Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Querido diario por Cat_Game

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 8, fecha: 26 de Febrero


El primer día de clases en la nueva escuela comenzó con un desayuno rápido junto al mi tío, una charla motivante durante el trayecto y mi nerviosismo que me acompañó en la caminata hasta el casillero que me habían asignado.


Para cuando sonó la campana, me dirigí hasta el salón correspondiente y entré; había unos quince adolescentes o un poco más con distintas vestimentas y distintos estilos. Detecté a algunos grupos: los chicos de atrás a la izquierda que vestían todo de negro, los cuatro de en medio que parecían aficionados al deporte, unas chicas a la derecha que usaban minifaldas y sus cabellos estilizados, y, al final, unos chicos que parecían del gremio de geeks y aficionados al anime y esas cosas.


Me detuve en seco al reconocer a Antonio y Marco; ellos dos estaban con el grupo de atrás del centro, los chicos geeks. Sonreí con timidez al notar que Antonio me miró, pero me volteé de inmediato y me senté en el pupitre libre al fondo de la primera fila.


Ese día traía mi cabello en una media coleta sin mucho orden, un pantalón justo, de los nuevos, y una sudadera holgada de color blanca con un estampado tierno de conejo que tenía en la capucha las orejas.


—Muy bien, clase —sonó la voz del profesor al entrar al aula. Era un sujeto joven, de cabello negro, tez bronceada y un atuendo entre casual y formal por un saco azulado oscuro—. Hoy tenemos que revisar algunas cosas pendientes. Pero, antes de eso, tengo entendido que tenemos a un nuevo compañero con nosotros.


De inmediato el salón quedó en orden y en silencio. La campana había sonado, así que la primera clase había iniciado por fin.


—¿Podrías presentarte? —el profesor me miró al hacer la pregunta.


—Ah —intenté hablar, pero me percaté de que era observado por toda la clase. Aclaré un poco la garganta y hablé—: mi nombre es David Gonzales y…pues voy a vivir aquí en Zaragoza por un tiempo.


—Bien, buen inicio —el profesor dijo—, ¿algo más? Digo, normalmente nos gusta agregar un poco de información extra en las presentaciones.


—Mmhmm, pues…me gusta el cine y las artes plásticas. Pero mi fascinación es la ciencia, como la astrofísica.


—¡Bien! Un gusto poco común. Bienvenido, David, y pues nada, que ya vamos a continuar. En la clase pasada estábamos revisando la importancia de las Redes Sociales en la época actual.


Era una fortuna que el profesor iniciara la clase de inmediato, pues estaba tan nervioso que percibía mi corazón latir con fuerza. Me enfoqué en la clase y abrí el libro correspondiente. Sé que algunos de mis compañeros todavía miraban de vez en cuando a mi lugar, y de entre ellos Antonio lo hacía.


Cuando terminó la clase, guardé mis útiles y salí del salón como el resto de los estudiantes. Me dirigí por el pasillo e ignoré las miradas de incredulidad de algunos. Creo que era obvio que por mi imagen la gente tuviera dudas, así que preferí apresurar el paso y llegar al salón de Historia.


Antes de entrar, dos jóvenes se interpusieron en la puerta; eran de mi clase, los reconocía por sus estilos de deportistas. Uno era rubio y el otro moreno.


—Oye, tío —el rubio habló con tono varonil—, David, ¿no? Uno creería que los afeminados no salían de sus casas y andaban por allí. Pero, bueno, es que Rodri y yo tenemos una duda.


Supuse que el moreno era Rodri. Rodri se burló y acortó la distancia conmigo.


—Eres un hombre, ¿no?


Agaché la mirada. No quería problemas; además, conocía bien el tipo de gente como el rubio y Rodri frente a mí: los que disfrutaban de molestar y humillar a otros.


—S-Sí —decidí responder con timidez.


—Qué lástima, tío, pues tienes un rostro bonito y con ese cuerpo delgado… Es una lástima. Pero —el rubio se acercó a mí y tocó mi rostro—, no quieres problemas, ¿verdad?


—N-No —negué al retirar mi cara del tacto del rubio.


—Bien, entonces…ten mucho cuidado, maricón.


Rodri soltó una carcajada y empujó mi cuerpo. Caí al suelo y mi pecho se estampó con el piso. Los dos bravucones se burlaron y se adentraron al salón.


Me puse de pie con rapidez y me encontré con Antonio y Marco. Antonio se acercó a mí con rapidez y me ayudó a acomodar la mochila.


—¿Estás bien? ¿Fueron Santiago y Rodrigo? —Antonio preguntó—. No les hagas caso. Hay, ¿quieres sentarte con nosotros?


De pronto, Marcos tocó el hombro de Antonio y lo jaló un poco.


—¿Lo conoces? —Marco indagó.


—Sí, sí, es…David —Antonio replicó—, es…un amigo que juega en línea conmigo y se acaba de mudar aquí.


—Ya… —Marco arrojó una mirada hacia mí y regresó el interés a Antonio—. Vamos adentro.


—Vale, pero suéltame, tío.


Marco dejó a Antonio y sólo arrojó otra mirada de seriedad hacia mí. Entró primero él al salón.


—G-Gracias —dije con una sonrisa.


—¿Entramos? —Antonio me ofreció la pasada.


Creo que me equivoqué respecto a Antonio, así que acepté su invitación y me senté el resto de las clases con él y Marco.


El resto del día se pasó rápido y conversé un montón con Antonio y su grupo de amigos. Hugo y los demás también estaban en la escuela, sólo que en una sección distinta.


Fue tan agradable sentir que pertenecía a un grupo, que ignoré el incidente con Santiago y Rodrigo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).