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Deep Breathe por gravitycb

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Capítulo 10

 

 

En cuanto entramos por la puerta Jisoo empezó a quejarse de mí. ChanYeol sonrió y disfrutó inmensamente de la situación mientras le aseguraba que SooYoung y yo estábamos bien.

 

—Un chico de tu edad teniendo que correr con su mamá al médico en medio de la noche no es justo, ya te lo digo. Eres demasiado joven para dormir en una sala de espera solo —se volvió y apuntó con la cuchara a ChanYeol —. Deberías haber estado allí. De qué sirves, si no estás allí cuando te necesita.

 

—Señora Jisoo, ChanYeol no sabía nada de ello tampoco. No llamé a nadie. No puede culparlo por eso.

 

Ella dejó escapar un sonoro «uhmmm» y comenzó a agitar la olla de sémola de nuevo. —Bueno, deberías haberlo llamado. Él habría ido. Eres demasiado joven para estar solo en los hospitales. Hay gente loca por ahí.

 

ChanYeol tomó mi plato de la mesa y luego torció su dedo para decirme que fuera a sentarme. Lo hice a su lado.

 

—No pensé en llamar a nadie. He estado cuidando de mi madre durante mucho tiempo. No es gran cosa.

 

La señora Jisoo se dio la vuelta y apuntó con la cuchara hacia mí. —Y eso no está bien. ¿Quién te cuida a ti? —esperó mi respuesta y al no conseguir ninguna, asintió con la cabeza—. Así es, nadie lo hace. No sabes cuándo pedir ayuda porque nunca has tenido a quien pedírsela antes. Bueno, ahora sí. Tienes un muchacho ahí, el cual parece ser capaz de beber el agua del baño, si se lo pidieses y me tienes a mí, y al señor Shindong y a SeHun. Tienes opciones para elegir. Deja de tratar de hacerlo todo solo —dejó escapar un profundo suspiro y se volvió hacia la cocina.

 

ChanYeol me apretó la mano. —Tiene razón. Pero preferiría que me llamaras a mí.

 

Le sonreí y él se rio. —Y, sí, si me lo pides, voy a beber el agua del baño.

 

Me reí en voz alta y sacudí la cabeza. —Estás loco.

 

Asintió con la cabeza. —Por ti.

 

El corazón me dio un vuelco y respiré profundamente para calmarme. —Lo siento, no te llamé. Tiene razón. No estoy acostumbrado a pedir ayuda. Pero es bueno saber que tengo gente a mi alrededor a la que le importa. Todo esto es nuevo para mí.

 

ChanYeol se inclinó y me susurró al oído: —No importa donde esté, siempre voy a estar ahí cuando me necesites.

 

Me estremecí por su aliento caliente contra mi piel y asentí con la cabeza, pero no busqué su mirada. Necesitaba apartar su imagen y calmar mi corazón primero.

 

SeHun entró cuando estábamos terminando nuestro desayuno. Me miró cuando entró en la cocina. —¿Tu mamá está bien?

 

—Sí, gracias.

 

Me dio una sonrisa forzada. —Bien —dijo, y pasó por delante de mí, hacia el guardarropa, para vestirse.

 

Me volví hacia ChanYeol, ya que terminó su jugo. —Tengo que ir a trabajar también.

 

Frunció el ceño, se levantó y llevó nuestros platos al fregadero y enjuagó. Fui a buscar mi delantal y la Sra. Jisoo negó con la cabeza.

 

—No, el señor Shindong te necesita afuera más de lo que se te necesita aquí. Está luchando contra su artritis hoy. No lo quiere admitir, pero puedo verlo en su rostro. Ve a ayudarle.

 

Asentí con la cabeza y miré a ChanYeol para decir adiós antes de irme.

 

Me sonrió. —Tengo una canción en la que estoy trabajando y sentarme en el mirador hoy suena como un lugar perfecto para ser creativo. Te veré en unos minutos.

 

Sonreí y salí. Sabiendo que ChanYeol estaría fuera conmigo hoy, hizo que el día pareciera mucho más brillante. Me acerqué a Shindong, quién estaba arrodillado en el jardín de hierbas, murmurando para sí mismo.

 

—Buenos días, Sr. Shindong. Por qué no se levanta y me deja hacer esto.

 

Frunció el ceño. —Tengo una situación compleja con usted, joven. Se supone que ningún chico de tu edad debería correr por la ciudad en medio de la noche. Deberías haberme llamado.

 

Mi interior se conmovió por aquellas palabras. Había hecho una nueva familia aquí. —Lo sé, señor Shindong y lo siento. Estoy acostumbrado a tomar el cuidado de las cosas por mi cuenta y no pensé en el hecho de que hay gente que se preocupa lo suficiente como para ayudarme.

Se puso de pie lentamente y luché contra el impulso de darle mi brazo para ofrecerle apoyo. Sabía que su orgullo no tomaría mi oferta muy bien.

 

—Para que lo entienda, tiene gente que le ayude ahora. Los dioses saben que el muchacho Park habría salido corriendo si lo hubiera llamado. Nunca he visto un perrito tan enfermo de amor en toda mi vida.

 

Me sonrojé. —No lo llamaría enfermo de amor...

 

El Sr. Shindong levantó una ceja. —Eso es así —dijo, y negó con la cabeza —. Bueno, supongo que tenemos trabajo que hacer. Adelántate y saca las malezas de este jardín aquí, pero debes tener cuidado con las hierbas. Una vez que hayas terminado, sigue adelante y recoge un poco de romero y eneldo para la señora Jisoo. Necesita un poco para la cocina. Voy a ir a limpiar la arena y ordenarla en todo el puente.

 

Asentí con la cabeza, me arrodillé y comencé a desmalezar. Hacer el jardín nunca fue fácil, porque tantas plantas parecían malas hierbas. No era algo que podía hacer sin pensar, así que me concentré en mi trabajo.

 

El sonido de una guitarra rompió mi concentración, y levanté la mirada para ver a ChanYeol sentado en el mirador rasgueando, a la distancia, y me miraba. Sonreí y saludé con la mano, y luego me volví hacia la maleza. Resultó difícil pensar en lo que tenía que hacer cuando su voz flotaba por el patio. Me detuve varias veces para escuchar sus palabras, pero no me atrevía a mirarlo. Su música pronto se convirtió en esporádica y me volví para verlo escribir en un pedazo de papel y trabajar diligentemente sobre su guitarra. Su ceño fruncido y la concentración hizo difícil no mirarlo atentamente. Sabía que si me pillaba, podría arruinar su proceso. Otras veces, vi que me observaba y hacía un guiño y, a su vez, me ruborizaba. Sin embargo, el calor puso mis mejillas rosadas, gracias a eso, que ayudó a ocultar mi sonrojo. Después de que terminé de sacar la maleza y tomado el romero y eneldo de la Sra. Jisoo, me dieron la tarea de recoger todos los residuos que pudieron haber volado en la noche. Acababa de llevar un puñado de ramitas a un barril con ruedas donde el señor Shindong, cuando JunMyeon salió. Se acercó a ChanYeol y volví a recoger los escombros. El cantante se levantó y siguió a su hermano al interior. Traté de no dejar que mi mente se preguntara acerca de dónde iban y me concentré en mi trabajo.

 

SeHun vino a llamarme para el almuerzo, y entré a comer con él, la señora Jisoo y Hye. Todo el mundo parecía tranquilo, así que no hablé mucho. Mi compañera mencionó que tenía que escribir una lista de artículos de limpieza para ser recogido de la tienda, y mi amigo nos hizo reír a todos con historias sobre el nuevo chico en la puerta principal. Jisoo parecía nerviosa por algo, mientras que Hye no me miraba a los ojos. Sólo SeHun parecía en su estado normal. Después de comer, empecé a limpiar y preparar la fruta fresca que la señora Jisoo había comprado en el mercado de los agricultores.

Traté de mantenerme concentrado en mi trabajo, y en la cena, cuando ChanYeol aún no había regresado del mirador, accedí a una partida de ajedrez con el señor Shindong. Lo había pospuesto varias veces la semana pasada, porque aquel cantante siempre había estado esperando por mí. A pesar de que parecía estar mejorando en aquel juego, había ganado incluso algunos partidos recientemente, hoy el Sr. Shindong ganó porque mi mente se quedó en otro lugar, quizás junto a ChanYeol. Dejé al adulto mayor regodearse en su victoria y sonreí ante su burla, luego entré a la cocina.

 

SeHun puso sobre la mesa una bandeja de comida. Me sonrió. —Oye, tú. ¿Quién ganó la partida de ajedrez? Los vi concentrados cuando entré.

 

Sonreí y me encogí de hombros. —Él lo hizo. Estaba fuera de juego esta noche.

 

Mi amigo frunció el ceño y suspiró. —Sí, lo puedo entender. Han sido inseparables últimamente. Puedo ver por qué su llegada te molesta.

 

Sus palabras me sorprendieron. —¿Qué quieres decir? ¿Su llegada? ¿Quién?

 

Vi como mi compañero lanzó una mirada a Jisoo, que hizo un sonido de «tsk» pero se mantuvo de espaldas a nosotros dos.

 

—Uh, lo siento, pensé que lo sabías. Um... —hizo una pausa y movió los pies como si prefiriese dejar la habitación.

 

La señora Jisoo dejó escapar un suspiro. —Sigue adelante y sácalo, muchacho. Haz dejado al gato salir de la bolsa. No lo dejes con dudas.

 

SeHun asintió con la cabeza y me dijo:— No sé qué cantidad de cosas sobre celebridades leas o conozcas, pero Rose Anne, la princesa del pop, y ChanYeol han sido un tema por un tiempo. Incluso, antes de venir aquí este verano... Esta tarde viajo en su avión privado para llegar a esta ciudad y pasará la noche antes de dirigirse a la siguiente ciudad en la cual terminará su gira.

 

Mis rodillas se debilitaron.

 

—Ahora, no te vayas haciéndolo sonar peor de lo que es, muchacho —la Sra. Jisoo le regañó —. Creo que es sólo una amiga del Joven ChanYeol. La forma en que te ha estado siguiendo por ahí como un cachorro, no puedo imaginar que tuviera a otra persona.

 

No podía formar palabras. Miré a SeHun, quien se encogió de hombros. No sabía qué decir, ni qué pensar. Necesitaba tiempo a solas, así que me dirigí a la lavandería a cambiarme. La idea de que él tuviera una novia estrella del pop no tenía sentido para mí. Nunca había hablado de ella antes. No creo que mi amigo me mienta. Rose Anne estaba en esta casa y también pasó a ser la razón por la que ChanYeol nunca regresó.

 

Dolió saber que nunca se tomó el tiempo para explicar. Pero, de nuevo, ¿Qué podía decirle a su huésped?: «Disculpa, pero tengo que ir a decirle al ayudante de cocina que estás aquí y no voy a volver a verlo hoy»? Quiero decir, realmente esta situación sería difícil de entender para alguien en su mundo. Respiré profundo y me recordé que sabía desde el principio que una relación era imposible. Era una estrella que pertenecía al ámbito musical, junto a otras celebridades, y yo trabajaba en la cocina y el jardín. Caminé directo a una situación sin final feliz y lo sabía, pero tomé ese camino de todos modos, sólo porque un par de ojos castaño oscuro hicieron que mi corazón se acelerara y una sonrisa infantil me hizo derretir. «Estúpido» podría ser una palabra demasiado amable para mí. Me tragué el nudo en la garganta y salí de la lavandería.

 

Pasé junto a la señora Jisoo, que estaba retorciéndose las manos esperando por mí. —Sabía que ibas a salir lastimado —dijo con preocupación en su voz.

 

Me mordí el labio inferior, seguía sin confiar en mí mismo para hablar.

 

—Espera, ahora, a SeHun. Te llevará a casa.

 

La idea de tener que hablar con mi amigo y esperar en la casa por más tiempo, mientras que ChanYeol se sentaba en el comedor con una princesa del pop, quien, por razones obvias, era un partido mucho mejor que yo, me hizo entrar en pánico. Tenía que escapar. Tragué saliva de nuevo y le dije a Jisoo: —Estoy bien, pero quiero ir a casa ahora. La veré por la mañana. Un paseo en bicicleta es justo lo que necesito.

 

Sonreí, pero de seguro no llegó a mis ojos. Ella frunció el ceño y me recordó que tuviera cuidado. Me dirigí a casa lo más rápido que pude. Cuanto más lejos llegaba, más difícil parecía volver. La idea de regresar dolía tanto que no estaba seguro de poder hacerlo. He sido tan fuerte, pero incluso yo, tengo un punto de ruptura. Había pedido esto cuando estuve de acuerdo con ChanYeol. Me dejé deslumbrar por su buena apariencia y su encantadora personalidad. Sus intensos ojos y una sonrisa juvenil de alguna manera me hicieron estúpido y descuidado. Necesitaba protección de mí mismo. El pensamiento horrible de que pudiera ser como mi madre me golpeó y las lágrimas quemaron mis ojos.

 

Me detuve en la playa principal. Un paseo ayudaría a calmarme antes de ir a casa para hacer frente a SooYoung. MinSeok comenzó a bajar desde el soporte del salvavidas. Cuando me vio, tiró su sonrisa despreocupada, burbujeante sobre mí.

 

—¡BaekHyun! Te llamé esta mañana, pero no obtuve respuesta. Te dejé un mensaje, sin embargo... Así que, ¿vas a venir?

 

Me había olvidado de la fiesta. —Mmm, sí, iré.

 

Parecía genuinamente feliz. No podía entender por qué este chico bonito, alegre, parecía tan ansioso por ser mi amigo.

 

—Sobre el trabajo de salvavidas, ¿cuánto pagan?

 

Me miró de nuevo, al parecer emocionado por la idea de que fuera un socorrista. —Doce dólares por hora y ¡obtienes los beneficios de estar en la playa todo el día!

 

Esa era una buena cantidad de dinero. No tanto como he hecho ahora, pero lo suficientemente cerca. —Muy bien, si estoy interesado, ¿qué tengo que hacer?

 

Me agarró la mano y me condujo hasta el edificio situado en el paseo marítimo, con cuartos de baño, un bar en la playa y algunas oficinas. —Hay que ir allí y ver a Lucas por la mañana. Te puede dar toda la información. Debes asistir a entrenamiento de resistencia y unos días de clases. Dependiendo de lo bien que lo haces, es el tiempo que tarda. Pero Candy acaba de renunciar la semana pasada y nos falta un salvavidas, por lo que ahora es un buen momento para ir a verlo.

 

Asentí con la cabeza y guardé aquella información. —Gracias, te veré mañana por la noche entonces.

 

MinSeok sonrió. —Genial, nos vemos.

 

Di media vuelta y caminé por la playa. Me había puesto pantalones cortos y una camiseta holgada de color azul, pero la brisa de la tarde todavía tenía el calor del día, así que no importó. Me acerqué a la orilla de la playa y me senté en una de las sillas de alquiler, de madera, abandonadas. Sin los cojines que vienen con ellas, eran un poco dolorosas, pero no tanto como sentarme en la playa y llenarme de arena.

 

Me tumbé y cerré los ojos, dejando que el sonido de las olas del mar me calmaran. Dejé que esto sucediera. Sabía que cuando accedí a pasar tiempo con ChanYeol iba a terminar importándome demasiado. Nunca había dicho que éramos exclusivos. Nunca dijo que me amaba. Sí, dijo muchas otras cosas, como que era su aire y que me necesitaba, pero ahora todas esas palabras parecían casi irreales. Frustrado por hacer exactamente lo que todas las chicas y chicos del país hacían, no era diferente del resto. Sus ojos y su sonrisa me derritieron y enviaron escalofríos por mi espina dorsal. Tenía que conseguir algo a que sostenerme y superarlo. A ChanYeol le gustaba pasar tiempo conmigo porque me encontraba del tipo sin condiciones. Le gustaba estar cerca de mí, porque no pensaba que todo lo que hacía era maravilloso. Tenía admiradores suficientes. No pidió ni necesitaba de mi amor. Fui y me enamoré de él por mi propia voluntad. Me froté los ojos con mis manos e intenté detener las lágrimas que escapaban por mis ojos. Llorar no ayudaría en esto o lo haría mejor. Sin embargo, estaba aquí sentado solo en la playa llorando como un perdedor enamorado.

 

—¡Uf! —me senté y limpié mi cara con la camiseta y decidí que no iba a llorar otra lágrima por Park ChanYeol.

 

El pecho me dolía con la idea de dejar a la señora Jisoo y al señor Shindong y SeHun... incluso extrañaría a la señora Hye, pero, ¿podría estar allí y verlo, estar en su casa, amándolo como lo hacía? Dejé escapar un suspiro, sin saber qué hacer. En momentos como este, realmente necesitaba una madre con sentido común y sabias palabras.

 

—BaekHyun.

 

Me giré hacia donde escuché mi nombre, SeHun estaba caminando hacia mí. Me limpié el resto de lágrimas y me levanté. Todavía llevaba su camisa de vestir blanca del trabajo, pero estaba fuera del pantalón y el cuello aflojado.

 

Cuando se acercó lo suficiente como para oír mi voz sobre el viento y las olas, le pregunté: —SeHun, ¿qué estás haciendo aquí?

 

Mi amigo sonrió tímidamente y apuntó de nuevo a la estación de salvavidas con el pulgar por encima del hombro. —Tengo una fuente interna.

 

Confundido, fruncí el ceño y miré hacia el lugar donde había conversado con MinSeok.

 

Vio el ceño en mi cara y dio un suspiro dramático. —¿Sabes el apellido de MinSeok?

 

Negué con la cabeza lentamente, tratando de recordar si me había dicho su apellido.

 

—Kim MinSeok, también conocido como mi hermano pequeño.

 

Mi boca formó una «O», y me volví hacia él, estudiando sus características atractivas. De repente, me di cuenta de que él y su hermano compartían la misma mirada y sonrisa. —¿Sabe que trabajo contigo? —nunca había dicho nada antes y su amabilidad tuvo mucho más sentido al ser que su hermano era mi amigo.

 

Asintió con la cabeza como si fuese declarado culpable de un delito.

 

—Sí, te mencioné en tu primera noche de trabajo cuando llegué a casa y él te recordaba de la escuela.

 

Asentí con la cabeza, todavía sorprendido por la conexión. Realmente nunca pensé en el hecho de que SeHun tenía familia aquí y poder llegar a conocerla.

 

Y entonces me di cuenta: lo que sabía sobre ChanYeol. —¿Sabe...?

 

SeHun negó con la cabeza. —No. No, no puedo hablarle de ChanYeol. Se volvería loco y comenzaría acechar mi lugar de trabajo.

 

Sonreí con tristeza, pero una oleada de alivio se apoderó de mí. —No lo veo como del tipo acosador.

 

SeHun se echó a reír y alzó las cejas de color negro. —Park ChanYeol pasa a ser todo lo que cubre sus paredes de la habitación.

 

Sonreí y volví a sentarme. —¿Por qué has venido a buscarme?

 

Él se sentó en la silla a mi lado. —Eres mi amigo, y no me gusta saber que estás herido. Me gustaría que hubieras esperado a que te acompañara a casa, pero entiendo por qué querías irte.

 

No contesté porque no estaba muy seguro de qué decir. Miramos hacia el agua durante algún tiempo.

 

Finalmente, SeHun me dijo: —Sabías que sólo estaría aquí por un tiempo. Se va a ir, y vas a estar aquí. Sus mundos son muy diferentes —se detuvo y se aclaró la garganta —. No eres como los otros chicos, BaekHyun, y eso es atractivo para algunos hombres. Nos cansamos de lo mismo y cuando alguien tan hermoso como tú aparece, con toda su personalidad dulce, ingenuo, aceptando formas, es lo que estamos buscando.

 

Empecé a discutir, pero me detuvo con las manos.

 

—No estoy diciendo nada de esto bien, así que voy a terminar y ver si puedo explicar esto mejor. La primera vez que te vi, me atrajo de inmediato tu apariencia externa. Sin embargo, después de hablar contigo, conocerte y verte en el trabajo, me di cuenta de que había sido atraído a que eras simple y tímido. Mi conjetura es que ChanYeol no ha estado cerca de alguien con tus rasgos en mucho tiempo, y se mezcla todo con el hecho de que eres un rubio hermoso y ¡bam! se enganchó. No se le puede culpar por quererte —la mano de SeHun se hizo un puño sobre su regazo. Parecía enojado ahora —. Pero no puedo culparlo por actuar en su interés por ti. Desató todo su encanto en ti, a sabiendas de que sólo podía ser por un corto tiempo. Y para ello, voy a asegurarme de que pague.

 

Un nudo repentino de miedo se formó en mi estómago, y de inmediato sacudí la cabeza. —¡SeHun, no! Elegí esto. Tienes razón, sabía que no era tan serio para él, ni siquiera a largo plazo. Dejé que me importara demasiado y es mi estupidez. Nada de lo que hizo estuvo mal.

 

El joven más alto negó con la cabeza. —Es mayor y más conocedor de los caminos del mundo que tú. Lo culpo.

 

Me eché a reír, no sé cómo, pero lo hice. —Necesito un amigo, SeHun, no un caballero de blanca armadura.

 

SeHun sonrió. —Soy tu amigo, BaekHyun y eso nunca va a cambiar. Sin embargo, no me importaría ser tu caballero de armadura blanca tampoco.

 

Negué con la cabeza. —Realmente no lo elegí, SeHun. Mi corazón lo hizo. No quería amarlo. Sabía que iba a terminar rompiendo mi corazón, pero no pude evitarlo. Cada vez que estoy a su alrededor, me conmueve. No es el tipo que todos ven en la televisión. No es una estrella de rock millonaria y poco profunda. Tiene un gran corazón y está este niño dentro que todavía necesita la aprobación de aquellos que le importan. Acepta a otros por lo que son y no juzga a las personas.

 

La expresión de SeHun parecía tan triste. —Te metiste dentro de la estrella y encontraste el corazón. Sólo hará esto más duro para ti —se acercó y tomó mi mano —. Estoy aquí con un hombro sobre el que llorar, cada vez que lo necesites.

 

Quería llorar, pero sabía que no podía hacerlo delante de mi amigo. No lo quería enojado con ChanYeol, porque me había convertido en un tonto enamorado. En su lugar, me puse de pie. —Tengo que volver a casa.

 

Puse las manos en los bolsillos de mis pantalones cortos. El viento de la tarde había empezado a enfriarse.

 

—¿Puedo acompañarte a casa?

 

Pensé en ello y luego sacudí la cabeza. —Estoy demasiado cerca de casa y el viaje será bueno para mí.

 

—Está bien, si eso es lo que quieres.

 

—Lo es —dije.

 

—¿Vas a estar mañana en el trabajo, o vas a estar aquí para el trabajo de salvavidas?

 

—Voy a estar en el trabajo —no me había dado cuenta de que había tomado una decisión hasta que lo dije en voz alta.

 

 

 

 


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