Para Kouyou estar en Kyoto con su mejor amigo era de las cosas más maravillosas del mundo, siempre estaba feliz, Akira siempre era muy atento con él, podría decirse que lo estaba consintiendo demasiado pero bueno, no iba a quejarse, pocas eran las veces que podía estar con Akira así de divertidos y sin preocupaciones.
Tan distraído estaba que no noto la ausencia de Yuu, había intentado contactarlo, pero nunca recibía respuesta, en esos momentos no le importaba pues estaba demasiado feliz como para preocuparse de eso, además de que el asunto del anillo ya había quedado en el olvido, la cajita estaba en algún rincón de su maleta.
Ya llevaban 3 días en Kyoto, mañana regresarían a Tokyo, en esos momentos estaban en el hotel, descansando un poco, algo que Yuu no podía hacer debido a los nervios y ansiedad que le provoco el mensaje de Akira, había intentado llamar al rubio, pero nunca le contestaba, si había visto los mensajes de Kouyou, pero no había tenido oportunidad de responderlos más que nada porque su mujer no se le despegaba.
Además de que últimamente su hija estaba muy caprichosa, estaba pidiendo muchas cosas.
— ¡Quiero ir a Kyoto papi!
—Pero hija…
— ¡Quiero! ¡Quiero! ¡Quiero! ¿Quiero ir~! —se quejó la niña, mientras pataleaba estando entada en la silla frente al escritorio del pelinegro, hace apenas 5 minutos estaba tan tranquila viendo televisión hasta que pasaron un comercial sobre la temporada de festivales en Kyoto, y ahí había ido la niña corriendo a la oficina de su padre para que la llevara.
—Mi cielo, papi está muy ocupado ¿Por qué no vamos otro día? —trato de persuadirla.
— ¡No! ¡Yo quiero ir ahora! —dijo ya al borde de las lágrimas.
— ¿Por qué te niegas tanto cariño? —pregunto su esposa entrando a la oficina— antes no te habrías negado, ya estarías empacando.
—Estoy ocupado.
—Solo es a una hora en auto de aquí. Además, no tienes que manejar tú, tenemos choferes. —insistió Yumiko.
El pelinegro suspiro fuerte y se quedó callado, entre la voz de Yumiko y las quejas de su hija ya le estaba doliendo la cabeza.
— ¡PAPI~!
— ¡BIEN! —grito ya desesperado—Te llevare… Yumiko, busca y reserva un hotel, yo tengo que terminar esto—dijo ya molesto volviendo a sentarse en su silla.
La niña rio contenta y se fue corriendo, Yumiko sonrió y también se fue por su celular para buscar y reservar.
Yuu se quedó sentado en su silla con la cabeza recargada en el respaldo, respiro profundo un par de veces y miro su computadora, en realidad no estaba haciendo anda, ya había acabado, solo estaba perdiendo el tiempo.
Soltó un gran suspiro y se levantó, ambas féminas estaban ocupadas, así que por su cabeza paso la idea de llamar a Kouyou, lo había tenido bastante abandonado por estar lidiando con su familia, tomo su teléfono y busco en los contactos, cuando lo encontró se detuvo antes de presionar.
Lo más probable es que Kouyou estuviera con Akira, y eso solo le traería problemas-muchos-suspiro de nuevo y guardo el celular, salió de la oficina y fue a su recamara para comenzar a empacar, unos 3 o 4 días estarían bien…
Sin más se fue a su recamara y empezó a empacar.
~
Akira ya estaba terminando de hacer las maletas, Kouyou permanecía acostado en la cama con los ojos cerrados.
— ¿No podemos quedarnos otro día más?
—Podemos irnos más tarde si quieres, pero la estancia en el hotel se acaba mañana.
— ¿Podemos ir a otro hotel?
—No—se rio el rubio terminando de cerrar la maleta.
—No me quiero ir Aki…
—Podemos volver otro día—se sentó a su lado y acaricio su cabello, el menor hizo un puchero.
—La temporada de festivales acaba en 4 días, no podemos volver después, tenemos que quedarnos.
—Ay Shima, a veces te comportas peor que un niño. —suspiro.
—Soy tu niño, debes de mimarme—lo miro sonriendo.
—Creí que ya te considerabas un adulto.
—Solo cuando me conviene—sonrió.
—Si ya lo noté.
—Entonces… ¿si podemos quedarnos?
—Ya vuelvo—se levantó y salió del cuarto, bajo a la recepción y hablo con la señorita para poder extender el plazo a 2 días más, la mujer le contesto afirmativamente ya que aún estaban en buenas fechas y nadie había pedido la habitación. Pago el dinero correspondiente y le agradeció después volvió.
— ¿A dónde fuiste? —lo miro extrañado.
—Solo dos días más.
Kouyou se levantó con la carita iluminada y lo abrazo.
— ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias~!
Akira solo pudo sonreír y corresponder el abrazo que el menor le daba. Le encantaba verlo sonreír, más si era él el que provocaba esa sonrisa, acaricio su cabello con suavidad, la efusividad paso solo a un suave abrazo que ambos compartían Kouyou mantenía sus ojos cerrados mientras sonreír.
El rubio dejo un beso en su cabeza y se recostó con él un rato, tendrían que esperar hasta un poco más tarde para ir al siguiente festival, aún era algo temprano.
—Deberíamos de dormir un rato. —sugirió.
—Entonces solo no me sueltes—dijo Kouyou acomodándose mejor en la cama junto con Akira.
—Nunca—comenzó a acariciar el cabello del menor, hacerle piojito era una forma segura en la que Kouyou se durmiera. Suspiro cuando sintió la tranquila respiración contra su clavícula, continúo acariciando mientras pensaba en que haría, Yuu se estaba tardando demasiado en decirle la verdad, Kouyou por el momento no había notado la ausencia del pelinegro y así estaba mejor, pero en algún momento comenzaría a buscarlo y realmente no quería que su mejor amigo siguiera cayendo en las mentiras de Yuu.
Si esto seguía para largo tendría que confrontar el mismo a Yuu y Kouyou para que el menor por fin abriera los ojos y dejara al pelinegro de inmediato, lo que menos quería era que su mejor amigo sufriera, sabía que con saber la verdad sufriría bastante, pero si lo postergaban más, el dolor sería peor.
Al final el sueño le termino ganando también.
~
Fue en la noche cuando Yuu y su familia llegaron a Kyoto, demoraron mucho más de una hora debido a las múltiples paradas de su hija al baño, pero al fin estaban en el hotel y lo único que quería Yuu era meterse a la cama y dormir.
Llegó a la recepción y pidió la llave, la señorita se la dio y subieron por el elevador, demasiado cansado para ir por las escaleras aun si su habitación estaba en el segundo piso.
Se tiro en la cama más grande y cerró los ojos, su hija salto a la de al lado y rio feliz, Yumiko se sentó junto a su esposo y acaricio su cabello.
—Se te ve cansado.
—Estoy cansado.
—Quedate a dormir entonces, yo llevare a Hikari al festival ¿bien? Manejar es cansado y lo estuviste haciendo por casi 3 horas—el chofer no había estado disponible, asi que lo tuvo que hacer el.
—Te lo agradezco querida…—y sin más cero los ojos.
Yumiko dejo un beso en su cabeza y se fue al baño junto con su hija para cambiarse de ropa a unos bonitos kimonos. El pelinegro escuchaba todo muy lejano, se estaba quedando dormido, abrió los ojos cuando la puerta se escuchó, se sentó en la cama y miro a todos lados, sus mujeres ya no estaban, suspiro y se fue cambiar por algo más cómodo para dormir, de verdad estaba cansado, lo peor de todo, tenía estrés acumulado, no solo por el trabajo y lo irritante que podía ser su esposa e hija a veces, si no por la abstinencia.
Intento hacerlo con Yumiko hace un par de días, pero inmediatamente llego el rostro de Kouyou a su cabeza y no pudo seguir, se sentía de la mierda. Lo único que quería era acostarse en su cama con su precioso castaño entre sus brazos.
Pero era demasiado pedir.
Cerro los ojos y espero poder soñar con Kouyou, lo necesitaba, al menos en sus sueños podía estar con él sin ningún impedimento…
Pero su teléfono sonó de imprevisto, robándole el sueño. Gruño por lo bajo y tomo el aparato con la mera intención de colgar, pero su rostro se suavizo e incluso los ojitos le brillaron al ver de quien era la llamada.
—Shima…
—Yuu—sonrió. — ¿Cómo estás? ¿mucho trabajo?
—Algo—odiaba mentirle, pero con él era necesario—lamento si no te he llamado tan seguido, pero he estado muy ocupado.
—Si lo entiendo, sospeche que estarías trabajando así que por eso yo tampoco llame.
—No sabes o mucho que me trae calma escuchar tu voz en estos momentos. —se recostó de nuevo sonriendo como bobo.
—A mí también me hacía falta escucharte—suspiro—te extraño y quisiera verte…
—Lo se cariño, pero tendremos que esperar un poco para poder vernos.
—Si… tengo que colgar.
—No, aun no, solo un poco más.
—No puedo, Akira ya llego, adiós. —y sin esperar respuesta colgó dejando a Yuu triste, solo un suspiro, apago las luces y se recostó tratando de conciliar el sueño.
~*~
— ¿Qué hacías? —pregunto el rubio llegando con la comida.
—Escuchaba unos mensajes de voz que tenía—sonrió, odiaba mentirle a Akira, pero sabía que si le decía que había hablado con Yuu lo regañaría.
—Bueno, hay que comer rápido y salimos, el otro festival ya empezó, pero acaba tarde así que no hay problema.
—Bien—sonrió y Akira se sentó a su lado pasándole su empaque de comida.
Comieron rápido, se cambiaron de ropa y salieron, llegaron un poco tarde, pero el festival aún se mantenía, pasearon por ahí, jugaron en algunos puestos y probaron muchos dulces, Akira sonreirá la ver a Kouyou tan feliz en esos momentos, si algo le importaba a Akira era el bienestar de su mejor amigo, verlo feliz era muy importante para él.
Pero su sonrisa se borró cuando al desviar un momento la mirada se topó con dos personas que ya conocía…
Ahí, justo en un puesto de algodón de azúcar el cual moldeaban a la figura que desearas se encontraba Yumiko con su hija Hikari…
Busco rápidamente con la mirada a Yuu mientras que Kouyou se entretenía mordiendo una manzana acaramelada que justo acababan de comprar, al no ubicarlo por los alrededores supuso que tal vez la mujer había venido sola con su hija. Pero no, porque si Shiroyama no estaba con ellas solo podía estar con alguien y ese sería con Kouyou, y el castaño estaba de lo lindo con el ahí también.
Lo cual significaba que Shiroyama tenía que estar con ellas, pero en ese momento no estaba presente… Yuu y su familia estaban en Kyoto, Yumiko y Hikari estaban a menos de 3 metros de ellos dos…
Sonrió con malicia, si Yuu estaba aquí, bien que le podía sacar mucho provecho a la situación. Después de todo, su modo de venganza era la tortura psicología y el pánico que le podía causar a Shiroyama…
Fin del capítulo 16.