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Amor Secreto por Angie404

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Capítulo 33

Saltos

⁃ prométeme que serás muy feliz…

Onodera no podía creer lo que estaba escuchando, no lo aceptaba ni dejaría que eso pasara. Aún había muchas cosas que no sabía de Takano y quería preguntarle, aún faltaba celebrar su cumpleaños, y el que seguía y el que seguía, aún faltaba encontrar respuesta a aquello que lo ponía tan inquieto en presencia de su compañero, si él se iba, nunca lo descubriría, y no podría vivir así. Si Takano moría, el prefería morir también. Analizó la situación, primero la cuerda y luego a Takano, quien lo veía aún rogándole que se marchara. Entonces su cerebro reaccionó. Se paró firmemente con ambos pies sobre el risco, estirando la cuerda que lo mantenía ahí.

⁃ ¿Onodera? … ¡¿QUE COÑO HACES?!

Onodera ignoró a su compañero, y comenzó a correr en sentido contrario a él, como si caminara por las paredes cuál araña. Corría todo lo que sus pies le permitieran y hasta donde la cuerda lo dejara, y se detuvo. Los disparos habían parado al ver aquella acción, y sus compañeros arriba no entendían lo que pasaba. Por un momento todo quedó en un silencio sepulcral. Ritsu respiró hondo y dejó salir el aire, sacó una bomba, de esas que le encantaba robar del laboratorio, esta vez de un naranja fosforesce. Flexionó sus rodillas y saltó hacia atrás como si quisiera lanzarse de nuevo hacia el mar de hojas en el bosque. Todos lo veían atónitos sin entender que pasaba. Direccionó la cuerda en el aire, y se balanceó a gran velocidad hacia donde estaba Takano, en medio del vuelo dejó caer la bomba hacia sus enemigos, provocando una explosión tan descomunal que la sangre lo salpicó aún a la altura en la que estaba. La cuerda terminó de trozarse justo al llegar con Takano, a quien abrazó con todas sus fuerzas. Fue inevitable que Takano no se balanceara también, pues la velocidad lo había impulsado como si lo hubieran lanzado cuál pelota de beisbol, aún no comprendía que estaba pasando. Solo atinó a mirar a Onodera, quien ya se había posicionado ligeramente más arriba de él, sosteniéndose de la cuerda firmante. Esta llegó a su límite, e inevitablemente se balanceó de regreso cuál péndulo, solo que esa no era la intención de Onodera. El castaño plantó firmante las suelas de sus botas sobre la roca del risco, y haciendo fricción intentaba frenar la velocidad a la cual iban, y al ver el suelo cada vez más cerca sacó una navaja de su traje, cortó la cuerda de una y ambos cayeron rodando hacia el suelo cubierto de nieve.


⁃ … ¿pero que? …

Takano se levantó buscando a Onodera, quien estaba agachado en la nieve intentando recuperar el aliento.

⁃ Ritsu … ¡¿por qué hiciste eso?!

El nombrado lo miró, el miedo que había reflejado momentos antes había desaparecido por completo, su mirada solo se veía fría y determinada.

⁃ Aunque hubiera intentado subir no lo hubiera logrado, solo tenía una oportunidad para salir de ahí con vida, y esa era salvándote a ti.

Takano no sabía que decir, en general no sabía ni que decirle nunca más, estando tan cerca de ver su muerte había aceptado sus sentimientos por completo, pero no tenía el valor de decírselos en la cara. Solo desvió la mirada, sintiendo cómo su cara se calentaba el pensar que ese chico se había sacrificado por él.


⁃ … Muchas gracias por salvarme la vida

⁃ De eso se trata ser pareja, ¿no? De confiarle la vida al otro sin dudar

Cuando menos lo esperó, Onodera ya estaba frente a el extendiéndole la mano, sin embargo y a pesar de lo que le hubiera gustado ver, lo veía de forma demasiado seria, tanto que lo hizo estremecer. Parecía que sí había miradas más frías que la misma Rusia. Lento pero sin otra opción , tomó su mano, el castaño lo ayudó a ponerse de pie, pasó uno se sus brazos por los hombros y comenzaron a caminar.

⁃ ¿hacia donde vamos?

⁃ … N-No todo lo tenía planeado … solo alejémonos de aquí, si alguien sobrevivió deben estar buscándonos

⁃ o llamó refuerzos … ellos ya saben que estás aquí, no te dejarán ir tan fácilmente

Takano sintió cómo los hombros de Onodera se tensaban, deteniendo su andar por un momento. Justo ese era el motivo por el cual Takano suplicaba por que huyera, pero su compañero era una cabeza dura de lo peor, y estaba fuera de su control

⁃ ¡Angh!

Takano tropezó y cayó al suelo, por un momento habían olvidado que tenía una herida de bala en la pantorrillas, la cual de hecho, estaba dejando un rastro rojo sobre la nieve. Al darse cuenta de aquello, ambos se paralizaron del miedo.

⁃ … Onodera tienes que salir de aquí,

⁃ ¿que? ¡Si te encuentran te mataran!

⁃ Tarde o temprano lo harán, si estás o no conmigo. Pero si te quedas te llevarán con ellos y lo sabes bien, no hay opción por donde lo mires

Fuertes y múltiples sonidos se escuchaban acercarse sobre la nieve. Onodera sabía que lo que Takano decía era verdad, pero no podía aceptarlo, y mucho menos podía permitir que ocurriera. En desesperación y con trabajo, cargó a Takano sobre su espalda y comenzó a correr.

⁃ ¡¿Estás demente?! ¡Solo déjame atrás!

⁃ ¡CÁLLATE MALDITA SEA! ¡SOLO CÁLLATE!

Onodera corría lo más rápido que podía, pero sabía que no iba a resistir demasiado. Sus rodillas temblaban y ya no sentía sus pies bajo la nieve. la capa blanca que cada vez era más alta sobre el suelo solo le dificultaba su andar.

⁃ ¡¿PERO POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ HACES ESTO?! ¡AMBOS SABEMOS QUE DIGO LA VERDAD!

⁃ ¡NO PUEDO DEJAR QUE MUERAS!

Onodera no pudo más, finalmente cayó de cara al suelo con Takano sobre él. Como pudo el pelinegro se movió a pesar del dolor en su pierna, ayudando además a separar la cara del castaño de la nieve. Onodera no se animaba a verlo, solo mantenía la cabeza baja mirando hacia la abajo, con el cabello de su flequillo tieso lleno de escarchas.

⁃ … Si tú mueres, yo me iré contigo

Dijo aún sin mirar a Takano, el cual, al escuchar aquellas palabras, sintió su rostro arder, si Onodera hubiera volteado, hubiera visto una luz navideña encendida al máximo. Todo rastro de color desapareció de sus caras cuando, de forma estrepitosa y sin tiempo a reaccionar una camioneta tipo furgoneta, completamente negra y con vidrios polarizados se estacionó justo frente a ellos. De repente la puerta se abrió, y lo primero que atinaron a hacer fue levantar ambos brazos y cerrar fuertemente los ojos al escuchar un “clic” de un arma, pero el disparo nunca llegó. En su lugar, resonó una fuerte carcajada. Lentamente y con miedo, ambos abrieron los ojos, encontrándose Onodera con un arma larga que le apuntaba directo a la nariz, pasando saliva en señal de nervios.

⁃ ¿en serio siguen sin reconocernos?

Ambos subieron la mirada y los encontraron, a sus compañeros Kisa y Yukina viéndolos con una amplia sonrisa en sus caras.

⁃ ¿¡que hacen aquí?!

⁃ ¿¡que hacen aquí?!

Dijeron al unísono, solo para darse cuenta que en el volante estaba Hatori, y en el copiloto Yoshino, repitiendo la pregunta ahora más alto.

⁃ Buuh, no podíamos dejarlos solos con toda la diversión

Decía Kisa poniendo un puchero en su cara mientras extendía la mano hacia Onodera. Él realmente quería reír por su comentario, pero el miedo y frío no se lo permitieron. Antes de cualquier cosa Onodera levantó y arrojó a Takano dentro de la camioneta con la ayuda de sus compañeros, pero justo cuando estaba a punto de subir también fueron sorprendidos por un disparo que pegó justo en medio de la ventana del copiloto y la puerta del medio, en ese pequeño pedazo de lámina. Todos se congelaron por unos segundos, pero cuando la lluvia de disparos comenzó no dudaron en arrancar, sin siquiera tener tiempo a cerrar la puerta. Vehículos todo terreno los seguían a toda velocidad, tirando a matar sin duda. Toda esa situación era recurrente para todos, pero Onodera y Takano ya estaban hartos a diferencia del resto que reían divertidos mientras disparaban por las ventanas y puertas del vehículo. Todo diversión hasta que una bala logró rozar una ceja de Yukina, y una de las manos de Kisa, ahí ya no fue tan divertido. Eran demasiados, y no podían contra tantos ellos solos, al menos no el resto, Onodera sabía lo que tenía que hacer. Se levantó del suelo de la camioneta en donde se ocultaba, fue hacia una caja escondida entre los asientos de atrás en donde tomó granadas y se colgó un arma larga.

⁃ Ritsu … ¿que haces?

Takano miraba las acciones de su pareja horrorizado, sabía lo que estaba pasando. Onodera se levantó con cuidado por los movimientos erráticos del auto pero a paso firme, y caminó hacia la puerta corrediza aún abierta.

⁃ Ritsu … ¡Ritsu! ¡Ni se te ocurra!

Takano intentó levantarse, pero el dolor en su pierna lo obligó a volver al suelo en medio de un quejido. Kisa y Yukina intentaban por todos los medios detener aquellos sujetos uno en cada lado del coche, por lo que mucho no pudieron hacer para evitar que Onodera subiera al techo de la camioneta.

Cuando estuvo ahí, las balas cesaron. Ritsu sabía que aquellos hombres tenían una orden, atraparlo vivo, y ningún compañero iba a morir por su culpa esa noche. Sosteniendo la respiración se colocó correctamente el arma, y al exalar presionó el gatillo, directo a las llantas de los primeros vehículos. Aquello provocó una cadena de autos volcándose, los primeros al reventarse sus llantas y los de atrás al chocar con los de adelante, tanto fue el alboroto que la nieve que levantaron del suelo impidió ver aquel desastre. Onodera se dejó caer en su lugar, agradecido por que todo aquello hubiera terminado, concentrándose solo en el aire frío que le rasguñaba el rostro, hasta que Tori habló.

⁃ Eeeeh… ¿chicos? Tenemos un problema.

Aquellas palabras pusieron a todos en la camioneta con los pelos de punta. Frente a ellos , no muy lejos, se alcanzaba a ver un acantilado.

⁃ .. ¿Estamos muertos?

Preguntó Yoshino al borde del llanto, al ver aquella imagen, algo dentro de Tori hizo clic.

⁃ No permitiré que pase

Y pisó el acelerador a fondo.

⁃ ¿ESTAS LOCO?!! ONODERA SIGUE ALLÁ ARRIBA

Gritó Takano a Tori, había sido el grito más desesperado que le habían escuchado en su vida, pero nadie dijo nada.

⁃ Pues tendrá que sujetarse bien porque no puedo darme el lujo de frenar ahora

Por supuesto, no le había quedado de otra al pobre, Onodera se sostenía de donde pudiera para no caer del vehículo a toda velocidad. Takano no podía creer lo que escuchaba, tenía que hacer algo de inmediato.

⁃ ¡Kisa! ¡Yukina! ¡Necesito su ayuda!

Ignorando cualquier dolor que pudiera sentir, Takano se levantó y encaminó hacia la puerta del auto. Al ver eso, Chiaki se movió del asiento del copiloto para ayudar a sus compañeros.

⁃ Necesito que formemos una cadena humana, yo subiré por Ritsu y alguien me tiene que sostener para evitar caer, ¿de acuerdo?

⁃ ¡De acuerdo!

Gritaron todos al unísono, siendo Kisa el que sostenía a Takano, Yukina a Kisa y Chiaki a Yukina. De esta forma Takano se apresuró a asomarse al techo de la camioneta.

⁃ ¡RITSU! ¡RÁPIDO TOMA MI MANO!

Onodera estaba completamente pegado al techo del auto, intentando aferrarse a él, pero al escuchar a Takano no pudo evitar levantar la cabeza. El viento feroz y la nieve cayendo no lo dejaban ver casi nada, pero podía distinguir la mano de Takano extendida hacia él.


⁃ ¡CHICOS RÁPIDO! ESTOY A PUNTO DE SALTAR!

Onodera miró un momento hacia el frente, no quedaba mucho para alcanzar el barranco.

⁃ ¡RITSU! ¡POR FAVOR!

Decir que no tenía miedo era una mentira, el simple hecho de escuchar a Takano tan alterado lo hacían temblar, temía lanzarse al vacío y no ser atrapado por nadie.

⁃ Por favor … confía en mí…

Alcanzó a escuchar de manera muy lejana, como un susurro en el oído, y aún en medio del gélido ambiente, sintió su pecho cálido. Y entonces saltaron. La camioneta volaba por los aires con la esperanza de llegar al otro lado. Aquel impulso fue aprovechado por Onodera, que se lanzó casi a ciegas hacia la mano de Takano. En aquel momento fue como si todo se congelara en el tiempo. Podía escuchar su corazón, sentir su respiración vibrar por todo su cuerpo, y sobre todo, podía ver los ojos de terror de Takano al intentar alcanzarlo. Cuando sus manos se tocaron en el aire, todo se aceleró de nuevo.

La fuerza con la que Onodera había sido lanzado provocó que jalara a Takano hacia atrás, siendo ambos jalados por la cadena humana hacia adentro del auto. Aquel rebote hizo que todas las granadas que Onodera traía consigo cayeran al vacío, estallando por supuesto apenas tocaron el frío suelo. Afortunadamente lograron entrar al auto antes de que las llamas los alcanzaran, siendo todos proyectados e impactado hasta el otro extremo de la camioneta por la fuerza implementada. Si no hubiera sido por la honda expansiva de aquellas bombas, realmente el auto no hubiera llegado, pero aquello les dio el impulso que necesitaban para poder lograrlo. De esa manera Tori pudo aterrizar de forma brusca pero efectiva en el suelo, frenando de golpe casi al instante.

⁃ … ¡Buen trabajo Tori!

Aquel comentario inoportuno de parte de Chiaki resonó en los cuerpos temblorosos de todos, colapsando en el mismo lugar en donde estaban.

⁃ Al menos seguimos vivos ….

Mencionó Kisa momentos antes de desmayarse. Onodera se levantó del suelo, siendo seguido con la vista por Takano, quien lo vio dirigirse hacia la puerta del auto y cerrarla finalmente. Ya con una voz más tranquila se dirigió a Hatori.

⁃ … Lo mejor sería alejarnos lo mayor posible hasta que acordemos un punto medio con el resto del equipo ¿crees que puedas continuar?

Tori dudo un momento, aún con las manos temblorosas sobre el volante, pero después de unos momentos de silencio asintió con la cabeza.

⁃ Bien …

Onodera camino hasta el otro extremo del carro frente a sus compañeros, sentándose en la esquina casi como si se estuviera haciendo bolita. Todo esto mientras Takano no le quitaba la vista de encima, por lo que, no fue sorpresa que sus miradas se conectaran, siendo sorprendido por una mirada tan fría y perdida que no podía describirse con ninguna otra palabra más que indiferencia. Entonces Onodera se volteó ignorándolo. Era todo, lo había perdido.

Notas finales:

EAAALEEEEEE 

 

tuve muchos problemas con la plataforma, no me dejaba subir nada :( espero que ya no se vuelva a repetir. 


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