Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Querido diario por Cat_Game

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 7, fecha: 21 de Febrero


—¿Mamá? —pregunté.


Todo indicaba que ese día iba a ser pésimo…así lo creí. Mi madre había llegado por la mañana, había entrado a la casa de mi tío y ahora estaba sentada frente a nosotros, en la sala. Ella traía una blusa blanca y una falda justa hasta las rodillas; su cabello estaba sujetado en una especie de coleta y sus ojos verdes claros resaltaban por el maquillaje que combinaba con sus facciones y atuendo.


Había esperado encontrar a mi padre también, pero, de acuerdo a mi madre, él no había podido venir.


—¿Estás comiendo bien, David? Luces más delgado —mi madre habló con un tono notoriamente ofuscado.


—Marina, el niño está comiendo bien —mi tío repuso.


Mi río había preparado unos bocadillos previamente, y había servido unas tazas de café para acompañar el momento. Yo estaba sentado junto a él, en el sillón de tres cojines grades, y mi madre se hallaba en el sofá de la izquierda.


Escuché un suspiro profundo de mi madre y me percaté de que sus manos temblaban, pues la taza se movía un poco entre sus manos. ¿Estaba nerviosa, molesta o decepcionada?


—Voy a ser franca, Louis —mi madre dijo—, necesito que David se quede contigo por un tiempo. Quizá un par de meses o hasta Junio.


No había esperado ese mensaje por parte de ella. ¿Por qué pedía eso?


—¿Y la escuela? —mi tío interrogó con su voz seria.


—Pagaremos la matrícula de la escuela cercana de aquí. Bueno, en realidad —ella aclaró la garganta—, yo la pagaré. Te puedo depositar o enviarte un cheque, como veas mejor. También —acalló y tomó el bolso negro que solía acompañarla. Sacó su cartera y ofreció una tarjeta al colocarla en la mesa. Continuó—: podrás tener tu mesada aquí, David. Yo absorberé los gastos de pasaje, comida y algunos caprichos que puedas tener como ropa o maquillaje.


—¿Tú?


—Fernando…está muy molesto. Piensa que David está haciendo algo malo. Quiere enviarlo a la escuela militar, pero lo convencí de que podría tomarse un semestre lejos para aprender cosas nuevas y adquirir experiencia distinta. Además, nos vamos a divorciar.


¿Qué? ¿Divorciarse? No…no podía creerlo. Nunca había pensado posible que mi madre decidiría algo así. Claro, a veces discutían, pero nunca al grado de algo irremediable. ¡Oh, por dios! ¿Era yo la causa de esa decisión?


Me puse de pie y contemplé a mi madre con lágrimas en los ojos.


—¿Por qué? —pregunté con rapidez.


—Tu padre es un idiota, y tú y tu hermano ya no son niños…así que ya no voy a seguir aguantando sus estupideces ni a sus amantes. Raúl y yo viviremos en un departamento, puesto que tu padre ha decidido aceptar el divorcio bajo algunas condiciones como la venta de la casa y división del valor. Si tú te quedas con Louis, estarás más seguro acá.


—Oh, mamá, lo siento tanto. No lo sabía.


—Descuida. Sé que no he sido la mejor madre y que te he puesto poca atención, pero era la única forma de protegerte de tu padre. Yo no quiero cometer los mismos errores que mis padres, por eso…dejé que te fueras. Sabía que vendrías aquí, con tu tío, porque alguna vez te dije que él había vivido algo fuerte en la familia y sabía que te sentirías identificado con él.


Me senté y limpié el rostro. Había juzgado a mi madre de la peor manera y había ignorado el tipo de sacrificios que había hecho por mi hermano y por mí.


—Si las cosas salen lo mejor posible, nos mudaremos a Bilbao. Pero, por ahora, es mejor que residas con Louis.


—Por mí no hay ningún problema —afirmó mi tío—, y debo agregar que estoy sorprendido. Creí que vendrías a pelear.


—¡Por dios! Luis, ya no soy la misma niña inmadura que seguía todos los comandos de papá, como cuando te fuiste de casa. No voy a juzgarte más. Por favor, cuida de David, ¿quieres? Yo los visitaré en un par de semanas, cuando haya hablado con la abogada sobre un par de detalles.


—De acuerdo.


—G-Gracias, mamá —dije con honestidad.


Después de la conversación y despedida, regresé a la habitación y me senté en la cama. Sonreía como un idiota y sentía una calidez en mi pecho. Estaba feliz y muy orgulloso de mi padre.


A partir de ahí, las cosas parecían tener una chispa de mejoría. Mi tío me ayudó a inscribirme a la escuela de la localidad, fuimos de compras para conseguir un poco más de ropa y… ¡Ah! Me sentía tan querido.


Mi tío me dio algunos consejos para seleccionar unos pantalones justos, unas playeras y sudaderas que eran de colores: blanco, rosa claro y negro; esa ropa acrecentaba mi imagen andrógina. ¡Y es que no lo podía creer! Todavía me sentía como adormilado, como si alguien hubiera anestesiado mi cuerpo pero retirado las punzadas de dolor en mi pecho.


Por fortuna, tendría que esperar sólo un par de días, más el fin de semana, para ingresar a la nueva escuela. Además, con el apoyo de mi tío, compré un smartphone de gama media y buen precio, para así mantenerme en contacto con mi mamá, con Raúl, mi hermano, y con mi tío.


No sé si era mi imaginación, o si estaba muy emocionado por todo lo que ocurría a mi alrededor, pero creí que las cosas serían asombrosas y muy positivas.


Me parece que puedo empezar a creer que la vida tiene su lado positivo, ¿verdad? Sí, puedo hacerlo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).