O lidiando con regalos no deseados
Cyan está de tan mal humor que prefiero no poner a prueba su paciencia. Sé muy bien que batallas pelear, y esta es una en la que mejor estrategia es no pelear. Aunque me siento cansado, hago algo de papelero, firmas y autorizaciones para las bebidas alcohólicas. Me pongo a redactar la solicitud para los permisos de construcción. Cyan se levanta un rato después y sale sin decir nada.
— está molesto ¿Puedes sentirlo?— no necesito sentirlo para saberlo— ¿Paso algo?
— no mucho. Se pone de mal humor porque no vine temprano— y porque no le digo donde estoy, pero vamos, no entiendo por qué de pronto tiene que ser tan controlador. No es como si me estuviera metiendo en problemas cada que me pierde de vista— además ¿Qué te hace pensar que es culpa mía? Bel le pone de mal humor.
—tienes razón— Azrael mira a la ventana— no sé qué paso desde que le expulsaron del infierno pero no tiene sentido que este molesto tanto tiempo… bueno, yo no puedo imaginarlo. Sentir odio no es propio de los ángeles.
— ¿No?
— podemos molestarnos pero siempre buscamos perdón— claro, no sé ni para que me moleste— en cuanto a Cyan, ha pasado mucho tiempo para que siga molesto por algo que paso y que no puede cambiar.
— pero es comprensible ¿No? le han expulsado de su hogar, si es que puedes llamar al infierno hogar, no soy yo quien juzgara eso, pero también estaría molesto si alguien me hiciera eso. Querría vengarme— Hasta que Michael no mueve las manos no me doy cuenta que también estaba atento a la conversación. Cuando le miramos, no entiendo ninguna de las señas que hace.
— dice que no parece muy dispuesto a vengarse. Han estado frente a frente y no ha hecho nada. Eso dice bastante de Cyan— en ese punto tiene razón. No sé porque ninguno ha hecho más que decirse palabras.
— ¿Bel es más fuerte que Cyan?— Azrael ladea la cabeza y cierra los ojos, pensando.
— no, Bel no es un demonio muy fuerte, Cyan lo es… o lo era antes que le expulsaran. Sus poderes son débiles, aunque estos días le he sentido con más fuerza— casi se me escapa decir que el sexo si funciona entonces, y yo que creía que solo era una mentira. Michael hace señas de nuevo, y esta vez entiendo solo la seña que hace para pelear, o enfrentamiento… hay muchas interpretaciones para las señas, y yo que creí que solo era una seña para cada palabra— hay reglas, Bel no puede desobedecer. Cyan… no sé porque él no lo hace, si Cyan inicia una pelea Bel puede pelear entonces. Tal vez por eso.
— ¿Si deseo que se vaya se cumplirá?
— deberías tener cuidado con lo que pides. Aunque tengas un trato con Cyan, abusar de ese poder…— es un poco tarde para darme esa advertencia ¿Acaso no da lo mismo? Si me condeno por un solo deseo, da lo mismo si pido un millón más. Esto me recuerda el mensaje de Bel, debería decirle sobre ese mensaje… Uff pero si esta así de molesto mejor no le digo nada ahora, ya se lo diré después. Cuando Cyan regresa ya he puesto música y seguí trabajando. Aun me siento muy cansado y me asusta más el hecho de que últimamente me estoy quedando en casa a dormir en lugar de pasármela en la fiesta— Jade, me temo que tengo asuntos que requieren mi presencia.
— ¿Por qué me lo dices a mí?
— estoy trabajando para ti en este lugar, así que debo informarte.
— eh… está bien, supongo— Azrael hace lo que parece una reverencia o solo un gesto y desaparece. Cyan ni siquiera pestañea, pero Michael si se queda con una expresión tonta al notar que Azrael no está. Solo aguanto media hora más antes de dejar todo y levantarme— me voy a casa— lanzo un lápiz en dirección a Michael, cuando voltea le hago una seña a la puerta y hablo— Nos vamos— es como si se lo hubiera dicho a Cyan, porque es él quien se levanta primero. Michael mira alrededor y termina por escribir una pregunta: ¿Dónde está Azrael?
— ya aparecerá por allí— ¿Acaso está apurándose para irnos? Estoy alucinando, de seguro debe ser un efecto secundario por tener sexo con un demonio. No traje nada más que mi billetera, así que no me tardo en salir, y ni espero a esos dos. La música en el recibidor es como una invitación, aun no habrá tantas personas pero podría quedarme un rato.
— Jade ¿vas a quedarte?— Dee se abraza a mí, y me hace dar unos pasos hacia la puerta del bar— hace tiempo que no te veo por aquí ¿mucho trabajo? yo podría ayudarte, lo hicimos muy bien la otra vez.
— sí, estuvo bien…
— estoy seguro de que podríamos encontrar algo divertido para esta noche— eso suena tan bien, que ya no me siento tan cansado. Pero no doy ni cinco pasos cuando una mano se apoya en mi hombro y me detiene— Cyan…
— ¿Ibas a algún lado?
— Umm… yo…
— jade no irá a ningún lado esta noche más que a casa— Mira a Dee cuando lo dice, Dee parpadea, y sus manos me sueltan, se aleja de mí.
— claro, nos vemos mañana— extraño. Dee no es tan… dócil. Le veo darse la vuelta y alejarse para entrar al bar. Cyan aún no me suelta, y estoy tratando de comprender que paso, que no me doy cuenta que estamos caminando a la salida.
— no puedo creer que estuvieras considerando quedarte en ese lugar.
— no sé porque sería un problema, siempre me quedo… ¿le hiciste algo a Dee? No es normal la forma en que se marchó— afuera está el auto, Michael ya está dentro, a saber cómo acepto esperarnos allí. Me detengo, mirando a Cyan— tú ¿hipnotizaste a Dee? Cyan, responde… hey, espera.
— sube al auto— pienso en quedarme, solo para hacer drama porque ahora no tengo a que quedarme, y si hizo eso con Dee no va a dejarme en paz hasta que esté en la casa—Ni se te ocurra— me señala con el dedo.
— bien— pongo los ojos en blanco y abro la puerta— no sé a qué voy a casa de cualquier modo, no hay nada que hacer.
— ya tuviste mucho que hacer esta tarde ¿no?
— ¿sigues con eso? Apenas y entendí que estaba pasando cuando Caín me rapto para acompañarle. No soy fuerte y estoy débil por culpa tuya, además no es peligroso, si lo fuera no iría con él— el auto arranca a más velocidad que de costumbre ¿Qué demonios quiere? ¿Una disculpa?— no sabía que tenía prohibido ir a donde quiera— frena tan de repente que casi me estrello con el tablero del auto, Michael no tiene tanta suerte, siento el golpe que da en mi asiento.
— no lo está.
— es bueno saberlo. No estoy haciendo nada a tus espaldas ¿sabes? eres el único en quien confió, lo cual ya dice bastante porque eres un demonio— Michael se atraviesa entre los asientos, no ha sacado su teléfono pero sus manos se mueven rápido y ninguno necesita saber señas para entender lo que está diciendo.
— conduciré con precaución ahora— debo suponer que eso no es para mí. Cyan lo hace, de cualquier modo la casa no está lejos. Uff creo que no hubiera podido quedarme en el casino, el cuerpo me pesa como nunca. Cyan entra primero, apenas nos mira cuando entramos. Sin duda un baño y a la cama, por suerte comí bastante en ese lugar. Aún es temprano para mis estándares, no creo que me duerma ahora pero puedo ver películas… por Lucifer, eso suena tan normal. Pero si, me quito la ropa en el baño de mi habitación y abro las llaves de la regadera ¿Por qué no tenemos una bañera? Una bañera sería estupenda ahora mismo, con muchas burbujas… aunque podría quedarme dormido y ahogarme. Me conformo con el olor del shampoo y el jabón. Acabo de acostarme en la cama cuando tocan la puerta. No es que haya muchas opciones de quien es, ya que Azrael no está o ya hubiera dicho algo, Cyan no se molesta ni en tocar, solo queda una opción
— ¿se te perdió algo?— Michael ya tiene el teléfono extendido, con dos frases: Azrael no ha llegado, y “Quiero hablar contigo” me desconcierta el hecho de que quiera hablar, pero me hago a un lado y dejo que pase— quiero acostarme en la cama— no veo si él quiere decir algo contra eso, solo me arrojo a la cama— entonces ¿de qué quieres hablar primero?
¿Es seguro hablar aquí?
— eso creo… ¿te refieres a Cyan? No tiene caso ocultarle cosas ¿Sabes? Se termina enterando de cualquier modo y resulta peor— Michael suspira. Hace unas señas, pero no entiendo nada de lo que está diciendo y termina por usar tu teléfono de nuevo— Azrael no dijo a donde iba, solo que tenía asuntos que atender, el sigue siendo un ángel y tiene que hacer esas cosas, bendiciones, llevar almas, milagros, cosas de ángeles— en su mirada hay una mezcla de horror y diversión, como esas veces que sabes que no debes reírte pero tampoco puedes evitarlo. Para evitarlo, escribe otra vez, preguntándome sobre como conocí a Azrael— él quiere llevarse mi alma al infierno. No pongas esa cara que no es novedad.
No estás asustado.
— no ¿Por qué lo estaría? Con demonio o sin él hubiera acabado allá ahora ya sé que debo esperar. Ahora hay asuntos legales que impiden que Azrael me lleve al infierno— ya que lo estoy pensando ¿Por qué sigue aquí si de todos modos con Cyan terminare allá? si resulta ser cosa de ver quien anota más puntos…
Llego algo. Para ti.
— ¿eh? ¿A dónde llego?— tampoco veo que traiga algo. Le toma un rato escribir, lo que hace que tenga más curiosidad. El texto es tan extraño que solo logro entender que esperaba que Azrael estuviera aquí para explicar, y que él recibió un sobre cuando iba llegando al casino— ¿Qué sobre?—Lo siento, creí que podría ser una trampa… pero bueno— ¿Qué es lo que te dieron?— de la libreta saca un sobre, ya está abierto. Antes de dármelo, escribe otra vez.
Lo abrí porque sería seguro para mi ¿no? si fuera algo malo por Azrael a mí no me pasaría nada.
— hombre harás que me sienta mal por pensar esas cosas de ti— Michael frunce el ceño, es lo bueno así sé que no me entendió— nada, ¿Qué es lo que hay allí? no estoy molesto porque lo abriste— por fin me lo da. Es pequeño y solo tiene algunos papeles… no, no son papeles, son fotografías. Son dos, en una está una pareja, él la está abrazando y ella sostiene un bulto que no puede ser otra cosa más que un bebé. No reconozco a ninguno. La otra fotografía es la misma pareja pero ahora además del bebé, hay una niña y un niño, todos sentados frente a un árbol de navidad, con un montón de regalos y hasta un perro— ¿Estás seguro de que esto es para mí?— Michael mueve la cabeza, diciéndome que sí y señala el sobre. Mi nombre está escrito allí, y el aprovecha para escribir otra vez.
¿Los conoces?
— no tengo ni idea de quienes son— vuelvo a meter las fotografías y arrojo el sobre, no debe ser más que una broma— ¿Eso era todo? ¿Viste quién te lo dio?— él niega con la cabeza, no sabe quién era y tal vez ni importe. Michael vuelve a escribir, le veo mirarme varias veces antes de mostrarme lo que puso.
¿Qué está pasando con Cyan y tú?
— ¿está pasando algo?— lo digo con buena intención, o sea ¿a qué se refiere? No está pasando nada— si te refieres al sexo, no creo que sea raro.
No es eso. Están… no sé cómo explicarlo.
— bueno, en lo que encuentras como explicarlo, dime ¿Cómo ha estado todo? el examen, el trabajo… a pesar de cómo fueron las cosas— Michael me da una mirada incrédula, y por si las dudas repito lo que dije.
Entendí la primera vez. No entiendo porque preguntas eso cuando no te importa.
— ah, eso… solo quiero saber. Ayude a que estudiaras, y sé que es difícil cambiar de pronto de estilo de vida— aunque claro, yo lo hice porque quería, más o menos, y no porque vi algo que no debía y fui casi secuestrado— Michel sigue mirándome, con las cejas alzadas— vale si no me quieres decir está bien.
Creo estuvo bien. Me siento mejor ahora. Ya no siento que enloquecí.
— eso me parece bien. No lo pienses mucho…— me encojo de hombros— ahora que lo pienso, no te fuiste, aun con la bendición de Azrael, pudieras vivir por tu cuenta— ya está negando.
No tengo a donde ir. Y no quiero involucrarme con Bel.
— tiene sentido. Es raro hablar de esta manera, quiero seguir intentando con las señas. Enséñame— Michael suspira, y comenzamos a usar solo señas para hablar aunque es más que él me corrige cada seña que hago porque no la hago bien y no digo nada o digo hago diferente y según él sin sentido— ah, eres muy paciente ¡Es la cuarta vez que hago esta seña mal!— él hace señas.
No me gusta escribir. No para comunicarme. Es extraño.
— vaya, entendí eso… entonces ¿las señas son más cómodas para ti?— me dice que si con la cabeza. Nunca lo hubiera imaginado— entonces ¿Por qué escribes?— ah, no entiendo esas señas— más despacio. Hace las señas, su mano hace giros, repitiendo— ¿repetición? ¿Seguimiento? Esto es como adivinar la frase— me rio, él también se ríe y termina por escribir.
Es lo que esperan todos, y es más sencillo comunicarme, aunque no me guste, no puedo esperar a que los demás aprendan.
— ah, es eso… ser sordo es más complicado de lo que parece— Michael me mira de forma extraña, pero antes de que podamos decir algo más, la puerta se abre. Cyan se queda en la entrada, y hasta que Michael no gira a verlo señala al pasillo.
— fuera— no necesita que se lo repitan, Michael toma sus cosas y se va sin hacer ninguna seña.
— eso fue descortés— Cyan cierra la puerta— me aburro mucho quedándome encerrado, aprendo algo con él cuando está aquí ¿hay algún problema?
— unos cuantos. Eres un inconsciente— la puerta se cierra y me quedo mirando fijamente como se acerca a mí. Sonrió y me reclino en las almohadas— todo el tiempo me pregunto si tienes algún instinto de supervivencia o solo quieres morir.
— no quiero morir— él levanta una ceja.
— tus acciones contradicen tus palabras— su cuerpo me aprisiona contra la cama pero sin llegar a tocarme, su rostro está tan cerca del mío…— tendrías sexo conmigo ahora mismo sin dudarlo.
— ¿es una pregunta o una invitación?— Cyan sonríe, su nariz acaricia mi cuello.
— morirías.
— vale, esa es la peor frase que puedes decir en este momento—aun así no nos movemos— ¿a qué vienes entonces?
— me aseguro de que no escapes.
— normalmente no escapo en pijama en medio de la noche ¿Vas a quedarte aquí vigilando toda la noche? no es que me queje, pero…umm podría ser… maldición, no puedo pensar.
— esta cama es lo bastante grande para dos.
— lo es… pero ¿en serio vas a…?— vaya, no sé qué pensar— ¿confías tan poco en mí? y ¿piensas quedarte aquí sin tener sexo?
— eres peor que un súcubo.
— Hey…— no sé si debo tomarme eso como un insulto o un alago— mejor pon alguna alarma o que se yo— mejor quitar tentaciones ahora. Como si leyera mi mente, Cyan sonríe ¡Sonríe! Su sonrisa… apenas me doy cuenta de que me levanto el poco espacio que queda entre los dos y le beso. Su cuerpo al fin presiona contra el mío— bésame… te ordeno que me beses.
— ¿así que ya te atreves a ordenarme estas cosas?— no sé qué responder, no lo necesito, Cyan me besa. Un beso que me deja sin aliento, y me causa demasiado placer para ser solo un beso. Sus manos me acarician un poco.
— dijiste que no… que no lo haríamos…
— no lo haremos. Pero aún puede ser divertido— me gusta demasiado como suena eso. Una de sus manos acaricia mi muslo, y no contengo el gemido que sale de mi boca. Enredo mis manos en su cabello, nunca he tocado su cabello. Es suave… intento enredar mis piernas por su cadera, pero de pronto vuelvo a encontrarme solo, su cuerpo se aleja y mis manos son atrapadas sobre mi cabeza.
— ¿Qué demonios haces? Suéltame…
— no lo hare.
— ¿tienes esa clase de fetiches? No soy mucho de BDSM, pero podría intentarlo contigo— Cyan pone los ojos en blanco.
—no podrías aguantar ni diez minutos siendo sumiso en BDSM. Y no es eso lo que busco— ¿ah, no? era demasiado divertido para ser verdad. Ah, maldición, aún estoy caliente— ¿sabes cuál es el problema con los demonios?
— ¿además de que viven en el infierno?
— pelean demasiado por lo que tienen, son excesivamente posesivos con sus pertenencias— no puedo soltarme, y tampoco alcanzo el cuerpo de Cyan para intentar aliviar el calor.
— ¿y eso a mí qué? si no vas a tocarme al menos suéltame.
— ¿quieres que te toque?— me muerdo el labio. Si, quiero que me toque, pero pedirlo de este modo…
— tú… maldito…— ¡Se ha restregado en mí! solo me calienta más con eso. En mis forcejeos, Cyan acerca mucho su rostro al mío, habla en mi oreja.
— yo sigo siendo un demonio. Y me molesta mucho que toquen lo que me pertenece— gimo cuando muerde mi oreja.
— no soy… no te pertenezco— joder, joder… quiero que me toquen.
— ¿no? tal vez no. y eso me enoja como no tienes idea. Así que he venido por eso. Si quieres que te toque ahora, lo hare cuando quieras, cuando no vayas a morir… tendremos sexo en cualquier lugar que se te ocurra— oh, dios, eso suena al paraíso…— pero nadie más puede tocarte. No más juegos con desconocidos, no más gente en el bar o no volveré a tocarte de este modo nunca. Aunque me lo ruegues.
—… ¿Qué? espera… ¿hablas en serio? ¿Quieres que solo tenga una pareja?
— puedes negarte, claro— su pierna roza mi entrepierna de nuevo— será una pena para ti, porque no creo que vuelvas a estar satisfecho en la cama después de hacerlo conmigo— intento soltarme de nuevo, pero solo logro frotarme un poco y luego nada.
— no puedo… Cyan, basta…— siento su aliento en mi cuello, y aunque no quiero, suspiro al sentirlo. Su lengua hace una línea sobre mi cuello hasta mi clavícula, luego de regreso, y sus dientes se clavan con fuerza en mi cuello ¿Qué clase de tortura es esta?
— ¿Qué respondes entonces?— su aliento me hace cosquillas en el cuello, siento su lengua recorrer la marca que dejo con la mordida.
— maldita sea… bastardo engreído… tu… tócame, no lo soporto más, tócame— lo último de lo que soy consciente es de las manos de Cyan recorriendo mi cuerpo.
Estoy soñando. No sé cómo lo sé, pero sé que es un sueño. Estoy en una habitación muy iluminada. Hay pocas cosas, pero es la habitación de un niño, muchos juguetes en el piso, hojas con dibujos. El viento levanta las cortinas en una ventana abierta. No sé dónde estoy.
— ¿Hiciste todos estos hoy?— hay una mujer frente a mí, no es muy alta pero se ve alegre, con un bonito vestido floreado.
— si— escucho la voz de un niño— la maestra me dio muchos colores para dibujar.
— te quedaron muy bonitos, la comida esta lista, ve a lavarte las manos y luego podemos ir al parque por un helado con tus hermanos.
— ¡Sí!— la habitación se mueve, y me doy cuenta que quien estaba hablando era yo. Todo se pone oscuro.
—Espero te guste esta prueba de lo que puedo hacer, un regalo para ti, Jade.
Abro los ojos. La cabeza me da vueltas y siento nauseas. Mi habitación esta tal y como la deje anoche, sé que es de día porque la puedo ver luz por las cortinas. Un sueño, solo fue un sueño… me giro, al espacio donde recuerdo estaba Cyan anoche.
No hay nadie más aquí aunque estoy seguro que la voz que escuche entre sueños antes de despertar era la de Bel. La habitación me parece demasiado grande, demasiado oscura. Tampoco encuentro a nadie en el pasillo, camino descalzo sin saber muy bien a donde ir ¿A las otras habitaciones? ¿Afuera? ¿A la sala? Hay algo extraño en esto, es como si aún no estuviera aquí, me siento perdido. Me encuentro con Michael en la sala, él me saluda agitando la mano, pero lo que siento no se va, no es lo que estoy buscando.
— ¿Jade? ¿Estás bien?— Azrael me detiene. No supe en qué momento llego— hueles como un demonio— no me importa mucho ahora, no ayuda. Me aparto y sigo mi camino hasta la cocina. Ver el acostumbrado plato de cereal en la mesa es un alivio. Cyan está de pie, sosteniendo una botella de leche.
— te levantaste temprano. Estaba por enviar al chico sordo por ti para que… ¿Jade?— una muy pequeña parte mí me dice que esto es ridículo y que no es apropiado ni necesario, pero no me puedo detener cuando doy los pasos que me faltan hasta llegar a él y abrazarle. El olor a menta y algún perfume suave hace que me relaje. Me abrazo a Cyan como si fuera un enorme peluche, ni siquiera me molesta que él no me regrese el abrazo porque no es lo que quiero y no estaba esperándolo de cualquier manera, aún tengo claro que es un demonio ¿Y quién espera consuelo de un demonio? No me importa lo que estoy haciendo porque es justo lo que necesitaba, sea lo que sea que me estuviera pasando se detiene, ya no me siento inquieto. Ni siquiera sentir la leche fría en mis pies cuando Cyan la deja caer me hace soltarle.