Capítulo 3
“Proyecto Asher”
Los tres últimos días habían pasado como un tornado en la vida de Isaac transformando todo a su alrededor, tuvo que cambiarse a la ciudad Esmeralda, fue secuestrado y traído a una especie de celda, no sabía nada de Blake y Asher no paraba de llorar.
-Calla esa cosa o lo haré yo de un golpe- dijo el hombre que al parecer era su carcelero.
- ¡Es un bebé! – dijo tratando de alcanzar un poco de sentido común en el sujeto- solo tiene hambre, si me regresas mi maleta, haré que guarde silencio-
El hombre lo ignoró y Asher siguió llorando, momentos después, el sujeto grande fue llamado desde arriba y lo arrastró del brazo para que subiera con él, al parecer la persona que lo había secuestrado quería entrevistarse con él, probablemente para exponer sus demandas. Las mazmorras estaban debajo de una enorme casa, mucho más grande que la casa mayor de la ciudad Zafiro, donde vivió Isaac en su infancia y ahora vivían los Orozlan con su hermanito Declan. Isaac se sintió muy mal al dejarlo, pero al ver el aprieto en el que se había metido, supo que allí estaría más seguro.
Isaac no era un tonto, no completamente, sabía que el hombre que estaba patrocinando su proyecto no era una persona confiable, pero no se imaginó que estaría conociendo en tan corto tiempo tres ciudades gema; su anhelo de ser padre superó su sensatez y ahora su pequeño Asher estaba en peligro.
El hombre lo guio hasta un enorme comedor y le indicó que esperara allí con el niño en brazos, estaba casi fuera de sí, su mirada llena de odio y desprecio recorría constantemente el bulto en sus brazos.
- ¡Calla esa abominación! - empezó a levantar su voz y el bebé empezó a gritar más fuerte.
El hombre levantó su brazo para golpear al niño y Isaac se agachó frente a él recibiendo todo el impacto en la cara, casi se desmaya por el golpe, pero sabía que aquel sujeto no se detendría allí, rápidamente cubrió al pequeño con todo su cuerpo y esperó por el siguiente golpe.
El hombre avanzó hacia él, pero se detuvo al sentir otra presencia en el cuarto.
- ¿Por qué está nuestro invitado en el suelo? – una voz grave preguntó
Se escuchó un golpe y luego el patán de las mazmorras estaba en el suelo.
Isaac levantó su cabeza para ver quién llegó y saber si representaba peligro y entonces quedó en shock; era un hombre increíblemente guapo, alto, aproximadamente 1.90 mt de estatura, una complexión fuerte como si se ejercitara todos los días, un hermoso cabello blanco, recogido en una fina coleta y un rostro angelical. En sus ojos grises notó que era la viva imagen del pequeño en sus brazos a pese a que el bebé tenía su cabello negro, compartían la misma mirada. Isaac empezó a gimotear y aquel desconocido trató de acercar su mano, el joven de ojos azules retrocedió un poco y descubrió el rostro del pequeño provocando que el hombre de cabello blanco se congelara también.
Reaccionó a los pocos segundos y se acercó lentamente de nuevo, primero examinó al bebé con mucho cuidado como si fuera algo de otro mundo, se detuvo en la mancha en forma de diamante en su pecho y respiró tranquilo.
-Su nombre es Asher- Dijo Isaac acercando al niño- tú debes ser el donante, si te hubieras comunicado conmigo, yo pude haber venido con él- sonrió hacia el niño.
- ¿Sabes quién soy? – preguntó el hombre alto y fornido- ¿Por qué hiciste algo así? -
Isaac no salía mucho de casa, este hombre parecía una celebridad, el lugar se veía lujoso.
-No, lo lamento, pensé que usted estaba de acuerdo con el procedimiento. Yo… lo siento- su respiración se empezó a cortar.
-La muestra se emplearía en una mujer para que concibiera a mi hijo- dijo molesto- no se supone que sería para hacer lo que sea que tengas en tus manos-
-Lo que tengo en mis manos es un bebé- respondió el peli negro indignado- lamento si tuvo problemas con su esposa, pero Asher también es mi hijo y no voy a permitir que lo desprecie de este modo-
El hombre más alto se quedó atónito, no parecía saber que hacer. Isaac retrocedió y meció en sus brazos al pequeño, su nacimiento no había sido convencional, pero era un niño perfectamente normal.
- ¿Por qué usarías tu propio material genético? – preguntó atónito.
-Quería una familia- Dijo Isaac con honestidad- y la tengo ahora, yo me disculpo por cualquier inconveniente causado y le aseguro que de mi boca jamás saldrá algo al respecto ni tendrá que relacionarse con el niño, así que por favor- tomó su mano- déjeme volver con Blake-
-Mi hermano viene en camino con tu querido espía- respondió el de ojos grises- puedes irte si lo deseas-
Isaac empezó a caminar hacia la puerta.
-Pero el niño se queda, tiene la marca de los Carbone, lo que significa que pertenece a la familia y estará más seguro aquí. Se compensará tu trabajo y te regresaremos a tu ciudad de origen si lo deseas-
El caballero vestido de blanco no se veía tan intimidante, sin embargo, sus palabras pesaron en el corazón de Isaac, no podía deshacerse de su pequeño, cuando sintió que su carcelero se acercaba de nuevo, habló:
-No puedes separarme de Asher, tiene una dieta especial y soy la persona idónea para cuidarlo- insistió.
El peli blanco meditó unos segundos y luego respondió:
-Muy bien, pero debes obedecerme en todo lo que te pida, si desobedeces una sola vez mis reglas, te irás y el niño jamás sabrá que exististe-
-Haré lo que sea- respondió confiado- Mi nombre es Isaac Sapphire-
El peli blanco lo miró un poco pensativo
-Es todo un placer Isaac, ni nombre es Giovanni-El hombre le mostró una hermosa sonrisa.
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No podía creerlo, Giovanni Carbone no podía salir de la estupefacción en la que se encontraba al ver a su “hijo”. En un principio, había planeado tener un bebé por inseminación artificial, pues, siendo gay, sería muy difícil embarazar a una mujer; algún maldito había robado la muestra y cuando se enteraron de su uso, los gemelos de la ciudad Diamante estaban dispuestos a eliminar la abominación creada por un científico chiflado y dejar que su hermano lo torturara un poco.
Nada pasó como esperaba, en su lugar, llegó a su hogar un hombre hermoso con un bebé perfectamente saludable y con la marca que cada Carbone llevaba en su pecho desde el nacimiento.
Estaba impresionado con las similitudes que la pequeña criatura tenía consigo mismo su nariz, sus ojos, incluso eran grises, también fue embelesado por los ojos azules suplicantes que estaban en su poder ahora.
- ¡ISAAC! – gritó Blake, el espía con el que se había fugado
Se abalanzó sobre él
– ¡Dios! Estás vivo- abrazó al pequeño peli negro provocando una mueca en Giovanni por alguna extraña razón.
- Blake- gimoteó- gracias a Dios, estaba muy preocupado- lloró.
Giovanni solo quería rodar lo ojos ante ese par de ancianas. Sin previo aviso, el castaño se dirigió hacia él con mirada hostil, tan pronto dio tres pasos hacia él, Alonso lo noqueó y lo retiró de la habitación. No era un hombre débil, no necesitaba protección, pero nadie podría acercarse mientras su hermano estuviese a su lado. Sus personalidades eran muy diferentes, siempre se quejó de las indiscreciones de su gemelo menor, sin embargo, el lazo fraterno entre ambos era irrompible y no había nada que no harían el uno por el otro.
-Por favor no le haga daño, Blake solo estaba preocupado por mí- Isaac tomó su mano.
Giovanni estaba intrigado, nunca permitía que las personas se acercaran y menos que lo tocaran, por alguna extraña razón, su temperatura aumentó un poco con el roce del hombre más delgado.
-Permítame tratar su herida-Dijo Isaac alcanzando un gran bolso que trajo consigo.
-No quiero a ese hombre cerca del niño- respondió molesto
“Ni de ti” el pensamiento rodó por su mente.
El Carbone mayor no había notado que su mano estaba sangrando, el patán de Cheerokee, era toda una montaña, para derribarlo tuvo que usar más fuerza de la que pensó, aunque merecía más que eso, decidió dejarlo en una advertencia por el buen servicio de su hermano Basil que acompañaba y servía con la mayor eficacia a la familia.
-Asher-Corrigió Isaac sacándolo de sus pensamientos- veo que eres un hombre sensato y pareces una persona decente, espero que podamos hablar sobre esto más adelante y llegar a un acuerdo-
-Me sorprende que un señorito Sapphire tenga una actitud tan dócil-burló el Carbone- recuerdo una familia de elegantes buitres-
Isaac hizo una mueca de dolor durante unos segundos, pero no dejó de atender la mano de su interlocutor.
Suspiró.
-Supongo que Declan y yo somos las ovejas negras de la familia- sus ojos se nublaron un poco.
Giovanni no presionó sobre asuntos que atormentaran al pequeño, no conocía a su hermano menor, pero él parecía un alma gentil, aunque muchos se mostraban así al inicio.
Recordó que el pequeño científico loco había pasado por una odisea en pocos días y ofreció un cuarto para él y otro para el pequeño, sus hombres habían adecuado una sala de maternidad en menos de una hora.
Minutos después, varios de sus subalternos estaban preocupados buscando a Isaac quien había escapado de su habitación; para Giovanni no fue sorpresa encontrarlo durmiendo en el cuarto del bebé. Nadie sería un mejor guardián para su hijo que este pequeño elfo con grandes pestañas y facciones delicadas.