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Hope por Akatsuki3333

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Notas del capitulo:

Los personajes son propiedad de Oda-sensei

Primer parcial de matemáticas todos en su salón morían de miedo y la sonrisa torcida de su profesor, les inspiraba aún más terror. Tal vez debería de estar preparado Rayleigh se había jactado la noche anterior de que esta vez no podría sacar el máximo, sin embargo, no era propio de él asustarse por una amenaza. Por el contrario, estaba emocionado por el reto, le daban un poco de lástima sus compañeros, sobre todo el moreno que creía se llamaba Lucy o Rufy, ese hasta se mordía las uñas.

Una hora después el examen había concluido, al final Rayleigh no era tanto un príncipe encantador y si un rey obscuro. El examen tenía contenido que de no haberte leído el libro sería imposible, pero para su suerte él lo había leído dos veces por lo tanto estaba confiado.

Salió al recreo y fue directo a las gradas del campo de fútbol, ya que a esa hora no acostumbraba haber gente. Miró a todos lados y aún algo sonrojado sacó el bento que Rayleigh había hecho para él. Solo de abrirlo y ver la escandalosa decoración infantil y un "ESFUERZATE" enorme pintado con algo que parecía kétchup le dió vergüenza ajena.

- Valla eso se ve delicioso.

Pegó un brinco y por acto reflejo cerró la caja de almuerzo. - Quién rayos eres tú?

- Oh perdón te asusté.

- Me sorprendiste que es diferente, y aún no me dices quien eres tú.

- Perdón, perdón. Yo soy Ace, Portgas de Ace, disculpa por haberte "sorprendido".- dijo un moreno pecoso increíblemente guapo, sin embargo lo que embobo a Zoro fue su hermosa sonrisa.

- y se puede saber qué haces aquí Portgas de Ace además de espiar a los demás. - dijo tratando de disimular su sonrojo.

- no estaba espiando a nadie, es solo que me quedé dormido en la clase de deportes y al parecer se olvidaron de mí.

- valla creí que solo yo era capaz de dormirme en esas gradas tan incómodas.

- entonces ya son dos cosas que tenemos en común.

- y cuál sería la otra?

- que somos muy guapos por supuesto.

- y modestos

Ambos rieron, pero fueron interrumpidos por el estómago del pecoso. - mierda tengo que apurarme o no comeré nada.

- Trajiste almuerzo.

- Lo traje, pero mi hermano estaba tan nervioso por su examen de hoy que se comió mi almuerzo y el suyo de camino aquí.

- que acaso no desayunó?

- Sip, pero su estómago no tiene límites.

- bueno la cafetería ya cerró.

- QUE, EN SERIO?! MORIRÉ DE HAMBRE.

- B..bueno si quieres puedes comer..c..conmigo.

- En serio.

- si.

- retiro lo dicho, eres más lindo que guapo.

- Lindo? A qué te quedas sin comer

- disculpa, disculpa eres todo un hombre guapo

- Bien, así está mejor.

Comieron animadamente conversando de cosas triviales, el tiempo se les pasó volando tanto que cuando sonó el timbre que anunciaba el fin del recreo aún no habían terminado.

- Mierda, me tengo que ir, sino el estúpido de Akainu me deja en detención. - dijo el moreno.

- Corre como el viento entonces porque no llegas. - le advirtió el peliverde.

Y así el pecoso se lanzó a la carrera hacia su salón.

Zoro lo miró marcharse con una sonrisa. Hacía años que no comía con alguien y se la pasaba tan bien. Pero sin dudas eso no duraría, no más ese chico supiera quién era él se alejaría. Sin ganas entró al salón y pese a que le aterraba dormirse en la clase de historia de Nico Olivia en algún momento callo en los brazos de Morfeo. Despertó una vez más en total soledad, ya era bastante tarde no creía que quedara nadie en la escuela, pero estaba muy equivocado, cuándo llegó a la salida lo esperaban 5 tipos que no reconoció, tenían un uniforme diferente, eso le dió mala espina. Trató de seguir su camino sin hacer contacto visual.

- oye verde a dónde crees que vas?- le dijo uno que parecía el líder.

- me hablas a mi?

- no veo a nadie más con el pelo como hierba.

- deberías irte ahora, voy a hacer como que no escuché eso.

- pues escucha bien esto. El Baroque Works te manda saludos.

Sus ojos se abrieron como platos, a duras penas logró esquivar la patada que ese sujeto que no dejaba de meterse el dedo en la nariz le lanzó. Ni siquiera tuvieron la decencia de pelear uno a uno pues los otros cuatro no dejaban de atacarlo también. Sin embargo, tantos años de peleas callejeras le habían dado mucha experiencia así que le fue muy fácil noquear a uno de los agresores y lastimar a otros tres al punto de hacerlos huir. Pero el idiota de los mocos era duro.

- Eres más rudo de lo que pensé, es una pena que seas un traidor.

- Traidor? Dile a Daz Bones que no voy a volver, nunca tuvo mi lealtad y nunca lo tendrá.

- A nadie le interesa que regreses, solo queremos darte una lección, será un placer domar a una bestia como tú.

- Aquí te espero moquitos.

- llámame Mr5.

- no me interesa, terminemos con esto.

Volvieron a pelear, pero fueron interrumpidos por una voz que le sonó familiar. - Que está pasando?- dijo un confundido pecoso que salía de la escuela.

Sin embargo Mr5 no se detuvo y lanzó un golpe directo a su cara, pese al dolor se las arregló para no caer, y para golpear al otro hasta hacerlo morder el polvo. Se situó sobre él y siguió golpeando.

- Oye detente. Basta!.- el pecoso lo agarró quitándoselo de encima al otro.

- Déjame le voy que demostrar que tan difícil es domar a esta bestia.

- Oye tú, no lo voy a detener para siempre, si puedes caminar vete.- le ordeno el pecoso a un herido Mr 5.

Este se paró con dificultad y levantó a su compañero que aún estaba noqueado en el piso.- Eres un maldito mounstro, esto no se quedará así.

Zoro chasqueo la lengua y forcejeo con Ace nuevamente. - Suéltame.

- Cálmate.

- que me sueltes.

- Sabes si te comportas como un salvaje, no estas siendo diferente a lo que ellos piensan de ti. Demuéstrales que eres mejor que eso.

Se detuvo instantáneamente y volvió a ser el mismo. - está bien, ya suéltame.

Ace lo soltó y tomó su mano. - vamos.

- no creo que el director esté en la escuela.

- no vamos a la dirección, vamos a la enfermería.

No sabía cómo lo había hecho pero el pecoso logro entrar por la ventana de la enfermería y luego abrió la puerta dejándolo entrar. Lo hizo sentarse en la camilla y atendió sus heridas.

- Estás bien?

- Si solo fue un rasguño.

- puedo preguntar quiénes eran esos?

- no lo sé.

- no lo sabes? Nadie ataca a otro porque sí.

- qué se yo tal vez se confundieron. - respondió sin ganas.

El pecoso lo miró escéptico. - será eso entonces. Por cierto, aún no sé tu nombre. Con las prisas no te lo pregunté.

- Eso no te importa.

- Vamos no seas así, quiero saberlo, por favor ...por favor- lloriqueaba el pecoso.

Zoro estaba perplejo, de verdad se había olvidado de la pelea tan rápido, ese chico era raro, quiso decirle su nombre, pero sabía que si lo hacía por muy despistado que fuera el moreno, pronto se alejaría de él. - He dicho que no, no le doy mi nombre a extraños.

- pero si comimos juntos, te dije mi nombre y ahora nos volvemos a encontrar. No somos extraños.

- Somos conocidos. Si nos volvemos a encontrar te diré mi nombre.

- ok, entonces mañana almorcemos juntos en el mismo lugar. Es una cita.

- Que? Cita?

- sip nos vemos mañana bebé.

- Bebé?

- Si no me dices tu nombre tengo que improvisar jajaja

Zoro iba a replicar, pero el pecoso ya se iba y a él mismo ya se le había hecho tarde.

Esa noche agradeció mentalmente que su madre no tuviera clientes. Le dolía el cuerpo por la pelea y además así podría preparar el almuerzo para su cita del próximo día. Se sonrojó ante el pensamiento. Que le pasaba el no se sonrojaba por tonterías, porque su corazón se alocaba al pensar en ese chico.

Al día siguiente fueron recibidos por un decepcionado Rayleigh, pero no pudo importarle menos, bajó su cabeza y calló rendido por el sueño.

- Zoro?....Zoro?..... ZOROOO! Levantó la cabeza y bostezó mirando a Rayleigh con curiosidad. La cara del mayor le hizo saber que luego tendría problemas.

Algunos tuvieron el valor de reírse bajito, otros solo cuchicheaban, sin embargo, luego del gruñido de molestia que emitió el aula quedó en completo silencio.

- bueno como les decía, los resultados fueron tan malos que repetiré el examen, por supuesto que los que aprobaron no tendrán que hacerlo a menos que deseen mejorar su calificación. – Dijo Rayleigh, solo en ese momento se percató de que su examen estaba sobre su mesa con una A en la esquina, sonrió satisfecho.

- Rayleigh sensei, pude quedarse después de clases y ayudarnos por favor es que hay varias cosas que no entiendo y tengo que aprobar o mi padre me mata. - suplicó Luffy

- lo siento joven Monkey, pero estoy muy ocupado. Pero estoy seguro que Zoro tiene tiempo así que él se quedará y ayudará a todos los que lo necesiten. Verdad Zoro?

En serio le pedía eso, chasqueo la lengua y se cruzó de brazos molesto, pero la mirada de Rayleigh lo hizo asentir de mala gana.- está bien- dijo entre dientes. Con suerte ese chiquillo no aparecía, no habían hablado nunca y se juntaba con el grupo de los populares del que la presidenta de clase, que por cierto lo odiaba, era líder así que estaba seguro de que no se quedaría.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre. Salió del aula un poco ansioso, era la primera vez que tenía una cita en su vida. Aunque no era precisamente como se lo había imaginado. Un picnic con otro chico definitivamente se salía de su esquema. Nunca se había planteado temas de gustos, y aunque algunas personas se le habían declarado, nunca había aceptado. Llegó a las gradas y se sentó a esperar, sin embargo, el recreo pasaba y el pecoso no aparecía. De seguro había escuchado los rumores, estaba acostumbrado a que eso pasara, sin embargo, por algún motivo tenía un nudo en la garganta, ni siquiera tenía ganas de comer. El timbre sonó así que se levantó llevando consigo su almuerzo aún sin probar. Iba a comenzar a caminar cuando sintió un grito que lo asustó.

- BEBÉ!

No podía ser, definitivamente no podía ser, pero se giró para cerciorarse. Mala decisión pues fue tacleado por un pecoso que venía a toda velocidad.

- Bebé lo siento, lo siento, me quedé dormido en el salón y el muy idiota de mi hermano no me despertó, mira que se lo advertí, pero al muy tonto se le olvidó. Lo siento, de verdad lo siento…

Zoro tuvo que poner una mano en su boca para que se callara. - está bien, ya entendí. Ahora quítate de encima.

- Lo siento. A pesar de ser yo el que te invité.

- oye no pasa nada. No te disculpes más, le puede pasar a cualquiera.

- pero yo quería comer contigo- dijo el moreno con un puchero que a Zoro se le antojo adorable.

-  bueno aún podemos, si nos saltamos la siguiente clase.

- de verdad, harías eso por mí.

- bueno por ti y por mí. No tengo ganas de soportar a Akainu sensei.

- a ti también te tiene manía? Llevo toda la semana en detención por su culpa.

- solo una semana? Mi record es de mes y medio.

- wau tu sí que le gustas

- no puede vivir sin mí. - ambos rieron

- y que vamos a comer? - dijo el pecoso mientras babeaba mirando el bento de Zoro.

- no sé tú yo traje mi bento.

- y yo traje las bebidas- dijo el pesoso mientras sacaba dos sodas.

- No sabía que solo almorzabas eso, con lo mucho que comiste ayer pensé que traerías algo sólido.

- para que traerlo si puedo compartir el tuyo

- de eso nada, compartí contigo ayer porque me dijiste que tu hermano se comió tu almuerzo. Quien se lo comió hoy tu perro.

- No, fui yo, es que estaba nervioso en la mañana y cuando estoy nervioso como.

- y el desayuno?

- ese si se lo comió mi hermano.

Zoro suspiró. - está bien, pero come como una persona que yo también tengo hambre.

Comieron animadamente.

- Oye esto está delicioso, no es tan lindo como el de ayer pero el sabor es mucho mejor. - hablo Ace.

- es que Ray sensei no es muy bueno en la cocina...- se maldijo por dentro, solo él era tan idiota.

- Ray sensei quien es ese? Tu novio? - amaba el despiste del pecoso.

- No. Es como un padre para mí.

- Oh ya veo. Entonces este lo hizo tu mamá?-

- no

- tú novia entonces

- yo no tengo novia

- y novio

- que no pesado, lo hice yo

- en serio? Es genial, yo por más que lo intento soy un desastre en la cocina. Me despisto y se me quema todo.

- no me digas?

- oye, el sarcasmo si lo entiendo

Ambos rieron. - bueno, ahora sí me vas a decir tu nombre?

- no

- pero tú dijiste

- pero tú llegaste tarde.

- maldición. Entonces mañana me lo dirás?

- me lo pensaré

- vamos no seas así

- está bien, si nos encontramos te lo diré

- de que hablas, mañana no me quedaré dormido así que más te vale estar aquí con mi almuerzo.

- no soy tu criado.

- Nop, eres mi futura esposa. No puedes darme una probada de este delicioso sabor y luego negarlo.

- ok. Mañana entonces. QUE ESPOSA!?

- nos vemos. - dijo el pecoso mientras huía.

Logró entrar al salón sin toparse con Akainu, aunque estaba seguro de que el mayor se la cobraría. Sonrió al recordar su cita y una vez más se durmió.

Lo despertó el sentimiento de ser observado - piensas quedarte como idiota mirándome toda la tarde, o me dirás que rayos quieres?- preguntó Zoro sin abrir los ojos

- este yo..., Rayleigh sensei dijo que podrías ayudarme para el examen.

Solo entonces levantó la cabeza de la mesa y bostezó mientras le daba una detallada mirada a su compañero, ese chico de verdad que necesitaba ayuda si se había quedado .- entonces no te molesta que te enseñe- preguntó seriamente.

- para nada, necesito aprobar a cualquier precio.- Zoro esbozó una media sonrisa sin dudas ese chico o era muy valiente o nadie le había contado nada. Por un momento se sintió feliz de no ser mirado con desprecio o miedo.

Comenzaron a estudiar y pese a que Luffy se distraía por momentos con cualquier tontería, su nuevo tutor a veces con paciencia, otros regañándolo a gritos logró que entendiera más en unas horas de lo que había aprendido en el mes que llevaba ahí.

- bueno creo que por hoy es suficiente, mañana podemos seguir...si quieres.- dijo dudoso el peliverde.

- claro que si, por primera vez en mi vida entendí algo de matemáticas, eres genial- le sonrió ampliamente. - por cierto, soy Monkey D Luffy mucho gusto. - Zoro enrojeció, esa sonrisa tan linda y sincera le hizo recordar a Ace.

- idiota no crees que debiste empezar por ahí- suspiró y trato de ocultar su sonrojo- Roronoa Zoro el gusto es mío.

 

 

 


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