– ¿Jungkook? –
La voz de Jin retumbó por sus oídos, estaba un poco desorientado aún.
– ¿Jin? –
– ¿Cómo te sientes? –
–Extraño –
–Eso me lo has dicho desde que saliste de la operación –
–Jin, no veo aún, no sé si todo salió bien –
–Salió bien, te quitarán la venda y acostumbrarás tus ojos para poder ver otra vez, deja de ser tan impaciente... –
–Sí, ya, vete a casa, las horas de visita terminaron, mañana nos veremos –
–Qué gracioso, nos vemos –
Jin se retiró luego de ello dejando solo a su primo a que descansara.
Jungkook estaba por dormir puesto que había salido de la operación ya de noche y cuando iba a quedarse dormido escuchó un chirrido, aquel que ya conocía, así que sonrió por inercia.
Una cálida mano tocó la suya y con esa sensación durmió con un grato sentimiento en su pecho.
– ¿Qué tal? –
Jungkook parpadeaba logrando reconocer un poco más las cosas y a los presentes en la sala, sonrió al reconocer varias cosas hasta que pudo ver claramente.
– ¡Veo! –
Sin pensárselo abrazó a Jin quien correspondió confundido pero feliz de ver a su primo nuevamente revitalizado.
Tuvo unos días de descanso para asegurarse de que nada hubiera de malo con la intervención y finalmente le dieron de alta.
Jungkook se encontró con el amigo de HoSeok, a quien reconoció por su singular tono de piel, bastante claro.
–Em, ¿YoonGi? –
Titubeó, el nombrado lo miró de pies a cabeza hasta centrarse en la mirada de confusión que este le daba.
–Jungkook ¿verdad? –
–Sí, em, HoSeok me dijo que te habían operado antes que yo, veo que estás muy bien –
–Sí, supongo... –
–Ah, sí, oye, quería preguntarte si has visto a HoSeok, las enfermeras me dijeron que no está registrado en ninguna habitación, ¿le dieron de alta? –
YoonGi asintió suavemente.
– ¡Qué bien! Pues... ¿puedes decirme dónde vive o donde está ahora? –
– ¿Para qué? –
–Quiero agradecerle por todo lo que hizo por mí –
YoonGi miró hacia un lado y luego al muchacho.
–Te llevaré, voy para allá también –
– ¿Enserio? Perfecto –
Ambos fueron caminando, se preguntaba qué clase de operación había tenido YoonGi, pero no se atrevió a preguntar, solo lo siguió al auto donde se pusieron en marcha.
Jungkook miró su reflejo en el espejo notando lo descuidada que estaba su piel, pues no había podido hacer nada por los constantes análisis que lo dejaban cansado para la noche.
Se detuvieron en una florería para comprar un par de girasoles.
–Oh, ¿le gusta los girasoles? –
–Sí, pensé que lo sabías –
–Realmente no, lo conocí muy poco... –
–Ya veo –
Siguieron el camino y YoonGi se detuvo en un parqueadero, Jungkook miró las casas alrededor sin ubicarse, solo decidió seguir a YoonGi ya que él conocía más a su amigo.
Miró el girasol en su mano y lo acarició con ternura, con un tacto tan suave que no lo creía de él. Vio su mano notando una pequeña cicatriz, que supuso que era por aquella vez que HoSeok lo había tratado, debía pensar que decirle cuando lo viera.
–Llegamos –
Pronunció YoonGi deteniéndose. Jungkook se sobresaltó deteniéndose de golpe y miró alrededor confundido.
–Eh, YoonGi, este es el cementerio–
–Sí, HoSeok está aquí –
Señaló la tumba que tenía marcado su nombre. Jungkook dejó caer el girasol y luego a él al ver la foto de aquel chico en aquella lápida.
– ¿Q-Qué? –
–No sabes quién fue tu donante ¿verdad? –
–H-HoSeok –
–También es mi donante –
–Pero él, esa vez... –
Jungkook balbuceó recordando el chirrido y aquel tacto tan cálido. Su respiración se aceleró y el nudo en su garganta se hizo doloroso hasta que no pudo más y terminó llorando.
– ¿P-Por qué? –
– HoSeok, era un gran bailarín, el día de su presentación de pronto colapsó, con ayuda de un amigo, lo llevamos al hospital, y nos dijeron que HoSeok no podría bailar más, tenía un problema con su corazón que ya no podía bombear bien la sangre por su cuerpo, así que lo internaron varias veces con la esperanza de que llegara un donante... –
–P-Pero ese accidente fue...hace muchos años –
–HoSeok esperó pacientemente, pero nunca llegó, mis riñones se vieron afectados en el accidente y necesitaba un donante urgentemente... HoSeok me mintió de que ya había un donante para mí y me acompañó ese día, cuando lo vi en la misma sala que yo, me pregunté por qué lo había hecho. El solo me señaló un número 3. Cuando desperté de mi operación, se lo pregunté a su hermana, me dijo que solo le habían quedado 3 días de vida...y decidió entregarme lo que funcionaba en él aun, para que yo pudiera vivir más...y que sus ojos, te los entregara a ti –
Jungkook subió sus manos a su rostro palpando por debajo de sus ojos empapados.
–Al segundo día, luego de la operación, habían encontrado un donante para HoSeok... –
YoonGi apretó sus labios y puños con los ojos cristalizados por las lágrimas.
–Pero, ya no había a quien donar... –
El viento resopló por el rostro de ambos, como un toque ligero y suave que acariciaba sus mejillas como el beso de una madre.
Años después, Jungkook tenía un bonito ramo de girasoles en su mano, se arrodilló frente a la tumba que había visitado todo ese tiempo y con cuidado colocó el ramo encima.
–Otro año en que vengo a estar molestándote, debería dejarte en paz ¿no? –
Sonrió al sentir unas inmensas ganas de llorar.
–A veces siento que puedo ver tu mundo... antes del accidente, todo lo sentía tan oscuro como cuando estaba ciego, ni entiendo por qué me quejaba de estar ciego si de todas formas no estaba viendo las cosas como eran... ahora es tan distinto, siento que puedo ver el mundo como tú lo veías. Aun así, me siento culpable, por lo que hice, y aun así te atreviste a darme algo de ti cuando no lo merecía... –
Suspiró acariciando uno de los pétalos del girasol.
–Todos están bien, las personas a quienes les donaste, siguen agradeciéndote desde el fondo de su corazón, si te hubieran conocido, quizá les dolería mucho como a mí y a YoonGi –
Tomó una cajita para ponerla encima de la lápida el cual contenía un anillo.
–Sabes, soy un fotógrafo famoso ahora, me han dicho que tengo buen ojo para capturar la esencia de las personas, supongo que ese don no es mío –
Soltó una risa amarga.
–Cuando salí de la operación, estaba decidido a llamarte para agradecerte...y pedirte ser mi novio, aunque me rechazaras, porque...aunque no te veía, podía sentir tu calidez y la ternura que me transmitías, y eso era muy fuerte... –
Limpió sus mejillas mientras se acomodaba para ponerse con una rodilla al piso y juntas sus manos.
–Hoy, posiblemente te hubiera pedido que seas mi esposo y adoptemos un niño...o una niña, lo que tú quisieras –
Sonrió viendo aquella cajita en la lápida mostrando el anillo en esta.
–Aceptas ¿verdad? – puso el anillo en la foto de su amado, aquella foto que HoSeok se había tomado con la cámara de Jungkook cuando este aun no podía ver, había salido tan bien, como él lo había dicho. –Tus ojos me lo dicen –
FIN