfecto después de todo.
- Fue hace años. - dijo cortante. - Yo era joven e inexperto y ella necesitaba consuelo. No sabía cómo establecer el límite... un error común que muchos fisioterapeutas cometen. Nunca repetí el mismo error otra vez.
- Espera, ¿Por esto es por lo que eres tan dictatorial e insensible con tus pacientes ahora? ¿Debido a que quieres que ellos te odien?
- No soy insensible.
- Al menos no niegas la parte "dictatorial".
La esquina de la boca de Zhou Mi se elevó.
- Hábito. Tengo cinco hermanos menores.
- Pobrecitos. - murmuró Donghae. - Entonces, ¿Qué pasó con la mujer?
- ¿Qué mujer?
- Con la que dormías. Tu paciente.
- No es asunto tuyo.
- ¡Oh, vamos!
- Los dos estuvimos de acuerdo en que fue un error. Y lo fue. Eso fue hace mucho tiempo. Apenas la recuerdo.
Donghae lo estudió con interés.
- Háblame de tu novia, entonces.
- No. Ya te dije eso.
- Pero ¿Por qué no?
- Debido a que no es asunto tuyo.
Donghae exhaló con fuerza.
La peor parte, era que sabía que Zhou Mi le estaba sacando de quicio a propósito.
Lo sabía, porque él le hacía lo mismo a Lynn, sólo por el gusto de hacerlo. El rostro de Zhou Mi era severo, pero sin dudas había un toque de diversión acechando en sus ojos.
- Estás disfrutando tanto de esto.
- Síp. Eres divertido cuando haces pucheros. Tan "diva".
- No hago pucheros.
- Seguro.
Donghae cruzó los brazos sobre el pecho y no dijo nada.
Cuando Zhou Mi finalmente aparcó el auto delante de la casa de Donghae, se miraron el uno al otro.
- ¿Todavía haciendo pucheros?
El pelianaranjado asintió con una sonrisa serena.
Riéndose, Zhou Mi sacudió la cabeza.
- He visto algunas entrevistas tuyas, luego de los partidos. Eres tan diferente de tu imagen pública.
Donghae rodó los ojos.
- Sé que no va a gustarme, pero vamos a escucharlo.
Los labios del médico se torcieron.
-En todas las entrevistas eres siempre tan encantador, fácil de llevar, y sonriente. Eres simpático. Tan condenadamente simpático que mi radar anti-mierda sonaba cada vez que te veía diciendo todas las cosas adecuadas y envolviendo a la gente alrededor de tu meñique.
- Se llama carisma.
Dijo Donghae con altivez.
Zhou Mi soltó una risotada.
- No lo creo. La gente sólo está encandilada, por tu bonita cara y un par de lindos ojos de bebé.
Donghae bateó sus pestañas.
- Aw, ¿Piensas que soy bonito?
Recibió una mirada inexpresiva de Zhou Mi.
- Como fisioterapeuta y entrenador personal, aprendí hace mucho tiempo a mirar el cuerpo humano de forma objetiva. Y objetivamente, eres el chico más bonito que he visto nunca.
Donghae sonrió.
Por supuesto que sabía que se veía bien; no tenía falsa modestia.
Miró el espejo.
Desordenado cabello color naranja, lindos pómulos, piel hidratada e impecable, labios finos y ojos avellana.
Sí, él totalmente había notado eso.
- Lo es Jong Hoon, sin embargo... Él es totalmente el hombre más guapo que he visto en mi vida.
Zhou Mi le lanzó una mirada aguda antes de bajarse del auto burlándose
- Dije bonito, no guapo.
- Tengo la sensación de que eso fue un insulto, no demasiado sutil, a mi masculinidad.
Dijo el menor, saliendo y cerrando la puerta.
Zhou Mi estaba de camino a la casa.
- Vamos, vamos a echarle un vistazo a tu ingle y ver si la inflamación se fue.
Un poco desconcertado ante el repentino cambio de tema, le siguió.
Cinco minutos después, se encontró en su gimnasio, en la planta baja, sentado en un sofá mientras que Zhou Mi, arrodillado delante de él, le examinaba el muslo.
La casa estaba tranquila.
Miró a sus pantalones, en el suelo.
- Ves, la inflamación se fue. Te dije que ya estaba bien para empezar a entrenar.
La inflamación realmente había desaparecido, y el hematoma también se había desvanecido considerablemente.
Su lesión no le molestaba tanto como solía hacerlo. Únicamente lo hacía cuando se movía demasiado abruptamente.
El fisioterapeuta cuidadosamente presionó en su carne.