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Viviré en tu memoria por NDTaurus

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***

Eran las 6 de la tarde cuando su celular de comenzó a sonar. Había dormido toda la mañana, despertó para comer el almuerzo liviano que Kid había preparado para él y volvió a dormir un rato más. Ahora estaban acostados viendo una película, la pausaron y Kid tomó el celular que descansaba sobre el velador. "Es Mugiwara" le informó entregándole el aparato.

—Buenas tardes, Mugiwara-ya —respondió con su típico tono sereno.

— ¡Torao! —gritó el mencionado al teléfono— ¡Oye, Torao! ¿Cómo estás?

—¿Eh? ¿A qué te refieres? —preguntó mirando con extrañeza su teléfono antes de volverlo a poner en su oreja.

—¡Ace me dijo que estabas enfermo!

—¿Ace? —preguntó algo confundido—. Marco —se respondió haciendo la conexión, y contó hasta tres en silencio para no maldecir a su colega.

—Sí, Marco le dijo a Ace, y Ace me dijo a mí —confirmó el menor de los hermanos D.

—¿Le has dicho a alguien más? Por favor dime que no lo han comentado en el grupo de WhatsApp —indagó afirmando el puente de su nariz.

—No, a nadie, acabo de cortarle a Ace y estaba preocupado, así que te llamé ¿No quieres que los demás sepan? —Law no pudo evitar sonreír, Luffy era un buen amigo y, en definitiva, si no fuera por él, su vida sería mucho más solitaria. En ocasiones no entendía cómo es que llegó a ser parte de un grupo tan numeroso, y ruidoso, de amigos. 

—Estoy bien, me hicieron exámenes y debo esperar los resultados, por eso no quiero decir nada aún —Kid se acomodó detrás de Law en la cama, le abrazó por la espalda y besó su cuello—. ¿Tú cómo estás?

—Yo bien, en el grupo estábamos hablando de hacer algo hoy en la noche, improvisado… pero no creo correcto pedirte que vengas si te sientes mal —podía imaginar la expresión de insatisfacción en el rostro de Luffy y sonrió.

—Si es algo tranquilo podríamos ir un rato —Kid le miró con el ceño fruncido. Se recargó en su pecho y le observó con una sonrisa que pedía disculpas.

—¿Seguro? —preguntó Luffy con duda en su voz.

—Claro —respondió poniendo un dedo en los labios de Kid para cortar su objeción.

—Está bien. Será a las 8 en mi casa.

—Ahí estaremos entonces.

—¡Genial! ¡Hasta pronto, Torao!

—Hasta pronto —cortó y se giró para ver a Kid

—Su exceso de energía es un problema.

—Tú eres igual, Kid.

—¿Perdón? Me insultas —dijo haciéndose el ofendido—. ¿Y cómo es eso de que iremos?

—Solo será por un rato, nos divertiremos y volveremos temprano a casa.

—Está bien —se resignó—, pero si te sientes mínimamente mal nos devolvemos de inmediato.

—Claro que sí. Además, nos servirá para distraernos —Kid besó su cuello nuevamente, sacándole un suspiro—. Si tu plan es cansarme para no asistir, debo decir… —Kid mordió suavemente la curvatura entre el cuello y el hombro mientras con sus dedos juguetea con sus pezones arrancándole un gemido— …que vas por buen camino, ah… Kid… —Kid no podía evitar sonreír al producir todas esas sensaciones en el cuerpo de su pareja, y tan abruptamente como comenzó a acariciarle, se detuvo.

—¡¿Qué?! ¡No! —reclamó, Kid comenzó a reír mientras se ponía de pie para alejarse.

—Sigues sin estar en condiciones, así que debes descansar antes de salir. Yo me daré una ducha —agregó con una sonrisa socarrona desde la puerta del baño.  

Law sintió como el calor subía por su rostro —¡Eustass Kid! —alzó su voz.

—¡Te amo, Trafalgar! —gritó de vuelta sin cerrarla puerta del baño. Law sonrió y se apoyó en el respaldo de la cama.

—Eres un idiota… —susurró mientras esbozada una sonrisa.

Suspiró apoyado en el respaldo de la cama, para luego, con decisión, ponerse de pie y caminar hacia el baño. Se le antojaba una ducha doble, y sabía que Kid no sería capaz de negársela. La fuerza de voluntad de su novio flaqueaba cuando él se quitaba la ropa.

***

Llegaron a su destino pasadas las 20:00 horas, la temperatura del día era agradable, así que la velada sería al aire libre. La casa de Luffy y Boa era de una mezcla de estilo campestre-contemporáneo, con una gran terraza y un patio enorme, a las afueras de la ciudad.

—¡Torao! —gritó emocionado Luffy al verle y corrió a darle un abrazo, sin embargo, antes de llegar a su objetivo fue detenido por Kid.

—Ve más despacio, imbécil —dijo Kid al tiempo que le daba un coscorrón.

—¡Ah! ¡Estúpido Kid, me dolió! —gruñó mostrándole los dientes y Law decidió intervenir antes de que comenzaran una verdadera pelea en la entrada.

—Suficiente, dejen de comportarse como un par de críos —ambos aludidos se cruzaron de brazos y desviaron la mirada. Law suspiró cansino, la rivalidad de esos dos, en ocasiones, le sacaba de quicio.

Les echó una mirada a los automóviles estacionados en el patio —Mugiwara-ya, ¿Quién más viene?

—¿No leíste los mensajes?

—La verdad no.

—Mmmm —Luffy se llevó la mano al mentón en forma pensativa—. En la terraza están: Nami, Sanji, Pudding, Brook, Chopper, Usopp, Marco y Ace —enumeró con sus dedos—, Sabo y Koala llegarán un poco más tarde. Franky y Robin aún no regresan de su viaje y Zoro nunca viene si es de última hora, ya sabes, ahora anda en la otra punta del país, por su trabajo.

El médico mentiría si dijera que oír el nombre de Roronoa no removía parte de sus recuerdos, pero definitivamente era algo que no quería demostrar.

—¿Hancock no se encuentra? —preguntó para no parecer interesado en lo último que dijo Luffy.

—Claro que está, cuando salí estaba invitando a Nami al desfile que está organizando, yo no quiero ir —dijo poniendo sus manos detrás de su cabeza.

—Deberías ser más atento con tu esposa, cabeza dura —aseveró Kid y Luffy le miró con recelo.

—Por lo menos yo tuve las agallas de pedir matrimonio —respondió con una sonrisa y disfrutó de la reacción que provocó.

—Kid, no —advirtió Law antes de que Kid respondiera las palabras de Luffy.

—¡Ey, chicos! —gritó animadamente Chopper mientras agitaba sus manos para después acercarse corriendo. —¿Cómo te sientes, Torao?

Law agradeció internamente la interrupción de su colega —me siento mejor, Toni-ya. —Dijo con una sonrisa—, y quiero seguir así. —Complementó como una advertencia tanto para su novio como su amigo. Quienes decidieron, en forma silenciosa, hacer una tregua por esa noche.

—¿Estaban peleando otra vez? —preguntó el médico menor y Law asintió—. Son unos niños, ven Torao, Brook tocará una canción. —Dijo alegre tomándole de la mano y encaminándole a la terraza.

Y, efectivamente, en la terraza estaban todos los mencionados por Luffy. El ambiente era grato y familiar. Brook entonaba una dulce melodía en el piano mientras los demás tenían entretenidas conversaciones.

Después de los saludos iniciales se acomodaron entre medio del grupo.

—Trafalgar —habló Hancock—, seguramente Luffy y Chopper ya te preguntaron, pero ¿Cómo te sientes?

—Me siento bien, Hancock, gracias por tu preocupación —respondió amablemente para después encontrarse con la mirada escudriñadora de Marco.

—Por supuesto, eres amigo de mi amado Luffy, si él se preocupa entonces yo también.

—Boa es tan linda —comentó Ace—, aún no sé cómo es que se enamoró de Luffy.

—La vida tiene misterios indescifrables, Ace—. Agregó Kid, haciendo reír a los presentes.

La velada continuó apacible y minutos más tarde se sumaron los que faltaban. Sanji tomó las riendas en la preparación de la barbacoa, siendo ayudado por Kid, Ace y Marco. Pudding, Law y Koala prepararon grandes cantidades de ensalada de diversos tipos. Mientras que Sabo, Luffy y Usopp se encargaron de las bebidas. Brook seguía amenizando el ambiente con su música y Chopper escuchaba atentamente la divertida conversación que tenían Nami y Hancock.

***

El fuego estaba en el punto perfecto, y así se los hizo saber Sanji a sus ayudantes para comenzar a llenar la parrilla de diversos cortes de carne.

—¿Con quién dejaron a los niños? —preguntó Ace con curiosidad.

—Los dejamos con Chiffon —respondió Sanji restándole importancia.

—Y yo que pensé que podría entretenerme haciendo travesuras con ellos.

—Por eso mismo reclamaron cuando les dijimos que no vendrían hoy, pero ya era hora de tomarnos un tiempo “a solas” con Pudding —agregó con una sonrisa enamorada.

—Paternidad, ustedes lo han llevado bastante bien —agregó Kid—, yo no me veo con niños en un futuro cercano.

—¿Y en un futuro lejano sí? —preguntó Marco, metiendo de forma despreocupada, las manos en sus bolsillos.

—Tampoco —terminó diciendo sin pensarlo realmente y los demás comenzaron a reír. 

—Bueno, Ace y yo si nos vemos formando una familia en un tiempo más —Ace sonrió, un tanto avergonzado, pero feliz.

—Con Koala iniciamos el proceso de adopción hace una semana —informó Sabo uniéndose a la conversación—, así que, si necesitan asesoría, estamos para ayudar —le entregó una cerveza a cada uno de los presentes. Exceptuando a Kid, que ya tenía una en sus manos.

—No me jodas, ¡tengo que ser el padrino de ese bebe! —pidió Ace con brillo en los ojos y Sabo comenzó a reír.

—No sé si será un bebe, en realidad no nos importa mucho la edad, pero sí, nos alegraría que tú y Marco sean los padrinos —Ace miró con ojos ilusionados a su pareja, quien sonrió al verle tan emocionado y asintió, aceptando la enorme responsabilidad que eso significaba. Ace celebró pasando un brazo por el cuello de su hermano y haciendo un brindis, que los demás acompañaron alzando sus botellas.

El teléfono de Marco comenzó a sonar y se excusó para responder, alejándose un poco del bullicio.         

***

—¿Creen que esté bien con esto? —Pudding miraba con orgullo las hermosas preparaciones ordenadas pulcramente sobre la mesa.

—Bueno, nuestros comensales tienen un apetito voraz —agregó Koala—, pero hemos preparado acompañamientos y ensaladas para un regimiento, creo que estaremos bien. ¿Tú qué opinas, Law?

—Que ya no quiero seguir cocinando —dijo mientras tomaba asiento y apoyaba su cabeza contra la mesa de la cocina—, ¿de quién fue la idea de hacer una barbacoa? —las chicas rieron y se sentaron a su lado.

—Pobre Law —dijo Koala acariciando su cabello—, apuesto que tuviste que trabajar durante la noche.

Se estiró con algo de pereza, haciendo sonar los huesos de su espalda —perdón—, se disculpó por su falta de respeto —y sí, me tocó trabajar durante la noche, pero pude dormir sin problemas durante el día.

—¡Hola, hola! —dijo Usopp con una gran sonrisa mientras entraba a la cocina— ¿Desean algo para beber? Woh, eso es mucha comida —agregó sorprendido—, ¿Algo de beber?

Koala pidió una cerveza y Pudding pidió un jugo, él por su parte, indicó que se prepararía un té de hierbas, tenía ganas de beber algo caliente.

—¿Conductor designado para el regreso? —preguntó Koala para después beber de su cerveza.

—No, Kid será quien maneje de regreso…

—Law… —Marco habló con seriedad desde la puerta de la cocina llamando la atención de los demás—, necesito hablar contigo —miró a los presentes—, ¿podrían por favor dejarnos a solas unos minutos?

—Claro —se adelantó Koala—, vamos chicos. —Tomó a Pudding del brazo y caminó con ella hacia afuera. Usopp tomó un plato con snacks y salió echándose algunos a la boca.

Marco esperó a que la puerta se cerrara y se sentó a su lado.

—Me llamaron del laboratorio… —asintió indicándole así que prosiguiera—, ya tienen el resultado de tus exámenes.

Se recargó en el respaldo de la silla y respiró profundamente— Entonces…—una presión desagradable se instaló en su pecho y volvió a respirar esta vez con un poco más de dificultad— ¿Cuáles son los resultados? —Marco apretó los labios y golpeteó la mesa con sus dedos.

—Sé que los verás de todas formas cuando te los envíen por correo, así que no te daré los detalles, pero debo ser honesto contigo… —le exasperaba el tiempo que se tomaba Marco para responder, no significaba nada bueno—, demonios. Law, tus resultados están lo suficientemente mal como para… no perder tiempo, así que me he tomado la libertad de programar los siguientes exámenes para el lunes en la mañana y te repetiremos los que ya hicimos, por si acaso hubo algún error en el primer resultado...  

Su mente quedó en blanco, y podía sentir el corazón acelerado en su pecho mientras se perdía mirando a la nada.

Dio un respingo al sentir como Marco afirmaba sus manos, que, en algún momento, habían comenzado a temblar.

—¿Quieres que llame a Kid? —negó con su cabeza. Creía que estaba preparado para recibir esa noticia, de mala forma se dio cuenta de que en realidad no estaba para nada preparado. Sentía sus ojos irritarse poco a poco por el exceso de líquido que empezaba a juntarse en ellos—. ¿Estás seguro? Creo que sería mejor para ti.

—Lo siento, no debería reaccionar así —comenzó a reír a causa de los nervios, se puso de pie y dio un par de vueltas—, es, es ridículo…, yo debería estar preparado para esto y no… no… no entiendo por qué…

—Law, respira —pidió Marco tomándole con suavidad de los hombros. Tragó saliva e intentó seguir la orden—, bien, respira profundo esta vez… —inspiró…

—No… no puedo… —dijo sin poder evitar soltar el llanto que hasta entonces se había atorado en su garganta. Marco le abrazó con fuerza y él se dejó abrazar. Hace mucho, demasiado tiempo, que no se sentía tan vulnerable.

—Law, aunque quiera no puedo prometerte que estarás bien —le habló marco con suavidad—, pero puedo prometer que haré…, no, que haremos, todo lo que esté en nuestras manos, y más, para hacer que salgas de esta —asintió contra su hombro dejándose consolar, quería agradecerle, pero las palabras no lograban salir de su boca.

***

Pudding y Koala se acercaron a los chicos que estaban a un costado de la parrilla, todo indicaba que estaban regañando a Luffy y Ace. De seguro querían meter sus manos en la carne antes de que estuviera lista. Y la verdad es que el aroma que salía de la parrilla logró abrir el apetito de todos los presentes.

Miró a su alrededor y le pareció extraño no divisar a Law. Marco tampoco estaba presente y eso le dejó un sentimiento de incomodidad. Algo no andaba bien.

—Eustass… —habló Koala llegando a su lado.

—¿Mmh? —respondió sin prestar mucha atención.

—Tienes cara de estar preocupado —salió un segundo de su letargo y miró a la chica—, ¿Estás bien? —preguntó ella mirándole con curiosidad y él le regaló una sonrisa. 

—Si, claro, sólo estaba pensando en algo. Oye… ¿Law no estaba contigo en la cocina?

—Sí, terminamos de preparar los acompañamientos y se quedó conversando con Marco.

—Si ya terminaron adentro será bueno que comiencen a armar las mesas —interrumpió Sanji—, la carne va a estar lista en unos minutos.

—¡A la orden Chef! —respondió Sabo con entusiasmo—, ¿Me das una mano? —le preguntó a Kid con una radiante sonrisa.

—Por qué no —respondió alzando los hombros, le dio un último sorbo a su botella y la dejó junto a las otras botellas vacías.

—Ace, Luffy, ustedes también ayudarán —ordenó el mayor de los D. 

Los dos aludidos respondieron que sí animadamente y se pusieron manos a la obra, después de todo, con lo bien que olía la comida, mientras menos se tardaran mejor.

No era que se sintiera como un extraño entre todos ellos, se conocían hace años, pero presentía que algo no andaba bien y no era agradable. Por otro lado, no quería echar a perder la velada de Law por sus preocupaciones infundadas y decidió dejarlo por la paz. Después de todo, Law había prometido que se irían si se llegaba a sentir mal y el cirujano siempre cumplía sus promesas.

***

Marco le sirvió un té de melisa y le acompañó mientras lo bebía, e intentaba calmarse para regresar a la terraza con los demás.

Un par de golpes en la puerta llamó la atención de ambos —permiso…—, dijo Usopp asomando su cabeza por la abertura. Se encogió en la silla y clavó sus ojos en el té —perdón por interrumpir…

—¿Qué ocurre, Usopp? —preguntó Marco.

—Esto…, ya está lista la mesa, así que tenemos que llevar… ¿Está todo bien? —preguntó un tanto preocupado.

—Claro —respondió Marco con una sonrisa—, Law, le ayudaré a Usopp a llevar las cosas —asintió en silencio y Marco se puso de pie. Tomaron unas cuantas bandejas y salieron de la cocina. 

Cuando la puerta volvió a cerrarse se puso de pie, necesitaba refrescarse un poco antes de salir, así que se encerró en el baño.

Minutos más tarde escuchó un suave golpeteo sobre la puerta —voy—, dijo sin mucho entusiasmo y volvió a lavarse la cara. Después de secarse acomodó un poco su cabello y abrió la puerta. Kid le esperaba apoyado en la pared del pasillo.

—Me dijiste que nos iríamos si te sentías mal —recriminó para después acercarse y acariciar su mejilla—, ¿Qué ocurre?

—Tranquilo, no me siento mal. De hecho, me siento muy bien, así que podemos quedarnos un rato más… —Kid frunció el ceño, le tomó del mentón y alzó un poco su rostro para mirarle a los ojos.

—Tus ojos están irritados —dijo con un tono más severo del que tenía planeado.

—¿Podemos hablar de esto en casa? Por favor… —La mirada escruta dora de Kid siguió sobre él unos segundos más.

—Te dieron los resultados… —aseveró sosteniéndole la mirada—, y no son buenos.

—Kid…, de verdad te agradecería, que no hablemos de esto ahora. Por favor —dijo con un claro tono de súplica—. Sólo quiero que disfrutemos lo que queda de esta velada —agregó bajando la mirada al piso.

Kid sintió las alarmas encenderse en su interior, definitivamente los resultados de esos exámenes eran malos. Law no era una persona que suplicara —o por lo menos nunca antes lo había hecho—, y eso le daba una idea de cuán afectado estaba su novio. Soltó un suspiro y ablandó su semblante. Acarició su mejilla y besó sus labios con ternura.

—Entiendo —dijo finalmente—, vamos con los demás, ya están sirviendo la comida.

***

La velada continuó sin contratiempos entre las bromas y ocurrencias de sus amigos. Para Kid no pasó desapercibido el hecho de que Law casi no tocó su comida, tampoco para Sanji, y no era que le tuviera manía, era cierto que al principio no congeniaban del todo, pero ahora tenían una relación cordial. No, lo había notado simplemente porque detestaba que la gente dejara comida en su plato.

—¿La comida no fue de tu agrado, medicucho? —preguntó Sanji mientras le apuntaba el plato con un tenedor. Alzó una ceja ante la arremetida y abrió su boca para responder sin lograr hacerlo debido a la intromisión de Kid.

—No lo molestes, risos de oro —entornó sus ojos al oírle.

—Puedo defenderme solo, Kid —se sostuvieron la mirada unos segundos antes de que decidiera romper el contacto para centrarse nuevamente en Sanji—. No quiero ofenderte, cocinero de cuarta, solamente me duele el estómago, no tiene nada que ver con tu insípida comida.

—¡¿Qué dijiste?!

—¡Sanji! —le reprendió Pudding—, Trafalgar te acaba de decir que no se siente bien, deja de molestarle —Sanji sintió como una flecha era clavada, metafóricamente, en su corazón.

—¡Pudding-Swan! —gritó llevando las manos a su pecho mientras los demás reían por el drama cómico, que jamás faltaba en las fiestas.

Kid se relajó al ver la sonrisa en su rostro, y pensó que, tal vez, si había sido buena idea asistir para distraerse después de todo.

 

Continuará… >>

 

 

Notas finales:

Gracias por leer. 


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