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Mi Pequeña Lucifer por KaoruBBQ

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Notas del capitulo:

Aquí dejo el siguiente capítulo, para los que ya leyeron este fanfics, sepan que los eliminé sin querer y estoy montando de nuevo todo, por suerte tenía un respaldo en el celular. Gracias por continuar y recuerden dejar sus comentarios, buenos o tomatasos.

Besitos ahumados.

Capitulo 2  
 
Me desperté de golpe con el sonido de una bocina de un automóvil, -¿Qué rayos?- de pronto, sentí ese desagradable calor, mire mi celular y ya eran las once de la mañana -es imposible hasta dormir- estaba fatigada siempre el día domingo, me levantaba antes del medio día porque en mi casa el calor era infernal, no ayudaba que el techo de la casa estuviera a solo dos metros y algo del suelo, menos que fuera una lámina de metal, prácticamente era un horno para humanos -otro día en el horno nazi- mi vida no era precisamente lo que yo imaginaba. Mi típica familia disfuncional, con presencia intermitente, y conflictos constantes, las desgracias cíclicas y mi mal humor y negativismo empeoraba todo, el tiempo me había quitado parte de mi alegría.
 
De niña soñaba con ser bailarina, una gran cantante, actriz o algo por el estilo, siempre deliraba entre ser una artista o una gran científica, ¡pura mierda! Me faltan bolas para plantarle cara a la vida y exigirle lo que era mío.
 
Y al sentarme en la cama y pensar en eso, todos los días me percataba de la desagradable sensación del suelo en mis pies, por más que lo limpiará, era asqueroso, por su puesto, siempre después de la ya mencionada sensación térmica infernal, sentía que estaba pagando algún karma, no siempre fue de ensueño mi vida, pero en definitiva era el infierno todo lo que vivía en ese momento.
 
-Es hora de arreglarse para salir- por suerte no había nadie, parece que mi papá había decidido irse a la playa con su flamante mujer, de nuevo, y para mí estaba bien, pero si le hubiese invertido tanto esfuerzo, cariño y dinero a mi madre, no la habría matado la depresión, siempre pienso en eso cuando lo veo dedicarse tanto en hacer feliz a la bruja esa, por eso lo odio más cada día.
 
Desayune, bueno, si se le puede llamar desayuno a esa cosa que comí, y terminé de acomodarme para por fin salir, la verdad sentía alivio cuando cerraba la puerta y bajaba las escaleras, mi día ya era cincuenta porciento mejor.  
 
En mi cartera de siempre, la que llevaba a todos lados tenia una botella de agua, un paquete de galletas de arroz, para mí eran maravillosas porque costaban poco y me quitaban el hambre muy rápido, también tenía unos cuantos tickets de subterráneo que sinceramente eran tan económicos, casi gratis para mí suerte, y tenía mi maquillaje, era poco, lo básico, pero decente, no me permitía llegar a los extremos de usar productos de segunda, prefería tener cuatro cosas pero de buena calidad, que un bolso lleno de maquillaje barato.
 
Ese día fui a un lindo parque, quedaba algo lejos pero valía la pena, a veces me conseguía con conocidos y pasaba una buena tarde, en otras ocasiones estaba sola pensando alguna estrategia o maquinando alguna idea para salir de mis problemas o resolver alguno de ellos.
Sonó mi celular, y conteste al toque -Dime Khaled- se escuchaba emocionado -¿adivina a quién veré hoy?- me sorprendió un poco su tono y sobretodo esa frase bastante inesperada, porque siempre sabía que hacía ese hombre -no se, ni idea, a mí supongo, estoy en parque Retiro- y hubo un silencio corto, como si él reflexionaba -¿Estás en Retiro? Jajaja, no puede ser, eres un animal de costumbres, pensé que estarías en casa hoy- suspiré, con mal humor le respondí -No tengo que recordarte siempre lo que odio estar allá, ¿o si? Dime de una vez, deja el misterio... Espera, no me digas que es   "La Luciana"- le dije con un acento italiano cómico -Si,  gracias a ti conseguí el número de teléfono y le escribí ayer, para hacer algo tranquilo, debe estar por llegar, seguro anda en el estacionamiento de atrás del parque aparcando en carro- yo no lo podía creer, mi pequeño saltamontes estaba avanzando a pasos agigantados -¿qué hago? ¿Me voy, me escondo?- se rió - No, solo quédate por ahí, en cualquier lado acostada, de incógnita y si se pone tenso el asunto o necesito ayuda te llamo por WhatsApp- y corto la llamada.
 
Sonreía traviesamente, porque sabía que las cosas se iban a poner interesantes, claro, con un poco de ayuda de la hada madrina Kaoru, yo en cuanto pueda meter la cucharilla, probaré y si hace falta darle sabor al asunto, le agregaré algunas especias.
Guarde el teléfono y me tumbe en el suelo tapándome la cara con un abrigo negro que llevaba, bajo un árbol que daba una gran sombra, el césped estaba verde, bien cuidado y olía a recién cortado, la brisa soplaba fresca y suave, me hacía sentir mejor conmigo misma a pesar de toda la maraña en mi cabeza, parecía otro país, era un pedazo de paraíso en medio de una cuidad caótica y medio arruinada por la crisis económica.
 
Khaled estaba parado en la parte de atrás del parque, justo en la puerta del estacionamiento esperando a Luciana, muy emocionado, porque a diferencia de sus amigos, a él no le iba bien con las chicas, no por ser feo, desagradable, o exigente, todo lo contrario, era bastante más atractivo que el promedio, con buen sentido del humor, o eso le decía Kaoru, y su único pecado era su lado medio friki, que le gustaba los cómics, los mangas, el anime y toda la movida, pero a sus amigos también, iban a eventos juntos, su mejor amiga hacía cosplays y era un éxito con los chicos, y las chicas también, pero nadie sabía con certeza que era lo que le faltaba a Khaled.
 
Como un reloj suizo, a las 3:00 p.m. llegó la chica, tal como habían acordado, ni más, ni menos.
 
-Me alegra que hayas podido venir Luciana, no quería jugar al intenso, ¿segura que está bien venir acá?- ella miro alrededor un poco distraída por la vista tan bonita del lugar -no conozco este sitio, como te comenté, no soy de Capital, y vengo a sitios puntuales con mis amigas, a sus casas, o centros comerciales, y los locales tipo bar, uno que otro parque, pero este en específico no- Khaled se alegro de oirlo eran muy buenas noticias, su cita ya empezaba con bien pie -entonces vamos a recorrerlo, es pequeño pero tiene una galería de arte en medio y una cafeteria, tomamos algo para pasar la tarde- y se fueron a caminar, Luciana como cualquiera que llegaba a un sitio nuevo y hermoso, veía distraída a su alrededor y el chico se comenzó a poner nervioso, pensaba que se estaba aburriendo su invitada -¿hay un baño por acá?- pregunto Luciana y él le señaló la dirección de los sanitarios, que estaban realmente cerca, una estructura que hecha aparte de la galería de arte, diseñada así para no contaminar el resinto de manera innecesaria.
 
El chico pelinegro entre su inseguridad, miro alejarse a su cita dominguera y se le formó una gran sonrisa  pervertida -¡Que culazo se gasta! Me encanta su cabello, su piel pálida y se ve tan intelectual con sus anteojos, definitivamente debo jugarmela muy bien, debo ganar está partida- como si de un juego de consola se tratara su vida, y pensando en las caderas redondas, la cintura estrecha y la boca de la chica, y obviamente en lo le haría si ella le daba oportunidad, definitivamente estaba desquiciado en solo un par de días por ella.
 
Regreso pronto y fueron a tomar un café, a esa chica la hacía feliz una buena taza de cafeína, al parecer era fanática del café, y mientas se tomaban su bebida, ella le contaba cosas de su vida y algún chiste que introducía para hacer más jocosa la situación, y de pronto lo invadieron los nervios, entro en pánico, no sabía que decirle, se quedó en blanco -¿todo está bien?- pregunto ella al verlo algo tenso -si, si, continúa- y se dio cuenta que ya era su turno de hablar, y sin pensarlo mando un mensaje a Kaoru "SOS, cafetería, ya" le comentó, una que otra cosa sin relevancia ni atractivo, Luciana se sintió algo  incómoda, porque era como si él no sabía de qué iba la dinámica de la conversación. 
 
Corrí a la cafetería como alma que lleva el diablo, y entre con actitud casual, distraída, pedí un capuchino con pimienta negra, pequeño por supuesto, era un sacrificio de presupuesto del que no podía darme el lujo pero era una emergencia,  casualmente vi hacía la mesa de Khaled, que estaba pálido y sudoroso, me acerque saludando con la mano - ¡Hola! Pero que casualidad Khaled me hubieras avisado que venías, ¡Oh! ¿Eres Luciana verdad? Que maravilla verte preciosa, que suertudo es este tipo- y dije otro montón de cosas más para intentar hacer tiempo y que el imbecil de Khaled recuperará el color en la cara y la tranquilidad -Kaoru ¿Estás con alguien más?- y la mire profundo como era mi costumbre con todos, yo sentía que había algo en el fondo por su tono de voz -no, para nada, pero no se preocupen pedí el café para llevar, no quiero interrumpir- y mi amigo ya más tranquilo miro a Luciana como pidiéndole permiso de invitarme -para nada, quédate por favor, es solo una salida de amigos, no es una cita romántica ni nada- era una mujer decidida con sus palabras, no vaciló en lo más mínimo, pero en el fondo me sentí mal por él, quizá estaba apresurando las cosas y ella solo quería ser amable, casual y de repente... Me di cuenta de un aroma  como a nuez moscada, pero con un matiz dulce, y pensé en lo bueno que estaría ese café que pedí, el lugar olía delicioso siempre, a frutos del bosque por su famosa tarta de fresa y arándanos, la presencia del aroma a café era inevitable y placentera, si me concentraba, me erizaba la piel en ocasiones ese olor, yo tenía una obsesión por dejarme llevar por mis sentidos y sumergirme a merced de estímulos,  tenía bien identificados como excitantes algunas cosas que para muchos eran comunes, se que suena extraño pero  disfrutaba de pequeñas cosas de la vida, a tal punto que podía ser un placer casi sexual.
 
Cada vez que la veía y mientras más la escuchaba hablar, me parecía infinitamente ideal como pareja para Khaled, llegó mi café y luego de la intervención breve de la mesera, no perdí oportunidad en revolver las cosas e investigar en el área de trabajo, osea ella -Dime Luciana, ¿Tienes novio ahora mismo?- ella rió un poco y negó con la cabeza, yo estaba segura que lograría conquistar ese reino para mí campeón-¿Y cómo te gustan los hombres? Quizá tenga algún amigo que te pueda interesar, hasta el mismo Khaled, es una maravilla cocinando recomendado cien porciento y está soltero- le escribí un mensaje discretamente diciéndole "me debes lo del café", como era de esperarse ella rió y él se escandalizó, se le pusieron coloradas las orejas y clavo la mirada en el suelo.
 
Mi mejor amigo es un muchacho de 22 años, a esa edad muchos ya han pasado por demasiadas experiencias y dejado atrás esa timidez de adolescente, y no digo que él no sea un conocedor de la vida, obviamente ha tenido sexo con unas cuantas, y pasado por innumerables cosas en el proceso.
 
Es un pervertido total lo juro, adora el hentai aún a su edad, por lo general la gente supera la etapa del hentai y solo se queda con la porno, pero no es el caso, también me cuenta de sus fantasías eróticas con sus vecinas, las chicas del gimnasio y las de la universidad, y debo decir que es muy explícito en ocasiones, me habla de como le encantaría meterle los dedos, la lengua muy profundos a sus Idol coreanas, morderle sus pezones rosaditos y cosas por el estilo, y a mi no me incómoda, siempre he escuchado con mucha paciencia sus perversiones, tristezas, y sueños, todo en general, por eso somos mejores amigos, él también escucha las mías, Khaled me ve como un hombre más por eso no tiene reparo en contarme lo que piensa.
 
La cita que ahora era de tres personas entre interrogatorios disimulados y risitas, llegó a su fin, todos debían regresar a casa porque estaba anocheciendo y eso era malo, prácticamente vivíamos con un toque de queda, la mayoría de los días, no siempre podíamos arriesgar la vida, para eso estaban los días de fiesta,  no hay que abusar de la suerte.
 
-Me encantó verte otra vez Luciana, espero que repitamos una fiesta, avísale a Khaled y nos organizamos- 
 
-Claro que si, obvio me encantaría, yo la pasé super, tu eres una gran anfitriona, y los chicos son lo máximo, el otro fin de semana es el cumpleaños de Anna Paola, una de las chicas que conociste, es mi mejor amiga, y queremos repetir el local-
 
-Que intenso, ¡me encanta! si nos invitas estaremos puntual, hermosos  y perfumaditos con toda la disposición para ustedes jajaja-
 
Trataba de llenar los vacíos que dejaba el bobo de mi amigo, no entendía porque estaba tan apagado, unos minutos más de ultimar detalles   luego entre besos y abrazos nos despedimos, y cada quien para su casa.
 
Notas finales:

El capítulo 3 será actualizado enseguida, ya está escrito, sigan este fanfics y déjenme saber su opinión, o si tienen alguna sugerencia, gracias a todos.


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