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Where is the love? por ScorpioGirl

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Notas del capitulo:

Bien seguimos con las segunda parte del primer día de Milo en casa de Degel, espero que sea de su agrado :3

Milo vio partir a Degel en su lujoso carro mientras Sasha seguía adormilada en sus brazos. Cerro la puerta, miro el desastre que había a simple vista, suspiro cansado “Al menos esto es mucho mejor que estar en la bodega”.  Acostó a la pequeña en la mecedora, mientras intentaba ver porque lado de la casa empezar a limpiar.

--Bien Sasha, ¿Qué vamos a hacer? – Miro a la pequeña que se talla sus ojos – Eres muy dormilona bebé – Estaba feliz viendo  Sasha jugar con sus pies para luego mirar el resto de la sala de estar, que estaba más desordenada de lo que recordaba ayer por la noche –… Creo que empezare por tirar la basura de esta área – Comenzó a apartar las cosas en varios bultos, uno de basura-basura tipo envolturas, botellas y empaques vacíos de comida o jugos y así más porquerías, otro más con papeles de Degel que los dejaría a la vista, no vaya a ser que sean importantes, ropa sucia, cosas fuera de lugar en fin Milo creía que no iba a terminar – Y creo que necesitaré una escoba… Bebé ¿Sabes dónde guarda tu padre las cosas de limpieza? – Y Sasha cual si hubiera entendido deja de jugar con sus deditos, le mira curiosa y balbucea cosas inentendible, Milo sonrió al ver el gesto de la pequeña y le siguió el juego a la pequeña – A ya veo, gracias – Sujeto su manita para estrecharla en agradecimiento.

Miro a un costado donde estaba un pasillo contrario a la cocina, Milo recordó que Degel no termino de enseñarle la casa por completo, así que comenzó a preocuparse “Talvez se enoje porque ande husmeando por su casa sin su permiso”, Y de la nada recordó aquella puerta oscura del segundo piso pero pronto negó con su cabeza un par de veces en reprimenda, la curiosidad no era buena y muy bien lo sabía. Pero por otra parte Degel se le figuraba una muy buena persona, demasiado confiado para su gusto, digo que clase de padre desesperado deja aun completo desconocido en su mansión y con su niña de apenas unos meses de vida. Pero allí fue donde surgió una nueva incógnita…

¿Quién era la mamá de esa niña y donde estaba? Porque dejaba a su hija sola…

Tal vez se separaron, ya que recordó que el mayor le dijo que eran ellos dos. No le quería dar muchas vueltas al asunto ya que  lo más probable es que sería un tema incómodo para Degel. Lo mejor era no sacar conclusiones apresuradas, ya haría descubriendo cosas del mayor con forme fueran pasando los días o al menos eso esperaba.

Así que era más que obvio que ahora estaban solos ellos dos, por lo que decidió conocer un poco más la casa para ver si daba con la escoba, Sasha estaba entretenida con los colgantes de colores de la mecedora, así que no le vio problema dejarla sola por unos minutos.

Al avanzar entre el par de habitaciones, descubrió que la casa tenía un enorme ventanal en la parte de atrás que dejaba ver un descuidado jardín, entre maleza y arbustos de flores secos, pero había lo que podía ser un pequeño manzano enano y dos árboles grandes que sus hojas estaban cayendo para dar inicio al otoño su época favorita del año aunque detestaba el frio pero era mejor que el calor, aunque le calara hasta los huesos. Se acercó más pegando su frente al frio cristal, pudo ver una fuente y una mesa de cristal con paraguas con dos sillas plegables y debajo de un árbol grande una hamaca vieja. “Un enorme patio, estaría hermoso de no ser por lo descuidado que esta… No me sorprendería que tuviera una alberca llena de lama allá afuera”

Siguió caminando de regreso a la sala, miro la puerta justo frente a las escaleras del segundo piso, la abrió con suavidad y encontró el despacho de Degel, al parecer tenía su propia oficina en casa, con muebles de madera brillantes, estantes llenos de libros y papeles, una computadora en su escritorio y lo que semejaban se maquetas de la antigua Grecia.

Y así estuvo por la mayoría de la planta baja de la enorme casa, encontró lo que semejaba ser una bodega llena de cosas viejas, hasta que por fin junto a la cocina encontró el cuarto de servicio. No era la gran cosa, pero tenía que agregar que nunca en su vida había visto una lavadora real frente a él, mucho menos una secadora, el lavaba su ropa en el baño y la colgaba del tubo de la cortina. Había una enorme montaña de ropa sucia. “Ahora sé porque su armario está casi vacío, toda su ropa está aquí”

Había repisas llenas de productos de limpieza y justo en una esquina de esa habitación estaban los objetos que estaba buscando, había hasta una enorme aspiradora, una especie de rodillo para pintar paredes, una escoba grande y una pequeña, en fin tenia de todo lo necesario para tener una casa reluciente de limpia pero al parecer no le dedicaba tiempo a esta o las anteriores empleadas las usaban poco. Tomo la escoba, el recogedor, una bolsa para la basura y un pañuelo para limpiar los muebles de la sala. Cuando regreso vio  toda la basura regada puesto que la pequeña Sasha se había bajado de la mecedora y se encontraba jugando con algunos empaques de basura.

--¡Bebé no! Deja eso – Se acercó rápido para apartarla, le cargo y la a cómodo de nuevo en esa cunita pero esta vez sí le puso el cinturón para que no se bajara.

--Al parecer tu papá tiene razón, eres un pequeño Tsunami – Se rio al ver el puchero de la niña que chupaba una botella de refresco, se agacho para darle una muñeca de trapo que encontró entre los sillones pero solo gano que le arrojara a la cara la botella vacía que tenía en la mano directo a la cara – ¡Auch! óyeme ¿Que te pasa?, no puedes jugar con la basura – Y al decirlo Sasha soltó un grito en protesta y comenzó a llorar y jalonearse en esa mecedora. Milo tenia los nervios de punta talvez se hubiese lastimado.

--“¿Le deje caer muy fuerte en esa cosa? Tal vez le aprieta mucho el cinturón o…”

Milo estaba en pánico, la bebé no dejaba de llorar y casi casi se pone a llorar junto a ella

--“Dioses ¿Qué hago? ¿Será bueno llamarle a Degel? ¿Qué tal si le interrumpo su trabajo? Me creerá estúpido por no saber qué hacer… Hasta es posible que se moleste por hacer llorara a su hija”

Estaba por perder ante sus nervios cuando respiro profundo unas cuantas veces y espero tranquilizase un poco y averiguar el porqué de su llanto.

 --Oye tranquila ¿Qué tienes?- Pregunto en un tono sereno – ¿No te gusta la muñeca? si es muy bonita y…

--¡AAAAAAAAAAAAAAAAPAPAPAPAPAPAPAPAPA! – Grito la pequeña roja de furia.

--¿Papá? ¿Quieres a papá? – Pero la bebe seguía llorando dramáticamente dando manotazos por doquier – Está trabajando emm… Ya viene… Por favor deja de llorar ¿Si? – Pero nada de lo que decía lograba consolar a la pequeña. Así que con todo el miedo del mundo se animó a levantarla despacio. Y como por arte de magia se calmó, se le quedo viendo con sus enormes ojitos llorosos, completamente sería.

--Ya recuerdo… Está bien, Esta bien, no te gusta estar en tu cuna ¿Verdad? – La bebá chupaba su pulgar con sus ojos rojos y mejillas húmedas, gimoteando levemente, se acurruco en los brazos del menor mientras este le limpiaba con su pulgar los cachetitos – ¿Ya estas mejor? Sí, que linda nenita – Sasha restregó su carita en el pecho del menos, aferrando sus manitas a la camisa de el para darle a entender que no lo iba a soltar – Pero si te cargo no terminare de hacer la limpieza – Le meció un poco entre sus brazos para calmarla, acariciando su cabecita,  camino con ella por la estancia y cayo encuentra de algo:

“Esta casa está llena de espejos”

Y si había unos grandes y otros pequeños que adornaban las paredes por todo a su alrededor, donde quiere que miraba allí estaban, le hizo sentir atrapado ante tantos reflejos de él. Tomo valor para salir de su prisión mental, puesto que Sasha llevo una de sus manitas a la cara del mayor, como dándole a entender que no se preocupara, sonrió levemente al ver como esta escondía su carita en su cuello. Así pasaron unos minutos, acariciando la espaldita de la bebé mientras él se quedó mirando a un punto fijo en la pared frente, Su mirada se había detenido justo en el estante con un portarretratos. La curiosidad le gano y se acercó para verla más de cerca.

--¿Ella es tu mamá? Es muy linda – Y si, en la foto había una mujer de hermosas facciones con una larga cabellera rubia de ojos azules y una tierna sonrisa, también podía ver por el sencillo vestido amarillo que traía que tenía un cuerpo curvilíneo y de buenas proporciones – Te pareces mucho a ella – Pero Sasha seguía con su rostro inexpresivo justo como el de su padre o al menos esa fue su primera impresión de él, a lo poco que pudo percibir de él es que era una persona introvertida pero a su vez quería demostrarle su amabilidad de la mejor manera.

--Eres muy seria ¿Verdad? – Le hizo cosquillitas suaves con su dedo en la pancita pero la pequeña ni se inmuto – Al parecer tienes el carácter de tu padre, me pregunto si Degel era así como tú de pequeño – Se rio al imaginarle de pequeño haciendo destrozos como Sasha pero esta soltó un quejido a modo de protesta – Tranquila yo no te hare daño ¿Si? – Le levanto un poco para que la pequeña le mirar a los ojos –  Mientras yo esté aquí nada malo va a pasarte ¿Vale? Hare lo mejor que pueda… Prometo cuidarte… Siempre quise tener un hermanito… Al menos ya no estaremos solos – Estaba feliz pues recordaba sus deseos de niño de tener alguien con quien jugar, tener un amigo, pero luego recordaba todos los golpes y maltratos, en si agradecía que un ser más no sufriera lo mismo que él, lo que le llevo a la conclusión de “Mejor sufro yo solo, que traer a alguien más a este infierno de vida” y era cierto jamás paso por su mente que algo como lo del puente fuera a sucederle, técnicamente era imposible. Soltó un ligero suspiro y sin más se resignó a cargar con la pequeña, tal vez sería más cansado hacer las labores pero hasta que ella volviera a tomar una siesta podría retomar lo que estaba haciendo sin interrupciones.

 

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Mientras tanto en la Universidad de Palas

 

Degel iba casi corriendo por los pasillos hasta llegar al aula donde tenía su primera hora. No le causaba sorpresa que en cuanto entrara ya estuviera el aula lista para exponer. Algunas de las jóvenes le ayudaban a tener organizada el aula, en si le ayudaban a tener todo listo para cuando el llegara y se acomedían ayudarle en clases, eran las típicas queda bien con el profesor, aunque él no se consideraba “Atractivo” sabía que era popular entre los cotilleos de las alumnas.

--Bien jóvenes ilustres, disculpen la tardanza, ¿Alguien quiere empezar a exponer sus avances en su proyecto? – Miro a los jóvenes frente a él pero nadie se movía o decía nada – ¿Ninguno? Bien al que le caiga le toca – Se dio la vuelta y cogió del cajón de su escritorio una pelota anti-estrés y la aventó hacia atrás sin ver, pronto escucho el bullicio de los estudiantes – 5… 4… 3… 2… 1…. Bien ¿Quién se quedó con la pelota? – Miro a una joven que todos los compañeros señalaban divertidos, esta se levanta y le regresa la pelota a Degel – Excelente, empezamos…

No tenían ni 20 minutos de empezar la clase cuando escucha que llaman a la puerta y al abrirse esta dejo ver a una imponente mujer de tez blanca, con un traje elegante y formal color negro compuesto de una camisa escotada blanca con un saco negro, una falda entallada a la altura de sus rodillas junto a unas altas y sencillas zapatillas de color negro.  Su largo cabello negro y lacio recogido en una coleta alta, usaba unos discretos aretes de color plata que a pesar de no llevar un maquillaje cargado le hacían resaltar y verse hermosa.

--Disculpen, no era mi intención interrumpir la clase… Profesor Dumont me concede unos minutos, por favor  – Le hablo con tono serio pero con cierto todo de dureza en sus palabras, haciendo que al alumnado se le erizara la piel del miedo que esa mujer podía transmitir. No por nada era la única mujer en el comité escolar donde la mayoría eran hombres mayores y sin más decirle la segunda al mando de toda la escuela.

--Sí, ya voy Decana – Rápido se levantó, disimulando muy bien su malestar al ver a esa mujer, sabía lo que quería y ya estaba fastidiado de tener que liderar con ella – Alumnos lean bien el documento y chequen los posibles errores de su compañera, les hare preguntas al regresar – Los alumnos suspiraron de alivio a ver que esa mujer se iba.

Ya una vez en el pasillo, la mayor no espero ni un segundo que este cerrara la puerta del aula cuando ya le estaba abordando.

--Con respecto al cambio de horario ¿Está seguro?, ¿Nada más va encargarse del turno matutino? – Le soltó de una, la cara de desacuerdo y decepción era evidente – La paga será menos, al menos por las horas al día laboradas es la mitad y se reducirán sus gastos para colaborar con su último proyecto de investigación, su artículo para recibir el doctorado, no creo que deje de lado todo estando tan cerca – Su voz se había alterado por los reclamos ya que Degel parecía inmutarse ante estos, era como una fría estatua que la muraba fijamente.

--Señorita Pandora no veo a que se deba esta interrupción, creí que ya había quedado el tema resuelto, yo hable personalmente con Director Aidoneus y me autorizo el permiso de poner en pausa en proyecto por un tiempo, más aparte adelantar mi periodo de vacaciones y poner a un sustituto en mi ausencia – La pelinegra se tensó ante la contestación – Entienda que necesito organizarme mejor en mis tiempos por mi hija – Suspiro cansino, sabia lo terca que era pero ya estaba todo decidido y no iba a dar marcha atrás.

--Es un desperdicio de tu potencial Degel entiende que…

--No entiéndame usted – Le interrumpió levantando un poco la voz en todo duro – Con todo respeto, amo a mi hija y quiero disfrutar de ella, no veo el por qué se quiera meter en asuntos de mi vida personal que no son de su incumbencia – Al escuchar eso el rostro de Pandora se desfiguro de la sorpresa ya que este nunca se había expresado de tal modo ante ella.

--Degel, entiendo por lo que estás pasando, son los momentos difíciles los que nos hacen querer despegar los pies de la tierra – Intento mediar un poco en la conversación para llegar a un acuerdo y convencer al francés de dar marcha atrás – Sé que amaste mucho a tu esposa – Cosa que fue un grave error el que cometió al mencionar a su esposa, ya que ese tema era muy delicado para el profesor – Pero te aseguro que esta oportunidad no se presentara otra vez en la vida, La fundación 'Solo' no abrirá sus puertas nuevamente y Aidoneus no te dará una segunda oportunidad ¿No entiendes?

--Lo sé Pandora, pero en este momento espero que usted sea la que entienda que tengo otras prioridades que son MUCHO más importantes en estos momentos – Dijo con firmeza – Ya después poder retomar mi Doctorado en otro momento con más calma… Sin más no le permitiré que se me vuelva a dirigir de ese modo… Ni retomar este asunto de índole personal – Corto enseguida a la pelinegra que le miraba boquiabierta – Si me disculpa tengo clases que dar, nos veremos luego, que tenga un buen día Señorita Pandora – Dijo haciendo una leve reverencia para dar media vuelta y dejar a la pelinegra en medio del pasillo.

 

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Pronto llegaría la hora del descanso, estaba algo preocupado por lo que Milo estaría haciendo y por su niña que esperaba que no tuvieran problemas. Espero a que los alumnos salieran para llamar por su celular.

--Veremos como la están pasando “Sólo espero que sepa como contestar el teléfono” – Tomo su celular y comenzó a llamar.

Mientras que en la casa del profesor, las cosas iban mucho mejor, Milo estaba jugado a gatear con la bebe, encontró la forma de que la pequeña estuviera entretenida y al mismo tiempo le “ayudaba” a juntar la basura. Milo le hacía gestos divertidos para que la pequeña sonriera pero esta solo le seguía de un lado a otro con envolturas en mano. En eso estaba cuando pega un brinco el susto ya que escucho el timbre del teléfono.

--Creo que es tu papá, ven – Le levanto en brazos y se acercó pero al levantarlo se dio cuenta que era de esos teléfonos modernos sin cables y al levantarlo casi se le cae al suelo. A lo que la pequeña le sonrió a modo de burla – A ver si tú muy lista, ten el teléfono – Y la bebe empezó a presionar todos los botones pero ya era tarde y la llamada fue cortada.

--“Creo que estará ocupado” – Pensó luego de un segundo intento fallido – Tal vez si le llamo más tarde… Tengo dos horas libres así que saldré de normal – Miro su reloj de muñeca – Llegare gusto a la hora de la cena, creo que será bueno llevar algo.

--Señor Dumont – Decían unas jóvenes en la entrada del salón - El profesor Cid le está buscando, dijo que estará en la sala de maestros.

--Gracias por el aviso jóvenes – Les sonrió amable mientras guardabas sus cosas en el maletín – “Genial lo que faltaba… Bueno tal vez un último intento” – Nuevamente marco pero no había respuesta cosa que le estaba causando cierta preocupación

Por otra parte ahora Milo y Sasha peleaban por ver quien tenía el teléfono, la bebe luchaba con ambas manitas para llevar el teléfono a su boca y el otro con una mano jalando suavemente para que esta no lo llenara de baba. En eso se escuchó un tono diferente que llamo la atención de los combatientes. Por algunos segundos se escuchaba una respiración clamada, por lo que a Milo se le erizo la piel “¿Sera acaso un pervertido queriendo molestar?”.

--Eh… Nunca he hecho esto antes…O ya ya, ¿Ese fue el bip?...Ejem Milo… Ah… Hola Milo, Soy Degel… creo que no te explique del teléfono y ‘BIB’ – La grabadora se había cortado puesto que solo tenía poco tiempo para dejar un mensaje.

Ambos se quedaron viendo raro a la contestadora sin saber que, Milo por un instante se puso nervioso al escuchar la voz del mayor, pero nueva mente ese sonido le alerto.

--Otra vez… Soy yo… Como te decía, si me estas escuchando presiona el botón verde del teléfono y – Por otra gracia Sasha había presionado ese botón mientras tenía parte de este en su boca – ¿Hola? ¿Hola? ¿Milo? ¿Estas allí? – Milo tomo rápidamente  el teléfono que tenía la pantalla llena de baba de bebe.

--Eh sí, sí, señor de-No… Que diga D-Degel…Jeh

--Genial… ¿Como la están pasando? ¿Todo bien?

--Sí, no tiene de que preocuparse, Sasha se ha portado muy bien, es muy buena niña – Sasha comenzó a entretenerse con los mechones rubios que caían en sus hombros.

--¿He? ¿Lo dices enserio? – Era evidente la sorpresa en la voz del mayor.

--Emm… Si – Pero de pronto la culpa le consumió – Bueno… hace rato tuve un problemita… pero ya lo solucione, ya estamos mejor

--Me alegra que ambos se estén llevando bien, gracias Milo– Se sintió más tranquilo al escuchar que ambos estaban bien – ¿Qué te parece si les llevo comida? – Milo se había sonrojado nunca nadie le había dado las gracias por algo, pero rápido se rompió el encanto.

--Sasha… Espera… No – Sasha se removía entre sus brazos al parecer estaba contenta de escuchar la voz de su padre e intentaba tomar el teléfono de nuevo, el menor no la podía sostener con una sola mano y tenía miedo de la soltase por error.

--Pahpah…Aahh – La pequeña estiraba su manita para agarrar el teléfono, tirando un poco del cabello del menor.

-Si es tu papá ¿Quieres hablar con él?... Degel te pasare a Sasha – Dijo para ponerle el teléfono en la oreja de la pequeña.

--Si está bien – Pero en cuanto le puso el teléfono y la pequeña escucho la voz del mayor se puso seria – Hola princesa, ¿Te estas portando bien? – Pero la bebita comenzó a buscar con sus ojitos por todos lados como buscando a su papá, ya que le escuchaba más no le veía.

--¿Qué pasa Sasha? ¿Buscas a papá?... Su voz esta por el teléfono pero sigue en el trabajo, ya no tarda en venir

--Mmh… Pah… Baibai – Le dio le teléfono a Milo, poniéndoselo en la oreja.

--Creo que ya no quiso hablar – Con cuidado la bajo para que gateara un poco.

--Nunca había hecho algo así, es la primera vez que habla conmigo por teléfono, estoy sorprendido… Bueno ya me tengo que retirar nos vemos en par de horas más… Me alegra enserio que hayas llegado a nuestras vidas Milo – Milo se quedó sin habla, su interior era una marea de sentimientos que nunca había experimentado antes –Bien es hora de colgar, nos vemos – Luego de eso el sonido de que la llamada había finalizado le sonó lejano al heleno. No sabía porque pero tenía unas ganas inmensas de llorar, dejo el teléfono, Sasha le tiraba del pantalón para que la levantara de nuevo.

-- Listo… Hay que terminar con los quehaceres – Cargo a la pequeña con cuidado – Tenemos que apurarnos para sorprender a tu papá. 

Y así ambos pusieron manos a la obra para dejar la casa reluciente de limpia, o al menos mejor de lo que estaba.

Notas finales:

Para las personitas que siguen la historia quiero agredecer enormemente las vistas, no crei que iba a tener tanto apoyo por esa parte al ser una pareja crack. 

Estoy infinitamente agradecida por las cosas que me a traido el escribir esta historia, mucho animo a las personas que pasan por momentos dificiles por la pandemia, les agradesco infinitamente porque se dan tiempo de leer mi aportación, enserio les adorno.

Bueno hasta aqui, nos leemos luego sigan bellos mis amores que la temporada de bichos se acerca :3


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