Kouyou estaba recostado aun, pero se levantó rápido, recordando que Akira llegaba temprano a casa ese día, aun con el dolor de su cadera se levantó rápido para bañarse y arreglarse un poco, lo hizo rápido pues el reloj de su teléfono no mentía, faltaba una hora para que el rubio llegara…
Se vistió con algo ligero y salió disparado a la cocina, prepararía algo rápido y si veía que no funcionaba pedirá algo a domicilio, una vez en la cocina se dispuso a hacer ramen, eso le gustaba mucho al rubio.
Mientras lo preparaba no podía dejar de ver su anillo, de verdad no podía creerse que se iba a casar con Shiroyama Yuu y aunque fuera difícil Yuu se encargaría de todo.
Continúo cocinando hasta que escucho la puerta, Akira ya había llegado.
—Estoy en casa~
—Bienvenido Aki—dijo desde la cocina— ¿Qué tal tu día?
—Estuvo bien—sonrió recordando la cara de pánico del Shiroyama cuando le sonrió, él se había retirado luego de reunir a la “familia feliz” en su oficina…podría sacarle provecho a esta situación si quería… ¿pero con qué? Dinero tenía lo suficiente y dentro de poco tendría más al volverse el jefe de la empresa…Mmm después lo pensaría, definitivamente podía sacarle provecho.
—Se te ve feliz—dijo Kouyou.
—Neh, solo hoy fue un buen día…—se quitó los zapatos y se fue a recostar un momento al sillón, la tortura psicológica hacia Yuu podría ser lo más divertido de todo eso, era su venganza, Yuu le había mentido, le había dicho que él no tenía ningún compromiso con nadie y el por eso permitió que saliera con Shima…pero ahora lo pagaría.
—Comeremos ramen.
—Genial—sonrió—Voy a cambiarme
—Okey.
Akira se levantó y fue a cambiarse, Kouyou suspiro y acaricio su anillo, tal vez debería de esperar un tiempo antes de decirle al rubio sobre su compromiso con el pelinegro, para Akira sería demasiado repentina esa noticia.
— ¿Ya quieres comer?
—Sí, tengo hambre—sonrió.
—Entonces ya siéntate—sonrió y lo acompaño a la cocina donde empezó a servir. Poco después empezaron a comer, Kouyou mantenía su anillo fuera de la vista de Akira, se lo había quitado pues necesitaba sus dos manos para poder comer el ramen.
— ¿Paso algo hoy Shima? —preguntó el rubio de la nada.
—Ah…Ehh... —lo había tomado desprevenido y ahora estaba nervioso. —N-No, nada interesante, creo.
—Te noto distinto. Algo traes que no quieres decirme.
Muchas veces maldecía que Akira lo conociera tan bien.
—Es algo sin importancia…
—Mmm. Bueno—sonrió y se terminó el plato, se levantó y lo fue a lavar. Luego fue a la sala, prendió su consola y se sentó tranquilamente a jugar una partida de alguno de sus tantos videojuegos, era demasiado temprano para irse a dormir.
Kouyou termino de comer, lavo lo que uso y fue a la habitación, suspiro y se recostó en la cama, se sentía mal de estarle ocultando las cosas a su mejor amigo, el hecho de que se fuera a casar era algo muy importante en su vida, algo que quería compartir con Akira.
Pero algo en su corazón le decía que el rubio no lo tomaría tan bien que digamos, a conocimiento de Akira, llevaba solo 3 semanas de relación con Yuu cuando en realidad ya iba para casi 4 meses… era muy poco tiempo para comenzar con el matrimonio, cualquiera le diría que era una completa locura.
Y no solo eso sino también lo que sabía, el día en que Akira se enteró, había pasado con Yuu toda la mañana, después de eso ambos habían recibido llamadas a sus teléfonos celulares, él había salido para contestar y Yuu se había quedado dentro del cuarto, hablando con alguien al que claramente le dijo “Salúdame a la niña” y un “y yo a ti” …
No quería sacar conclusiones apresuradas, bien podría estar hablando con su madre por ejemplo o algún familiar cercano, pero “la niña” … dudaba que Yuu tuviera alguna hermanita muy pequeña para decirle niña, que era un señor de casi 40 años, si tuviera una hermana menor esta tendría que tener unos 20 0 30 años.
Sobrinos no era una opción pues Yuu le había platicado que su hermano no había tenido y su hermana era estéril…
¿Hijos de sus primos?
No, tampoco, Yuu no tenía contacto con su familia más allá de la nuclear, no podía ser hijos de primos.
¿Entonces qué?
La posibilidad de una hija era mayor a cada minuto que pasaba y de hecho podría ser bastante probable, y ese “y yo a ti” podría ser la respuesta a un te amo, pero ¿de quién?
Tal vez el pelinegro había tenido alguna aventura que salió mal y se hizo responsable de la criatura y esa persona que llamo bien podría ser la madre del pelinegro que cuida a la niña… si, podría ser, o bien, podría ser la misma madre de la niña y que Yuu estuviera con la mujer… casado...
Pero Yuu no llevaba anillo de compromiso…
Aunque bien pudo solo quitarse el anillo desde su llegada y empezar a mentir…
Pero Yuu siempre se mostraba tan sincero con él, lo podía ver en sus ojos y lo podía sentir ante cada caricia, cada abrazo, cada beso… Yuu siempre era sincero con él, lo amaba tenía la certeza, pero…
¿Y si al final si estaba mintiendo?
Le estaba comenzando a doler la cabeza de tanto pensar, pero su mente no dejaba de maquinar más y más posibilidades y teorías locas sobre las palabras que escucho ese día…
Tan adentrado estaba en sus pensamientos que no noto que Akira estaba dentro del cuarto cambiándose de ropa.
—Voy a salir. —dijo el rubio cuando noto la mirada de Kouyou sobre él.
— ¿A dónde? —lo miro extrañado, Akira era más de quedarse en casa.
—Por ahí.
— ¿Ahora eres tú el que me oculta cosas?
—Eso quiere decir que entonces ¿si me estas ocultando algo? —sonrió.
“Mierda”
—Ve con cuidado…—se volvió a recostar.
Akira se rio, se fue a arreglar y después de tomar sus cosas se fue.
¿Y a dónde fue?
Bueno, desde pues de salir de la oficina, camino a su casa, le llego un mensaje de Yuu, si bien él nunca le había dado su número ahora Yuu tenía información por parte de Shima, con alguna excusa debió de pedirle su número y Kouyou ingenuo se lo dio ¿Qué decía el mensaje? Le pedía que se reunieran en algún lugar para hablar.
Dicho lugar termino siendo el parque frente a la cafetería de los Tanabe, mismo lugar donde Yuu y Kouyou se conocieron.
Akira llego en su moto, la estaciono en el café y después camino al parque a paso tranquilo, Yuu ya se encontraba ahí, así que no tardó mucho en encontrarlo.
—Akira…
—Shiroyama—sonrió de esa manera tan…tétrica o al menos para Yuu.
—Sé que debes de estar molesto.
—Oh créeme, estoy más que molesto. Si no fueras jefe lo más seguro es que te golpearía, pero debo contenerme en ese aspecto. —Yuu tuvo que dar un paso hacia atrás, no confiaba que el rubio se pudiera contener por tanto tiempo a golpearlo.
—Lo que siento por Shima es real.
—Si claro, tan real que tienes una esposa desde hace 7 años y una pequeña hija de 5.
El pelinegro lo miro entre sorprendido y confundido ¿Cómo sabía todo eso?
— ¿C-Como…?
— ¿Cómo lo sé? ¿Tu cómo crees? —Se burló—tuve una interesante charla con tu esposa el otro día, al parecer le agrado mucho al igual que a tu hija. —pudo ver el pánico en la cara del pelinegro así que siguió. —Me pregunto hasta donde serias capaz de caer si digo lo que se.
—Por favor Akira, no te precipites…—lo miro con suplica— ¿Qué quieres? Todas las personas siempre quieren algo. Dímelo y lo conseguiré para ti con tal de que no digas nada.
— ¿Qué voy a querer yo de ti? —se burló.
—Todos tienen un precio Akira, dime el tuyo.
—Para tu desgracia Shiroyama, no hay nada con lo que me puedas sobornar—miro al cielo un momento, había nubes grises. —Mi vida es estable, tengo un lindo departamento, un buen trabajo y el dinero suficiente para vivir cómodamente el resto de mi vida—sonrió. —No hay nada que puedas ofrecerme para convencerme de no arruinar tu vida.
— ¿De verdad no hay nada que te importe?
—Lo único que me importa más que mi mismo es Shima, y no voy a permitir que le sigas viendo la cara de idiota. —su semblante se cambió a uno molesto. — ¿Cómo crees que reaccionaria si se entera que su “gran amor” está casado y tiene una hija? ¿Cómo crees que se sentiría al saber que su “gran amor” lo ha estado engañando todo este tiempo?
—Si hablaste realmente con mi esposa sabrás bien porque me enamore de Kouyou.
—Sí, tu matrimonio fue arreglado, pero, no obstante, ella te ama y tu hija también, no puedo creer que ni siquiera porque tienes una hija te detuviste.
—Tu no lo entiendes… ¿Cómo podrías? Nunca has estado en mi lugar, obligado a estar con alguien que no amas, obligado a tener una familia que no querías… ¿Cómo podrías entender mi loco amor por Shima si ni siquiera entiendes por lo que yo tuve que pasar?
—No te hagas la victima Shiroyama que no te queda para nada—suspiro—sabias perfectamente lo que hacías, Shima no tiene idea de que eres casado, por eso está contigo, y si yo quiero puedo arruinarte el teatro que tienes montado.
— ¿Y porque no lo has hecho entonces? Si realmente te importa tanto tu amigo ¿Por qué no se lo dices y acabas con esto?
—Por qué el me importa y no me corresponde a mi decírselo—dijo con simpleza—Quiero que seas tú el que se lo diga, quiero que se entere por tu propia boca, después lárgate y no te vuelvas a parecer cerca de Tokyo.
— ¿Y si no?
—Seré yo quien se lo diga y te ira peor.
Akira no quiso seguir ahí, así que camino por el parque para ir a la cafetería y pedir algún dulce, dejando ahí a Yuu, con un montón de conflictos y pensamientos negativos en la cabeza.
El rubio se sentó en la barra, se sentía tranquilo, Yutaka se le acercó y le sonrió, lo veía feliz, le dio la carta.
— ¿Qué vas a querer?
—Café negro americano con un trozo de pastel de chocolate—sonrió.
—Te vez feliz ¿ocurrió algo en el trabajo? —dijo Yutaka mientras le servía su café.
—Mmm no es nada en realidad—tomo la taza y le coloco dos sobres de azúcar.
—Oh vamos—Yutaka corto el pastel que había sacado del refrigerador y le dio una rebanada junto a su tenedor.
—Lo digo enserio.
—Algo debió de haber pasado.
—Simplemente, hoy fue un buen día.
—Espero que entonces los sigas teniendo. —Akira sonrió.
—Créeme, los tendré.
Fin del capítulo 14.