Respiro hondo y se pasó las manos por el rostro. Parado frente a la ventana de su habitación Bill Weasley intentaba controlar las reacciones de su cuerpo.
***FLASHBACK***
- Hijo aquí estas – dijo Arthur – necesito que le ayudes a Percy a sacar los gnomos del huerto
- Claro papá – dijo el joven sonriendo
El sol estaba en lo alto del cielo. Para su desgracia esos malditos nomos saltaban de un lado hacia otro sin ningún control. Percy estaba de rodillas capturando a los más pequeños, cuando sintió que algo rosaba su trasero suavemente
- Disculpa – dijo Bill
- No te preocupes – dijo Percy alejándose mientras se pasaba las manos por el rostro y dejaba un rastro de barro cerca de su boca
- Tienes… barro… – dijo Bill nervioso limpiándole el rostro
- Gracias – dijo Percy sonrojado – ¿Cómo vas… con…? – preguntó
- Fleur – corrigió Bill
- Si ella – dijo Percy – ¿van enserio?
- Si – dijo Bill – nos enviamos lechuzas y he ido un par de veces a verla
- Entonces… ¿están saliendo? – dijo Percy
- Algo así – dijo Bill
- Felicidades – dijo Percy pero su tono era triste – casi lo olvido – sonrió – debo ver algo de… ya vengo – y se alejó de prisa
***FIN DEL FLASHBACK***
Parada en el dintel de la puerta, Fleur acento su maleta en el suelo
- Ag menog gigme quien eg – dijo Fleur – mego debeg
- ¿Para qué? – pregunto Bill
- ¡Geig añog, Billig! – pregunto Fleur – ¡Geig añog! Megesco sabeg guien me gobo tu amog –y Bill sonrió antes de respirar hondo – ¿guien Togo mi lugag en tu viga? ¿guien eg ega gadrona?
- Tú – respondió Bill – tú eres la ladrona
- Egtag logo – dijo la mujer sorprendida
- Toda mi vida he amado un imposible – dijo Bill – e intente olvidar ese amor contigo. Pero es imposible olvidar el amor
- Egeg una basuga – dijo Fleur – ¡soy tu egpoga!
- Pero alguien más es mi mujer – dijo Bill y Fleur lo miro con total odio antes de cruzar el fuego de la chimenea
Billy estaba sentado en su sillón favorito cuando escuchó la puerta abrirse. Respiro hondo y bebió de su copa.
- Quince años – dijo Billy y miro su copa –, quince años repitiéndome una y otra vez que es un imposible. Quince años…
- Quince años negándome algo que es solo mío – dijo Percy abriéndose la bata para mostrarle su desnudes – para dárselo a la idiota esa – y se sentó a horcajadas en la puerta de su hermano
- ¿Está seguro? – y le acaricio la cintura – cuando lo sepan, todos nos repudiaran
- ¿Tú me repudiaras por amarte? – pregunto Percy
- Mi hermoso niño – dijo Billy acariciándole la cintura
- Me encanta cuando me llamas mi niño – dijo Percy mordiéndole el lóbulo de la oreja – pero más me encanta cuando…
Bill los apareció en la cama mientras Percy lo desvestía lo más deprisa que podía, destrozándole la ropa en el proceso. Las manos del pelirrojo mayor recorrieron los muslos desnudos de su hermano que le sujeta el rostro con ambas manos, para profundizar el beso
- Ya… pedí… mi traslado a… ¡ay Merlín! – gimió Percy mientras las manos de Billy recorrían su espalda desnuda
- Creo que esto estorba – dijo Billy quitándoles a ambos lo que quedaba de su ropa
- Billy – gimió Percy con los ojos cerrados
- Relájate que ahora viene lo mejor – dijo entrando lentamente entre sus muslos mientras mordisqueaba su cuello – Te amo tanto, mi hermoso niño – gimió Billy mientras veía a su hermano debajo suyo contorsionarse de placer
- Mas – suplicaba Percy moviendo las caderas mientras sus brazos se aferraban al cuello del mayor
- No tengas vergüenza, hermoso – decía Billy en su oído mientras se hundía en sus entrañas
- Te amo – decía Percy entre una y otra estocada del mayor
- ¡Biggy! – fue el grito que retumbo en la habitación mientras la pareja se separaba – ¿con tu heggmagno?
- Fleur – dijo Billy tratando de ocultar a Percy detrás suyo
- ¡Eng nueggttra cama! – sollozo la rubia
- Cálmate – dijo lentamente el hombre
- Tug pagges sabrang eggto en egtte momenggto – sentencio antes de salir lo más deprisa posible rumbo a la chimenea
- No harás… – dijo Percy tomando su varita para intentar seguir a la chica
- No – dijo Billy deteniéndolo
- ¡Va a Madriguera! – dijo Percy nervioso
- No importa – dijo Billy tranquilamente
- Billy, no entiendes – dijo Percy desesperado – ¡hablara con papá y mamá!
- Escúchame – dijo este tomándolo suavemente del rostro – llego la hora de la verdad. Yo te amo, y no como hermano. Ellos van a oponerse y decir mil cosa – las lágrimas de Percy cayeron – pero si tú aun quieres que sigamos juntos así será. Únicamente en tus manos esta nuestro futuro
- Yo te amo – dijo Percy abrazándose al mayor desesperadamente – no puedo vivir sin ti. No quiero vivir sin ti
Billy dejo salir el aire que estaba reteniendo justo cuando el patrono de su padre se materializo en la habitación ordenándoles ir a la Madriguera de inmediato
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La chimenea se activó y ambos hermanos la cruzaron tomados de la mano. Ahí estaba toda la familia, más las parejas de sus hermanos. Hermione y Ginny abrazaban a Fleur que lloraba desconsoladamente
- Suéltalo en este momento – ordeno Arthur conteniendo su furia
- No – fue la única respuesta que recibió
- Es tu hermano – siseo Ron
- Es mi mujer – dijo Billy – y como tal lo voy a defender
- Percy, ven aquí – ordeno Molly
- No mamá – dijo este con total seguridad – mi lugar es junto a quien amo y con quien quiero compartir mi vida
- No les permitirem… – dijo Arthur alzando la voz
- No venimos a pedir ningún permiso – interrumpio Billy – venimos a comunicarles que no esconderemos más nuestra relación. Y poco nos importa lo que opinen ustedes o los demás
- ¿Quién te…? – grito Arthur abalanzándose sobre sus hijos pero dos varita apuntándolo lo detuvieron – soy su padre.
- Desde hoy eres el padre de mi mujer – dijo Billy con la varita en alto y sin titubeos – no el mío
- Y para mí – dijo Percy en el mismo tono – el padre de mi pareja. Ya no el mío
- Biggy, no lo haggag – dijo Fleur en tono amenazante
- Perdonennos – dijo Billy mientras caminaban hacia la puerta – Bombarda
La casa se inundó de humo y la familia empezó a toser. Cuando minutos después el aire se limpió ni Bill, ni Percy estaban ya. La familia se miró entre sí. La suerte estaba echada.
Sabían perfectamente que si ambos hombres no querían ser encontrados, así seria.
En una cabaña al este de Canadá un joven de mediana estatura cocina animadamente, cuando unos brazos rodean su cintura y unos labios asaltan su cuello. Una hermosa sonrisa surco el rostro de Percy. Se giró y rodea el cuello de su hermano antes de besarse lentamente.
Ya habían pasado cinco años desde que el mundo sabía de su relación. Cinco desde que su amor no era prohibido aunque al mundo le disgustara la idea. Cinco años donde todo lo importaba era ellos, su amor y los dos niños que la magia les había regalado