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Amor Secreto por Angie404

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Notas del capitulo:

Bien, aquí de vuelta jeje. En algun punto del capítulo suena una canción, escogí "Be More" de Stephen Sánchez, aunque cualquier canción lenta para bailar pegados es válida, se los dejo a la imaginación XD 

Capítulo 42

Bailes

⁃ ¡A-ah! Muy … ¡Muy duro!

⁃ Ya casi … resiste un poco más … ¡Agh!

La fuerza con la que ambas empujaban con los pies las había llevado a volar hacia atrás, Onodera por su parte había caído exhausto en la cama, respirando hondo para intentar recuperar el aliento, pero no funcionaba.

⁃ Chicas, ¡ha! … no, ¡no respiro!

⁃ Bueno, esa era la idea, ahora a vestirte

Ambas se levantaron del suelo y ayudaron a su amigo a sentarse en la cama. Se alejaron un poco y lo observaron. El corset que se camuflaba a la perfección son su piel había logrado crearle una cintura pequeña, mucho más pequeña que la de ellas, y su cadera de por sí grande, se veía demasiado voluminosa al estar sentado. Su pecho, ligeramente crecido por el ejercicio, se había juntado por el mismo corset, solo unas pequeñas cintas aquí y allá y habían conseguido darle una forma bien definida. Afortunadamente esas semanas de cuarentena le habían sentado bien, pues había adelgazado y el disfraz era extremadamente creíble. Le habían conseguido ropa interior especial, por lo que parecía que entre sus piernas no había nada, Onodera Ritsu se había transformado en toda una señorita.

⁃ Que envidia te tengo, maldito perro desgraciado

⁃ ¡Saeki!

Las chicas continuaron discutiendo mientras terminaban de vestir, peinar y maquillar a Onodera. Cuando este estuvo listo lo guiaron hacia un espejo de cuerpo completo para que pudiera verse mejor. A su cabello le habían puesto una larga cabellera castaña que caía en hondas sobre uno de sus hombros. Sus ojos estaban maquillados de manera profunda, de forma en que se veían incluso más grandes de lo que eran. Sus pestañas estaban arregladas, se veían tan increíblemente largas que le sorprendió saber que no llevaba más que máscara para pestañas, después de todo, sus pestañas eran demasiado claras para notarlas. Sus labios habían sido pintados de un rojo intenso y frío, solo hasta ese momento se dio cuenta de lo gruesos que realmente eran. Con contorno habían marcado ciertos rasgos de su cara, sus clavículas y pecho, realmente parecía otra persona. Sobre su cuello descansaba una gargantilla de diamantes, y en sus orejas colgaban unos pendientes a juego. Su cuerpo había sido cubierto por un largo vestido rojo de satín plisado, el vestido era de tirantes, con una abertura del lado izquierdo que dejaba ver su pierna hasta muy arriba en el muslo. Le habían dado unos tacones plateados a juego con la joyería, en sus manos varios anillos y brazaletes lo adornaban. Onodera se quedó en shock, uno de los deseos más grandes que tuvo en su adolescencia se le estaba cumpliendo, y no se sentía para nada cómodo, al contrario, sentía que en cualquier momento iba a vomitar.

⁃ ¡Dios Ritsu! ¡Te ves increíble!

Ann brincaba emocionada al terminar de arreglarlo. Saeki por su parte se acercó un un pequeño aparato que le metió en la boca y pegó en uno de los laterales de la garganta.

⁃ Listo, ahora ni siquiera podrá reconocer tu voz

⁃ ¡Te ves como una modelo extranjera!

Onodera no podía dejar de mirarse al espejo, era raro, incómodo, pero al mismo tiempo fascinante y aterrador. Después de que Asami hiciera aquella invitación y se despidiera de su padre, Onodera habló con sus padre sobre todo lo ocurrido, sobre la misión, sobre los descuidos y la información que vio de ambos. Fue una conversación incómoda porque, tuvo que obviar detalles de misiones que de igual forma, sus padres supieron identificar. Al final, el señor Onodera confirmó sospechar de la invitación a la cena de navidad, por eso había ido, para verificar que no hubiera nada raro. No encontró nada inusual en esa fiesta, pero el que Asami insistiera tanto en acompañarlo a la mansión le había parecido sospechoso. Ahora con todo aclarado, era más que obvio que tenía un asunto pendiente con el menor, y al informarlo a la organización, no se les ocurrió mejor idea que mandar a Ritsu disfrazado para lograr dar con los objetivos reales del empresario. Takano, por supuesto, no lo aceptaba. Era estúpido mandar a alguien en peligro a hacer un trabajo encubierto, intentó convencer a Onodera muchas veces de no hacerlo, pero el trato final de los directivos fue el quitar todos los cargos en su contra si se aventuraba a reemplazarse a él mismo en la cena de año nuevo, y aceptó, muy a pesar del pelinegro.

Takano esperaba afuera de la mansión de los Onodera a que su compañero saliera, llevaba ya un buen rato en la puerta al lado del auto que les habían prestado para llegar hasta Miura, donde Asami tenía un lujoso hotel en donde se llevaría a cabo la cena de año nuevo. Takano iba de traje, peinado y con lentillas azules, para intentar cubrirse un poco más llevaba un par de lentes de marco grueso. Intentaría pasar desapercibido, pero no se alejaría ni un momento de Ritsu, eso lo tenía claro. El señor Onodera salió y recargó en el auto, fumando, se le veía tranquilo. De manera elegante le extendió un cigarro a Takano, y este lo tomó. Ambos estaban ahí, recargados en el auto clásico viendo hacia la mansión.

⁃ No estés nervioso Takano, mi hijo es buen agente, lo hará bien

⁃ Confío en él, en quien no confío es en Asami

Ambos se quedaban callados mientras fumaban, Takano se sentía nervioso por alguna razón.

⁃ Me gustaría hablar bien contigo cuando vuelvan, siento que hay muchas cosas que Ritsu no contó

Y los nervios se dispararon a las nubes.

⁃ Ademas, mi esposa me contó cosas que me pusieron inquieto

Definitivamente, se quería morir.

⁃ Con gusto me reuniré con usted cuando toda esta locura acabe, primero me aseguraré de traer sano y salvo a su hijo de vuelta

El señor Onodera lo miró serio, pero luego le sonrió.

⁃ Confío en que así será

La gran y pesada mano de aquel hombre se alzó hasta tocar su hombro, como si a través de ese acto le otorgara toda la fuerza necesaria para enfrentar lo que fuera. No iba a decepcionar a esos ojos amables que lo veían con confianza, haría lo que estuviera en sus manos para que Ritsu estuviera a salvo. Estando a punto de hablar las enormes puertas de la mansión se abrieron. Adelante de todos corría Saeki feliz, emocionada por la hazaña que acababan de realizar.

⁃ ¡Les presento a la hermosa sobrina de la familia Onodera!

Al quitarse, dejó ver a tres bellas mujeres caminando lentamente. A la derecha, la señora Onodera miraba maravillada a su hijo, sus ojos brillantes y sonrojo era algo que no podría ocultar a nadie. A la izquierda, Ann llevaba a su amigo del brazo para ayudarlo a acostumbrarse a esos tacones. En medio, la mujer más hermosa que Takano había visto en su vida, con un cuerpo esbelto, con curvas dramáticas y piernas largas. Con esos rasgos que le fascinaban siendo suavizados y enaltecidos por el maquillaje, y esos hermosos ojos verdes por los que mataría a un país entero que lo veían llenos de vergüenza. Onodera Ritsu se había ido y había dejado a una hermosa joven en su lugar. Takano se sonrojó en sobremanera, y al sentir su cara caliente volteó a otro lado cubriendo su boca y parte de su nariz, en parte para evitar oler aquel hermoso perfume que le habían colocado y en parte para prevenir cualquier hemorragia nasal.

⁃ ¡Dios amigo! ¡Creo que acabas de enamorar a tu compañero de trabajo!

Las tres mujeres que si eran mujeres rieron a carcajadas, el mayor de los Onodera sonreía divertido al ver la cara de angustia de su hijo y los involucrados ni siquiera se atrevían a verse a los ojos. Lo que decían era cierto, pero Onodera lo había enamorado muchísimo antes de que se diera cuenta incluso. Recomponiéndose, abrió la puerta del copiloto invitando entrar a aquella bella señorita, todas reían y hacían sonidos de burla mientras un sonrojado Onodera caminaba hacia el auto y entraba. Takano cerró la puerta y rodeó el auto para subir al asiento del piloto, pero antes de subir fue detenido por el que quería que fuera su suegro.

⁃ Takano, mucha suerte, que ambos vuelvan con bien

Takano miró a la familia completa, a esas amigas que siempre estaban ahí para su chico y a la servidumbre que los miraba desde atrás con esos ojos preocupados. No podía fallarles, a ninguno. Tras afirmar con la cabeza subió al auto y arrancó. Por el espejo retrovisor podía ver a todos despidiéndose con la mano hasta que salió de la propiedad y dio vuelta en la calle, solo hasta ese momento pudo respirar correctamente, ni siquiera se había dado cuenta de que había dejado de hacerlo. Miró a su lado, a ese chico que ya no se veía como uno. Mantenía sus piernas cruzadas elegantemente, mientras usaba su mano para recargar su cabeza contra la ventana, no podía verlo a la cara, pero podía distinguir el movimiento de sus pestañas de arriba a abajo. Sus piernas además, se presionaban entre ellas como si estuviera incómodo, que era obvio que lo estaba, pero también sabía que estaba asustado. Tímidamente, Takano llevó su mano izquierda hasta la rodilla del otro y la presionó ligeramente, haciéndolo saltar en el asiento por el susto.

⁃ Onodera, intenta relajarte antes de llegar, el disfraz es muy bueno pero si te pones nervioso nos vas a delatar

Escuchó cómo soltó un suspiro, y sin esperarlo realmente, sintió como la mano con la que presionaba aquella delgada rodilla era cubierta por otra mano. Buscaba soporte, confianza, afecto, se abría paso entre sus dedos para entrelazarlos, y por supuesto no iba a rechazar aquel contacto. De manera segura pero delicada, tomó aquella delgada mano y la presionó contra la propia, el calor que desprendía pronto lo invadió hasta llegar al pecho. Lo miró de nuevo, el seguía sin hacerlo. Solo en ese momento se detuvo a ver la ropa que llevaba, aquel vestuario complementado con un bolso y un enorme abrigo blanco lo hacían ver como una famosa actriz del Hollywood antiguo. Definitivamente, si Onodera hubiera sido una chica lo hubiera metido en problemas muy pronto, o simplemente hubiera sido más fácil aceptar sus sentimientos. Así continuaron el viaje, con el corazón en las palmas de sus manos, compartiendo los latidos y la esperanza de que todo saliera bien.

Dos horas pasaron en silencio hasta que llegaron a su destino. El enorme hotel se alzaba grandioso sobre un risco. Las olas chocaban en sus faldas de manera estrepitosa, y la brisa del océano volvía la temperatura aún más insoportable. En serio, no entendía como Onodera no estaba temblando usando ese vestido. Al llegar los recibieron empleados del lugar, llevándose con ellos el auto en el que habían llegado y haciéndolos formarse junto a otras parejas elegantemente vestidas. Onodera presionaba el abrigo contra su pecho mientras tragaba seco por los nervios, además, la manera en la que apretaba el agarre del brazo de Takano era casi como si quisiera someter a un enemigo, poco más y se lo arranca.

⁃ Hey, tranquilo, me vas a romper el brazo hermosa

Aquel secreto fue al menos suficiente para hacerlo reír por lo bajo, aligerando al fin el agarre. Y casi de inmediato, llegaron a la puerta principal, el primer filtro, la primera prueba, si no los dejaban pasar fallarían la misión, aunque Takano prefería que eso pasara. Entonces, aquel hombre habló …

Onodera se había sentido inquieto desde que vio a Asami salir de su casa, no había podido relajarse ni un momento. Todo en su cabeza era un caos, un tifón que no le permitía ver con claridad nada. Se sentía en el ojo de la tormenta, sin poder respirar, sin poder moverse. No quería seguir poniendo en riesgo a su familia, no quería poner en riesgo a Marukawa, pero por más que corría buscando una salida, más sentía que se adentraba a un laberinto sin sentido. ¿Que quería Asami? ¿Para qué? El por qué lo sabía, lo habían descubierto, pero no entendía que quería ese hombre de él. Y cuando Aikawa le ofreció averiguarlo por su cuenta le pareció una solución rápida. Si Asami lo descubría y se lo llevaba bueno, al menos los demás estarían bien. Pero si no había respuestas y tenían que borrarle la memoria y mandarlo a otro país para protegerlo, prefería morirse.

Luego estaba el asunto con Takano, no quería ponerlo en riesgo, era lo que menos buscaba, pero sin él ahí a su lado, tomando fuertemente su mano, no sería capaz de enfrentarse a ese hombre que apenas ver hacia que su piernas temblaran. Lo necesitaba ahí, con él, y eso complicaba todo mucho más. Sabía que quería a Takano, de alguna forma extraña y retorcida. Sabía que quería escucharlo, que quería tocarlo, que quería que lo tocara, pero sabía que aquello no estaba bien, que había algo raro en su cabeza, y sobre todo, que era algo que no sabía como nombrar. ¿Acaso es sano querer acostarse con alguien a quien admiras? No lo era, sentía asco por si mismo, pero no podía evitarlo. Se sentía mareado, perdido, lo único que quería era dormir para apagar su cerebro, pero ni cuando tuvo esa oportunidad pudo encontrar una respuesta. En ese momento se sentía en modo automático, apenas respirando y respondiendo por inercia.

⁃ Su invitación señorita

Habló el hombre de la recepción, sacándolo de su suplicio mental. Tardó un momento en reaccionar, pero cuando lo hizo sacó rápido aquella hermosa invitación de su cartera.

⁃ ¿Onodera Ritsu?

⁃ Es mi primo, no pudo asistir pero me mandó a mi a representarlo y disculparlo con el señor Asami de manera personal

Aquella voz desconocida resbaló como mantequilla por su propia garganta. Sintió incluso como Takano saltó ligeramente al escucharlo hablar, aunque intentó disimularlo. El hombre lo examinó de pies a cabeza, vio como sus ojos se iluminaron al toparse con su pierna descubierta, y sintió asco.

⁃ ¿El viene con usted?- dijo refiriéndose a Takano, apuntando con un bolígrafo.

⁃ ¡Si! Está aquí para cuidarme, la invitación decía que podía traer un invitado

Intentando mostrarse más confiado, tocó el pecho de Takano. Éste solo asintió al hombre con una ligera sonrisa.

⁃ Por supuesto, estas son las llaves de su habitación, adelante, les asignarán su mesa al entrar. Disfruten la velada -. Y respiró al fin, primera prueba superada

Takano tomó las llaves y siguieron por un largo pasillo hasta llegar a otras puertas dobles, donde un hombre pidió dejara su abrigo antes de pasar. Dudó un momento, pues aquella gran prenda lo hacía sentirse más seguro con la situación, una vez lo dejara ir quedaría expuesto ante los ojos que desearán contemplarlo, esa idea no le gustaba. Pero irremediablemente tuvo que dejar aquella montaña de pelo blanco, y al abrirse las puertas del salón sus miedos se hicieron presentes. Todos los ojos estaban posados en él … en ella, en esa imitación barata, en esa impresión deformada de su persona, de su sueño, de su fantasía irreal. El agarre en el brazo de su compañero volvió a fortalecerse sin querer, y en respuesta lo sintió acercarse a su oído para susurrarle:

⁃ Oye, ¿recuerdas la visita a Kagawa?

Como olvidarlo, una serie de recuerdos le cayeron encima como ladrillos, apilándose uno a uno. Su cara enrojeció inevitablemente.

⁃ ¿A-a que viene eso ahora?

⁃ Ese día hicimos algo que te daba miedo, ¿recuerdas lo que hicimos para que fuera más fácil?

Fingir, pretender, hacer como si no importara, imaginar ser alguien más. Imaginar ser la hermosa prima de Onodera Ritsu, una chica alegre que había nacido en Inglaterra, una chica inteligente que era amada por todos los que la conocían, una chica que robaba las miradas y los suspiros de aquellos se la toparan. Entendiendo a lo que Takano se refería le sonrió, y poniendo su mente en aquella dulce fantasía caminó más confiado entre las mesas, saludando a hombres y mujeres que lo veían al pasar. Esa noche daría la actuación de su vida. Pero debía recordar que tenía una misión. Aquel enorme salón tenía una gran pista de baile central, y alrededor de esta todas las mesas estaban en distintos niveles, subían en forma de caracol hasta casi tocar el techo. En medio, una enorme mesa delataba a quien estaba reservada, pero estaba vacía. En más confianza se sentaron en una mesa junto a otros empresarios que empezaron a sacarles plática, todos se tragaron el cuento de la sobrina segunda de la esposa del señor Onodera, “de verdad te pareces a su hijo” llegaron a decir, pero todos le creyeron.

De repente la música del lugar cambió de ritmo y las enormes puertas se abrieron de manera estrepitosa. Ante los ojos de todos los invitados Asami Ryūichi hacia su entrada. Aquel hombre alto, tan endemoniadamente guapo, de cabellera oscura y ojos dorados, podían robarle el aliento a cualquiera que lo viera, incluso al propio Onodera. Caminaba galante, seguro, altanero, intimidante. Sus ojos hicieron contacto visual, y por un momento sintió que el tiempo se congelaba. Vió como los ojos rasgados de aquel hombre se abrían ligeramente por la sorpresa, solo para sonreírle después. Ni siquiera habían intercambiado palabras y Onodera ya estaba seguro que los habían descubierto. Sus miradas se despegaron y aquel hombre caminó hasta la enorme mesa alta que quedaba en medio del salón, a la vista de todos. Galantemente tomó una copa y comenzó con su discurso.

⁃ Muchas gracias a todos por estar aquí, es de verdad un honor que hayan elegido a este simple servidor para pasar una noche tan especial

Su voz retumbaba sin permiso en su pecho, tan pesada y profunda que sentía que iba a taladrarlo.

⁃ Es increíble ver caras conocidas, caras nuevas, y caras que creo haber visto alguna vez antes, a pesar de ser nuestro primer encuentro

Entonces lo miró, su corazón se paró por un segundo para luego comenzar a bombear con más fuerza. Definitivamente, ese disfraz no había servido de nada.

⁃ No importa quienes seamos, ni cuantos estemos o los que falten, lo que les aseguro es que el próximo año será el nuestro, y todo aquel que esté sentado aquí esta noche o haya recibido mi cordial invitación es digno de caminar a mi lado en esta nueva era

Las personas comenzaron a aplaudirle, puros aduladores.

⁃ Nuestro reinado se extenderá más allá del océano, y todos aquí seremos los reyes y las reinas, como esta noche. Solo espérenlo y caminemos juntos hacia nuestro glorioso futuro, ¡salud!

Todos respondieron con la misma palabra y chocaron sus copas con ímpetu. Tanto Onodera como Takano tuvieron que hacerlo también, aunque ninguno de los dos quería hacerlo realmente. Tras aquel raro y corto discurso las conversaciones y bullicio reanudaron su cause, perdiéndose en el ruido blanco que tantos estímulos que causaban a sus oídos. Quería irse, quería huir de ahí antes de que fuera demasiado tarde.

⁃ Ritsu -le habló Takano al oído, trayéndolo de vuelta-. Creo que es momento de actuar …

Onodera miró sobre sus hombros, Asami lo miraba atentamente desde su asiento, y al conectar miradas éste le sonrió mientras levantaba la copa hacia su dirección y luego tomaba del líquido. Era ahora o nunca. Se levantó de la mesa y acomodó su vestido, solo tenía que actuar, solo tenía que meterse en el papel. Paso a paso, la figura de aquel hombre se volvía más grande, más alta, más tenebrosa, solo fingir, fingir ser alguien más. Sus manos comenzaban a temblar y sus piernas a flaquear, aquella sonrisa no desaparecía de aquel bello rostro, solo pretender, pretender que todo está bien. Finalmente llegó a la mesa de aquel hombre.

⁃ Buenos noches señorita, ¿nos conocemos?

Estaba listo para interpretar su papel y llevarlo hasta el final. Le habló con una dulce sonrisa.

⁃ No, desafortunadamente no habíamos tenido el placer de encontrarnos, Eleonor Brigther, mucho gusto

Le extendió delicadamente la mano, como lo hacían las damas inglesas que pretendía interpretar. El hombre se quedó embobado viéndolo por un momento, solo para después tomar su mano y besarla de su dorso, todo sin despegar la mirada.

⁃ Es cierto, no tenía el gusto, ¿es usted británica?

⁃ Así es

⁃ ¿Cómo es posible que hable un japonés tan perfecto?

⁃ Bueno, tengo familia aquí, si le doy el nombre de los Onodera quizá lo sepa

Asami sonrió de lado al escuchar ese nombre, solo para dar una palmaditas en el asiento a su lado después de eso. Aquella acción erizó todos los bellos de su piel y lo puso en alerta, aquella noche atacaba sin piedad con toda su artillería. Sin más remedio, se sentó a su lado.

⁃ Así que usted viene en su lugar, ¿sabe por qué su primo no pudo acompañarnos?

Volvió a tomar de su copa, pero en ningún momento dejaba de verlo.

⁃ Bueno, no hablamos directamente pero entendí que tenía un compromiso en el trabajo

⁃ Ya veo, es una lástima, esperaba hablar con él

Si no fuera porque se estaba suplantando a él mismo, esa respuesta le hubiera dolido.

⁃ ¿Usted y mi primo son cercanos?

Preguntó curioso, viendo si podía sacar algo de información con eso.

⁃ Bueno, realmente nunca nos hemos presentado correctamente, pero digamos que hemos estado en situaciones que nos vuelven cercanos

Sabía a lo que se refería, aquello revolvió su estómago.

⁃ Entiendo … ¿de que quería hablar con él? Puedo hacerle llegar su mensaje si gusta

El hombre lo miró por un momento, luego sonrió. Dejó la copa en la mesa y se acercó más a él. No pudo hacer nada cuando sintió cómo uno de sus brazos lo rodeaba hasta llegar a su pierna descubierta, la cual acarició de la rodilla a su cadera. Aquel contacto lo conocía muy bien, le era de sobra familiar. Su piel la recordaba, se erizaba y contraía, pero también lo rechazaba.

⁃ Bueno jovencita, digamos que tenía algo que ofrecerle, algunos asuntos que debemos negociar

Le dijo en un susurro que estremeció todo su interior. Instintivamente levantó la mirada buscando a Takano, y lo encontró, varios metros hacia el frente y hacia abajo, lo veía entre el miedo, el enojo y el asco. No pudo sopórtalo y bajó la mirada al sentir como su cuerpo se contraía en un espasmo.

⁃ L-los … ¿los asuntos son tan importantes que requieren platicarse en persona?

Dijo al mirarlo entre un jadeo y con su cara enrojecida. Si tenía suerte al menso pensaría que lo estaba seduciendo. Él lo miró y sonrió de oreja a oreja, tomando su barbilla con la mano que tenía libre y hacer subir aún más su rostro.

⁃ De hecho era urgente que nos viéramos hoy, en un par de días el mundo tal cual lo conocemos va a cambiar, y puede ser peligroso para seres como tú - la mano en su cara subió hacia su mejilla y la acarició-. Y digamos que, puedo proteger a tu primo de lo que venga si acepta trabajar conmigo

Aquella declaración se sintió como si hubieran aventado una bolsa de hielos por su espalda. Takano tenía razón. Escogió fingir demencia.

⁃ ¿Entonces es una propuesto de trabajo? - dijo de la manera más inocente que pudo.

⁃ Algo similar, aunque te aseguro que es mucho mejor que un simple trabajo, te lo propondría a ti si tuvieras algo más entre las piernas, pero decidiste traer esa ropa interior hoy

El mundo paró, para mal. Por más que quiso disimularlo sus ojos se abrieron grandes en terror. Asami lo miraba son esa sonrisa prepotente, triunfadora, con aquellos ojos intensos que sometían a quien los mirara. Era todo, él lo sabía, siempre lo supo. Entonces se acercó de nuevo a su oído.

⁃ Piénsalo dulzura, tienes dos días para ponerte en contacto conmigo, sabes dónde encontrarme

Y se agachó para besar, lamer, morder su cuello, todo a la vez, nada realmente. Apenas y pudo contener un gemido. Al separarse Asami le volvió a sonreír.

⁃ Deberías volver con tu novio, me mira como si quisiera matarme - decía divertido

⁃ ¡E-el no es mi…

⁃ No me engañes, he visto como se miran el uno al otro desde que llegué, se aman. Ve y disfruta con él hoy, puede que sea la última ves

Y soltó una pequeña risa, había sido una amenaza. Ya no tenía razón a quedarse, ni siquiera seguir fingiendo, el haber sido descubierto lo habían dejado sin armas. Se levantó cual zombie de la mesa, ni siquiera se despidió, y comenzó su camino sin rumbo. Todo daba vueltas, todos gritaba, todo era un caos en su cabeza. Asami sabía quién era, que estaba ahí, el mundo cambiaría y no podrían detenerlo, no estaban ni cerca. Ya no le importaba intentar caminar bien con los tacones, ya no le importara a quien empujara o a quien ignorara en su camino. Solo caminaba perdido sin saber que hacer o a donde ir, ya no sabía nada, ya no tenía nada.

⁃ Ritsu, ¿estás bien?

Esas manos apresando sus brazos, esa voz suave y llena de preocupación. Esos ojos con lentillas que lo miraban desesperado, ese cabello negro como la noche y esa piel blanca como la nieve. Takano. Tenía a Takano, y sabía lo que sentía. Si Asami había sido capaz de darle nombre a ese sentimiento, ¿por qué no hacerlo él también? Lo había hecho cuando pensó que morirían en Rusia, en ese momento aceptó lo que sentía, pero al verse a salvo se hechó para atrás, lo pensó y lo volvió a pensar, le dio explicaciones y puso excusas. La verdad era que lo amaba, lo amaba en secreto desde la primera vez que lo vio, lo había amado sin razón y sin haberse dado cuenta. Había mantenido esos sentimientos congelados desde hacía mucho tiempo, ahora lo entendía, después de que ese maldito lo dijera lo entendía.

⁃ ¡Es hora del baile! Tomen a sus parejas y diríjanse a la pista para recibir en pocos minutos el año nuevo

La voz de locución en las bocinas los sacó de esa burbuja en la que habían estado sosteniéndose la mirada todo ese tiempo. Y Onodera lo entendió, si ya no habría otro año, si aquel mal presentimiento que tenía se hacía realidad, iba a aprovechar el poco tiempo que le quedara.

⁃ … ¿quieres bailar?

Takano lo miró ligeramente sorprendido, pero no le refutó ni le negó aquella petición. Tan solo tomó su mano con gentileza y se dirigieron hacia la pista de baile. El suave y melancólico piano comenzó a rebotar entre las paredes del gran salón. Sus manos subieron y se entrelazaron de un lado, la otra la llevó hasta el hombro del más alto, y él a su cintura. Donde tocaba sentía arder, siempre había tenido ese poder en él. La suave voz del vocalista los hundió en un sueño, en un melancólico suspiro que querían atrapar para siempre.

It must be more … than I need you. More, than I love you“

Comenzaron a moverse, un paso hacia adelante, uno hacia atrás, como un vals que todos pretenden bailar en algún momento de sus vidas. Se miraron de nuevo, aunque Ritsu hubiera preferido verlo sin esas lentillas, ver esos ojos miel que aveces veía resplandecer en dorado, en el color en que había pintado su corazón que antes sentía en un azul profundo. Viéndolo desde otra perspectiva su vida no había sido tan mala, quizá sólo había sido un niño caprichoso en un contexto que no lo complacía, pero la vida que caminó lo había llevado justo a su lado, y se sentía agradecido.

Be more, than wishes on stars high above you…”

Se deslizaban entre la multitud, bailando como si sus manos estuvieran atadas. Cuando Takano lo hacía dar vueltas rápido regresaban a estar juntos, como imanes, la gravedad manteniéndolos juntos. La gente alrededor los veía embelesados, como si una verdadera historia de amor estuviera naciendo de aquel baile. Y de alguna forma Takano lo creía, creía que no había nada en el mundo que pudiera detener ese sentimiento, nada en el mundo que pudiera separarlos a partir de ahí. Pero Onodera tenía otros pensamientos.

If words could just hold you
Tell me you feel me
Oh, just to know you
Tell me you see me”

Giraban alrededor, al mundo fuera de ellos no existía, o eso pretendían pensar. Onodera sabía que si no fuera por como se veía esa noche, todos los presentes los mirarían con otros ojos, comenzarían a hablar, los pondrían a prueba.

“I couldn't have said it (said it)
You must have just read it (read it)
In my eyes
Darling, please…”

Esa pequeñez, ese pequeño detalle, ese que sabía que pocos tolerarían. El aceptar que él no era una chica. Tenía un mal presentimiento.

“Let it be more
Be more
Be more”

Pero estaban bailando, bailando con las manos atadas, bailando por primera vez y como si fuera a ser la última. Le sonrió. Él le sonrió de vuelta.

“It must be more than I want you
More than I caught you”

Lo tomó de la cintura y lo levantó en el aire dando vuelta, al regresar al suelo lo sujetó con fuerza por la cintura y siguieron dando vueltas. Ahora se reían. Lo amaba, lo amaba a pesar de los profundos miedos de que el mundo los dividiera.

"Be more than dancing in raindrops
Falling to touch you… whoa, just to touch you, oh"

Y seguían bailando mientras se sonreían con cariño, con dulzura, con amor.

If words could just hold you
Tell me you feel me”

Bailaban aún si estuvieran a través de una avalancha.

“Oh, just to know you
Tell me you see me, yeah”

Bailaban aún si la habitación estuviera en llamas.

“I couldn't have said it (said it)
You must have just read it
In my eyes”

Bailaban aún si el agua del océano entrara y derrumbara todo.

“Let it be more
Be more
Be more

Bailaban como si fuera la primera vez y la última. Giraban con mayor intensidad, haciendo que la larga cabellera castaña se balanceara libremente, haciendo se esas uñas pintadas se clavaran en el sola tela del saco. Giraban, de un lado al otro, de atrás hacia delante. Pero quería más, bailar no era suficiente de repente.

Darling, be more
Be more
Be more”

La voz del cantante explotó en notas altas. Fue el momento en que todo se aclaró en su cabeza y esa hermosa nube de lavanda comenzaba disiparse. Sabía lo que quería, quería ser más, quería llegar a más, pero tenía un mal presentimiento. Aún así Takano le sonreía como si todo fuera a salir bien, como si realmente pudieran llegar a ser más, como si realmente tuvieran la oportunidad de volver a bailar. Y en ese momento sus inseguridades se volvieron a hacer presentes, ¿era acaso que aquellos ojos de amor iban realmente dirigidos para él? ¿o era para aquella fantasía con la que se encontraba bailando? No sabe si Takano sentía lo mismo, pero que importaba a esas alturas.

If words could just hold you
Tell me you feel me
Oh, just to know you
Tell me you see me”

La melodía de la canción volvió a ser lenta, tranquila. Para ese momento, sus brazos se encontraban sobre los hombros de Takano, rodeándole el cuello. Las manos de él en cambia estaban envolviendo su cintura. Bailaban lento, intentando recuperar el aliento perdido por la intensidad del momento, intentando calamar el desenfreno en sus corazones. Si aquel sentimiento era para él o no, no importaba, porque ese día no era él, era la hermosa prima de Onodera Ritsu, la que se enamoró perdidamente a primera vista del compañero de trabajo de su primo. Solo seguiría aquel teatro, verdaderamente la actuación de su vida, pretendiendo, fingiendo ser alguien más para poder amarlo sin tapujos.

“I couldn't have said it
You must have just read it
In my eyes
Darling, please
Let it be more”

Se miraron a los ojos mientras la canción iba terminado, esos ojos ansiosos, deseoso. Con aquella misma ensoñación se acercaron más, y cuando la luces se volvieron más tenues, en medio de esa extraña somnolencia, se besaron. Un roce lento, temeroso, como con miedo a hacer algo indebido, pero que despilfarraran cariño, anhelo, esperanza. Lentamente se separaron, pero no lo suficiente. Aún podían sentir la respiración del otro chocando en sus pieles. La gente a su alrededor aplaudía, pero poco les importaban sus razones, lo importante eran ellos y nadie más. Ritsu, en el anhelo de obtener más y consumido por su nuevo papel protagónico, se atrevió a hacer algo que en otras circunstancias jamás hubiera hecho.

⁃ Takano …

Le habló con voz lenta seductora, mientas recargaba su cabeza en el hueco del hombro. El mayor no dijo nada, así que continuó.

⁃ Podemos fingir … pretender o imaginar, que soy una chica que trabaja en la división de archivos, y tú eres un espía que se ha enamorado de mi a primera vista, ¿podemos?

Lo miró por fin, por alguna razón que bien sabía, tenía ganas de llorar, y aún así no le importó mostrarse vulnerable ante su compañero. Lo miró con ojos cristalinos, suplicando porque al menos en su fantasía lo correspondiera. Takano lo miró de vuelta, con los ojos bien abiertos en sorpresa, lo había dejado atónito. No se iba a rendir.

⁃ Por favor … tú podrás llamarme como desees y yo te llamaré Masamune. Imagina que nos amamos, solo por esta noche.

Takano soltó un suspiro y lo abrazó fuerte.

⁃ Te amo, Ritsu…

En ese momento sintió que podía morir de la felicidad. Se aferró al pelinegro por la espaldas sintiendo como su corazón bombeaba incontrolablemente. Su amor se haría realidad, al menos por esa noche.

Notas finales:

Bien bien, les habría prometido que iban a bailar en algún punto, pues aquí está. Será realmente su último baile? Al menos en este libro si. Y por fin vimos a mi bebé vestido de chica, como también les había prometido XD ayyy este capítulo fue de los primeros que me imaginé cuando se me ocurrió la historia, por lo que me siento emocionada. Les aviso que el próximos capítulo solo va a ser si flamante encuentro pasional en el Hotel del Asami, después de eso solo quedarían cuatro capítulos y terminamos este libro TwT nos leemos en el siguiente, que aún no escribo jsjsjsjsjsjsjs


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