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Amor Secreto por Angie404

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Notas del capitulo:

Y seguimos con el especial de cumpleaños de Takano varios días tarde T-T espero que lo disfruten igual sjsjsj

Capítulo 38

Cumpleaños

Más de una semana había pasado ya y todavía no se había llegado a una resolución para el caso de Onodera Ritsu. Todo era muy confuso y caótico, en todo ese tiempo no habían dejado volver a ninguno de los dos a la organización. Takano acudía de manera religiosa a la casa de Onodera todos los días para limpiar y cocinar. No quería incomodar mucho al dueño de la casa mientras lo hacía, así que lo dejaba dormir todo lo que quería y después lo obligaba a comer, porque si no lo hacía, temía que muriera por inanición. Incluso podía afirmar que aquella depresión ya le estaba cobrando factura, había adelgazado mucho y sus músculos antes bien marcados se estaban perdiendo en rasgos delicados y enfermos, no le gustaba verlo así, pero tampoco podía decirle nada. En todo ese tiempo no se habían dedicado más que las palabras suficientes para llevar una convivencia decente, pero no habían podido tener una conversación en forma.

Takano miraba embobado la pequeña pantalla del control, en ella la lucecita roja parpadeaba a pocos metros de él, pues se encontraba en su propia casa tirada en el sillón. No hacía mucho había tenido una llamada con su madre con motivo de su cumpleaños, estuvo a punto de hablarle sobre Onodera en más de una ocasión, pero siempre se arrepentía, aún no sabía muy bien en qué estado estaba su relación después de todo. Lo estuvo pensando mucho, de más realmente. Pensaba en qué era lo que sentía realmente por su compañero. Era raro porque no tenía nada con que compararlo, el amor que sentía por su familia era muy distinto, que a su vez era distinto que lo que sentía con sus amigos, y por supuesto era muy diferente a lo que llegó a sentir con sus ex novias, no era como ese nerviosismo famoso, las llamadas flores en el estómago, era más bien una tensión que comenzaba una vez lo tenía cerca, y se disipaba poco a poco al estar con él, reemplazándola por una extraña calidez que se extendía por todo su cuerpo.

El único común denominador con Onodera y sus exnovias eran las ganas de tener sexo, aunque incluso eso era diferente, pues sus deseos con ese chico eran insanos, insanos al punto de sentir una ansiedad constante por querer tocarlo de ese modo todos los días. Estaba consciente desde hace mucho que le gustaba de más tener sexo, pero con Onodera se sobrepasaban los límites de todo tipo. Y tampoco era que él fuera un hombre, porque en innumerables misiones había estado con hombres, pero con él era diferente, era porque era él, estaba seguro. No sabía si era que sentía una fuerte atracción física, porque aceptaba que le parecía sumamente sexy, pero quizá, también estaba el hecho de sentía que necesitaba dominarlo, quizá a raíz de la mala relación que tuvieron en un inicio. Quizá un efecto por esa búsqueda de dejar claro quién mandaba, pero también lo dudaba porque ese sentimiento se había ido hace mucho, lo único que quería en ese momento era encerrarse en su cuarto con él y abrazarlo hasta quedarse dormido.

Intentaba pensar en cuándo había comenzado todo eso, ¿aquel primer día en los túneles? ¿Cuando lo vio escalando el casco del barco en la primera misión? ¿Cuando lo vio con la playera sudorosa y pegada a su cuerpo? ¿Cuando lo vio ensayando en una simulación el día que los asignaron? ¿Cuando chocaba con él en el edificio de departamentos antes de siquiera verle bien el rostro? Si repasan todos los escenario, podía encontrar fragmentos de memoria en los que, efectivamente, ya le gustaba en todos ellos. Entonces no encontraba el sentido a seguir pensando en eso, era más que obvio que le gustaba, antes o después, intentando o no darle explicaciones al asunto, eso no importaba, le gustaba y punto. Lo que no sabía era si llamar a aquel sentimiento amor, porque a parte de su familia, nunca había amado a nadie de manera romántica, ni siquiera sabía cómo se debía sentir aquello, y quizá todo lo que estaba sintiendo en ese momento era justamente eso, él enamorándose por primera vez en su vida. Al final del día, lo único que tenía claro era que, cuando estaba con Onodera Ritsu, no estaba solo, no se sentía solo. Ritsu llenaba ese hueco que nadie nunca había podido llenar, quizá ahí estaba la respuesta de su amor, sin darle tantas vueltas. Con Ritsu ya no estaba solo.

Entonces se levantó de golpe de su sillón, se puso cosas que ayudaran a abrigarlo y salió de su departamento. Dos pasos en el pasillo y ya había llegado al departamento vecino, el cual abrió sin mayor problema y al cual entró. Las luces estaban apagadas y todo estaba en silencio, era obvio que Onodera estaba encerrado en su habitación, así que fue directo a ella. Tocó tres veces para avisar que iba a pasar, como siempre lo hacía, y luego abrió la puerta. En medio de esa ridículamente enorme cama estaba el castaño, o lo que se podía ver de él, envuelto en una pila de mantas, algo ridiculo, a decir verdad. Sin decir nada encendió la luz y comenzó a buscar dentro del clóset, de donde sacó uno de esos lindos cardigans que nunca le había visto puesto y una chamarra, luego buscó entre los cajones. Tanto ruido y movimiento llamaron la atención de Onodera, quien, entre curiosos y molesto, levantó la cabeza de su escondite.

⁃ ¿Que demonios estás haciendo?

⁃ Tengo que salir y no te puedo dejar aquí, así que irás conmigo

Por supuesto, Onodera rápido se incorporó para reclamar.

⁃ ¿Estás loco? Deja el control en tu cuarto y ya

⁃ Yo estoy a cargo y se hace lo que yo digo, así que vístete, porque vamos a salir

Ambos se sostuvieron la mirada por unos segundos, peleando internamente por ver quién ganaba, pero era obvio quién tenía el poder de la situación. Takano colocó la ropa que había elegido en una esquina de la cama y salió de la habitación.

⁃ Tienes 5 minutos, no más

A regañadientes, Onodera no tuvo más remedio que obedecer. Mientras Takano esperaba se sentó en la sala, observaba a su alrededor curioso, amaba la decoración que tenía el castaño en el departamento, tanto que no quería salir de ahí siempre que entraba. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta de la habitación se abrió, apareciendo Onodera completamente vestido, pero con el cabello hecho un desastre.

⁃ Por Dios, peínate o algo, pareces una piña

⁃ Pues si no te gusta, no me lleves y ya

Refunfuñando, Takano se levantó del sillón y caminó hasta el menor, colocándole la gorra y la bufanda que había sacado de uno de sus cajones, por supuesto, las quejas no se hicieron esperar.

⁃ ¿Que haces? No soy un maldito niño

Takano comenzaba a frustrarse, viéndolo serio, le tendió el par de guantes que aún no le había colocado.

⁃ Póntelos, anunciaron en la radio que va a nevar

Y enojado, se alejó dejando a Onodera solo en medio de la sala, algo confundido. Salió del departamento y lo esperó sin cerrar la puerta. Una vez listo, Onodera salió y ambos bajaron en silencio hasta el auto de Takano. Ya en el auto las cosas siguieron igual, o peor, pues la supuesta nieve no estaba por ningún lado, en su lugar, una intensa lluvia los mantenía atrapados en medio del tráfico. Enojado, Onodera tiró del gorro que llevaba y dejó al descubierto su cabellera, aquellos mechones rebeldes brincaban en la vista periférica de Takano. Estuvo a punto de decir algo, pero si lo hacía y lo molestaba, su plan de arreglar las cosas se iría por el caño. De repente la canción que sonaba en la radio lo atrajo, la conocía muy bien, “Eyes without a face” de Billy Idol retumbaba en las bocinas de su deportivo, le gustaba esa canción, lo hacía sentir de una manera extraña, pero le gustaba. Miró a su compañero, la melodía lo estaba arrullando, su cabeceo lo delataba. Pensó en preguntarle qué le parecía esa canción, por alguna razón le hacía ilusión, tras unos segundos pensando en eso llegó a la conclusión de que realmente no sabía nada de Onodera, había mencionado cosas antes pero, nunca habían compartido sus gustos abiertamente. Lo miró de nuevo, pero el castaño ya había caído dormido en el asiento. Lo miró por unos momentos, su perfil era realmente bonito, pocas eran las oportunidades que tenía para observarlo así de tranquilo, sin gritos o protestas de por medio. Suspiró de forma pesada y regresó su vista al frente, puso especial atención en una frase de la canción; “ahora todo lo que puedo hacer es amar lo que alguna vez fue”; no, no dejaría que eso pasara, haría hasta lo imposible por conquistarlo, y comenzaría esa noche.

Después de un rato y de pasar a una pastelería, llegó a su destino. Aquel parque estaba igual que siempre, con gente alrededor y lleno de luces navideñas, pero por alguna razón el mirador siempre estaba solo. Estacionó el auto a un costado, lo más cerca que pudiera de aquella parte, si se alejaba de más el collar comenzaría a mandar choques eléctricos, y por supuesto no quería eso. Ya en el mirador encendió un cigarro, le daba risa, porque seguramente se veía igual que su madre en aquel cumpleaños, ya habían pasado 8 años desde el día que supo la verdad y no se había dado cuenta de en qué momento el tiempo había corrido tan rápido. Ese día, ese día lo recordaba con detalle, pero hacía mucho que no regresaba a ese recuerdo. Escuchó unos pasos sobre la nieve aproximarse, al voltear pudo ver a Onoder caminando hacia él, viendo todo a su alrededor con algo de asombro. El ver su pequeña silueta acercarse, rodeada de nieve, le provocó un escalofrío.

⁃ … Despertaste

Onodera lo miró, su asombro cambió a una mueca, reclamándole con la mirada.

⁃ Si me ibas a sacar de la cama para abandonarme en el auto entonces no me hubieras traído

Takano río ligeramente.

⁃ Lo siento, te veías tan cómodo que no te quise despertar

Onodera llegó finalmente a su lado, tomó la baranda y miró hacia el mar, algo extraño fue que más que ver el horizonte, miraba hacia abajo, hacia las rocas del acantilado. Takano inhaló el cigarro por última vez antes de tirarlo al suelo y pisarlo, no quería se Onodera oliera aquello.

⁃ Así que la lluvia se volvió nieve…

Le dijo sin mirarlo.

⁃ Si, así es …

⁃ …¿Ya conocías este lugar Takano?

Al aludido le llamó la atención la pregunta, pero no iba a desaprovechar la oportunidad de volver a hablar como personas decentes.

⁃ Algo así, vine algunas veces con mi madre después de que me trajera en un cumpleaños, ¿tú ya habías venido?

⁃ Oh … creo que una vez, solamente …

Y se quedaron en silencio por algunos minutos.

⁃ Sabes, esa vez cumplía 16 años, me contó todo sobre la organización, fue difícil de asimilar

Sintió como la atención de Onodera regresó a él, lo veía por el rabillo del ojo, pero sabía que lo había sorprendido. Al tenerlo completamente atento, continuó.

⁃ Desde ese día, siempre que había algo que decir veníamos aquí a esta hora, era el lugar en donde podíamos ser completamente sinceros, sin mentiras, sin secretos, por eso te traje hoy aquí.

Por fin lo miró a los ojos, a esos ojos verdes que lo miraban expectantes y llenos de brillo. El rubor en sus mejillas, no sabía si era por el clima o porque él le provocaba eso, y todo en su rostro era perfecto, la atmósfera creada parecía haber sido sacada de un manga shoujo, en cualquier momento podría decir “Onodera, ¡te amo y no puedo vivir sin ti! ¿Saldrías conmigo?” Y el respondería un “¡Si! ¡Claro que si!”, llorarían, se abrazarían y finalmente sellarían su amor con un beso. Eso si esos pelos parados de piña no lo estuvieran distrayendo de sobre manera.

⁃ Onodera… la verdad es que …

Y seguía desviando la mirada a su cabello.

⁃ Yo … Ritsu, realmente …

Veía al pequeño cada vez más emocionado, pero no podía concentrarse en eso, ¿en donde había dejado su gorrito?

⁃ ... ¡Ay, mierda!

A una velocidad impresionante tomó un poco de nieve acumulada en el barandal y la estampó en la cabeza del contrario.

⁃ ¡Ahg! ¡Está frío! ¡¿Que demonios estás haciendo?!

⁃ ¡Tu cabello está demasiado despeinado ! ¡Lo peinaré con la nieve!

Y así, comenzaron un forcejeo. Takano intentaba poner más nieve en esos mechones, pero Onodera no se lo permitía.

⁃ ¡Pero no hay nadie cerca y está oscuro! ¡Nadie va a ver! ¡¿Cual es tu problema?!

⁃ ¡Me distrae demasiado! ¡Es molesto!

⁃ ¡Si te molesta tanto entonces no mires!

Tras empujarlo contra la reja, consiguió lo que buscaba. En ese momento, se dieron cuenta de lo cerca que estaban uno del otro. Se miraron unos segundos antes de que Onodera desviara la mirada hacia abajo del acantilado, flexionándose demasiado hacia atrás. Por un momento Takano recordó Rusia, y sintiendo que el menor estaba en peligro, presa del miedo, lo abrazó fuertemente alejándolo de la orilla. Se mantuvieron así durante más tiempo de lo que a Onodera le hubiera gustado, pero no dijo nada cuando se dio cuenta de cómo temblaba el cuerpo del más alto.

⁃ Takan-

⁃ Perdóname - interrumpió.- perdóname por todo lo que te he hecho, desde el primer día hasta hoy, te traté mal desde el inicio, te juzgué, te subestimé, intenté humillarte tantas veces que ya perdí la cuenta

El abrazo se hacía cada vez más fuerte, Onodera sentía que se quedaba sin aliento.

⁃ Fui ventajoso, manipulador, te culpé de cosas de las que no eras culpable y me aproveché de ti en más de una ocasión, cada vez más horrible que la anterior. Te puse en peligro y fui descuidado con el trabajo por mi ego, nunca me lo perdonaré a mi mismo, y tampoco espero que me perdones realmente, solo necesitaba que lo escucharas, lo siento, lo siento tanto …

Onodera estaba en suma sorprendido, esperaba todo menos eso de aquel paseo, y dejándose llevar por sus impulsos correspondió el abrazo.

⁃ Takano … yo también te debo una disculpa, en Rusia … - dudó.- … en Rusia dije cosas que realmente no pensaba o sentía, yo también soy responsable por muchas cosas, y si hablamos de egos, creo que el mío siempre fue más grande. Intenté con tanta intensidad alcanzarte que no vi en que momento traté de ser mejor que tú, pero no pude, también te humille tantas veces, los dos tenemos responsabilidad en esto …

Takano sentía que estaba a punto de llorar, no creía en las palabras que le dedicaba el castaño, pero tampoco lo iba contradecir, ya no quería discutir más con él, solo quería que el tiempo se congelara a su alrededor para tenerlo ahí con él para siempre.

⁃ T-Takano … por cierto, feliz cumpleaños…

El corazón de Takano dio un salto y una voltereta, podría incluso gritar de forma aguda como una chica fangirl de una boyband, pero con toda su fuerza de voluntad se contuvo. Lo único que hizo fue ahogar una risilla en el hombro del menor antes de hablar.

⁃ ¿y mi regalo?

⁃ ¡¿D-de que hablas?! ¡Claro que no tengo un regalo! ¡¿Olvidas que estoy en arresto domiciliario?!

La cara del menor se puso completamente roja. Intentó separarse de él pero Takano no lo dejó, lo volvió a apretar contra su pecho.

⁃ ¡Jajajaja! ¡tranquilo! No lo olvido no lo olvido … de hecho, mi ultimo acto egoísta fue arrástrate aquí hoy en contra de tu voluntad … no quería pasar mi cumpleaños …

Estuvo a punto de decir que no quería pasar su cumpleaños solo, pero se detuvo un momento, eso no era lo que quería, la realidad la tenía clara.

⁃ … lo único que quería era pasar mi cumpleaños contigo, es el único regalo que necesito

Pensaba que quizá era el momento, lo diría, le confesaría lo que sentía, no dejaría ningún secreto oculto. Le diaria que se había enamorado. Pero antes de poder abrir la boca siquiera, Onodera habló.

⁃ Takano, te perdono si me concedes un deseo

Se quedó paralizado, en ese momento mil cosas pasaron por su mente, pero si lo perdonaba estaba dispuesto a hacer cualquier cosa. Se separó delicadamente del menor para verlo a la cara.

⁃ Claro … ¡lo que sea! ¡Haré lo que sea por ti!

Onodera hizo una pequeña mueca, en ese momento se dio cuenta de que su respuesta había sonado muy exagerada, pero no intentó corregirse tampoco, en su lugar esperó a que el amor de su vida hablara.

⁃ Llévame a hablar con mis papás, ahora mismo.

Notas finales:

Y nos falta un capítulo más de este especial, Takano va a conocer a los suegros xd 


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