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Solo un poco equivocado #4 MiHae por Chulixxx

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- Sólo estaba imaginado tener tu polla dentro de mí.

Los ojos de Zhou Mi rompieron en él, sus manos quedaron completamente inmóviles. Habría sido cómico, si Donghae no se sintiera con ganas de cortar su propia lengua.

¿De dónde carajos había salido eso?

El silencio se prolongó.

Donghae sonrió y forzó una carcajada.

- ¡Jaja! No tienes sentido del humor.

- Y tú tienes uno muy extraño.

Le dijo luego de un momento, volviendo a la tarea en cuestión.

Terminó el masaje rápidamente, haciendo caso omiso a la erección de Donghae, y se apartó.

- Mañana podría añadir unos cuantos ejercicios más. - dijo, lavándose las manos de espaldas a Donghae. - Tal vez apretar muy suavemente una pelota estática.

- ¿Puedo tener relaciones sexuales?

Zhou Mi hizo una pausa antes de darse la vuelta.

- Absolutamente no. - dijo, cruzando los brazos sobre el pecho. - El sexo está fuera de los límites.

- Eres tan jodidamente predecible.

Se quejó, cogiendo su ropa.

- Si quieres recuperarte lo antes posible, debes prescindir del sexo.

- Dile eso a mí polla.

- Tienes una mano derecha normo funcionante. Hazte una paja.

Donghae le arrojó la toalla mojada a la cabeza.

Zhou Mi la esquivó

- Es un milagro que puedas anotar algún gol. - dijo, con sus labios temblando - tu puntería es muy mala.

Donghae manoteó el aceite de masajes.

Esta vez no falló.

* * * * *

- Podrías haberme mutilado.

Donghae rodó los ojos, presionando la bolsa de hielo en el ojo derecho de Zhou Mi.

- Y me llamas a mí reina del drama.

Zhou Mi lo fulminó con la mirada de su ojo izquierdo. No parecía divertido en lo absoluto.

- Esa botella pesa casi 250 gramos, Donghae. - dijo entre dientes. - Y la lanzaste a mi cara.

- No es mi culpa que tus reflejos sean tan pobres.

Le dijo con una sonrisa dulce, presionando el hielo con más fuerza en la carne rápidamente inflamándose.

Recibió otra mirada funesta desde el ojo izquierdo.

- Se supone que tengo que participar de una sesión de fotos por la boda.

- Entonces deberías agradecerme que te he salvado de ella.

- ¿Y qué se supone que voy a decirle?

- ¿A quién?

- Da Hae.

- ¿Da Hae?

preguntó con fingida confusión.

- Mi prometida. - dijo Zhou Mi lentamente. - La mujer con la que voy a casarme.

- Ah.

El pelianaranjado se acercó para presionar la bolsa de hielo en el pómulo de Zhou Mi. No era la posición más cómoda. Era consciente de que su muslo estaba prácticamente arriba de los de Zhou Mi. Demasiado consciente.

- Creo que puedes decirle la verdad. Puede decirle lo idiota que fuiste y que te lo merecías totalmente.

- ¿Así es como lo ves desde tu perspectiva?

- No, es sólo la verdad.

Se dejó caer sobre el regazo del médico, renunciando a toda pretensión de no estar trepando sobre él. Cuando Zhou Mi levantó las cejas, Donghae frunció el ceño.

- Si tengo que jugar al doctor contigo, no voy a forzar mi propia lesión. Ni siquiera debería estar haciendo esto. - Y añadió con una sonrisa fresca. - Tienes una mano derecha normofuncionante, después de todo.

Zhou Mi dejó escapar una risotada.

- Y tú tienes la memoria de un elefante. Y estás haciendo esto porque fue tu jodida culpa.

- La tuya.

Contraatacó, hundiendo sus dedos en el espeso pelo de Zhou Mi y tirando con fuerza, lo que lo obligó a volver un poco el rostro.

Zhou Mi dijo algo mordaz, y Donghae dijo algo igualmente mordaz en respuesta, pero todo parecía distante, irrelevante, estúpido.

Su corazón latía con fuerza, su piel se sentía demasiado caliente, el muslo del médico se sentía duro debajo de él y simplemente no podía concentrarse.

No podía pensar.

Maldita sea.

Donghae siempre intentaba ser honesto consigo mismo.

Él sabía de lo que se trataba.

Por supuesto que lo sabía.

No hacía falta ser un genio.

Sentado tan cerca de Zhou Mi, en su regazo, estaba convirtiéndose en un idiota que se preguntaba cómo se vería la polla de él y si sería tan grande y gruesa como esas manos, y en cómo se sentiría tenerla en su boca.

Dios.

Si el fisioterapeuta no fuera alguien que le disgustaba tanto, alguien que lo enfurecía, que lo frustraba y lo hacía sentir estúpido e inferior, Donghae no estaría tan enfadado consigo mismo.

Habría ido por ello, como siempre lo hacía cuando quería algo, o a alguien, lo suficientemente.

Él sabía que era atractivo.

Él sabía que era lo suficientemente atractivo incluso, para hacer de hombres heterosexuales bi-curiosos. Pero este era Kim-Jodidamente-Zhou Mi.

No había forma en el infierno de que Donghae fuera por él.

Podía fácilmente imaginar el aspecto de superioridad y disgusto en el rostro de Zhou Mi si se diera cuenta de que lo deseaba y que la polla de Donghae goteaba por él.

Una ola de humillación lo barrió ante la idea. Cuan patético se vería.

Sin embargo, él no quería a Zhou Mi. Su estúpido cuerpo estaba caliente y parecía que le gustaba la idea de estar bajo el gilipollas de su entrenador personal.

Sólo necesitaba echar un polvo y luego toda esta tontería desaparecería.

- Ya terminé de jugar al doctor.

Dijo cortante, dejando caer la bolsa de hielo y deslizándose fuera del regazo de Zhou Mi con tanta naturalidad como le fue posible.

Evitando encontrarse con su mirada, se encaminó hacia la puerta.

- Sal de mi casa. ¿Por qué estás siempre en mi casa?

Zhou Mi murmuró algo en voz baja, demasiado bajo para que él lo escuchara, antes de seguirlo fuera del gimnasio.

Donghae no se volteó, pero podía sentir a Zhou Mi justo detrás de él, podía sentirlo con cada pulgada de su cuerpo.

Los ojos de Zhou Mi debían estar al mismo nivel del culo del menor.

¿Zhou Mi estaba mirándolo?

Se estremeció, disgustado con su línea de pensamientos.

Millones de años de evolución y los seres humanos seguían sin ser mejores que los animales.

Animales sin raciocinio guiados por instintos básicos.

No le gustaba el tipo siquiera un poco.

Zhou Mi rápidamente había reemplazado a su hermano, como la persona a la cual Donghae soportaba menos.

Pero eso no cambiaba el hecho de que una parte suya quería darse la vuelta, empujar a Zhou Mi contra la pared y treparle como a un árbol.

Apretó la mandíbula.

Esta noche iba a conseguirse un polvo, al carajo con su lesión.

 


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