Después de un almuerzo que se puede notar bastante alegre, aunque algunos otros presentan incomodidad que se puede apreciar, por parte de dos bronce que discretamente entre ellos, deseaban sentarse a lado del Pegaso, pero que al final ninguno pudo pues el pequeño Lemuriano, quería conversar con uno de sus amigos más cercanos, algo que alivio al castaño, aunque los otros dos debieron resignarse ante esto.
Obvio, es evidente ante los ojos de los demás que algo está ocurriendo, pero es mejor no meterse en su totalidad, pues más adelante tendría oportunidad de saber que ocurre.
Otra situación incómoda que se está dando, es que en el momento en que Saga baja casi arrastrando a su gemelo menor, que obligo a darse un baño cambiarse de ropa y al menos poner una cara tranquila, aunque por dentro el gemelo mayor este echando chispas, pues se ha enterado de lo ocurrido con el toro, y claro que se encuentra enojado y bastante indignado que su hermanito sucumbiera ante esto y más al estar ebrio.
Pero Saga no culpa solo a Alde, también le dio la regañada de su vida a Kanon, cosa que este no tomo nada bien, pero era mejor que no digiera nada, pues debe admitir que así de molesto se escuchó cuando tuvo los reclamos contra Aioros, y eso que fue un malentendido, y cuando paso algo entre ambos ya estaban casados, no era extraño que ocurriera.
Y el torito todo triste, dejando escapar suaves suspiros, cabizbajo, apenas si probando algo de bocado, sin reír, ni decir ninguna palabra.
Bien, mucha rareza de parte de todos, pero en este momento algunos también están ocupados ayudando a la dulce pareja que en este día se casa, y organizar todo, y una de esas personas es la Diosa que está más interesada en dejar todo perfectamente listo, para que sea acorde y al gusto de los enamorados.
Además que Hyoga un necesita tiempo para procesar, que su maestro tendrá un hijo, a lo cual lo volvería un hermano mayor, aunque el Ruso le gustaría más saber cómo demonios sucedió eso.
Más eso sería a un tiempo prudente.
Cuando todos terminaron de almorzar, la Diosa sonrió ante este nuevo día tan bonito que se avecina, y decidió que era el momento para irse.
Claro que no advirtió a los jóvenes de bronce que con solo un chasquido, su alrededor se volvería a las tierras que visitarán, obviamente confundiendo a los más cinco nuevos integrantes solo por un día.
-¡¡¡¿CÓMO PASO ESO?!!!- Seiya fue el primero en gritar al momento de verse enfrenté de una hermosa playa, arena blanquecina, sol y varias personas alrededor nadando, caminando, comiendo helado y demás.
-Qué bonito- Andrómeda sonríe, impresionado por la hermosa playa enfrenté de él.
-Mucho calor…- Es lo único que agrega el rubio Ruso, ante la temperatura de la costa.
-Este país es muy caliente- Su maestro de inmediato se une a decirle esto, pues tampoco está en gracia por el clima, pero ya aprendió de Afrodita arreglar su cabello, para no sufrir tanto.
-¿Dónde estamos?- Confundido el dragón, para mirar a su maestro.
-Pues dijo que un lugar llamado Jalisco, pero… No sé- Niega rápidamente el Chino, pues está más concentrado en dar mimos al patriarca y a su futuro bebe.
-Sí, estamos en el estado de Jalisco, más precisamente pueden admirar al hermoso Puerto Vallarta, un lugar precioso y divertido, para disfrutar del mar, comida, diversión al aire libre- La Diosa sonríe parándose delante de todos, ya cambiada con un traje de baño, y de igual forma los demás que ya no lo toman de raro, pero si los jóvenes al darse cuenta de esto.
-¿Por qué yo tengo un pollo en esta cosa?- El Fénix, señala su traje de baño, que en efecto tiene la imagen impresa de un pollo rostizado, algo que lo deja de un pésimo humor.
-Porque es tu apodo ¿No?- La joven contesta tranquila, aunque ahora ya dudosa.
-¡¡¡¿DESDE CUÁNDO?!!!- Pregunto molesto, intentando guardar su cólera un tanto, pues la chica parece no querer ofenderlo de verdad.
-¿Eh? Bueno… Así escuche que te llamaron algunos y pensé que era de cariño, como le dicen a Hyoga pato, y a Seiya Pony- Ya revela tal cual como son nombrados los otros, aunque si bien no es un secreto, si es algo ofensivo que en otros lugares les llamen así, personas que ni siquiera lo conocen.
Pero más por hacerlo sin tener intenciones, creyendo que era algo agradable.
Algunos dorados se rieron de esto, los responsables de que la Diosa hablara de esa forma.
Camus fue quien dedico una mirada de odio al cuarto guardián, por haber dicho algo así de su alumnos o mejor dicho ya para estas alturas hijo.
Aunque no debió hacer mucho más, ya que su prometido de inmediato encara el cangrejo, para darle un golpe en la cabeza por ofender a su hijo de igual forma.
Pero antes de siquiera iniciar una pelea, Libra está atento a que no estén haciendo más idioteces de las normales, ya que es evidente que el embarazó del patriarca se está desarrollando más rápido por el crecimiento de su vientre un poco más que ayer.
Una buena regañada, y todos van a obedecerle sin duda, hasta los de bronce mejor se callan, esperando mejor a seguir lo que diga la Diosa, bueno algunos otros ya están con sus caras de amargados.
-Bueno… Ja, ja, ja, una disculpa si así no es como les gusta ser llamados…- No sería grosera, solo estaba confundida, pero igual no dejaba de estar alegre por este precioso día –Miren, olvidemos esto, y gocen de las maravillas náurales de esta linda playa, ya saben lo de siempre- Mira a los dorados y luego a los de bronce –Solo espero que no se metan en tantos problemas como mis amigos aquí presentes- Ahora señala con la mano a los catorce dorados, que sin duda en algunas ocasiones se han portado peor que el pequeño Kiki.
-Ja, ja, ja, ¿Mejor?- Pregunta curioso Seiya -¿Qué han hecho?- Sí que le gusta saber situaciones ajenas.
-Seiya, no tienes por que saberlo- Aioros de inmediato menciona algo preocupado porque su alumno ahora lo vea como un revoltoso, aunque fue porque su Saga lo disculpará.
El castaño se gira al Griego de cinta roja y con una sonrisa curiosa, insiste –Ahora estoy más intrigado-
-Ja, ja, ja, si quieres saber te puedo contar- La joven sonríe entusiasmada, para ver al Pegaso y luego al pequeño Kiki -¿Qué les parece si vamos a dar una vuelta, mientras cada quien hace lo que guste?- Propone bastante tranquila, ya que como ha intentado hacerlo, que todos estén un tiempo con sus parejas.
Además así acompaña aun rato al pequeño Lemuriano, mientras los padres de este tienen sus momentos tranquilos, ahora que se les unirá un hiperactivo chico, que puede notar es la manzana de la discordia en dos situaciones, puede que le de alguna ayuda.
Sin más la mayoría acepta, bueno los que se encuentran de buen humor si prestaron atención, los otros de plano están en su miseria hundidos y dos de bronce más en pensar, que querían pasa tiempo con el Pegaso, que no dudo en ir con la Diosa, ya que desea escapar un poco de todo el embrolló de ser el centro de atención del Dragón y el Fénix.
Demasiado para Seiya en cuestión de estos temas, y un no sabe qué hacer en sí.
Y así la mayoría se repartió en binas, que en el caso de Milo y Camus, que están más tranquilos con respecto a que este día tendrán una linda boda, el escorpión deseaba hablar a solas con el Cisnes.
Cosa que sin duda toma de raro a Acuario, pero lo dejaría ser, al final es en el otro caballero dorado en que confía para hablar con su hijo.
Claro Que Milo no dejaría que su amado cubito se quedara bajo el sol playero de esa zona, así que con el monedero de la Diosa con fondos ilimitados, compro una esas coloridas sombrillas, clavándola en la arena, quedando firme y así cubrir a Camus del sol, también algunas sillas para que se siente y este cómodo.
No se deslinda en ningún momento de su responsabilidad de futuro esposo y padre.
Además que el pidió a Andrómeda que cuidara de su cubito, algo que se aprovechará muy bien.
Y que de cualquier forma viene siendo su nuero ahora, aunque no tienen mucho de que conversar, solo de algunas cosas sobre cómo ha sido su visita aquí, la boda y sobre que se siente estar esperando a un pequeño.
Claro que esto solo provoca que el peliaguamarino este mas rojo que nada en cada instante, pero contestando lo mejor posible.
A unos cuantos pasos de ese punto, suficientes para no ser escuchados, pero si para ser vistos y de vuelta a quienes los esperan en el lugar improvisado que Milo hizo.
-¿De qué quieres hablar Milo?- De inmediato Hyoga le cuestiona, no llamándolo padre como quisiera, pero si plantándole cara más relajada.
-Pues…- Inclina levemente la cabeza, dejando escapar un suspiro y sonriendo –Solo quería decirte que… Amo mucho a tu maestro… Tu papá… Y que espero estés feliz porque ambos nos vamos a casar y tener un hijo- Al parecer el escorpión desea en cierta forma que el rubio este de acuerdo, aunque mucho que pueda hacer para negarse ya no está en discusión en sí.
Sorprendiendo algo el rubio, pero igualmente su semblante es sereno, dando un aire a como es su maestro en situaciones incomodas –Sé que ama mucho a mi…- Es raro saber cómo decirle ahora, ya que le ha pedido que le llame de cierta forma, si es su deseo –Papá… No sé cómo sentirme, pero lo que si se, es que si él está feliz y tú lo haces feliz, yo no tengo más que decir…- Se acerca al Griego sin importarle la diferencia de estaturas y rangos –Salvo que debe cuidarlo, no hacerlo enojar más de la cuenta, y si es cierto que un bebé…- Aun procesa aquello, aunque la explicación se dio brevemente.
-Claro que hay un bebe, yo mismo lo hice con él y…- Orgulloso por decir aquello, a este chico que claramente aun no pasa a ese evento con su actual pareja.
Hyoga de inmediato, se pone rojo y cubre la boca del peli cerúleo -¡¡¡NO NECESITO SABER DETALLES!!!-
Sorprendido algo Milo, pero dándola cierta gracia el comportamiento del cisne, ya que a su parecer uno de los trabajos de un buen padre es avergonzar un tanto a sus hijos y se está cumpliendo con esta regla.
Un tanto apartado de ese punto, se puede ver a Saga mirando de reojo la soledad de su gemelo, el cual parece siempre querer alejarse el mayor tiempo posible, y obvio al saber lo que ha ocurrido, y que de igual forma alejo al toro.
En el corazón del mayor, sabe que no debería dejar en soledad a su hermano menor, pues comprende que es a veces muy testarudo y no piensa antes de actuar ya a sus veintiocho años, pero tampoco quería dejar solo a su esposo.
Aunque si bien es algo que Aioros ha notado en la inquietud de su amado.
-Veo que las cosas siguen estando algo difíciles- Comenta, mientras rodea la cintura de su peli azul, para que tenga mayor apoyo por el estado de gravidez, aunque apenas es un tanto evidente en su vientre.
-Demasiado…- Solo responde, sabiendo que bien podría contarle esto sabe que Sagitario no andaría diciendo nada, pero respeta que es privacidad de su hermano y si le conto fue en suma confianza.
-Si quieres, ve con él…- Da su consentimiento a esto.
-Pero, Aioros…- Estando a nada de replicar, sus labios son callados por un gentil y dulce beso, que ruborizar sus mejillas.
-No te preocupes por mí- Le sonríe, para mirarlo de frente –Desde luego no me gusta alejarme de ti, ni siquiera un segundo, pero…- Asiente tranquilo –Sé que en estos momentos, Kanon te necesita… ¿Qué clase de esposo seria, si no te dejara ir a ayudarlo?- Le pregunta, comprende el castaño que si la situación fuera al revés, su Saga desde luego el diría que fuera a ayudar a Aioria.
-Solo no quiero que sufra… Pero es un terco de primera- Refunfuña aun con sus mejillas sonrojadas y los Viridian mirando a los verdes oscuros.
-¿Puedo ayudarte en algo?- Le cuestiona rápidamente, dándole de esta forma su apoyo.
-Me gustaría, pero…- Desvía la mirada, y demuestra algo de molestia en su tono, pues recuerda que su hermanito ya anduvo de imprudente de una forma que tampoco le agrada.
-Saga…- Le llama, para levantar su mentón y hacer que lo mire –Sé que estas a salvo con él también, pero… Si te llegas a sentir mal o sientes mucho enojo o algún sentimiento negativo por lo que sea, me digas de inmediato, o me llame con tu cosmos…- Pensativo se pone el Sagitario –Aunque si siento alguna perturbación aunque sea mínima, iré a verte y a nuestro pequeño o pequeños…- Rápidamente acaricia ese pequeño vientre apenas abultado.
-Sé que puedo confiar en ti- Asiente, sintiendo la calidez de esas manos, aunque estén en una zona calurosa es lo más agradable del mundo –Anqué este del otro lado del mundo, irías por nosotros- Su corazón latiendo emocionado por las atenciones de su esposo, es feliz de haber aceptado que ama al noveno caballero dorado.
Ojala su hermanito no fuera tan testadura y aceptará que está profundamente enamorado del segundo dorado, pero…
Siempre ha sucedido que de los dos gemelos, Kanon es quien tiene más terquedad en su decisiones y palabras, a lo cual es muy difícil dar su brazo a toser, solo con la excepción de su hermano mayor, siendo una debilidad grande y ahora su futuro y futuros sobrinos.
-Yo iré un rato con mi hermanito y Shura…- Se queda callado dándole un brazo a su esposo –Aun no he amenazado como se debe a Shura… Creo que me falta hacer algo así- Le da cierta gracia, ya que le parece un tanto exagerado amenazar al novio de su hermanito, se ha dado cuenta y no le parece nada mal, solo que eso si… No está dispuesto a saber que su hermanito fue profanado sin que estuvieran casados.
-No dejes sin novio a tu hermano, por favor- Le pide un tanto no convencido el peli azul.
-Tranquilo mi amor, sé que Shura es calmado y mi hermanito es prudente, a lo mucho que han podido llegar es a besos y abrazos- Sonríe de forma forzada y con algo de cosmos alterado –Más le vale a Capricornio no haberlo tocado de ninguna forma grosera-
El peli azul se le queda mirando no tan convencido en esta ocasión, pues… ¿Desde cuándo su esposo es de cambios de humor tan repentinos que asustan?
Sin más que decir, y obviamente, acompañando al peli azul hasta una distancia prudente para que Kanon no se sienta incomodo, y así separándose un rato, solo para que el mayor ayude a su hermano, a resolver cualquier conflicto que le aqueje.
En el momento en que Aioros se alejó lo suficiente, es allí que Saga intenta hablar con el otro, el cual solo mira al mar, en una orilla de la playa, en donde algunas rocas se encuentran, no queriendo obviamente la compañía de nadie, y sin importarle que está bajo el sol.
-Kanon…- Lo llama tranquilo, queriendo que lo mire.
-¿Parias dejar que me hunda en mi miseria?- Le responde algo tajante, sin siquiera apreciarlo.
-No, esta vez no permitiré que algo así pase- Habla desde el corazón de un hermano, dando algunos pasos al frente.
-No te atrevas a llegar hasta aquí- Le replica rápidamente, con el ceño fruncido –Las rocas están resbalosas y podrías caerte-
-Entonces ven aquí- Intentará convencerlo a cómo de lugar.
-No, mejor regresa con el caídas locas y déjame en paz- Se gira para verlo, no está llorando, pero si demuestra tristeza.
-Mírate como estas- Le señala rápidamente, con cierta precaución y molestia –Puedes negarlo cuanto quieras, pero en tu rostro se ve que te duele lo que has hecho, no es tarde para arreglar las cosas-
-¡¡¡SI, LO ES!!!- Le grita, apretando sus puños.
-¡¡¡CLARO QUE NO!!!- No se quedaría atrás, aunque intenta estar calmado por su embarazó -¡¡¡PUEDE QUE TÚ Y ALDEBARÁN HICIERAN LAS COSAS DE UNA FORMA…!!!- Alza sus brazos para enfatizar, su pena e incomodidad –Que no debió pasar y tomarlo tan a la ligera en una noche de alcohol y sexo, pero… A lo que puedo ver en ti y en él, es que les duele estar lejos el uno del otro-
-Le voy hacer mal- Es su única defensa y terquedad que deja evidente.
-Más mal se hacen él uno al otro al estar lejos…- Aprieta sus puños, para llevar su mano izquierda a su vientre, pensando en que… La posibilidad puede existir, sorprendiéndose de inmediato –Kanon… No usaron nada de protección, ¿Verdad?-
-¿Eh?- Se sorprende de forma inmediata, ni por su mente se ha cruzado esto o al menos no exteriorizándolo o hablando, estando más preocupado y triste por como las cosas están resultando.
-¿Qué vas hacer si de esa noche, has quedado embarazado?- Le cuestiona con rapidez, el ceño fruncido, pues pareciera una situación en donde una figura paterna está regañando a su hijo de haberse entregado y sin las precauciones debidas.
Niega con la cabeza, abriendo sus ojos como platos, y por la sorpresa, da unos pasos hacia atrás, tropezándose y cayendo de sentón sobre algunas rocas –No- Al parecer ni el golpe le ha dolido, por lo que ahora analiza -¡¡¡NO PODRÍA ESTAR PASANDO!!!- Niega con la cabeza, su angustia ahora se alborota más, como su cosmos.
-¡¡¡KANON…!!!- Ahora su preocupación crece más, ni siquiera su gemelo tuviera cuidado de esa caída, que bien puede ser nada a comparación con lo que han sufrido en combate, pero… Si llegara a ser el caso de ese estado, podría ser una consecuencia y más si es que avanzan tan rápido los embazaros como en su caso.
-¡¡¡QUÉDATE LEJOS DE MÍ!!!- Negara el auxilio del mayor, por no querer ser visto con compasión y además de no querer exponer a su hermano mayor a un peligro así.
-¡¡¡NO ME VOY ALEJAR DE TI!!!- El peli azul es sumamente consciente de lo que unas rocas humedecidas a la orilla del mar significan, por lo cual solo se acerca intentando rodear el punto. –Necesitas mi ayuda, aunque… No lo quieras, estaré para ti, esta vez… Lo estaré…- Reconoce que no fue el mejor hermano mayor antes, pero ahora… Lo quiere ser.
Para Kanon esta situación es complicada, nervioso porque la posibilidad exista, que su cuerpo engendre vida, por alejar al amor de su vida, por ver que su hermano ahora está intentando llegar a él y que este pueda herirse peor por su embarazó también.
Aunque, el mar, las rocas, y ambos de nuevo juntos, le trae ingratos recuerdos, a cuando fue encerrado, y ahí dos almas gemelas se alejaron el uno del otro, pero… En este punto, el mayor que aquella vez intento mantenerlo a raya, quiere acercase a como dé lugar.
Una muestra que las cosas en sus vidas serán diferente, que está mejorando aunque uno las esté empeorando por sus ridiculeces y tonterías, de no querer herir a nadie o que será malo para una relación.
¿Acaso no se da cuenta de que todos en algún punto han creído eso?
Solo que Kanon lo está llevando hasta un extremo muy grande, que solo seguirá atormentándolo de formas terribles.
Mientras tanto, en otro punto de la playa, que igualmente alguien está sentando en la arena caliente, sin importarle que su piel quede un tanto tostada, mirando fijamente al mar, abrazando sus piernas contra su pecho, tristeando de forma evidente, por la destrucción de su corazón.
Pobre quien su amor ha sido rechazado por la persona que más ha amado en su vida, agregando que han hecho mucho más y que si bien no se arrepiente del todo, pues esa noche la atesorara como un instante que pudo haber sido el más hermoso de todos, pero que en si… Fue algo que no resulto en algo tan mágico como en otros casos.
Aun así, prefiere vivir su miseria y dolor en tranquilidad, una soledad que necesita para comprender las cosas que han estado sucediendo en tan pocos días.
Por lo cual, está bien que nadie se le acerqué, es mejor…
Aunque, su decisión y gusto duro tan solo unos minutos de haber llegado y acomodarse, pues alguien se le acerca de forma casual y confianzuda.
Claro que siente una presencia, aunque no le da mayor importancia y dice lo primero que se le viene a mente.
-Por favor Mu, déjame solo… ¿Si?- Constata con su tristeza plasmada.
-Está bien que ahora soy el padre de Mu, pero tampoco nos parecemos muchos- La voz risueña de un hombre de una avanzada edad en años vividos, pero no de apariencia, se sienta a lado del Latino en esa hermosa playa, para dedicarle una sonrisa.
Su sorpresa es mucha, ya que no se esperaba a Libra –Viejo maestro…- Levanta la mirada de su tormento, para mirar a quién ahora está a su lado –Lo siento… Yo…-
-No te preocupes, no te darías cuenta de nada por estar así…- Ladea su cabeza algo confuso, pero entendiendo en cierta forma que le pasa -¿Problemas en el amor?- Le cuestiona curioso.
-No…- Niega rápidamente, sin poder sostener la mirada con las esmeraldas.
-Vamos, que yo no nací ayer…- Sonríe, dándole gracia incluso su propio chiste para reír –Ni hace un siglo, pero… Se reconocer cuando algo pasa-
-De verdad… No sé a lo que se refiere- Le menciona algo tímido, intentando ocultar su dolor.
-Bien, si no es nada…- Usara algunas técnicas aprendidas en sus años de soledad –Si no te pasa nada, ¿Por qué estas apartado de todos? ¿Por qué no sonríes? No almorzaste como es debido en la mañana, y…- Como si estuviera haciendo una lista de todo lo malo que ha notado en el toro, dedica una cosa más –Además, no dormiste en tu habitación, y por último, pero no menos importante, Kanon y tú ya ni se han hablado en estos dos días, ¿Alguna situación en particular o debo continuar?- Se cruza de brazos, pues si duda puede estar concentrado en la nueva paternidad que tendrá por no se sabe que numero ya, pero está al pendiente de todos.
Sin palabras ha dejado al toro, sorprendido, pero… Sus esmeraldas, es de una inmensa tristeza de buenas a primeras, ya que… Si bien Aries es su mejor amigo, y le tiene una enorme confianza, con el caballero de Libra, también logro formar una buena amistad, aunque esta escalo más a un acercamiento paternal, algo que a todos los dorados les hizo falta, al quedar solos a sus siete años, sin la guía de un verdadero patriarca
-Por tu cara puedo ver que se trata de Kanon y ti- Lo mira con unos serenos, pero aún mantiene una sonrisa -¿Qué les paso?, si no me dices, será imposible ayudarte-
-Viejo maestro… ¿Por qué…?- No logra comprender, el interés por su situación…
No comprende que las amistades de cualquier tipo siempre se van a preocupar por uno, claro cuando son de verdad, incluso sin decir nada, captan la angustia ajena.
-¿Por qué te ayudaría?- Le palmea de forma amistosa el hombro –Ja, mi borreguito es el patriarca, fue y es como su papá, y ahora al yo estar de vuelta en el santuario, y estar casado con quien más amo, soy como su padre y claro que los ayudare en lo que pueda, así que…- Le sonríe para esperar que esto le de confianza al otro.
-No es necesario…- También contiene su terquedad el segundo.
-¿Cómo no va a ser necesario?- Ahora si su paciencia ha caído un poco –Mira, estas todo triste, apenas has comido, no duermes bien y… Sé que has llorado- Le regaña y cuestiona a partes iguales –No me gusta ver a ninguno de mis niños tristes- Usa una carta que posee, una que es sumamente franca y sincera al llamar al toro como uno de sus hijos.
Puede que solo convivieran en pequeños momentos, más que nada por algunos bares y diversión, pero la confianza existe, aunque claro que nadie desea preocupar a otros por sus dolores o tragedias, pero es sano refugiarse a veces, hablar de lo que te atormenta, solo dejar que salga tu preocupación, puede que incluso tengas la solución más grande posible.
Además que se usaron palabras claves, ser llamado como uno de los niños del viejo maestro, lo hace sentir feliz, aunque algo más preocupado… Pues desearía no verse evidente en su dolor.
Uno que ya no puede estar aguantándose más, necesitando dejarlo salir en lágrimas traicioneras, que recorren sus mejillas, apretando sus dientes y labios, como sus puños, bajando la cabeza, tratando de ocultar ese empapado rostro.
-Sé que el amor puede ser difícil a veces, pero…- Le susurra, mirando como ahora se encuentra –Pero, si es sinceró y fuerte, todo puede superar, claro si ambos así luchan para ello-
Aldebarán, al escuchar aquello, deja que su llanto crezca, pero no en sonido, en silencio deja que todo ocurra, pues… Aunque el desea hacer caso omiso a lo que Kanon le pidió, no puede obligarlo a amarlo, aunque su corazón sea por completo suyo.
Es una situación difícil… Demasiado para hablar, mas sabe que puede confiar en Libra, estando aquí los dos caballeros dorados, en una soledad relativa, pues hay más personas de visita, pero algo alejados.
Sin duda es el momento de revelaciones de forma discretas y tranquilas.
La sabiduría de Dohko, podría ayudar a ver la luz al final del tormento por el corazón roto.