Daba pequeños trancos, en línea recta en una distancia de un metro. Cada que llegaba al extremo opuesto, giraba. Cabeza baja, manos en la espalda y en completo silencio.
- Muy bien – dijo el rubio asintiendo de manera distraída – lo preguntare una vez y prometo que seré benevolente con quien confiese – nadie dijo nada – ¿quien lo hizo? – pero el silencio entre los cuatro seres continuaba - ¿nadie dirá nada? Ok. No hay problema – dijo sacando un chocolate para comerlo lentamente – tengo todo el tiempo del mundo
- No es… - decía el de la derecha
- Silencio – ordeno el del medio y sus otros tres compañeros obedecieron sin dudar – estamos entrenados física, mental y emocionalmente para soporta cualquier tipo de tortura - dijo sin vacilar
- ¿Ah si? – pregunto Danny alzando una ceja – es hora de comprobarlo – se dirigió hacia un punto alejado
- ¿Qué creen que hará? - pregunto el menor de todos
- Resistan – dijo quien estaba al mando – pase lo que pase, ¡resistan! – y nuevamente miraron al frente en silencio
Danny regreso a la habitación empujando una televisión, y sobre esta tres platos. Coloco la pantalla en sentido contrario de sus interrogados
- Ultima oportunidad – dijo Danny - ¿Quién lo hizo? – nadie dijo nada – ustedes decidieron ¿conocen esto? – dijo el detective rubio mientras les enseñaba la portada del cd
- ¿Eso es…? - dijo quien estaba a la derecha
- Es imposible – dijo su compañero del otro extremo
- ¿Quién fue? – exigió Danny – solo díganme quien fue y esto será suyo - y el perro ladro - dímelo - exigió el rubio - y ese plato de croqueta será tuyo - y el can gruño desesperadamente al hombre castaño que estaba en la fila
- Papá regalo tus hamburguesas – grito Charlie desesperadamente señalando a este
- Y cambio tus gaseosas por sus batidos – dijo Grace –. Dijo que no te darías cuenta con el hambre que siempre tienes
- ¡Traidores! – dijo Steve – ¡ellos me ayudaron! Charlie te distrajo y Grace me ayudo a embolsar todo
- ¡Nos dijo que nos llevaría al cine mientras tú ibas a tu revisión médica la próxima semana! – acuso Charlie
- Toma Eddy – dijo poniendo a su alcance un plato enorme de croquetas – bien hecho. Aquí esta – dijo entregándole a sus hijos la caja de cd
- ¿y la película? – pregunto Charlie al abrirla
- Ustedes no hablaron primero - dijo Danny sonriendo – Eddy confesó todo.
- Pero… – dijo Grace casi llorando
- Como ayudaron en ese plan macabro – dijo Danny – ustedes están castigados y no podrán ver la nueva temporada de CSI. Ahora vayan a limpiar sus recámaras – ordeno
- Ethan también… - dijo Charlie desesperadamente mientras el bebe amenazaba con llorar
- No metan a su hermano en esto - dijo Danny - él es un bebe inocente a la crueldad de los genes McGarrett - y los otros tres miraban mal al menor -. Subiré en una hora. Y si no está todo en su lugar… - y sus hijos corrieron a obedecer
- Danno perdóname – suplico Steve – no lo hagas por favor…
- Siéntate – ordeno el rubio –. Hora de tu castigo
Durante una hora Steve debería darle en la boca comida chatarra al amor de su vida y si se negaba le iría mucho peor. Su celo seria en tres días. Eso si era una tortura, mientras Ethan sonreía bebiendo su biberón en su corralito. ¿Quién podría pensar que ese angelito había tirado las hamburguesas jugando? Eddy había corrido a comer la carne y los McGarrett solo habían tirado lo que quedaba