Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El candidato al trono por ami4alice

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Aquí vengo con otro capítulo. En este caso, la historia estara dividida en dos partes.

También... ¡Apareceran nuevos personajes! 

Espero lo disfruten <3

El viaje al territorio de Lak fue realmente tranquilo debido a que la carretera a este territorio era una de las mejores que había, después de todo, se trataba de una de las rutas de comercio que tenía el imperio, así que tenía que estar en buenas condiciones. Llegaron al día siguiente, ya que la distancia con la capital de Lak era bastante corta a comparación de Leslik. En horas de medio día se encontraban descendiendo del carruaje en los aposentos de la familia real del territorio. Estas tierras estaban siendo gobernadas por la familia Akatsuka, una familia tradicionalista desde la antigüedad. Con la subida al trono del primer rey de estas tierras, las costumbres viejas seguían manteniéndose en el territorio, por eso es que Lak funcionaba como territorio principal de la economía del imperio.

Aunque las tradiciones son reconfortantes, porque ayudan a recordar las buenas costumbres, en ciertas ocasiones, estas mismas deben ajustarse al tiempo en que se está viviendo su sociedad para poder sobrevivir. Debido a ello, es que ahora la economía del país se repartía en Lak y Leslik, puesto que la primera comenzaba a bajar su eficiencia. Tristemente no todo se puede mantener constante, menos en una sociedad cambiante. El primero en bajar del carruaje fue Noel, le siguió Simón, luego Dewis, siendo Kari el último en bajar. En el viaje, Dewis tuvo el placer de conocer un poco más sobre sus otros dos compañeros aprendices de caballeros. Noel era el segundo hijo varón, mientras que Simón era el primero, debido a que él tenía una hermana mayor quien ya se encontraba comprometida con un comerciante. El hermano de Noel se encontraba en proceso de heredar el nombre de su familia.

Conocer un poco más de esos dos le agrado bastante, porque se supone que a partir de ese momento serían compañeros ya que los tres eran los caballeros principales del nuevo emperador. Noel y Simón al bajar se posicionaron a cada lado, mientras que por su parte Dewis se mantuvo detrás de Kari, quien llevo su mirada a las personas que lo estaban recibiendo. Un chico de cabello negro y ojos tornasol, junto a una chica de piel oscura y cabello del mismo tono del hombre que se encontraba a su lado. También había otras personas, pero la vista de Kari se concentró en ellos dos, puesto que por las ropas que llevaban entendió que ellos serían los próximos reyes del territorio.

-Un gusto tenerlo aquí, nuevo emperador.

El chico de cabello negro hizo una reverencia, igual que la chica.

-Mi nombre es Mari Tanaka, soy la prometida de príncipe heredero.

Con elegancia la mujer de piel oscura se presentó ante Kari. Se veía tan hermosa, como una rosa, la ropa que llevaba también la favorecía mucho, el tono del color iba perfectamente con el de su piel, además, tenía el pelo recogido de tal forma que la hacía ver como una digna soberana.

-Un gusto.

Por raro que le pareciera, Kari no fue muy receptivo con aquella mujer.

-Yo soy Kyon Asamo Akatsuka, el príncipe heredero.

Ahora el que se presentó fue el hombre de cabello negro. Aunque era la familia Akatsuka la que heredaba el trono como rey, la generación anterior a la que ellos tenían enfrente, solo habían tenido princesas, así que el apellido Akatsuka termino cayendo a segundo plano.

-Igualmente un gusto, aunque ya deben de conocerme, me presentaré de todas formas. Yo soy Kari Miskal, el nuevo emperador.

A diferencia de con la chica, Kari sí que fue más receptivo con el príncipe heredero, por lo menos esa fue la percepción de Dewis al mirar todo ese escenario. Se sobresaltó un poco cuando notó que Kari se giró hacia donde él se encontraba parado, la conversación había seguido sin que él se percatara.

» Ellos son mis caballeros principales, el de la derecha es Noel Sano y el de la izquierda Simón Deguchi, por último esta Dewis Aliskar.

Cada uno hizo una reverencia al momento en que su nombre fue mencionado. El príncipe heredero hizo un gesto con la mano para que ahora se le prestara atención a él, al parecer, le parecía justo presentar también a los presentes por su lado.

-Ya han conocido a mi prometida, a su lado se encuentra su dama de honor, Anni Kimura. Por este lado tenemos al que será el futuro consejero, Alejandro Hayami y por último los dos caballeros que nos acompañan son Anuel Ishikara y Akio Egami.

Al igual que en su caso, todos los presentes hicieron una reverencia cuando su nombre fue mencionado.

-Querido… -habló Mari con delicadeza y soltura -. Seguro que nuestros invitados estarán cansados del viaje.

-Eso es cierto –dijo intentando ocultar la tensión que tuvo al sentir como su prometida le tomaba del brazo -. Anuel, guía a los invitados a sus respectivas habitaciones.

-Entendido.

El asignado contesto, antes de con un gesto indicarles a los otros que le siguieran. Los cuatros no pusieron demasiada resistencia en seguir al caballero de piel oscura y cabello negro como la noche, siendo sus ojos lo más resaltante al tenerlos de color verdes, una combinación perfecta con su tono de piel.

Dewis quien fue el último en iniciar su caminata, miró un momento a los demás que dejaban atrás. No supo si se trató de su percepción, pero sintió como si al dejar de estar en el centro de las miradas, el príncipe heredero se apartó de su prometida y se marchó junto al futuro consejero del rey. De ese consejero, lo que le llamo la atención fue que su cabello era semejante al de Noel, solo que un tono más oscuro de castaño, además, la mirada severa que les dedico hizo resaltar sus ojos marrones. El último caballero que fue presentado, se quedó junto a la prometida. De todos los que conoció en ese instante, fue ese último quien más le dio curiosidad.

-Se alojaran en la parte oeste del palacio –indicaba el caballero que les servía de guía -.  Hacia el este se encuentran los cuartos de la familia real, esa es la única zona del castillo que está prohibida, de resto, pueden ir a cualquier parte que deseen.

-Entiendo –comento Kari -. Muchas gracias.

Detuvieron su andar cuando estuvieron en un pasillo donde había una puerta de madera con detalles dorados. Allí Anuel se giró para verlos directamente, luego señalo con su mano las puertas cerca de ellos.

-Esta será su habitación, su señoría. Los caballeros se encontraran al cruzar ese pasillo.

-¿Estarán en otra zona?

El caballero de piel oscura pareció confundirse al oír la pregunta, como si no llegara a entenderla.

-Bueno, la realeza y los de bajo rango como caballeros no pueden estar en la misma sección, su señoría.

Kari guardó silencio mientras miraba a su guía un momento, luego se giró a ver a sus tres acompañantes. Estaba seguro que a Noel y Simón no le importaría mucho, no, en realidad el motivo de su pensamiento se debía a otra cosa, tenía que comenzar a aceptarlo. Regreso su vista al otro caballero, antes de volver a hablar.

-Él dormirá en la habitación continua.

-¿Qué? –soltó Anuel -. Su señoría, no se puede, él es…

-Un caballero, lo sé. ¿Acaso tratas de desobedecer una orden?

Anuel se tensó un poco ante aquella pregunta, si lo pensaba un poco, el otro tenía razón, no podía desobedecer una orden directa del futuro emperador, estaba por encima de su propio rey. Suspiro un poco, resignado ante la situación, sería complicado explicárselo después al príncipe heredero.

-Entiendo, pero será un poco complicado, se tardará en prepararle una habitación, por eso…

-Está bien, dormirá en mi habitación.

El único que no se sorprendió con aquellas palabras, fue el que las soltó al aire.

-¡Kari! –Dewis de inmediato se iba a quejar, pero en eso recibió un codazo de parte de Noel en su costado -. Su… señoría. No puede hacer algo como eso.

-Opino lo mismo, recuerde que nos encontramos en otro territorio. Tiene que…

-¿Acaso tengo que repetir lo mismo? –soltó Kari en tono severo, interrumpiendo a Noel -. No es una sugerencia, es una orden.

Un poco de tensión lleno el ambiente con aquellas palabras por parte de Kari. Al final, tanto Noel como Simón suspiraron pesadamente, no iban a hacer cambiar de opinión a Kari sin importar qué argumento usaran. Una de las cosas que adoraban de su señor era el de que siempre sería él mismo en cualquier lugar, pero en ese preciso momento, estaba siendo todo lo contrario. Las miradas se concentraron en el otro caballero de piel oscura, quien desvió la mirada en otra dirección.

-Discutiré este asunto con el príncipe heredero. No se puede tomar una decisión sin discutirla primero con él.

-Entiendo, esperare en mi habitación entonces.

Anuel no parecía completamente convencido, sentía que se metería en un problema innecesario por la presencia de esos invitados, aun así, no podía soltar ningún comentario indebido. Se marchó luego de una reverencia hacia el nuevo emperador, dejando a Kari y sus caballeros.

» Vayan a sus habitaciones y acomódense, si necesito algo les avisaré.

En pocas palabras, Kari los estaba corriendo de una forma bonita, Noel y Simón conocían lo suficiente a su señor para entender ese hecho. El que si no llego a entender la indirecta fue Dewis, quien también se iba a ir junto a los otros dos, pero su partida fue detenida.

» ¿A dónde piensas ir?

-¿Eh? –soltó Dewis viendo como Kari le sostenía del brazo -. ¿A mi cuarto?

-Hm –Kari solo le dedico una mirada, antes de dejar ir su brazo -. Entiendo.

Dejo de mirarlo, ya que llevo su vista a la puerta, la cual abrió. Dewis se quedó allí parado mientras veía a Kari entrar en la habitación, le llevo un par de minutos entender la situación. Sin poder evitarlo, miró a su alrededor un momento, observando la soledad del pasillo, suspiro antes de dignarse a entrar. Para ellos dos, ese tipo de cercanía era de lo más normal, por eso es que Dewis jamás se planteó el hecho de que para otros no sucedía lo mismo.

No muy lejos de donde estuvo parado hace unos minutos Dewis, se cayó un par de manzanas al suelo, regándose un poco. Lo que Dewis creyó al mirar a su alrededor y pensar que estaba solo no fue más que una mentira, si hubo alguien por el alrededor, el mismo que dejo caer las manzanas por la sorpresa que le causo ver aquel escenario. En Lak, compartir habitación solo se podía significar una cosa… Intimidad.

-¿Por qué?

Akio, el caballero que se quedó antes con la prometida del príncipe heredero, se encontraba allí parado, no terminando de procesar lo que acaba de ver. ¿Qué significaba que ese caballero entrara a la habitación del nuevo emperador? ¿Podía pensar que allí había algo más que solo una relación señor-caballero? Muchas preguntas inundaron su mente sin poder creerlo todavía.

Al ver a esos dos… ¿Le permitía tener esa clase de pensamientos por cierta persona? Lo dudaba y ni siquiera tenía el derecho de soñarlo.

.

.

.

No fue sino hasta el anochecer que en su habitación se presentó el príncipe heredero, así que Dewis y Kari pasaron el resto de la tarde en la misma habitación, haciendo que entre la servidumbre comenzara a correr rumores sobre la situación. Kari fue completamente consciente de lo que hizo, por eso no le sorprendió cuando en horas de la noche en su puerta estuvo tocando el futuro rey de Lak. Hizo un gesto con la mano para que Dewis se levantara de su asiento y fuese a abrir la puerta, al ser él quien abrió, la sorpresa se mostró aún más en la expresión de Kyon. ¿Aun a esas horas de la noche seguía estando en la misma habitación?

-Bienvenido, ¿qué lo trae por aquí?

Kari fingió ignorancia mientras bebía su té.

-Que no muestre sorpresa me deja a entender que sabía que vendría.

Kyon suspiro un poco, para entrar y sentarse en el sofá delante de Kari. Allí pudo notar algo que quiso ignorar, por lo menos hasta que vio como el caballero que le abrió la puerta se sentaba en el mismo sofá del futuro emperador. Con eso no pudo huir más de lo evidente, esos dos habían pasado el tiempo a solas en la habitación y no solo eso, el caballero tuvo el descarado de tratar con familiaridad al nuevo emperador. El disgusto se notaba en la cara de Kyon.

-Bueno, uno de tus caballeros me ha dicho que iría a informarte sobre mi orden.

-Sí… -soltó Kyon dedicándole una mirada desaprobatoria a Dewis -. No puedo permitirle esa orden. Compartir una habitación con un caballero.

-Si el problema es el estatus –comento Kari dejando la taza sobre el pequeño plato en la mesa -. Entonces no lo tome como un caballero, sino como el embajador de Leslik. Ustedes ahora tienen relación con ese territorio ¿no? Entonces tienen que tratar con respeto a su embajador.

Dewis no pudo evitar sobresaltarse. Ciertamente él era el embajador de Leslik, pero honestamente prefería no ser reconocido ni tratado por ese título, después de todo, lo que él deseaba todo este tiempo fue volverse caballero, estaba orgulloso de serlo, así que quería ser reconocido por eso. Kyon apretó los puños de sus manos con frustración, aquel chico menor que él le estaba volteando la jugada.

-No se trata de eso…

-Entonces quedamos así, por esta noche él dormirá aquí, mientras ustedes se encargan de acomodar la habitación a mi lado.

Le frustraba enormemente como ese chico parecía hacer lo que quisiera, ¿acaso no debería de respetar las tradiciones de los demás? Parecía que estaba disfrutando de llevarle la contraria. Tristemente, contrario a lo que pensaba Kyon, Kari no lo estaba haciendo por querer ser un emperador rebelde, sino porque quería, él deseaba pasar el rato con Dewis, sin importar dónde se encontraran. Además, su atrevimiento comenzó a ir en aumento desde el primer beso que se dieron, cada vez más, Kari se estaba volviendo descarado en cuanto a lo que quería.

-Entiendo. Acelerare las cosas para que su habitación esté lista para mañana mismo –Kyon se levantó luego de decir aquello, completamente derrotado -. Que descase por esta noche.

A Kyon le frustraba el hecho que lo mismo de lo que estaba orgulloso, ahora jugara en su contra, porque la tradición siempre fue obedecer a su superior, en su caso el emperador y ahora que tenía que hacerlo, no se sentía para nada bien. Kyon le echo la culpa a tener que obedecer una orden que no le agradaba, pero en realidad su molestia se debía a otra cosa y muy en el fondo de su corazón lo sabía bien. Sin agregar más nada, hizo una reverencia y dejo la habitación, volviendo a quedar solo Kari y Dewis. Este segundo se había quedado mirando en silencio y cuando estuvieron a solas, miró a Kari para poder hablar.

-¿Estás seguro de esto? –pregunto con duda -. Sabes muy bien que este lugar es muy tradicionalista.

-¿Y aun sabiéndolo has decidido entrar?

La pregunta ajena le avergonzó, porque sintió que Kari le había pillado completamente. Era bien conocido el hecho de que Lak aún mantenía sus tradiciones, hasta las más antiguas que ni siquiera en la capital se veían, por eso, tanto Dewis como Kari sabían el significado de compartir una habitación en ese lugar.

-No… Eso fue porque tu…

-Yo no recuerdo haber dicho algo.

Kari le interrumpió luego de que posó su brazo en el espaldar del mueble, ya que se había puesto de medio lado para mirar mejor a Dewis. Su expresión era tranquila, teniendo una sonrisa en su rostro.

-¡Kari! –se quejó con sus mejillas rojas como tomates -. Hay… Hay otras cosas más importantes en las que concentrarse.

Dewis se levantó de golpe de su asiento, aunque no lo quisiera aceptar, se encontraba huyendo de aquella situación. Ambos lo sabían, aun así no fue dicho. Caminó hasta el balcón, tal vez un poco de aire reduciría un poco el calor que sentía en sus mejillas. A veces se olvidaba por instantes aquello, de esa relación que existía entre ambos, aunque no sabía aún si lo podía llamar relación, él era el cabalero de Kari y este sería el nuevo emperador. ¿Había otra relación entre ellos?

-¿No te parece cruel haberme abandonado en la habitación?

Se sobresaltó, pero aun así no se apartó, ya que Kari había dejado sobre sus hombros una chaqueta. Las noches en Lak eran un poco frías debido a que parte de su territorio se encontraba cerca del mar. Dewis le miró haciendo un puchero por las palabras ajenas, a veces le sorprendía un poco el descubrir que Kari en realidad siempre fue una persona directa.

-Ha sido completamente tu culpa.

-¿Estas acusando al nuevo emperador?

-Un nuevo emperador que se aprovecha de su poder.

Dewis bufó aquello desviando un momento la mirada, mientras sostenía con una mano la chaqueta que le dio antes Kari. Este se encontraba a su lado, recostado del barandal de cemento del balcón.

-Entonces, aprovecharé mi poder completamente y te daré una orden directa.

Se iba a quejar del comentario ajeno, pero haberse girado fue un error, porque Kari aprovecho eso y se inclinó hacia él, pegando así sus frentes, ahora sus rostros se encontraban muy cerca, bastante. No fue necesario decir en voz alta la orden que diría Kari, porque con solo verlo un momento, Dewis pudo entender perfectamente lo que deseaba el otro. Dudó, dudo un buen rato, desviando la mirada mientras buscaba una forma de sobrellevar eso, pero al final, cuando regreso su mirada a Kari, simplemente dejo de pensar demasiado las cosas. Sabía que Kari no era el único queriendo aquello.

-Eres un mal emperador.

-Entonces tendrás que quedarte a mi lado para corregirlo.

La risa traviesa de Kari fue lo último que se escuchó, antes de que la poca distancia que había entre sus labios se redujera a cero.

Por segunda vez en el día sucedió.

Cualquiera podría pensar que a esas horas de la noche no habría nadie por allí, además de los caballeros que le tocaban las guardias, pero estaban muy equivocados, si había alguien por allí y pudo apreciar de nuevo ese tipo de actos inadecuados para personas de diferentes estatus. Akio tenía el placer de presenciar de nuevo aquella muestra de afecto de parte de los invitados, sorprendiéndose otra vez de lo que vio, porque con eso podía certificar que su pensamiento fue acertado, eso dos tenían una relación más allá de la que se podría considerar, después de todo, entre un caballero y un futuro emperador no podía existir ese tipo de sentimientos.

Akio apretó un poco la bandeja que tenía en sus manos, ya había tirado el té debido a la sorpresa, por suerte solo se trataba de una taza que cayó en unos arbusto y gracias a eso no termino quebrándose. Lo que sentía en ese preciso momento no se trataba de enojo o asco, para nada, lo que comenzaba a crecer en su interior fue envidia y celos. Estaba celoso del hecho de que aquellos dos pudieran hacer todo eso tan abiertamente, además, ya era un rumor candente en todo el palacio. ¿Por qué los principales involucrados se veían tan ajenos al problema principal? Porque a sus ojos los otros dos parecían encontrarse en su propio mundo sin notar nada de su alrededor.

Escuchó un ruido a lo que de inmediato se movió para recoger la taza de té. Cuando se giró a ver de dónde provenía el ruido se encontró de frente con el príncipe heredero. Rápidamente se giró en dirección a donde antes estaba viendo, notando que ya no se encontraba nadie allí, darse cuenta de ello le trajo un cierto alivio.

-¿Qué haces aquí?

Kyon se acercó a Akio, pero ni siquiera alcanzo a hacer algo cuando Akio de un manotazo le apartó la mano, dando unos pasos hacia atrás para hace presente la distancia entre ambos.

-Lo siento mucho, su majestad –comento en tono frío -. Su prometida ha solicitado un poco de té debido a que no puede conciliar el sueño.

-Ya… Ya veo –hubo una pausa de parte de ambos -. No tienes que…

-Si no tiene más nada que decir… Me retiraré ahora –dijo interrumpiendo a Kyon -. No se debe hacer esperar a su amada prometida.

Sin agregar más nada, Akio se marchó del lugar, aunque más que irse, parecía estar huyendo de aquella situación que estaba transcurriendo. Por su parte Kyon se quedó en su lugar, con su mano extendida, la misma con la que ni siquiera logro detener la partida de la otra parte. ¿Por qué estaba inconforme con la situación? Si fue él mismo quien tomó la decisión final, la que causo esa clase de situación incómoda. Golpeo con frustración la columna cerca de él antes de girarse e irse también de ahí.

Lo que ninguno de los dos sabía es que en ese preciso momento en donde ambos estaban concentrados en ellos, había un tercero mirando desde lo alto. Dewis había vuelto a salir al balcón un momento mientras esperaba a que Kari terminara con algo, notando que abajo se encontraba el príncipe heredero y el caballero que le llamo la atención. Pensaba saludar, pero se percató de la clase de ambiente que había entre ambos y decidió solo quedarse mirando en silencio. Ahí Dewis comprendió el motivo de que el otro caballero le llamara la atención.

Ambos estaban en una situación similar o por lo menos originalmente, porque ahora Dewis se estaba encargando de cambiarlo todo, mientras que el otro chico parecía aun seguir estancado, parado en el mismo lugar durante varios años.

-Ya puedes volver a entrar.

Dewis se giró cuando escuchó la voz de Kari. Este se encontraba parado en el umbral que daba a la habitación.

-Entiendo.

Le regalo una sonrisa antes de seguirlo a los adentros de la habitación.

Ya se encargaría en otra ocasión de averiguar un poco de aquella situación que había descubierto hace unos momentos, porque tal vez podría servir para ayudar a Kari. Dewis había tomado la decisión de hacer lo que fuese necesario para lograr que Kari se convirtiera en emperador debidamente, aunque claro está, sin pasar a lo ilegal o crueldad.

.

.

.

Ya habían pasado un par de semanas desde que llegaron a Lak, todo estaba transcurriendo de manera normal, quizás más de lo que debería y eso hacía que Dewis se mantuviera más alerta de lo normal. Lo único que podía decir fue resaltador de ese tiempo, se trató de las miradas de la servidumbre y uno que otro noble del territorio que se cruzaba. Según Noel, al parecer le miraban así debido a los rumores que estaban circulando. Allí Dewis se sorprendió y descubrió que Noel y Simón ya se daban una idea de la situación de él y Kari, por eso no se sorprendieron o sintieron algo respecto a los rumores que ahora estaba de boca en boca en el palacio. Agradecía mucho su discreción y el hecho de que aunque no lo dijeran, en realidad los estaban apoyando. Los gustos de su señor no parecían irrumpir el cumplimiento respectivo al trabajo.

Ahora mismo Dewis se encontraba solo, debido a que, aprovechando que no necesitaban de sus servicios, Noel y Simón se quedaron en sus habitaciones y Kari se encontraba teniendo una audiencia con la reina, la cual estaba enferma y por eso mismo es que no los recibió el primer día. Estaba caminando por los pasillos tranquilamente, a comparación de los recintos del emperador, ese lugar era mucho más pequeño y poco elegante, suponía que en su tiempo en la capital le pusieron amor a la edificación para que se viera increíble y agregado a eso, lograra soportara cualquier cosa. Lo que le pareció curioso de la edificación en ese lugar es que la forma en que estaban hechas era completamente diferente, había zonas las cuales no comprendía el motivo de su existencia.

Entre caminar y caminar, termino por perderse, ciertamente que Dewis no era bueno en cuanto a ubicaciones. Cuando se vino a dar cuenta, estaba en un pequeño jardín de rosas rojas, muy bien cuidado y también colocadas estratégicamente, porque estaban bien disimuladas sus espinas. Si no fuese porque Dewis era consciente de que las rosas traían espinas, hubiese caído en la trampa puesta en los arbustos de rosas. Detuvo su andar antes de llegar a lo que creía la salida debido a que escuchó voces, así que terminó de llegar en silencio, asomándose un poco, no quería meterse en problemas en otro territorio.

Le sobresalto al oír un fuerte ruido, el sonido de una taza romperse, más una cachetada fue dada y al momento de detallar mejor la escena, pudo darse cuenta que el que recibió la cachetada fue el caballero de cabello castaño, el que pilló con el príncipe heredero el primer día de su estadía. Se encontraba lleno de lo que creía se trataba de té, ya que tenía la tetera en sus manos y la ropa mojada, de su cabello caían un par de gotas, además de un par de tazas quebradas a sus pies. También pudo ver que se encontraba la dama de honor sentada en la mesa, ajena a lo que estaba pasando a unos centímetros de ella.

-¿Acaso te estas burlando de mí?

La voz de la futura reina se dejó escuchar.

-Esa no es…

Otra cachetada fue dada en la mejilla del caballero.

-¿Te he dado permiso de hablar?

Dewis como un tercero ajeno a la situación, se pudo dar cuenta que el caballero se estaba conteniendo, por la forma en que sostenía la tetera. Con la humillación que estaba pasando, no era de menos que quisiera darle a la prometida del príncipe heredero con la tetera, pero tuvo la fuerza para contenerse y solo mantenerse allí, con las mejillas rojas debido a las cachetadas.

» ¿Cuántas veces te he dicho que no me gusta el té frío? –continuó hablando Mari -. Además, has llegado cinco minutos tardes, sabes muy bien que odio la impuntualidad. ¿Aun así tienes el atrevimiento?

Mari dejo de usar la mano y utilizó el abanico que tomó de la mesa para colocar la punta de este en el mentón ajeno y así mirar la expresión ajena. Con solo unos minutos de observarlo, volvió a golpearlo en la cara con el abanico.

» ¿Crees que una basura como tu quien fue recogido por la primera princesa tiene algún valor aquí? Agradece la buena voluntad del príncipe heredero que no te desterró del palacio. Así que será mejor que dejes de mirarme así.

No lo podía creer, lo que estaba viendo y escuchando. La primera vez que vio a la prometida del príncipe heredero, creyó que se trataba de una chica amable y dulce, ahora veía que todo lo que veía de ella en público, era una vil estafa. Mari se movió para ir a su asiento y sentarse, por su parte Akio no hizo más nada que comenzar a recoger todo, ni siquiera soltó algún sonido de queja por haber sido golpeado.

-Es triste que algunos no sepan su lugar.

Al fin la dama de honor comentaba algo al respecto. A veces algo hecho durante muchos años como tradición no era precisamente lo adecuado, podía apreciar ese hecho al ver a la prometida del príncipe heredero. La diferencia de clases, como en la capital, estaban más acentuadas en este territorio.

-Parece que tenemos un curioso.

Dewis se sobresaltó cuando escuchó cerca de él aquel comentario. ¿Alguien lo había descubierto? Se giró rápidamente para encontrarse con unos orbes verdes, se trataba de Anuel, el otro caballero.

-Eso no…

No supo cómo excusarse de encontrarse allí agachado mirando la escena. Anuel por su parte se giró a ver en dirección en donde Dewis estuvo viendo antes, luego regreso su mirada al visitante.

-A veces lo que vemos no es lo que es. ¿No crees?

A Dewis no le llevo mucho darse cuenta de lo que hablaba el otro hombre de piel oscura. Aun así prefirió no comentar nada al respecto. Observo como se incorporaba el otro caballero y decidió hacer lo mismo, sucedió igual al momento en que comenzó a caminar, en dirección contraria a aquel espectáculo que observó hace solo un momento. Como si el otro le hubiese dicho que se fueran de allí, le siguió hasta las afueras de aquel hermoso jardín de rosas, perfecto para lo que era verdaderamente la prometida del príncipe heredero.

-Tú… ¿no me odias?

Anuel se detuvo para girarse a ver a Dewis.

-¿Odiarte?

-Bueno, la primera vez que estuvimos aquí… Tu mirada y gestos me hicieron entender eso.

Se quedó en silencio, pensando un poco en aquel día, Anuel mostró una expresión de que había entendido a lo que se refería su acompañante.

-No. No es que te odio o algo así, simplemente miré desde la envidia.

-¿La envidia?

Anuel asintió con la cabeza hasta inclinarse hacia Dewis, quedando cerca, pero no lo suficiente como para invadir su espacio personal.

-Tú… Señorito caballero, ¿usted tiene algo con el nuevo emperador?

Se sorprendió por la clase de pregunta indebida que recibió, aun así, su expresión avergonzada le delató un poco. Dewis se sonrojo un poco debido a que esa pregunta le hizo plantearse un par de cosas.

-Eso… Bueno… -no sabía qué debía de contestar -. No lo sé.

-¿De verdad?

Se sintió un poco incómodo, pero al ver la expresión ajena, se dio cuenta que no preguntaba en mal plan.

» Eso que usted tiene con el nuevo emperador, es un lujo para nosotros aquí… -dijo con una pausa -. Por diferentes motivos.

Dewis se le quedo mirando un momento, por la clase de expresión que puso al decir aquello, sospechó que ese chico se encontraba en una situación semejante a la del otro hombre que antes vio sufriendo. Iba a decir algo, pero en eso, notó que el hombre de piel morena no lo estaba viendo ya, su mirada estaba concentrada en otra cosa.

» ¿El futuro consejero no tiene mucho tiempo libre?

La pregunta no iba dirigida a él, sino a Alejandro, el concejero que conoció el primer día. En un punto su acompañante le había dejado atrás. Alejandro se giró sobresaltado antes de fruncir el ceño.

-A diferencia de un inútil como tú, yo si tengo cosas que hacer aunque no lo notes.

-¿Cómo ir a lamerle las botas a tu amado príncipe heredero?

La expresión que hizo Alejandro fue todo un poema, entre enojo y frustración.

-¡Tú…!

Le iba a pegar, se veía en sus acciones ya que levanto su mano, pero no alcanzó a hacerlo, porque Anuel le sostuvo de la muñeca, sin apartar su mirada. Los orbes verdes estaban fijos en los marrones.

-¿Vas a negarlo a través de la violencia?

Dewis escuchó lo que pareció un gruñido de parte de Alejandro, antes de que se soltara de un manotazo y comenzara a caminar alejándose de donde se quedó Anuel, quien se giró a verlo, consciente de que seguía en el mismo lugar donde lo dejo.

» Dime, caballero del nuevo emperador… ¿Por qué es el heredero quien tiene que ser el elegido todo el tiempo?

La verdad no supo qué contestar a esa pregunta e igualmente Anuel no le dejó contestarla, ya que al soltar esa pregunta al aire y mirarlo con una desolada mirada, se marchó del lugar, quedando nuevamente solo.

Dewis estaba entendiendo cada vez menos de toda la situación con la familia real del territorio Lak. Porque no necesito de mucho para darse cuenta que la situación con Anuel, se asemejaba a la de Akio. ¿Era envidiado por la posición que actualmente tenía? Bueno, esa se trataba de su segunda vida, así que en realidad podía sentirse privilegiado, no todos tenían la posibilidad de corregir sus errores. Comenzaba a darse cuenta de eso mientras más tiempo veía a los demás. Decidió retomar su andar, no tenía sentido pensar demasiado en aquel problema que a la final, seguía siendo un problema ajeno, por eso mismo prefirió no concentrarse en ello, sino más bien en que aún estaba perdido. Minutos después logro llegar a un pasillo conocido, suspirando por haber regresar a una zona que conocía.

-Iba a solicitar una búsqueda si seguía sin conseguirte –al girarse, se dio cuenta que Kari se acercaba a él -. ¿Dónde te has metido?

Estuvo en silencio, mismo tiempo en que miró a su alrededor un momento. Al notar que se encontraban solos, camino lo que quedaba de distancia entre ambos y sin decir nada, simplemente oculto su rostro en el pecho ajeno. Kari se sorprendió, pero aun así correspondió al gesto.

-Me había perdido…

Aquello lo dijo en tono bajo, con cierta intimidad, ya que estaban bastante cerca, no solo eso, Kari se encontraba acariciando con dulzura su cabeza.

-Este sitió es peor que el recinto del emperador.

Ambos rieron con el comentario anterior, ciertamente, ese palacio era mucho más complejo de lo que era el del emperador. Kari se silenció, lo cual causo que el ambiente se llenara de tranquilidad, por lo menos hasta que fue Kari quien rompió con el silencio.

» ¿Algo más ha pasado?

A veces le aterraba la buena intuición que tenía Kari. Suspiro, para separarse un poco y así poder ver los ojos ajenos.

-¿Crees que nos encontramos en una situación privilegiada?

Kari dejó escapar una risa.

-Seré el nuevo emperador…Por supuesto que estaré en una posición privilegiada el resto de mi vida.

El comentado irónico de parte de Kari le saco una risa y logro calmar un poco su angustiado corazón. Jamás se había planteado el hecho de que no todos tenían la suerte que tuvo, además de muchas otras cuestiones que no iba a pensar en profundidad.

-¿Cómo fue tu reunión con la reina?

Se separó finalmente de Kari para colocarse a su lado al momento en que iniciaron su caminata. Vio al otro suspirar con algo de pesadez luego de su pregunta.

-Bien, pero… -hizo una pausa, parecía pensar lo que diría -. Me ha dicho que para ponerse de mi lado, tengo que convencer a su consejo y al príncipe heredero.

-¿Convencerlos?

Obtuvo como respuesta una asentida de cabeza.

-Quiere que su concejo este de acuerdo, al igual que su heredero. Si alguno de ellos no acepta, no se pondrán de mi lado.

Al parecer las cosas se estaban complicando para Kari.

-¿Cómo harás? –dijo Dewis pensativo, tenía que ayudar a Kari de alguna forma -. ¿Tienes un plan?

Kari sonrió con satisfacción.

-Dentro de un par de semanas se reúne su consejo. Estaré en su reunión, ese será el momento para convencerlos.

-Estoy seguro que ganaras.

-Ya veremos cuando llegue el momento –soltó Kari, notando que ya se encontraban frente a la puerta de su habitación -. ¿Pasarás o…?

Dewis miró un momento a Kari, luego dirigió su mirada a la puerta, recordando lo que antes sucedió, pero terminó por ignorarlo, él quería seguir estando al lado de Kari y nada ni nadie se lo iba a impedir. Como su caballero, tenía que estar siempre a su lado para protegerlo y apoyarlo.

-Entraré.

Y la puerta fue abierta para dejar entra a los dos hombres.

Ciertamente le dejaba mucho que pensar lo que había descubierto de los dos caballeros que conoció al llegar a Lak, pero eso no le iba a impedir cumplir con su objetivo. Él se prometió ayudar a Kari y estar de su lado, no iba a apartarse porque los demás pensaran que no era correcto, si se dejara llevar por la opinión ajena, no hubiese logrado todo lo que logro hasta ahora. Se decidió a no regresar a ese cobarde que una vez fue, se quedaría al lado de Kari hasta que este mismo no deseara tenerlo consigo. Como su caballero, Dewis se quedaría junto a Kari todo lo que fuese necesario y Kari no parecía molestarle tenerlo junto a él.

Al fin y al cabo, sus sentimientos eran correspondidos, aunque ninguno de los dos lo ponía en palabras, pero sus acciones lo demostraban.

Notas finales:

¿Qué tal les pareció? Nuevos problemas han surgido al igual que dudas... 

Los nuevos personas... ¿Les gustaron? ¿Quisieran saber sobre su historia? ¡Dejen su opinión sobre ello! 

Nos vemos en el siguiente capítulo. <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).