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¿Amor? por ZahodySeira

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Notas del capitulo:

Aclaraciones: "Dolor pre", también tiene otros nombres, es algo parecido a los cólicos pero en el caso de los omegas (ojo solamente antes del celo) los síntomas son el aumento de temperatura, dolores musculares en la espalda baja, aumento de feromonas, cambios de actitud y otros (depende del autor)


"Bling", el alfa deja una esencia impregnada en el omega elegido, una barrera, este mayormente se hace a conciencia y por acuerdo de la pareja (mayormente cuando el omega aún no quiere ser marcado o cuando uno de la pareja se distancia por varios motivos) aunque también hay casos en donde se hace involuntariamente.


Ley: Todos los géneros (alfas, betas y omegas) siendo masculino o femenino tienen libertad de expresión y decisión a la hora de escoger una carrera, pasatiempo o trabajo sin discriminación, ni abuso.

Empecé a caminar por ese pasadizo de color gris para voltear en una puerta de azul petróleo, esta vez no toque, porque esta vez era diferente, ahí estaba él durmiendo sentado con un libro entre sus manos, sus cabellos grises cayendo por su rostro, sus labios entreabiertos, frunciendo el ceño mientras su nariz respingada se movía inquieta mientras más me acercaba a la cama, era por mi olor y eso me hacía revolotear, cuando estuve lo suficientemente cerca, sus ojos se abrieron mostrándome unos lindos ojos grises somnolientos. Ha él le daría todos mis dulces sin pensarlo, sin razonarlo.

-Bebé, no has venido muy temprano –beso uno de mis mechones violetas.

-Pero quería cocinarle a Chi-chan –hago un puchero y en un movimiento rápido, Chi-chan me tiro hacia la cama, en sus ojos no estaba su habitual mirada fría y opaca sino una llena de alegría, en ellos yo estaba reflejado.

-Te eh dicho ¿Qué eres el más lindo omega? –dijo mientras me repartía besos por todo mi rostro haciéndome cosquillas cuando sus manos se posaron en mis costillas, de tanto movimiento estábamos haciendo un desastre la cama.

-JAJAJA… NO… CHI-CHAN… JAJAJA… PARA… -trate de liberarme, pero me era imposible cuando puso todo su cuerpo encima, en ese momento paro y poso su mano en mi mejilla acurrucándome en ella, nos miramos a los ojos entreabría mis labios cuando los suyos se fueron acercando y…

-¡¡OI!! ¡¡MURASAKIBARA!! –sentí un terrible dolor en mi cabeza, levanté la cabeza, y me sentí frustrado era un sueño… un maldito sueño.

- ¡QUE QUIERES AHOMINE! –grité, puede ver como el moreno ensombrecía su mirada y una vena palpitar en su frente, oh oh…

- GLOTÓN DE MIERDA, TODAVIA TE SALVO Y ME VINES CON ESA, ¡EH! –Aomine me agarro de la chaqueta jaloneándome mientras intentaba tapar mis oídos.

Todos en el aula se nos quedaron vieron y Aomine suspiro mientras yo le daba una mirada cansado se supone que al que siempre regañaban era a Aomine, no al contrario, ni sabía porque me había levantado.

-Deja de mirarme así, estabas liberando tus feas feromonas mientras decías “Chi-chan” –dijo lo último tratando de imitar mi voz, cosa que me cabreo, solo yo le digo así, vi como retrocedía dos pasos.

- Puff, apesta Atsushi, yo no quiero a ese Mayuzumi y lo sabes bien –Eso me hizo relajar no quería a otra hembra cerca de él y menos con mi moreno amigo. 

- Lo siento, por cierto ¿que nos toca? –dije viendo como entraban otros estudiantes que no reconocía a nuestra aula, Aomine parecía querer gritar.

- MIERDA, YA NOS PERDIDOS LAS CLASES DE CALCULO –dijo mientras corría a la puerta con la velocidad del rayo, empecé a correr, Aka-chin estuvo de malas el día que selecciono a nuestros compañeros de estudio, los dos éramos los más grandes perezosos de la tierra, era como una mala broma que nos pusieran juntos, pero si no quería unas tijeras en mi cuello mejor corría.

Mientras me llevaba las papitas fritas a la boca en búsqueda de Mido-chin, Aka-chin me había dado la tarea de preguntar si se iba a seguir faltando a las clases, primero Kaga-chin, luego Ki-chan, después Kota-chan y ahora Mido-chin, que es lo que tenía este mes, todos actuaban raro… más de lo normal.

Seguía mi camino cuando mi olfato se afilo, lo seguí instintivamente encontrándome con varias chicas que lo rodeaban y él hablándoles, todas eran betas para cualquier omega eso no significaría peligro, pero él prefería a las betas dándome más ganas de aplastarlas, otros se fijarían en sus acciones o gestos, pero él jamás expresaba más que indiferencia y desinterés. Él asentía mientras las chicas le pasaban sus números, podía ser un indiferente, pero sabía bien que cada uno de sus celos los paso por lo menos con tres o cuatro chicas.

Me acerqué y lo miré fijamente, me di cuenta que él hace tiempo ya se había dado cuenta de mi presencia cuando soltó su feromona de anís y eucalipto dejándome en claro que me quedara quieto, no di ni un paso.

- ¿Qué haces por aquí Murasakibara? –dijo mientras se me miraba con esa ya conocida mirada fría dirigida solamente para mí, aún no entendía su comportamiento, conocía a Chi-chan desde principios de este año, nuestros padres habían hecho una colaboración para un producto en Francia, cuando nos presentaron fue la primera vez que me golpearon tantas emociones, en mis 18 años nunca había sentido nada por un alfa, pero con él fue diferente, me sentí tan pequeño y tan grande con tal sola una de sus miradas, las cortas conversaciones que tuvimos ese día son como mi cielo, al principio no entendía ese sentimiento, de porque estaba tan interesado como obsesionado con cada uno de sus gestos, ese día estaba en las nubes, creí que él también cuando sus ojos me miraban fijamente, cuando teníamos cortos toque y su aroma aumentaba, no sabía porque me sentía tan feliz de ser aceptado por ese alfa, fue casi doloroso despedirme de él, en toda la velada la pase con él, pegado como lapa y me sentí desolado cuando fue la hora de despedirnos, creí haber captado en su mirada tristeza. Cuando pensé que nunca más me lo encontraría porque mi padre no me daba información de… Mayuzumi Chihiro; mi Chi-chan, hasta que nos volvimos a encontrar por accidente en esta universidad… entonces solo me encontré con este chico frío, pero ni así me dejo de gustar.

-Chi-chan, no debería estar aceptando sus vulgares invitaciones, eso no se ve nada bonito –reproche ignorando olímpicamente su mirada, él suspiro y frunció el ceño claramente molesto, se acercó invadiendo mi espacio personal.

- ¿Por qué debería importarme parecer “bonito”? o es solo una excusa porque no querías decir que me estabas acosando descaradamente –me susurro al oído con burla, me aparte sonrojado.

-NO… NO ES CIERTO, YO NO ACOSABA A CHI-CHAN –me miro con escepticismo.

- ¿Así? Entonces porque estás en el área de los de tercer año o dime ya te adelantaste dos años –me molestaba que ahora me mirara con superioridad como si estuviera hablándole a un niño pequeño.

-ESTABA BUSCANDO A MIDO-CHIN

- Suerte con eso entonces… por cierto Murasakibara soy tu superior, no me sigas diciendo Chi-chan –puede ver su espalda mientras se iba, me sentí triste, sabía que a Chi-chan no le gustaba que lo llamara así, pero… levanté la vista encontrándome con un chico delgado, muy bonito, de cabellos verdes que iba muy atento leyendo unos papeles, primero tenía que cumplir mi tarea.

Aún no podía creer como las cosas habían cambiado drásticamente, Mido-chin se iba a ¿casar?, era un shock muy grande pero mayor fue ver a Reo-chi en su máxima expresión de alfa, Reo-chi era muy tranquilo, divertido o como lo molestaba a veces Nebu-chi y Kota-chan muy divaza, no iba a mentir sintió un poco de miedo cuando Reo-chi paso por su lado, mucho miedo. Cuando se fueron los chicos, muchos se miraban sin entender la situación o murmuraban y algunos estaban haciendo llamadas con el ceño fruncido.

-Es por eso que no me voy a juntar con un omega –mi corazón se marchito cuando escuche ese timbre de voz, Chi-chan.

- Mayuzumi, por favor no ahora –respondió Himuro mientras lo miraba malhumorado y como quien no quiere la cosa.

- Pero estoy en la cierto, jamás quiero ser un muñeco de mis instintos –se jacto.

- ¡JA!, Fantasmita no escupas al cielo sino después me reiré en toda tu asquerosa cara –esa voz llena de veneno no era de otro más que del alfa Hanamiya, la sala se tornó silenciosa con su ida y Kiyo-chan le siguió.

-Todos vayan a sus casas, ya hablé con Akashi, no hay nada de qué preocuparnos- la voz de Niji-chi resonó por el aula, obedientemente todos agarraron sus cosas y se empezaron a retirar cuando iba a salir puede ver como Chi-chan era detenido por Niji-chi, ¿era algo malo?

Cuando llegué a casa me saqué otro pedazo de pie de limón mientras miraba nuevamente “El Diario de Noa”, no tenía sentido, donde estaba su épica historia de amor, suspiro y apago la TV dispuesto a dormir, se removió en las frazadas, la noche de hoy día estaba muy fría, miro el techo y cerró los ojos, haciendo presente las palabras de Chi-chan; “jamás quiero ser un muñeco de mis instintos”, ¿Por qué dijo algo así?, ¿A que le tenía miedo?; “no me voy a juntar con un omega”, se sobo los ojos que traicioneramente lo estaban haciendo llorar, no era justo, ¿porque tenía que sentirse atraído por ese alfa?, ¿porque sentía que si no lo miraba u olía moriría?, al recordar su olor sintió como se humedecía de su parte trasera, se levantó apresuradamente al baño, se sentía caliente, se lavó la cara y se dirigió nuevamente a su cuarto, miro su celular, Ki-chan con Aka-chin le habían recalcado varias veces que anotara sus ciclos de celo, faltaba aún dos semanas… entonces que le pasaba a su cuerpo.

Ese día no era mi día, sentía la cabeza gritar de dolor y un dolor de huesos que no me dejaba comer mis gloriosos dulces, Kaga-chin me miraba preocupado porque me estaba moviendo incomodo por todo mi pupitre.

-Mura, ¿te sientes mal? –Negué, no quería ir a enfermería, la señora siempre me renegaba por mis impulsos hacia lo dulce. Kaga-chin pareció creerme.

- POR DIOS, ATSUSHI PARECES UN MUERTO –dijo Aomine mientras se llevaba su pollo frito a la salsa de limón y me miraba divertido.

- No es divertido Ao-chan –mire mis caramelos y chupetines, por primera vez no me daban ganas de comerlo.

- Mura ¿enserio vas a estar bien? –Mido-chin estaba claramente preocupado.

- No, pero no quiero ir a mi casa –todavía no había visto a Chi-chan.

- ¿No será tu celo? –Ki-chan estaba mirando su celular mientras pregunto.

- Uhmm, tienes razón cuando yo tenía mis celos era como una fiebre.

- Bakagami, eso era por aun no te presentabas, Atsushi hace rato que se presentó… aunque algunos tienen algo parecido a los cólicos de las mujeres antes del celo, pero… –Ao-chan me miró fijamente- ¿tú no eres de esos o sí?

-No… –Aka-chan me corto- ¿en el último no sentiste algo extraño?

- Solo era más doloroso, pero no tenía nada antes además me faltan dos semanas –saqué mi celular mostrando mi calendario.

- Ah, que suertudos, ustedes si saben cuándo les vine.

- JAJAJA quien te mando a que te presentaras- Mientras Ao-chan y Kaga-chin peleaban en la mesa me puse a pensar, los celos a diferencia de las mujeres que les baja la menstruación cada 28 días era cada 3 meses lo regular, aunque algunos poseen “dolor pre” que sería como los cólicos, pero en los omegas son subida de temperatura y dolores en la espalda baja, yo nunca tuve dolor pre, así que no era mi celo… talvez realmente me eh enfermado.

Estábamos en la cancha esperando a que vengan los demás para entrenar, me eché en la banca, estaba fría y me puse una toalla con agua en la frente, sentía que se me había subido la temperatura, todavía no soltaba ninguna feromona entonces no era mi celo, sino una maldita fiebre. Me timbraban los oídos por la bulla que mis compañeros estaban haciendo.

-Mo~ basta, hacen mucho ruido –todos me miraron y tuvieron una mirada sombría, esto olía mal, muy mal.

- Creo que lo mejor es que vaya Atsushi

Caminaba frustrado al club de boxeo donde iba a recoger las nuevas pelotas desinfladas que habían llegado, todos me miraban curiosos, a pesar de que ahora había una igualdad de derechos, siempre había prejuicios, aunque no tanto, como por ejemplo los clubs de natación, vóley, tenis, atletismo y básquet era balanceado había tanto omegas como alfas y betas, pero en otros o había más omegas o más alfas, en el club de boxeo solo había un omega… uno marcado, pero aun así yo no tenía miedo de ir.

Estaba temblando mientras trataba de caminar, estaba asustado, el líquido que salía de mis piernas lo confirmaba al igual que el aroma que desprendía, joder, justo ahora, llegue al aula de limpieza del club de boxeo y busque entre mis pantalones mi celular, tenía que mensajear a alguien. Antes de que pudiera mandar un mensaje o llamar a alguien entraron algunos miembros del club y nos miramos, podía ver como sus ojos empezaban a tener un brillo dorado, en estos momentos no podía pararme, uno de los altos chicos los boto fuera del cuarto y se me acerco lentamente mientras tapaba su nariz con su casaca.

-Tranquilo –dijo cuando vio como trataba de retroceder con cada paso que daba- ¿ya llamaste a alguien? –negué y con mis dedos temblorosos marqué al primero de mi lista Ao-chan *Lo sentimos no tiene el saldo disponible para hacer esta llamado por favor comunicarse…* Mierda, no tenía saldo.

-Mira, veo que no tienes saldo, voy a liberar mis feromonas para que te tranquilices y me voy a retirar para buscar a alguien –era algo común que cuando un omega entrara en celo y no tenía sus medicamentos, un familiar o amigo utilizaba sus feromonas como calmante, el chico libero sus feromonas, pero lo repudie, me sentía asqueado y chille de miedo.

- Eres un omega “blindado”, joder voy a ir a buscar ayuda de acuerdo –el chico salió y cerró la puerta, ¿yo estaba “blindado”?, ¿por quién?, trate de recostarme levantando la cabeza tenía que tratar de tener aire, el “bling” era cuando un macho elegía una hembra, esta no podrá sentir la atracción por otra persona que no sea el alfa que la ha blindado, como poner una venda en los ojos de la hembra con un respirador del aroma del alfa, y a veces el bling era tan potente que para otros alfas era invisible la hembra.

Cuando la puerta se empezó abrirse suspire aliviado, pero me tense nuevamente cuando en vez de abrir la puerta suavemente, estaban forcejeando trate de gatear para ocultarme entre las cajas, la puerta se rompió pude ver a cuatro alfas parados, con la mirada cegada, se pusieron de caza, alguien me agarro del brazo tirándome en medio de la sala, acostado boca arriba. Uno me agarro de los brazos, cuando vio que trataba de golpearlos, con mis manos atadas me dispuse a patear, pero uno agarro mi pierna con fuerza y otro puso su rodilla sobre pierna, dolía y mucho, el más agarrado se posiciono entre mis piernas comenzó a lamer y a chupar mi clavícula y cuello.

-¡¡¡NO, POR FAVOR NO!!!-grité y lloré, ¡¡CHI-CHAN SALVAME!!, supliqué en silencio, cuando sus manos empezaron a desgarrar mi ropa y lloraba de miedo.


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