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Lie to me por Shima_Suzuki

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Kouyou estaba durmiendo tranquilamente en el pecho de Yuu, al final decidieron primero dormir un rato, ambos se habían levantado muy temprano para poder estar juntos, claro que el único que estaba durmiendo era Kouyou, Yuu no, el seguía despierto, abrazando a su hermoso chico y reflexionando sobre la estupidez que acababa de hacer.

Era un hombre casado, con una hija y que ni siquiera vivía en Tokyo, él vivía en Osaka y a veces en su casa de Italia.

Tenía una vida “perfecta” la vida hecha y resuelta que todo hombre soñaría, su esposa era guapa, eso no lo iba a negar, pero fue un matrimonio arreglado, amaba a su hija, eso tampoco lo iba a negar, pero la tuvieron no porque quisieran si no porque estaban obligados a dar un heredero para ambas familias.

Su familia era “perfecta” pero por los motivos equivocados, todo era un montaje bien planeado, y en el que había vivido ya casi 6 años, pero…

Su corazón latió por amor de verdad cuando se topó con Kouyou en esa cafetería, sus ojos reflejaron amor del bueno cuando se encontraban con los de Kouyou, se sentía atraído por él, por primera vez en mucho tiempo había tenido un buen orgasmo y fue gracias al castaño.

Aun no se atrevía a llamarle “amor” a lo que sentía-aunque era más que obvio el sentimiento-, pero sin duda algo lo atraía al castaño, lo mantenía pegado por completo a él, lo quería para él y solo para él.

Quería que él y Kouyou estuvieran juntos toda la vida…

Pero si se llegaba descubrir su matrimonio e hija posiblemente ese precioso chico lo dejara para siempre eso era lo que menos quería.

Por eso se cuestionaba tanto en estos momentos, por eso pensaba tanto en las cosas, estaba arriesgando mucho por lo que él consideraba amor de verdad.

Miro el reloj en su pared, ya eran las 9 de la mañana, cerró los ojos y trato de dormir, después pasarían a cosas más interesantes…

~

Akira estaba en su tiempo de descanso así que decidió llamar a Kouyou, claro que este al encontrarse durmiendo plácidamente en el pecho de su pareja no contesto, el celular estaba en un volumen mínimo y ahora ambos estaban dormidos.

Akira se rindió cuando los tonos marcaron buzón de voz, se imaginó que estaría durmiendo, Kouyou nunca dejaba el celular, siempre lo tenía cerca de él, decidió seguir con su comida, pero su teléfono sonó, lo tomo y miro la pantalla, era Yutaka…

—Yuta, hola ¿Cómo va todo?

—Hola Akira—se escuchaba algo preocupado—Necesito hablar contigo… es algo bastante serio, pero hasta ahora me pude desocupar para poder decírtelo.

— ¿Ocurrió algo malo? —se preocupó.

—Es sobre Kouyou—dijo con cautela

— ¡¿Algo le paso a Kouyou?! —se alteró, ese tonto era su responsabilidad y no se perdonaría que algo malo le pasara.

—No, no, no exactamente, cálmate—estaba asustado por el repentino cambio.

—Lo siento…—suspiro—cuéntame que pasa ¿Qué asunto es tan serio?

—Kouyou vino hace unos días a almorzar, como siempre, pero no estaba solo.

— ¿Qué?

—Llego un hombre y se sentó con él, un hombre que hace mucho tiempo se encontró con él y me pregunto su nombre…

—Ah…—esto ya se estaba poniendo raro— ¿y que paso?

—Comenzaron a hablar, se veían felices—sonrió levemente—él le tomo la mano, pero cuando me acerque para dejarles la orden Kou se soltó rápido de su agarre… como…

—Como si quisiera que nadie supiera.

—Si…—suspiro.

—Mmm…y este tipo ¿Cómo era?

—Alto, cabello negro, siempre viene de traje, labios gruesos ojos muy profundos.

—Shiroyama…—dijo con un tono extremadamente serio, o al menos así lo percibió Yutaka.

—Tengo que colgar Akira, tenía que decirte esto porque me tiene inquieto.

—Gracias Yuta.

—Adiós…

Después de eso ambos colgaron, Akira suspiro frustrado.

— ¿En qué demonios te estas metiendo Kouyou?

~

Kouyou sintió pequeños besos por todo su rostro, eso fue lo que hizo que abriera los ojos, se encontró con Yuu encima de él, sonriéndole de esa manera tan seductora que solo el pelinegro poseía.

— ¿Qué hora es? —dijo aun algo adormilado.

—Las 12 cariño.

Kouyou sonrió y se abrazó a su cuello acercándolo para que lo besara, y Yuu así lo hizo, lo beso de manera lenta y pasional, acariciando ese divino cuerpo mientras se lo comía a besos.

Kouyou abrazo sus piernas a la cadera del pelinegro al mismo tiempo que jugaba con sus cabellos al estarlo abrazando por el cuello, Yuu ya había empezado a desabrochar los pantalones del menor, Kouyou tampoco se quedó quieto, retiro sus manos del cuello del mayor para comenzar a quitarle la camisa que traía, comenzó un lento descenso, botón por botón iba revelando el cuerpo de Shiroyama, mientras que iba bajando los pantalones de Kouyou dejando al descubierto la belleza de piernas que tenía, la respiración de ambos se agito al ver por fin el cuerpo desnudo del otro, ya que sus primeros encuentros tuvieron que hacerlo con ropa.

Claro que se vieron interrumpidos, no por uno, si no por dos timbres de celular…

Ambos suspiraron y se levantaron, Kouyou se acomodó los pantalones y salió del cuarto con su teléfono en mano Yuu se sentó en la cama y contesto.

— ¿Hola?

—Yuu, querido—dijo la voz femenina del otro lado del teléfono.

—Hola cariño—sonrió falsamente para que su voz sonara más dulce.

— ¿Cómo va todo por allá? ¿Ya sabes lo que le hace falta a la empresa? —Yuu sabía que si daba una respuesta afirmativa se tendría que ir, aunque ya hubiera encontrado los métodos que le hacían falta a su empresa no quería irse, Kouyou y el apenas habían empezado a salir.

—Me temo que no, hasta ahora todo lo que he visto lo hago en la empresa, tendré que quedarme más tiempo.

—Oh bueno, trata de que no sea mucho, Hikari y yo te extrañamos mucho.

—Tratare de que nos volvamos a ver más pronto querida, salúdame a la niña.

—Sí, te amo

—Y yo a ti…

Después de eso colgó y miro hacia atrás, Kouyou aún no entraba al cuarto, suspiro aliviado, si hubiera escuchado si quiera algo de esa conversación estaría en problemas.

~

— ¿Hola?

—Kouyou.

—A-Akira hola—sonrió.

— ¿Dónde estás? —fue directo.

Ahí Kouyou tenía que pensar, bien podría decir que estaba en casa, pero si Akira estaba en casa –aunque fuera temprano para eso- sabría que estaba mintiendo, tampoco podía decir que estaba en el café, llamaría a Yutaka para comprobar, y eso lo metería en problemas, Yutaka era más fiel a Akira que a él y le soltaría toda la verdad, respiro profundo y contesto, sabía que si Akira le estaba preguntando eso es porque sabía que algo estaba pasando.

—Salí a dar una vuelta, me aburría en casa.

—Ah…  ¿y donde fuiste a dar la vuelta?

—Amm—se quedó un momento en silencio—Creo que estoy cerca del parque la verdad es que solo me puse a caminar, te llamo cuando vuelva a casa ¿sí?

—Ten cuidado ¿bien? —después de eso colgó.

Kouyou se quedó pensando, extrañado por las palabras del rubio, “ten cuidado” ¿a qué se refería? ¿Cuidado con qué? Su mente empezó a maquinar cosas, si bien podía significar cuidado al regresar a casa todo estaba bien, pero si se trataba de su relación con Yuu… ¿¡entonces Akira ya lo sabía!?

Guardo el teléfono, iba a entrar, pero se detuvo al escuchar la voz de Yuu hablar…

Yuu dejo el celular en la mesita de noche al lado de la cama y después escucho la puerta, le sonrió al castaño, Kouyou también le sonrió, sentándose en la cama.

Ninguno pregunto quién le había llamado, Yuu se fue encima de Kouyou nada más verlo sentado en la cama, Kouyou no lo detuvo, se dejó hacer y correspondía a los besos y caricias que el pelinegro le daba.

La ropa fue quedando en el piso de la habitación, cuando menos se dieron cuenta ambos ya estaban desnudos en la cama, compartiendo besos y caricias, Kouyou estaba recostado con las piernas abiertas, Yuu estaba entre ellas, masturbando a ambos con la misma mano, Yuu lo miraba directamente a los ojos, lo cual solo lo hacía más vergonzoso para Kouyou, la mirada profunda de Yuu lo ponía nervioso haciéndolo más sensible, por lo que la masturbación lo estaba llevando al límite.

— ¿Ya estas por acabar pequeño? —sonrió y se acercó un poco más, Kouyou trato de esquivarle la mirada, pero simplemente no podía, Yuu estaba durísimo, pero no se correría a menos de que fuera dentro del castaño.

—Y-Ya…ya no más… ¡ah! —Yuu acelero la masturbación, el cuerpo del castaño se tensó, estaba a punto de venirse, pero Yuu se detuvo, quitándole su ansiado orgasmo.

—Vamos a hacerlo bien esta vez—sonrió y se movió hasta llegar a la mesita de noche, saco de ahí lubricante y un condón. —Date vuelta querido—sonrió.

Kouyou hizo caso, se giró y quedo en cuatro en la cama, las piernas y los brazos le temblaban, estaba ansioso, le habían arrebatado el orgasmo y por eso temblaba tanto.

Yuu se colocó el condón, después tomo el lubricante y lo vertió su mano, esparciéndolo bien en sus dedos, comenzado a meterlos uno a uno, Kouyou gimió en cada intromisión, apoyo su rostro en la cama pues sus brazos fallaron, cuando sintió la punta noto el látex del condón así que se giró a mirarlo.

— ¿Pasa algo? —pregunto Yuu.

— ¿Estas sano no?

—Si…—lo miro confundido.

—Entonces quítate el condón—más que sugerencia era una orden, Yuu sonrió, era cierto que las primeras dos veces que lo hicieron había sido sin condón por las prisas, no había nada que temer ahora, se lo retiro y lo dejo a un lado, Kouyou se acomodó de nuevo, Yuu se fue introduciendo lento , disfrutando de esa estreches, Kouyou gimió cortado, con forme  iba entrando, cuando estuvo completamente dentro exhalo con fuerza, apretó las cobijas bajo sus manos, el hecho de que fuera lento lo hacía toco más íntimo, se volvía más sensible, le daba tiempo de disfrutar cada bendita cosa.

Yuu comenzó a moverse a un ritmo regular, su cadera golpeaba suavemente con los glúteos del castaño el cual contenía sus gemidos, dejando escapar solo jadeos y llamados hacia el pelinegro, lo disfrutaba, estaba disfrutando el movimiento que Yuu le daba.

De un momento a otro, Yuu le cerro las piernas al menor, haciendo que su interior se volviera más apretado, Kouyou abrió los ojos-pues los había cerrado por mero instinto- y lo miro, Yuu le sonrió y comenzó a moverse con fuerza y rapidez, el hecho de tener las piernas cerradas lo volvió distinto y de su garganta no pudieron salir más que fuertes gemidos, sin duda era incomodo tener las piernas completamente cerradas, pero dios ¡Qué bien se sentía!

Definitivamente, de esa cama no saldrían sino hasta la tarde…

Fin del capítulo 10.

Notas finales:

Y ya se puso tensoooooooooooo 7u7


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