Akira estaba en el trabajo, Kouyou estaba en la casa, había terminado de hacer la limpieza, en ese momento estaba acostado en su cama. Se había estado mensajeando con Yuu desde hace un par de días, al estar solo de visita, siempre estaba rodeado de gente o con Akira, no podía desaparecer de la nada.
Se quedó recostado y abrazo una almohada, aún tenía su celular en la mano, el cual vibro anunciando un mensaje.
“Te espero en el café donde nos conocimos, en tu mesa regular”
Sonrió al leerlo, miro el reloj, era hora del almuerzo así que estaba bien, Akira siempre almorzaba en la oficina, se fue a cambiar entonces, al seguir siendo primavera aun hacía calor así que se puso ropa cómoda, una playera de tirantes fresca, bermudas negras y sandalias, tomo su cartera, llaves, celular y un sombrero junto con sus gafas de sol, bajo por elevador y después salió por la puerta principal, iría caminando, no estaba muy lejos del departamento.
Fueron como unos 5 minutos caminando, saludo a Yutaka y se sentó, quitándose el sombrero y las gafas.
— ¿Vas a pedir lo de siempre Shima? —pregunto Yutaka con su amable sonrisa de siempre.
—Mmm…esta vez voy a cambiar el café por un té halado de limón por favor, lo demás sigue igual—dijo regresando el menú.
—Enseguida—sonrió y tomo el menú—oh, que lindas piezas.
—Gracias—sonrió acariciando la pieza más larga, la del primer orificio, era como una pequeña cadena de figuritas que caía.
—Te traigo tu pedido en un momento—sonrió y se retiró.
Kouyou sonrió y se quedó mirando a la ventana, la campanilla de la puerta sonó, dándole paso a Yuu el cual se sentó en la otra parte de gabinete de Kouyou y tomo la mano del castaño, se veía tan perfecto en esa pose y con la luz del sol reflejándolo.
Kouyou giro su rostro al sentir que alguien agarraba su mano por sobre la mesa, miro a Yuu y le sonrió.
—Hola.
—Hola hermoso ¿ya pediste?
—Si, en un momento vendrán para darme mi orden y tú puedes pedir.
—No sabes las ganas que tengo de besarte junto ahora.
El comentario tomo desprevenido a Kouyou, logro sonrojarlo, y eso no era muy fácil.
Yutaka llego con el pedido del castaño, encontrándose con una sospechosa escena de ver a Kouyou sonrojado-que ya era bastante raro- tomado de la mano con su acosador el cual lo miraba entre una especie de amor y deseo… necesitaba hablar con Akira.
Kouyou noto la presencia de Yutaka y se soltó del agarre, el castaño le dejo su pedido y tomo el del pelinegro.
— ¿Por qué hiciste eso?
— ¿Soltarte? —bebió un poco de su té—Yutaka es amigo de Akira y mío, si ve algo sospechoso podría decirle algo a Akira y se nos cae el teatrito…
—Ah…hablando de Akira, vi en el tablón de empleados que su cumpleaños es a fin de mes.
—Si lo sé, aun no sé qué regalarle—suspiro.
—Shima… ¿Cuándo es tu cumpleaños?
—13 días después del de Akira—sonrió—ósea 9 de junio ¿el tuyo?
—20 de enero…vaya ¿entonces tú y Akira son de la misma edad?
—Sí, tengo 25 también—sonrió. Yuu se sintió un degenerado en ese momento, nunca pensó que fuera tan joven…— ¿y tú?
—Amm…—Yutaka apareció de nuevo con el pedido del pelinegro el cual comenzó a comer para evitar la pregunta, no tenía mucho tiempo de almuerzo tendría que regresar rápido a la compañía.
Kouyou se quedó esperando una respuesta, pero esta nunca llego, Yuu le cambio el tema y después de comer lo que había pedido miro el reloj, se excusó diciendo que ya tenía que irse, dejo el dinero sobre la mesa y un beso en la mejilla del castaño.
—Te llamare—y se fue.
Kouyou suspiro y siguió almorzando hasta que vio un papelito junto con el dinero:
“Kou, vamos a salir en la noche así que inventa una excusa”
El castaño sonrió, tomo la nota y la guardo, al parecer Yuu ya tenía las cosas planeadas. Termino de comer y el también dejo su dinero correspondiente en la mesa, o bueno, iba a hacerlo ya que miro el dinero que había dejado Yuu, era más de lo que realmente debería de haber dejado, sonrió, al parecer había pagado la cuenta completa.
Kouyou se fue de ahí, decidió ir a pasear, no quería volver a casa tan temprano, Yutaka había notado todo lo que había pasado, era bastante sospechoso, ese hombre se veía bastante mayor que Kouyou y los había visto tomarse de la mano, no paso por alto ese beso en la mejilla que si hubiera movido un poco más la cabeza daría directo a la boca de Shima, suspiro y miro el reloj, Akira aún estaba trabajando y preguntarle a Kouyou no era una opción.
Se soltaron de las manos justo cuando él los vio así que debería de ser secreto lo que estaba pasando ahí… mejor siguió trabajando.
Cuando Yuu llego a la oficina muchos de los empleados se le fueron encima con mucho papeleo, Yuu los atendió a todos uno por uno para entender que le decían y que era el papeleo que le estaban dando.
Akira lo miraba desde lejos, sospechando, desde el día de su llegada nunca había salido a almorzar, siempre se quedaba a ver los asuntos de la empresa mientras bebía café y comía una dona, y hoy misteriosamente salió a comer algo para el almuerzo…
Prefirió no tomarle importancia, lo había dejado estar un almuerzo solo y eso lo agradeció, siguió trabajando entonces, si se apuraba podría regresar temprano a casa y poder dormir, claro que después de unas horas Yuu se le volvió a pegar para verlo trabajar…
Definitivamente sus días de trabajo ya no iba a ser como antes.
…
Akira ya se encontraba dormido en su cama, Kouyou “aparentemente” ya estaba dormido también, estaba recostado en su cama, mantenía los ojos cerrados, bajo las cobijas ya estaba vestido para salir, nada especial realmente, solo ropa normal.
El mensaje llego, el parque cerca de la cafetería seria donde se reunirían, en la fuente, salió de la cama con cuidado, tomo un suéter, su celular, cartera, las llaves y se fue en silencio.
Bajo por el ascensor y camino a paso tranquilo la noche tenía el viento algo frio y con cielo despejado. Camino hasta llegar a la cafetería, cruzo la calle hacia el parque y continúo caminando hasta llegar a la fuente.
Se encontró con Yuu sentado en esta y una cajita entre sus manos.
—Esto es a lo que le puedo llamar una cita a escondidas ¿no? —sonrió y se sentó a su lado.
—Algo así—le dio la cajita.
— ¿Otro regalo? Oye, aun no asimilo que tengo piezas de diseñador en mi oreja.
—Acéptalo por favor.
—Espero que sea algo discreto—quito el listón y abrió la caja— porque Akira podría darse cuenta de que…—se quedó callado.
— ¿Te gusta? Es plata, siento que va más contigo.
Kouyou saco un collar, la cadena era de plata al igual que el dije en ella, una placa de plata con un kanji de protección en él. Yuu era supersticioso, pero no era algo que no le agradara.
—Es hermoso—le sonrió—gracias. —Se lo dio— ¿me lo pones?
—Claro—lo tomo.
Kouyou se alzó el cabello, Yuu se lo coloco con delicadeza, acaricio la piel de su cuello y dejo un beso en su nuca al terminar lo cual provoco un escalofrió en el castaño.
—Te queda genial. —dijo Yuu cuando Kouyou se volteó para poder girarse a verlo.
—Me gusta cómo se me ve…Bueno—sonrió— ¿Y ahora qué?
—No lo sé, tú me invitaste yo solo vine—se apoyó en su hombro.
—Solo quiero estar contigo…
Kouyou sonrió y cerró los ojos, nunca nadie le había dicho eso, al menos en ese sentido más “sentimental de novios” ya que Akira siempre lo había apoyado, pero él era su mejor amigo.
—Hace algo de frio. —dijo el castaño abrazándose a sí mismo.
—Podemos entrar a mi auto si quieres. —se acercó para abrazarlo también, Kouyou metió las manos dentro del saco del mayor para estar más abrigado.
—No sería mala idea—sonrió ocultando su rostro en el cuello del pelinegro.
Yuu se levantó aun abrazándolo y lo llevo un poco más lejos de la fuente para regresar a la calle, su auto estaba estacionado ahí, un Jaguar negro bastante elegante, no sabía el modelo ya que no le gustaban mucho los autos, pero sabía que era un Jaguar.
Yuu le abrió la puerta, el entro y el subió en el asiento del piloto, encendió la calefacción.
— ¿Mejor?
—Si—sonrió— aunque aún no me has contestado—sonrió malicioso.
— ¿Qué cosa? —le sonrió.
— ¿Qué edad tienes?
Y a Yuu se le fue la sonrisa ¿aún no se le había olvidado eso?
— ¿Para qué quieres saber eso pequeño? No creo que sea información de utilidad para ti.
—Eres un anciano ¿verdad? —pregunto con burla.
— ¡Oye! ¡Tampoco es para tanto! —el sonrojo en las mejillas de Yuu le confirmo que al menos si era bastante más grande que él.
—Entonces déjame adivinar…
— ¿Y que gano yo con eso? —aún estaba apenado.
—Por cada error que cometa me puedes dar un beso en donde tú quieras.
—Ah…—sonrió—esto se pone interesante entonces.
—Todavía no término—sonrió.
—Si lo sé, si adivinas a la primera ¿Qué pasa entonces?
—Mañana tendrás que hacer todo lo que yo ordene sin objeciones ¿trato?
— ¿Puedo preguntar qué clase de cosas me harías hacer?
—Eso es un secreto—sonrió malévolamente, a Yuu no le daba mucha confianza esa sonrisa, pero sabía que era imposible que acertara en el primer intento.
—Okey…—suspiro—Entonces ¿Qué edad crees que tengo?
—Tienes 39 años—dijo seguro y con una sonrisa de burla.
Yuu lo miro sin poder creérselo... ¡¿Cómo mierda lo sabía?! ¿Suerte? ¿Mera coincidencia? ¿¡CÓMO!? Kouyou empezó a reírse al ver la cara de pánico que tenía el mayor.
— ¿C-Como…?
—Parece que mañana tengo un esclavo—dijo después de calmar su risa.
—No ya, enserio ¿Cómo lo supiste? —no creía que fuera casualidad.
—Intuición, supongo—sonrió. —Ahora llévame a casa—miro su celular, ya era tarde—por lo general Akira se levanta a las 12:25 am para ir al baño y si no me ve en la cama al lado de la suya lo más probable es que llegue a llamar a la policía por un posible secuestro—se rio.
—Eso es algo paranoico—dijo poniendo el auto en marcha.
—Así es Akira, siempre está al pendiente de mí y lo agradezco mucho—sonrió cálidamente, de verdad valoraba todo lo que Akira hacía por él. Yuu no pudo evitar sentirse un poco celoso, Akira podía provocar esa sonrisa tan linda en el menor con un solo pensamiento… esperaba que pronto eso también pudiera provocarlo el… en fin que arranco el auto y lo llevo a casa.
Fin del capítulo 8.