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Querido diario por Cat_Game

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Día 9, fecha: 3 de Marzo


Aunque hubieron algunos incidentes menores en la escuela, no fue nada interesante para contar. Del mismo modo, tuve una montaña de tarea y trabajos extras para no atrasarme por la entrada tardía, así que no tuve tiempo para escribir en el diario.


Pero, por fin, llegó el Viernes y no puedo dejar pasar todo lo que ocurrió el día de hoy.


Al término de las clases, Antonio me pidió hablar en una de las jardineras detrás de la biblioteca, así que lo busqué. La biblioteca es un edificio difícil de perder de vista ya que luce una fachada de cristal y escaleras enroscadas externas, por lo que pasé con facilidad, y atrás encontré una zona repleta de jardineras y quioscos redondos para descansar o estudiar.


Antonio estaba sentado en la parte final, hasta la derecha, tenía un libro y parecía que leía. Me dirigí hasta la jardinera y lo saludé con un poco de timidez.


—Hola —dije con mi voz baja.


Antonio cerró el libro y pude notar que era una novela gráfica del escritor Neil Gaiman.


—Hey, ¿cómo estás?, ¿qué tal va todo con los trabajos extras? —Antonio me preguntó.


Sonreí y me senté a su lado.


—Bien. Es probable que termine todo para el Lunes, así que no habrá problemas… ¿Te gusta Neil Gaiman?


—Sí, es uno de mis favoritos.


—También es uno de los míos —reveló con entusiasmo.


—Tienes buenos gustos. Oye…¿David?


—¿Sí?


—¿Quieres ir mañana al cine conmigo?


¿U-Una…cita?


Moví mi cabello hacia detrás de las orejas y suspiré. Si me hacía ilusiones falsas, podría terminar herido, así que no podía crearme la idea sin antes corroborar lo que Antonio pedía.


—¿A-Al cine? —reiteré.


—Sí. Tengo boletos para la función de la película “La forma del Agua”, ¿quieres ir?


Moví la cabeza hacia Antonio y asentí.


—¿I-Irán los demás? —pregunté.


—S-Sí… Oh… Bueno, no lo sé. Sólo tengo dos pases y quería invitarte a ti. No sé si los demás irán a ver la película este fin de semana o hasta el próximo.


—Entonces, ¿seremos sólo nosotros dos?


—¿Te…incomoda?


—N-No…no lo sé —revelé con honestidad.


Tenía mucho miedo. Las únicas dos veces que alguien me había invitado a una cita, había sido muy difícil; además, usualmente la gente buscaba burlarse de mí o atacarme.


—¿No quieres?


Me puse de pie e intenté disculparme, pero Antonio sujetó mi brazo y se levantó. Luego, jaló mi cuerpo hacia atrás de la jardinera y quedamos en una especie de callejón que era parte de la conexión entre el edificio de la biblioteca y la sala de cómputo. Estábamos escondidos a la vista de todos.


Me quedé estático y sólo miré a Antonio; ¿qué debía pensar? ¿Qué planeaba?


Y, de forma apresurada, él me encerró entre la pared y su cuerpo, después me besó con suavidad. Cerré los ojos y correspondí el beso. Antonio puso una mano en mi cintura y la otra en rostro y cuello; nuestros cuerpos rozaban de las piernas, caderas y cinturas.


Sentí que estaba como soñando, como si todo a nuestro alrededor se apagara de manera lenta; las únicas sensaciones que percibían eran: la lengua de Antonio en mi boca, nuestras respiraciones entrecortadas, sus manos, mi corazón palpitante y el calor que se encendía en mi ingle y entrepierna.


Cuando Antonio rompió el beso, abrí los ojos y lo contemplé. Sus ojos cafés arrojaban como una especie de excitación demasiado obvia.


—¿A-Antonio? —decidí romper el silencio.


—Eres muy bonito, David. Desde que te vi en la tienda, vestido como una chica, pensé en…robarte un beso. Fue una fortuna que entraras aquí.


—Entonces, lo de mañana…¿es una cita?


—Sí —replicó Antonio con una sonrisa en su rostro.


Otra vez me besó, pero fue más tierno que el pasado. Unos segundos después, se alejó de mí y tocó mi mano.


—¿Nos vemos en el cine, o paso por ti?


—Oh…e-en el cine.


—Bien.


—¿A-Antonio?


—¿Sí?


—¿Te…te molesta si uso ropa de mujer?


—No, no; al contrario, puedes ir vestido así, como chica.


¡Por dios! Esto debía ser una broma, ¡una maldita broma! ¿Dónde había estado todo este tiempo?, ¿cómo era posible que no había conocido a un chico como Antonio en los dieciséis años de mi vida?


Al despedirnos, intercambiamos el nuevo número de teléfono y una vez llegué a casa le envié un texto. Pasamos horas hablando; discutimos sobre el juego Magic, sobre algunos autores de literatura, películas y anime.


Estaba tan emocionado que incluso me puse a buscar ropa en el armario para encontrar el mejor atuendo.


A pesar de que no había sido mi primer beso, debía aceptar lo mucho que había disfrutado del contacto con Antonio.


Ahora, estoy completamente convencido de que llegar hasta acá, de vivir con mi tío Louis ha sido lo mejor que me ha pasado.


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