Paso un año completo.
Después de lo que paso con Shiroyama, Kouyou cambio, no es como que volviera a las fiestas y a los vicios, no, de hecho, ahora estaba más tranquilo que nunca.
Se habían mudado a un nuevo departamento, uno más grande con 3 habitaciones, 2 baños, cocina, lavandería, una oficina, comedor y sala de estar, además de que este se encontraba más cerca de la empresa, Kouyou tenía un balcón muy bonito que había adornado con diversas plantas y flores.
Se encontraba justo sentado en medio de todas sus masetas, Akira ahora que era el nuevo director general tenía mucho más trabajo, por lo que ya no se mandaban mensajes por las tardes y solo se podían ver hasta en la noche porque Akira ya salía más temprano de la casa.
Por eso mismo no se esperó escuchar la puerta de la entrada.
—Estoy en casa~—dijo al entrar, se quitó los zapatos y dejo su portafolio a un lado mientras se aflojaba la corbata.
Kouyou se levantó y camino hasta el para abrazarlo, el rubio correspondió sonriendo, no le extrañaba que lo recibiera así, Kouyou permanecía solo la mayor parte del día, era normal que se sintiera abandonado hasta cierto punto, pues ya no tenía a nadie con el…
— ¿Qué haces aquí tan temprano? —dijo el castaño sin apartarse.
—Termine temprano—dijo dejando un beso en su mejilla. — ¿Qué hacías?
—Estaba en el balcón—lo soltó y camino a la sala para sentarse—pensando… ya sabes, lo de siempre.
—Si—sonrió y se fue a cambiar por ropa más cómoda.
Kouyou suspiro y se recostó en el sillón, si, la mayoría del tiempo que la pasaba solo, pensaba, pensaba en muchas cosas, en todo y a la vez en nada, se cuestionaba el rumbo de su vida y si las decisiones que tomo y que estaba tomando ahora eran correctas…
¿Por qué? Supongo que se preguntaran…
Bueno, hace apenas unos 4 días atrás, Kouyou recibió un mensaje a su nuevo número de celular, de nada más y nada menos que Shiroyama Yuu.
Si, no sabía cómo, pero el mayor descubrió de algún modo su nuevo número y se había puesto en contacto con él, tenía los nervios de punta pues desde esa noche que se descubrió todo no volvió a saber nada de él… hasta ahora.
Y lo peor, es que no le había dicho nada a Akira. El mensaje era simple:
“Necesito verte. Veámonos en el parque frente al café ¿sí?”
No decía más, solo decía eso y sabia de quien era, no necesitaba más, suspiro y se apoyó en el hombro de Akira cuando este se sentó a su lado.
—Wow ¿y ese suspiro por qué fue? —lo abrazo.
—Nada, solo…no nada—se acomodó encima del rubio y se escondió en su cuello.
Akira lo abrazo y comenzó a acariciar su espalda con cariño, dejando un par de besitos en su cuello, el castaño se separó un poco para mirarlo, acaricio su rostro y se acercó, el rubio le sonrió y llevo su mano a la nuca del menor para atraelo, se besaron, lento, tierno, incluso podría decir inocente.
Ellos aun conservaban ese “trato” sexual a pesar de todo lo que paso, no es que lo hicieran a diario como antes, pero si con bastante frecuencia, o cuando el trabajo del rubio lo permitía. Aunque ya no eran tan salvajes como antes, ahora todo era más…delicado.
Y no era para menos, Kouyou había roto su promesa…se había enamorado el rubio… todo el tiempo lo había apoyado, estuvo con él, lo consoló, lo aguanto en sus ataques de histeria en los que se repetía una y otra vez lo estúpido que había sido por creerle al pelinegro, pero ahí siempre estaba Akira para ayudarlo, para calmarlo y comprenderlo, lo que más le perturbaba era el hecho de que Akira no daba señal alguna de enamoramiento, seguía siendo su mejor amigo y lo atendía cuando lo necesitaba, la relación entre ellos siempre había sido así de melosa pero Kouyou se entregaba más, el sentía más ahora… y por lo tanto sabía que Akira no estaba enamorado.
Akira acaricio su espalda y bajo los besos a su cuello, ahí fue cuando salió de sus pensamientos y comenzó a mover su cadera.
— ¿Quieres jugar un rato? —sonrió y bajo sus manos al trasero del menor.
—Me has tenido algo abandonado, me aburro rápido.
—Vamos a la habitación—se levantó y lo llevo al cuarto, a pesar de que había 3 recamaras, ellos seguían compartiendo habitación, el detalle era que no había dos camas individuales si no una grande matrimonial para los dos.
La espalda de Kouyou choco contra el colchón, el rubio se acomodó entre sus piernas y comenzó a tocarlo, repartió besitos por ahí y por allá mientras lo desnudaba. Kouyou se dejó hacer, soltaba de vez en cuando suspiros de placer, Akira siempre era delicado con él.
El teléfono de Kouyou sonó, algo que extraño bastante ambos chicos pues el menor no era de tener muchos amigos y dudaba que fuera Takanori, él estaba de viaje y Yutaka trabajando…
—Contesta—el rubio se separó y Kouyou tomo su teléfono, era un numero desconocido así que contesto.
— ¿Hola?
—Necesito verte…
Kouyou se quedó quieto, sus ojos se abrieron sorprendidos, no espero nunca que el pelinegro lo llamara.
— ¿Ahora?
—Por favor.
— ¿Quién es? —pregunto el rubio, pero Kouyou comenzó a arreglarse la ropa para salir— ¿Shima?
—Tengo que salir—simplemente respondió—Estoy ahí en 10 minutos. —colgó.
— ¿Quién era? —volvió a preguntar.
—Te digo después.
Fue lo único que obtuvo el rubio ya que Kouyou una vez listo y con todo lo necesario se fue de ahí. Claro que Akira no se quedó tranquilo, espero a que el castaño se adelantara un poco y después de arreglarse salió detrás de él.
Se fue en su moto, el auto llamaría demasiado la atención ya que se había comprado uno mejor.
~
Kouyou llego al parque temeroso, no sabía que esperar, pero en cierto modo también quería hablar con Yuu, su última conversación no fue la apropiada y al pasar del tiempo supo que lo mejor de todo era cerrar el ciclo con una buena charla, aclarar todo y darse un adiós definitivo…
Se sentó en una de las bancas y espero, no pasaron ni 5 minutos cuando una figura alta y vestida de negro se paró frente a él.
—Shima. —en su voz se notaba devoción, se veía jodidamente lindo con ese suéter gris largo, una camiseta sencilla blanca, jeans azules y tenis.
—Yuu…
Akira llego poco después encontrándose con esa escena, una parte de él quería ir y separarlos, gritarle al pelinegro que era un sínico por buscarlo de nuevo y regañar a Kouyou por ir a verlo, pero cuando se dio cuenta de que ambos chicos solo estaban sentados-a una distancia prudente-hablando, se acercó escondiéndose para poder escuchar.
— ¿Cómo has estado Shima?
—Bien, dentro de lo que cabe—sonrió. — ¿y tú? ¿Qué paso con tu esposa? ¿se divorciaron?
—No—sonrió tristemente—El matrimonio sigue ya que de eso depende que la empresa de su padre siga en pie, seguimos casados ante la ley, pero en casa dormimos en habitaciones diferentes, desayunamos en horarios diferentes y tratamos de evitarnos.
— ¿Y a tu hija no le incomoda eso?
—Es pequeña, no se da cuenta ya que cuando ella llega actuamos como si nada pasara.
—Debe ser difícil.
—Lo es—suspiro y se apoyó en el hombro del menor, Kouyou se tensó, pero no le dijo nada. — ¿Ya no me amas Shima?
— ¿Tu todavía me amas?
—Yo si—suspiro—dije la verdad aquel día, fue amor a primer avista, amor de verdad, cuando te vi, todo cambio—sonrió—pero creo que tú ya no me amas ¿verdad?
Akira puso más atención, estaba oculto en unos arbustos, escuchando la conversación.
—No…lo siento—suspiro—amo a alguien más ahora.
Y eso dejo congelados tanto a Yuu como a Akira ¿amar a alguien más? ¿a quién? Yuu se levantó de su hombro para mirarlo y que el menor pudiera notar su sorpresa.
Kouyou ya casi no salía de la casa, no conocía a muchas personas, su círculo de amigos era el mismo e incluso si le llegaba a hablar a alguien de la empresa-pues Kouyou le llevaba a veces el almuerzo cuando se le olvidaba-todos eran casados y dudaba mucho que Kouyou se arriesgara a ser un amante de nuevo.
—… ¿Es él verdad? —hablo Yuu mirando al castaño a los ojos, noto como el menor se sonrojaba ligeramente para después asentir—ya veo…
Akira estaba con la intriga pues Kouyou lo más probable es que contestara con un movimiento de cabeza, pero ¿a quién se refería?
— ¿Sabes? Me lo esperaba—sonrió—ustedes viven juntos, son muy unidos, se quieren mucho, no me sorprende que te enamoraras de él.
—Yo tampoco espere enamorarme de Akira… pero paso—suspiro desganado.
— ¿Y porque ese suspiro?
—Porque le prometí que no me enamoraría de él y ya rompí la promesa…
— ¿Hace cuánto te diste cuenta?
—Unos cuantos meses...
Y Akira simplemente ya no pudo escuchar más, estaba impactado, estaba en shock, no se podía creer que su querido mejor amigo se enamoraría de él….
Se fue de ahí muy sigilosamente, la moto hizo un poco de ruido, pero bueno había bastante ruido de autos, llegó a casa sin poder creérselo todavía, se sentía algo desorientado, pero pronto en su cabeza comenzaron a tener mucho sentido las actitudes que Kouyou había tomado de un tiempo para acá…
—Dios…
Regreso a la habitación y se quedó recostado, tal vez si dormía un rato podría pensar mejor las cosas, saber cómo enfrentar a Kouyou cuando volviera-porque estaba segurísimo que el castaño no se iría con Yuu- pero no pudo porque cuando apenas le estaba entrando el sueño la puerta se abrió.
El nerviosismo comenzó a recorrer su cuerpo ¿Qué le diría?... tenía que pensar rápido porque Kouyou probablemente querría una respuesta…ah, pero Kouyou no sabía que él lo sabía así que no tenía por qué actuar diferente ¿verdad?
Cuando el castaño entro al cuarto lo encontró recostado en la cama mirando al techo, se recostó a su lado.
— ¿Vas a decirme a donde fuiste? —pregunto el rubio siguiendo con su plan mental.
—Fui al parque a ver a un amigo… él necesitaba hablar con alguien…
—Mmm… Ya—se giró y lo miro de frente, Kouyou le sonrió y se sentó en la cama.
— ¿Deberíamos de preparar algo? ¿o pedimos a domicilio?
—A domicilio, no quiero que cocines, siempre lo haces, tomate un descanso.
—Está bien ¿Qué quieres?
—Pollo frito, no sé, tengo antojo—sonrió.
—Okey—se levantó y salió de la habitación para ir por el teléfono.
Mientras el menor se encontraba fuera del cuarto, el rubio se quedó pensando ¿habría diferencia si aceptaba sus sentimientos? Amaba mucho a su mejor amigo, técnicamente desde siempre se habían comportado como novios, siempre estaban juntos, se protegían mutuamente, siempre eran el apoyo el uno del otro ¡Joder! Incluso vivían juntos y tenían sexo, aunque de un tiempecito para acá no parecía solo sexo…
En su mente solo se repetía la misma pregunta ¿Y porque no intentar?
Kouyou regreso y se recostó a su lado, Akira le sonrió y lo abrazo, acurrucándose en su pecho, Kouyou correspondió el abrazo y comenzó a acariciar su cabello.
—Te quiero Shima—dijo el rubio aun contra el pecho del más alto.
Kouyou sintió que una corriente eléctrica le recorría el cuerpo y una calidez se instalaba en su pecho, ese “te quiero” se escuchaba diferente, más sincero, iba más allá de un te quiero entre amigos. No quería hacerse ilusiones, Akira no le correspondería nunca.
—Yo también te quiero Aki…
—Quiero hablar de algo… en lo que esperamos el pollo.
— ¿Dime? —lo miro cuando el rubio se separó de su pecho para verlo directamente a los ojos.
—Rompí la promesa—sonrió.
— ¿Q-Que promesa…? —el color rojo ya se estaba acumulando en sus mejillas, de verdad que no quería hacerse ilusiones.
—La que tenía que ver con enamorarme de ti.
El corazón de Kouyou iba a mil por hora ¿Qué estaba diciendo?
— ¿Akira? —el rubio tomo su rostro, poniéndolo más nervioso todavía.
—Shima, tú y yo llevamos amándonos desde que nos conocemos—sonrió y acaricio sus mejillas calientes—la promesa la rompimos desde hace muchísimo y eso que la pactamos hace casi un año.
—Akira yo…—iba a hablar, pero el rubio lo interrumpió besando sus labios con suavidad.
—Creo que las palabras correctas a partir de ahora son “te amo” ¿no crees?
—Joder…—se cubrió el rostro, pero después miro al rubio—joder, si—lo atrajo a su cuerpo para poder besarlo, el rubio sonrió mientras correspondía, sentía un alivio en el pecho, como si le hubieran quitado un enorme peso de encima.
Pudieron seguir besándose, era un beso realmente tierno, lleno del amor que sabían que se tenían, pero el timbre de la puerta los interrumpió. —Debe ser el pollo.
—Vamos a comer entonces.
Ambos se levantaron para ir a comer. Por primera vez valía la pena romper una promesa.
Fin <3.