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Hijos de Aries por AliceRose

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Mu sintió inmediatamente un cambio en el aire fino del Himalaya. Había llegado él — ¿a visitarle? ¿A castigarlo? ¿A llevarlo a rastras devuelta al Santuario? De cualquier manera estaba tranquilo, lo que tendría que pasar pasaría, pero tampoco iba a negar que sintió un gran alivio al ver a Shaka acercarse sin nada mas que su ropa casual, a pesar de la nieve alrededor.


“Te vas a enfermar estando tan destapado.” Mu lo llamo desde una de las ventanas, a lo que el rubio solo sonrió, agradecido de ser recibido de manera amena.


“Mi cosmos es suficiente para calentarme. Pero igual agradecería que me dejaras entrar.”


Mu rio y de inmediato lo teletransporto adentro, dandole una cobija para que pudiera cubrir sus desnudos brazos.


“Me das frio de solo verte.”


“Tu tampoco estas muy bien cubierto que digamos,” indicó su camiseta tan ligera y de mangas cortas.


“No pero yo estoy trabajando y eso me da calor,” contestó el pelilila, haciendo un gesto hacia su mesa de trabajo, donde estaban desparramadas las herramientas que usaba para reparar las armaduras y un casco a medio trabajar, con abolladuras todavía visibles.


“…me alegra que todavía estes trabajando.” La voz de Shaka se volvió seca, inseguro de si mencionar la situación haría que el lemuriano se tornara hostil o no.


El Santuario no había descendido en el desorden todavía, pero había algo de tensión en el ambiente, especialmente entre los guerreros dorados. Alguna vez habían estado orgullosos de estar los doce completos, pero poco a poco se habían desvanecido uno por uno. Primero Aioros, luego Saga, y ahora Mu, y Mu era el que más les dolía a todos por su ambivalencia. ¿Era traidor? ¿No era traidor? Desobedecía las ordenes del Patriarca al irse lejos pero igual continuaba con su deber de reparar armaduras….¿de qué lado estaba?


Incluso Shaka desconocía sus intenciones pero aceptaba que no era su lugar cuestionarlo, ya caerían las cosas por su propio peso y su verdadero destino sería revelado, pero por ahora tenia otro deber que cumplir.


Mu no se mostró ofendido ante el comentario, al contrario, sonrío un poco. “Es lo único que puedo hacer. Es lo que me enseño mi maestro Shion después de todo.”


“Y seria una pena que perdiéramos a nuestro único herrero de armaduras.”


“Cierto….” ‘es por eso que no me han mandado a matar todavía ¿verdad?’ Pensó Mu, con cuidado de no dejar que Shaka leyera sus pensamientos. “Supongo que no viniste solo a ver cómo estoy, ¿verdad?”


Aunque su tono de voz era casual, Shaka sabia a que era a lo que realmente se refería.


“Tienes razón. Vine a ayudarte, con aquello que te pidió tu maestro que hicieras.”


Mu abrió mucho los ojos, sorprendido que el rubio lo dijera así nada mas, como si de tomar el té se tratase. Bueno, quizá era mejor hablarlo francamente que evitarlo con falsas amabilidades.


Shion se lo había dicho, hace muchísimo tiempo, que su raza debía continuar, que recaería en sus hombros el engendrar a quien heredarle los secretos de la alquimia para reparar las armaduras de los guerreros, la sagrada armadura dorada de Aries y la historia de su fallecido pueblo. 


 


‘Es por eso que te he llamado Mu, para que nunca lo olvides.’


 


Y no lo había olvidado, pero ahora que había llegado el momento tenia miedo y dudas. “¿Porque viniste ahora Shaka?” pregunto con la garganta seca, a lo que el rubio contestó sin tapujos.


“Es Julio, así podrá llegar a tiempo para Abril. Tu bebé.”


De nuevo Mu se sorprendió por su seriedad y esta vez dejo escapar una pequeña risa.


“¡Vaya! ¡Me sorprende como te lo estas tomando! ¿Estás consciente de lo que tenemos que hacer?”


“Si. Shion me lo explico, que tenias una obligación muy importante que cumplir y me pidió que te ayudara en tu deber.” Se acerco lentamente a Mu, tomando su mano con el más sumo cuidado. “Yo se….que no amas a nadie como amas a Aldebaran, pero aun así soy tu amigo, y espero que el afecto que te tengo y que me tienes sea suficiente.”


Mu sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Era tan cierto lo que decía, que hubiera preferido que fuera Aldebaran el que compartiera su lecho, que fuera su semilla la que le ayudara a cumplir su promesa. Pero Shion ya había elegido a alguien para él, desde hace mucho tiempo, y Mu sabía exactamente porque.


 


 


Sin perder más el tiempo se dirigieron a la pequeña habitación de Mu, desnudándose rápidamente para acostarse juntos, con Shaka por encima y entre sus piernas.


El rubio se sorprendió de lo blanca que era la piel del lemuriano y se dio permiso de tocarla, recorriendo su suave cuerpo por todos lados. Su torneado pecho, su fina cintura, sus largas piernas. Abrió sus ojos cerúleos para encontrarse con la mirada esmeralda de Mu, su rostro enrojecido ligeramente y su largo cabello extendido sobre todas las almohadas.


Definitivamente no podía negarlo, Mu era muy hermoso y eso facilitaba mucho su tarea.


Lo beso con cuidado, tan solo un roce de labios para distraerlo mientras sus dedos lo preparaban para la penetración. De la boca de Mu cayeron suspiros y gemidos suaves, dulces consuelos para Shaka que deseaba por lo menos darle algo de placer. 


Con cuidado Shaka dilató su entrada, despacio y besando sus zonas erógenas con la intención de no lastimarlo para nada, y aun así se sorprendió de lo estrecho que estaba al penetrarlo, y tan caliente….Había tenido toda la intención de realizar el acto carnal sin sentimientos pero….se sentía tan bien~ Tan delicioso~ Y los pequeños quejidos de Mu solo lo hacían mas placentero~


“Sha…Shaka…estas dentro….” gimió quedito, su cuerpo estremeciéndose con cualquier pequeño movimiento del rubio que se acomodo para poder embestirlo de mejor manera. Algo balbuceo antes de empezar a moverse, su miembro entrando y saliendo de aquel apretado agujero primero lentamente, con sumo cuidado, pero el calor entre ambos pronto iba aumentando; Mu apretó sus brazos alrededor de Shaka para sostenerse, mientras que Shaka apresuraba el vaivén de sus caderas, penetrándolo con vigor y provocando sonidos de placer en el lemuriano.


“¡Shaka! ¡Shaka!” Mu jadeaba su nombre sin cesar, arañando la espalda del rubio y dejándole sutiles marcas rojas. No había imaginado que hacer el amor se sintiera tan bien incluso con alguien de quien no estaba enamorado, ¿como sería entonces si lo experimentaba con alguien que tenia su corazón?


Por su lado Shaka sentía algo de orgullo que el nombre en boca de Mu fuera el suyo; se había preparado mentalmente para que el lemuriano gimiera el nombre del guardián de Tauro, pero no fue así. Después meditaría sobre su soberbia, pero de momento ya se sentía cerca de la cúspide del placer, y sentía también como el interior de Mu lo apretaba más y más. 


“¡Shaka! ¡Me vengo! ¡A-ahh!” Mu dio un grito ahogado al sentir el orgasmo recorrer su cuerpo, haciendo que arqueara la espalda y empujara sus caderas contra las de Shaka, que gustosamente lo jaló hacia él, adentrándose lo más profundo de su cuerpo para llenarlo con su semen.


“….Mu…” suspiro suavemente el rubio, acercándose para besarlo y siendo recibido por labios suaves y un gentil abrazo. Solo por esta noche estaba bien, solo por hoy serian amantes.


 


 


 


Shaka no volvió a verlo hasta mucho después, casi nueve meses exactos. Con meditación y ayuno había purificado su cuerpo de aquel acto carnal, pero no se arrepentía de haberlo hecho. Seguía considerando a Mu su amigo, y era el ultimo favor que Shion le había pedido antes de morir, por su honor como santo de Athena no iba a romper su promesa. Por eso se preparó de nuevo para viajar, con la excusa de que su armadura necesitaba de reparación para no levantar sospechas y se dirigió de nuevo a Jamir, hacia aquella torre en medio de la soledad del Himalaya.


Pero esta vez Mu no estaba en la ventana para recibirlo, igual eso no le impidió abrirse camino el mismo y levitar hasta una de las ventanas para entrar y comenzar a subir las escaleras hacia donde sabía estaba la habitación de Mu.


“¿Mu?” llamo suavemente, con cuidado entrando a la habitación. Sobre la cama estaba Mu, completamente cobijado y durmiendo, y junto a él, en una pequeña cuna de madera, un bebé recién nacido.


Con cuidado Shaka se acercó, en su rostro una expresión de sorpresa al ver al neonato, todavía rojizo y algo arrugado, pero limpio y sano, arropado firmemente con suaves mantas con diseños tibetanos. Pero….¿no era muy pronto? Apenas era 2 de Abril….


“Se adelantó un poco…” la suave voz del lemuriano lo distrajo  y se volvió hacia él, arrodillándose junto a su cama y acariciando su cansado rostro.


“Mu….venia a ayudarte pero veo que llegué demasiado tarde. Discúlpame…”


“No te preocupes, son cosas que pasan. Igual me alegra que vinieras.” Sonrió y el rubio le devolvió la sonrisa antes de levantarse y dirigirse a una mesa, dejando la caja de su armadura en el suelo para abrirla y sacar de ella una manzana.


“Mira, Aldebaran te mandó varias. Esta muy pendiente de ti.”


“Ooh~ El siempre ha sido muy amable~”


El rostro de Mu estaba pálido, pero saber de su amigo y que este se preocupaba por el claramente le alegro el día y eso se notaba en el sutil brillo de sus ojos.


Shaka sonrío también, satisfecho de poder traerle algo de felicidad. Poco a poco el rubio comenzó a sacar más frutas y otros alimentos de la caja, colocándolos sobre la mesa, cosa que le causo curiosidad al otro.


“Shaka…¿en dónde esta la armadura de Virgo?”


“Ah, no te preocupes, también esta aquí dentro.”


Esa respuesta sobresaltó al lemuriano, haciendo que se incorporara un poco.


“¡¡Shaka!! ¡¡No uses la caja para eso!! ¡¡Menos con la armadura dentro!!” Dijo molesto, pero el rubio solo hizo una mueca.


“Si no la traía iban a sospechar de mi. Además no le paso nada a la armadura.”


“¡No pero es una falta de respeto!”


“Que no pasa nada, tranquilízate…”


Shaka se acerco con un manojo de uvas frescas en la mano, arrancando una y dándosela de comer en la boca al otro, que aun así continuó mirándolo con coraje.


“La caja de pandora no es una mochila. Sin ella la armadura no se puede auto-reparar de heridas menores—“


“Si si ya, come primero y luego me regañas.” El rubio le ofreció otra uva que el pelilila comió a regañadientes.


Mientras Mu estaba distraído por la comida, Shaka volvió a acercarse al bebé, observándolo un poco más de cerca.


“¿Ya escogiste un nombre para él?”


“No, todavía no. Llegó de sorpresa ayer.” 


Ambos habían calculado que el bebé nacería aproximadamente la segunda semana de Abril, Shaka se había adelantado en llegar con la intención de ayudar a Mu en sus últimos días de gestación y eventualmente con el parto, pero todos esos cálculos habían sido inútiles al final de cuentas. Aunque pensándolo de otra forma, esto significaba que Mu había quedado en estado desde la primera vez que tuvieron relaciones; lo habían repetido un par de veces más con la intención de asegurarse pero al parecer Shaka tenia muy buena puntería.


“¿Y qué harás con él? ¿Cómo lo vas a criar?”


“Lo educare de la misma manera que Shion me educó a mí. Creo que será lo mejor para todos.”


Shaka asintió. El anciano Patriarca había educado a Mu como un discípulo, un alumno más, no tanto como un hijo. Por un lado había prevenido envidias y acusaciones de favoritismo entre los demás caballeros, y a pesar de no tener un vinculo paternal igual se habían apreciado mucho el uno al otro. Por otro lado, el otro padre de Mu jamás había hecho mucha presencia en su vida, dejándole toda la responsabilidad a Shion.


“Para ti también será lo mejor,” Mu continuo. “No tendrás distracciones en tu deber.”


El rubio aguantó un suspiro. El príncipe Siddhartha también había tenido un hijo antes de decidirse a dedicar su vida a la meditación y la búsqueda de la iluminación, tener un hijo no debería ser impedimento para cumplir sus obligaciones como caballero de Athena si no lo era para Mu, pero seguir los pasos de su vida pasada no era lo que le preocupaba, si no el futuro, su destino en el Jardín de los Sales Gemelos, el final de la Guerra Santa contra Hades y los sacrificios que se tendrían que hacer para llegar a la victoria.


Al final, su hijo estaría solo.


Si ambos morían, ¿qué seria lo mejor? ¿Qué le daría menos pesar? ¿Llevar el luto de solo uno o de ambos?


“Haremos lo que tú decidas Mu.”


Después de todo, esta era la herencia de Mu, su promesa con Shion, Shaka solo había sido usado como semental, el no tenia poder de decisión en esta situación.


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