Pasaron unas cuantas semanas desde ese día.
Y bueno, que decir, no habían parado de hacerlo, desde la entrada del departamento, pasando por la sala, el suelo, la pared, la cocina, la barra de la cocina, el comedor, en el baño-sobre todo en el baño- y hasta en el cuarto de invitados.
Ambos habían encontrado una satisfacción increíble en el cuerpo del otro, y ahora que la tenían no la querían dejar escapar.
Claro que no siempre todo era solo sexo y ya, siempre que Akira llegaba del trabajo Kouyou le daba un dulce beso en los labios que podía prolongarse hasta llevarlos a hacerlo en la sala, no podía evitarlo, desde que Kouyou probo los labios del rubio y la magnífica sensación que le transmitían se volvió adicto.
Kouyou en esos momentos estaba terminando de preparar la cena cuando alguien toco a su puerta, se le hizo bastante extraño pues Akira tenía llaves, no necesitaba tocar, a menos de que fuera el correo o algo, pero el correo llego en la mañana.
Se limpio las manos y fue a ver, casi se le va el alma cuando por la mirilla se topó con Shiroyama, un enorme ramo de rosas y una caja que no pudo distinguir bien de que era.
—Oh mierda…—dijo en voz baja y alejándose de la puerta, no quería que lo escuchara.
La puerta fue golpeada otra vez, seguido de la voz de Yuu preguntando si había alguien en casa, evidentemente no respondió, su teléfono comenzó a sonar también, gracias al cielo lo tenía siempre en vibrador, así que lo tomo y se fue a su habitación a contestar.
— ¿Hola? —se sentó en la cama, la voz le temblaba un poco.
—Shima—hablo el pelinegro con dulzura. —Amor ¿estás en casa? Vine a verte.
—Ah…—trago saliva—n-no, no estoy en casa. Sali a comprar unas cosas…—su corazón estaba acelerándose y no precisamente por el hecho de que Yuu hubiera venido desde Osaka hasta Tokyo con flores y chocolates-o al menos eso intuía- a verlo, sino porque se supone que estaban comprometidos y él le había sido infiel…con Akira.
No es que se arrepintiera, tampoco sentía culpa, le encantaba hacerlo con el rubio, pero los nervios de ser descubierto estaban a flor de piel, lo más seguro es que Akira no supiera de la presencia de Yuu en Tokyo.
Pero de todas formas ¿Por qué debía de preocuparle?
Se supone que estaba enamorado de Yuu y que con Akira solo tenía un trato de solo sexo que le ayudaba a liberarse cuando se sentía necesitado… ¿entonces porque ahora dolía tanto?
No quería traicionar la confianza de Akira.
Además, sus sentimientos por Yuu ya habían cambiado, estaba más que convencido que el pelinegro solo lo quería a su lado por mero capricho, que ya se había aburrido y que por eso le cancelaba todo… sin mencionar que aquella conversación que escucho hace bastante tiempo ya aun le rondaba por la cabeza.
Pero ahora estaba ahí, parado tras su puerta, teniendo detalles con el de nuevo.
— ¿Shima? ¿Sigues ahí?
— ¿Eh? A-Ah… si, aquí estoy.
— ¿Cuándo volverás a casa? Estoy esperando.
—Eh…Amm ¿Por qué no nos vemos en otro lugar? Akira llegara temprano hoy y creo que no es conveniente que nos encuentre juntos… el aún no se acostumbra a que estemos juntos…
Se sentía tan hipócrita al usar el tono dulce de “enamorado” con él, lo que salía de su boca no eran más que mentiras.
Pero claro, si Yuu ya le mintió una vez ¿Por qué él no podría hacer lo mismo?
—Oh, claro, supongo—suspiro— ¿en el café de siempre entonces?
— ¡Seguro! Te veré allá en unos 25 minutos, aún estoy algo ocupado con las compras.
—Te esperare en la mesa que acostumbras ¿bien?
—Claro, si es que no está ocupada—rio un poco— ya quiero verte.
—Pronto amor.
Y colgaron, Kouyou suspiro frustrado, que mal le sabia decir eso ahora… aún estaba molesto con él, le deja de hablar y de la nada aparece con regalos creyendo que con eso lo puede arreglar.
Regreso a la cocina, por suerte la comida no se quemó, de hecho, ya estaba hecha.
—Bien—dejo todo listo para que Akira solo llegara y se sirviera, estaba más que seguro que se tardaría… aunque bueno, un par de rondas de sexo no le vendrían mal, estaba aburrido y Yuu disponible ¿Qué más daba?
Se arreglo, tomo un abrigo, celular, cartera y llaves, luego de cerrar bien se fue.
Por alguna extraña razón sentía que lo que estaba a punto de hacer no era correcto, que de algún modo estaba traicionando a Akira, pero no, Akira y el eran amigos, los mejores, de vez en cuando -porque no quería decir casi diario- tenían sexo, pero eso no los hacia una pareja, prometieron no enamorarse así que si él quería volver con Yuu estaba bien.
Aunque no lo perdonaría tan fácil.
No se tardó mucho en llegar al café, el lujoso auto de Yuu estaba ahí, así que entro y lo vio en la mesa que regularmente él ocupaba, se acercó, Yuu lo miro y se levantó rápido para abrazarlo y llenarlo de besos, Kouyou se dejó consentir.
—Cariño. —dejo un casto beso en sus labios.
—Hola—dijo después de corresponder, ambos se sentaron en el mismo lugar del gaviete, Yuu no quería soltarlo y Kouyou se dejó abrazar. Apoyando su cabeza en el hombro del mayor.
—No sabes cuánto te extrañe. —dejo un beso en su frente.
— ¿Qué haces aquí? —se separó un poco para verlo—Creí que estabas ocupado.
—Hice todo lo posible por venir a verte cariño. —lo beso de nuevo— adelante todo el trabajo posible, movió unas cosas y por fin aquí me tienes, y no solo serán unas horas.
—Mmm ya veo—sonrió, se notaba algo incómodo.
— ¿Y el collar que te regale? —dijo acariciando la nuca del castaño, Kouyou se tensó, su mente hizo corto y recordó que su cuerpo aún tenía unas cuantas marcas de mordidas, si planeaba acostarse con Yuu tenía que evitar que el mayor las viera, pero ¿cómo? Estaban a lo largo de toda su espalda.
—Eh… no lo uso a diario, me fastidia a veces traer algo en el cuello.
—Mmm ¿y las piezas? —llevo su mano a la oreja del menor donde de nuevo estaban sus anteriores piezas de acero inoxidable y no las de plata que Yuu le había regalado.
—Demasiado ostentosas para salir todos los días, prefiero usarlas en ocasiones especiales.
—Mmm… ¿y el anillo? —tomo su mano y acaricio su dedo anular donde se supone que debería estar el anillo de compromiso.
—Ah…—suspiro—Es demasiado bonito, no me gustaría dañarlo, perderlo o que me lo roben, así que lo mantengo en casa en una cajita de mi buro.
—Oh, bueno, está bien—dejo un besito en su mejilla y lo atrajo más hacia su cuerpo, abrazándolo.
Kouyou se apoyó en su hombro y cerró los ojos, Yuu comenzó a acariciar su cabello mientras dejaba besitos en su frente y coronilla, se veían como la típica pareja de enamorados, siendo muy melosos porque así les gustaba ser.
Todo bajo la atenta mirada de Yutaka.
¿Debería de avisarle a Akira?
Otro mesero les llevo lo que Yuu había pedido mientras el sacaba su celular y tomaba una fotografía de forma discreta.
Empezó a escribir un mensaje para el rubio:
“Akira, sé que debes estar ocupado ahora, pero me dijiste que te avisara si algo extraño pasaba con respecto a Kou, y bueno, está pasando ¿recuerdas al tipo de traje y cabello negro? ¿Shiroyama? Creo que así se llama por lo que me contaste ¡Volvió! Y esta aquí con Shima, están muy empalagosos ¿Sabías de esto?”
Mando el mensaje y además adjunto la foto que tomo, luego de eso se puso a trabajar.
Mientras que Yuu y Kouyou comían lo que el mayor ordeno mientras hablaban de todo y a la vez de nada, el castaño estaba ideando algún plan, sabía que Yuu querría hacerlo, estaba casi seguro de que el pelinegro estaba necesitado y que esa era la principal razón por la que había vuelto. Y supo que tenía razón cuando al terminar de comer Yuu se acercó y beso su oreja para después decir en voz baja:
“¿Qué te parece si nos vamos a un lugar más privado?”
Kouyou solo dijo que si con la cabeza, dejo un suave beso en sus labios, se levantaron, después de pagar salieron de ahí y entraron al auto del mayor.
—Iremos a la casa que tengo aquí ¿bien? Si vamos a la tuya Akira nos podría ver juntos y sé que eso solo te traería problemas. —dijo con un tono de voz algo serio a comparación con toda la melosidad de hace un rato.
—Lo siento Yuu, pero no le agradas mucho y bueno él es mi mejor amigo, no me gusta ponerlo incomodo cuando bien puedo evitarlo—se abrazó a sí mismo, el auto ya estaba avanzando.
—Se nota que te importa mucho Akira…—dejo denotar sus celos.
—Es mi mejor amigo, es quien cuida de mi desde que tengo 8 años, por supuesto que me importa, es la persona que ha visto más por mí que cualquiera, incluso más que mi propia familia.
—Vaya…—no supo que decir, tampoco supo cómo superar eso, Akira era alguien quien le llevaba años de ventaja y aunque él se casara con Kouyou, el rubio seguiría teniendo un rango mayor de importancia. Esperaba poder cambiar eso.
El camino hasta la casa de Yuu fue en silencio, uno bastante incomodo, o bueno, al menos para Yuu ya que Kouyou se iba durmiendo, estaba algo cansado, la noche anterior no había podido dormir mucho -culpa de Akira- y ahora estaba cansado.
Cuando llegaron Yuu tuvo que despertarlo, se había quedado dormido.
—Cariño, ya hemos llegado.
—Mmm…5 minutos más…—se quejó y volvió a cerrar los ojos.
Yuu se rio, le quito el cinturón y lo cargo al estilo princesa, Kouyou se acurruco en su cuello, el pelinegro abrió la puerta con algo de esfuerzo, pero lo logro, cuando entraron cerro con el pie y subió hasta la habitación.
Kouyou fue acomodado gentilmente en la cama, Yuu se colocó encima de él y acaricio su rostro, el menor entonces abrió los ojos y pudo notar las claras intenciones en esa pervertida mirada.
Estiro sus brazos y lo abrazo por el cuello, lo atrajo, pero no para besarlo, si no para abrazarlo contra su pecho, a pesar de lo confundido que se vio Yuu se dejó querer, abrazo también al menor y se apoyó en su pecho.
— ¿Kou?
—Duerme conmigo… estoy cansado y me gustaría empezar a acostumbrarme a una segunda presencia en mi cama.
—Nuestra cama cielo—dijo completamente feliz de sus palabras.
Gracias a eso Yuu acepto solo dormir, se escondió en su cuello, dejando un suave besito ahí y cerrando los ojos, Kouyou suspiro y cerro los suyos comenzando a acariciar el cabello de su prometido, con tanta suavidad y paciencia que el mismo se estaba arrullando al hacerlo.
Yuu termino rendido, lo supo cuando sintió el cuerpo de mayor un poco más pesado al estar relajado, entre abrió los ojos y miro el techo sin detener sus caricias, preguntándose ¿Qué estaría haciendo Akira en ese momento?
El susodicho se encontraba en su oficina terminando de escribir unas cosas en su computadora, un mensaje lo distrajo de su trabajo, tomo su celular y se dispuso a leer el mensaje.
“Akira, sé que debes estar ocupado ahora, pero me dijiste que te avisara si algo extraño pasaba con respecto a Kou, y bueno, está pasando ¿recuerdas al tipo de traje y cabello negro? ¿Shiroyama? Creo que así se llama por lo que me contaste ¡Volvió! Y esta aquí con Shima, están muy empalagosos ¿Sabías de esto?”
El rubio se puso rígido al ver la fotografía, soltó un suspiro frustrado y le agradeció a su amigo, después dejo el celular de lado y miro su computadora de nuevo.
—Tengo que deshacerme de el rápido…
Fin del capítulo 21.