Pasaron un par de días, Kouyou estaba con Yuu a veces si y a veces-muchas más veces- no, los días de “vacaciones” para Yuu se acabaron, haciendo que volviera a Osaka, no sin antes despedirse de su patito, una cena romántica, una hermosa pulsera de plata de una marca que el gustaba mucho y una muy pasional noche de sexo desenfrenado.
Claro que después cuando llegó a casa se metió a bañar y lo hizo con Akira, solo para quitarse la sensación. Después de eso el rubio lo mimo el resto de la noche, una manta, helado y unas cuantas películas.
Akira tenía bastante tiempo libre últimamente debido a que el señor Kishimoto ya estaba haciendo los preparativos para que ascendiera de puesto, por lo que su trabajo ya lo estaba haciendo otra persona de la absoluta confianza del hombre mayor.
— ¿Cuándo va a ser la fiesta? —pregunto el castaño con su cabeza apoyada en el pecho del mayor.
—La siguiente semana.
— ¿El señor Kishimoto ya mando las invitaciones?
—Las va enviar mañana—acaricio su cabello con la mirada fija en la televisión.
— ¿Crees que todo va a salir bien?
— ¿Quieres que repasemos el plan una vez más? —lo miro.
—Si…
—Lo único que tenemos que hacer es lograr que Yuu lleve a su esposa e hija a mi oficina donde vas a estar tu esperándome, yo me encargo de todo Kou, tu solo tienes que esperar, le haces frente y se va al carajo todo.
— ¿Cómo lo harás?
—Tengo mis métodos, puede que me ayude de los asistentes de la fiesta—sonrió y dejo un beso en su frente—tú no te preocupes, solo piensa bien que le vas a decir…
—Yo sé bien que le voy a decir—sonrió y cerró los ojos.
Akira fue el único que termino de ver la película ya que Kouyou apenas cerro los ojos se quedó dormido.
A la mañana siguiente Akira tuvo que ir a la oficina para terminar de arreglar unos asuntos con el señor Kishimoto, las invitaciones fueron mandadas a todas las sucursales de la empresa en el país-ya que eran varias- pues el director general de la empresa principal se retiraba para darle paso a uno nuevo, eso era algo que se tenía que celebrar, aunque se juntó con el aniversario de la empresa para que el acenso de Akira fuera sorpresa.
A Yuu le llego la invitación directo a su casa, la que la encontró fue su esposa y como decía que era para los empleados y sus familias, Yuu no pudo negarse a llevarlas, suspiro resignado pues él hubiera podido ver a Kouyou, ya que si era para los empleados y sus familias era más que obvio que Akira llevaría a Kouyou.
Tuvo que ir de compras ya que su mujer se negaba a ir sin un vestido nuevo al igual que su hija.
—No entiendo porque las consiento tanto…—dijo fastidiado ya esperándolas en el auto.
Ambas mujeres salieron ya listas de la casa y subieron al auto, Yuu condujo hasta el centro comercial. Que decir, pasaron casi 4 horas para que su mujer se decidiera por un vestido y otras dos para el de su hija, estaba muriendo de aburrimiento sentado, esperando a que terminaran de probarse los vestidos para poder pagar, entonces le llego un mensaje.
“Yuu~ Akira me dijo lo de la fiesta ¿vas a ir verdad? Me aburriré bastante si me quedo solo en casa así que planeo ir con Akira solo si tú vas”
Sonrió al ver que su patito iría, podría jugársela y tratar de pasar un rato con él, pero ya había comprometido a su familia a ir… Valia la pena arriesgarse.
“Si iré patito, no te preocupes, yo me encargare de quitarte lo aburrido ;)”
Tuvo que dejar de mirar su teléfono cuando la voz de su esposa lo llamo para que pagara, Yuu guardo su teléfono y se levantó, saco su tarjeta y se la dio a su esposa, su celular vibro así que se apresuró a revisar, sonrió.
“Oh, que atrevido es usted señor Shiroyama, por eso lo amo <3. Nos vemos allá entonces”
Se apresuro a responder, algo corto ya que su mujer estaba recibiendo las bolsas.
“Yo también te amo, te veré allá.”
Después de eso salieron del lugar, Yuu se le veía de mejor humor que cuando habían llegado así que su mujer sonrió.
— ¿Buenas noticias? —le pregunto cuando lo tuvo cerca.
—Muy buenas—dejo un beso en su frente y siguieron bobeando un rato, Yuu se sentía algo hipócrita al tratar así a su esposa cuando estaba coqueteando por teléfono con su amante. Aun no tenía la solución de cómo hacer para jugarse una doble vida ya que él no podía dejar a Yumiko, pero tampoco podía alejarse Kouyou.
El castaño era su escape de la realidad donde poda ser feliz, con Kouyou sus problemas desaparecían, todo era paz y amor con él a su lado, por eso no podía dejarlo, por eso tenía que pensar rápido en un plan para poder llevar a cabo la meta de convertirlo en su esposo.
Ya sabía que divorciarse de Yumiko no era una opción, bien podría planear un “viaje de negocios” fuera del país, llevarse a Kouyou con él y casarse allá, no sería difícil conseguir papeles falsos donde acreditara que no tenía ningún compromiso, él tenía sus contactos.
Para cuando dieron casi las 10 de la noche regresaron a casa, habían terminado comprando más cosas de la cuenta cuando en realidad solo iban por unos simples vestidos y zapatos a juego.
Él se fue directo al baño para relajarse mientras su esposa e hija se quedan abajo organizando toda la ropa que se habían comprado. Preparo la tina y cuando todo estuvo listo se desnudó, entro y se relajó.
Tomo su celular y llamo al castaño, extrañaba escuchar su voz.
El tono se escuchó, una, dos, tres, cuatro, cinco veces…
Lo mando a buzón extrañado, Kouyou siempre le contestaba las llamadas, colgó y volvió a intentarlo.
De nuevo sonó varias veces y nada, el castaño no contestaba. Mejor le escribió un mensaje, si su teléfono estuviera apagado lo mandaría directo a buzón.
“Amor ¿Por qué no contestas? Estoy llamándote ¿Ocurre algo malo?”
Lo que pasa en cuestión, no era nada malo, de hecho, Kouyou había dejado el celular en la sala porque estaba muy ocupado en la cocina, tratando de hacer de cenar mientras que Akira le llenaba de besos el cuello y lo abrazaba por la cintura. Se sentía nervioso, la calidez en su corazón lo confundía al estar combinado con el nerviosismo y temblores de su cuerpo.
Akira estaba tranquilo, no lo estaba provocando, simplemente le dieron ganas de abrazarlo, no entendía por qué Kouyou temblaba tanto.
— ¿Te sientes bien? —preguntó sonriendo.
—Si claro—apago la estufa y se volteó para poder abrazarlo por la cintura, Akira entonces subió los brazos hasta llegar a su espalda, se escondió en su cuello— ¿hoy tienes ganas de que te mime? ¿Te sientes mal?
—No, pero si tengo ganas de que me mimes un rato.
— ¿No tienes hambre? —comenzó a acariciar su cabello solo con una mano ya que la otra se encontraba en su cintura.
—Es muy temprano para cenar…
—Akira ya van a dar las 10—se burló.
—Bueno, vamos a cenar lo que preparaste.
Kouyou sirvió y cenaron con tranquilidad en la barra de la cocina mientras hablaban del plan para destapar a Yuu, solo quedaba pulir unos detalles, tenían dos opciones, que llegaran los 3 a la oficina para que Kouyou los esperara ahí o que llegaran por separado, primero la esposa con la niña y luego Yuu.
—Lo que suceda primero—dijo Akira recogiendo los platos para lavarlos, Kouyou se estiro y se recostó sobre la mesa.
—Bueno, solo hay que esperar el gran día, me compraste un traje bonito así que ese lo usare.
—Si no quieres usar corbata no la uses ¿bien?
—Si, si, sabes que odio esas cosas.
—Ve a prepararte para dormir, yo termino esto.
—Te comportas peor que mi madre. —se quejó.
—Solo me preocupo por ti.
—Ahora eres mi madre—se burló.
—Ya vete anda.
—Si mamá—se rio y se encamino a la habitación, se cambió de ropa, hizo sus necesidades, lavo sus dientes y se recostó en la cama del rubio, desde que habían empezado a intimar la otra cama siempre permanecía vacía.
Akira llego dentro de un rato, tomo ropa y una toalla, se ducho y después se lavó los dientes, salió del baño ya en pijama y aun con el cabello húmedo, se sentó en la orilla de su cama, Kouyou acaricio su espalda.
— ¿Estas bien?
—Solo algo nervioso…
—Todo va a salir bien Akira…
—No por el plan…
—Oh ¿por el acenso?
—Solo tengo 26 años Kou… y ahora seré responsable de toda una empresa… estoy nervioso.
—Lo harás bien Aki—se sentó a su lado—de todas las personas que pudo escoger el señor Kishimoto te escogió a ti, porque tú eres el más capacitado para ello, el confía en ti…
—Lo se…pero no puedo evitar sentirme así de nervioso, estamos hablando de la cabeza, el edificio principal, el que controla todos los demás establecimientos de la empresa.
—Todo estará bien Aki—lo abrazo—eres el mejor en ese lugar, estarás bien.
—Está bien.
—Ahora hay que dormir, mañana tienes que levantarte temprano—acaricio su cabello, aún estaba algo húmedo.
—Si—bostezo y se dejó caer en la cama, después se acomodó a un costado, Kouyou se recostó a su lado y Akira no tardó mucho en abrazarlo, el castaño se escondió en su cuello.
—Te quiero Akira…
—Yo también te quiero Kou.
—Todo va a estar bien ¿okey?
—Okey—sonrió.
Cerraron los ojos, Kouyou se durmió casi al instante, estaba algo cansado, sin en cambio, Akira permaneció despierto, acariciando el cabello de su mejor amigo, la conciencia ya le estaba carcomiendo el cerebro, jamás le había mentido tanto a alguien, Kouyou es una de las personas más importantes que tiene en su vida, y le estaba mintiendo de una manera muy descarada, Akira sabía todo, él tenía conocimiento de todo desde hace mucho y aun así no se lo dijo, pudo evitarle el sufrimiento que pasaría al ver con sus propios ojos a la familia del pelinegro, pero no…
Su orgullo pudo más y por eso decidió que la mentira seguiría.
Soltó un suspiro, pero prefirió relajarse un poco y tratar de dormir, pronto se terminaría todo, ya pronto se acabaría…
Fin del capítulo 24.