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Boku no Drabbles por Dra-chan

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Notas del capitulo:

Hola bebés de luz. No sé cuántos leen esto o si lo leen, pero hablé con bebé Leana y yo creo que pondré en pausa hasta enero la publicación de los one shots para poder avanzar en las historias. Tengo muchísimo trabajo y otros pendientes que debo terminar y no quiero terminar haciéndome bolas y abandonando todo.


Felices fiestas (:

1


Comenzar a salir con Iida fue, de cierta forma, algo natural para Todoroki. Tenya es una persona que se preocupa mucho por sus seres queridos y hace todo lo que está en sus manos para protegerlos. Le ha tocado estar de ese lado y siempre se ha sentido muy honrador por ser considerado algo digno de ser protegido por él, aunque le deja un sin sabor en el corazón verle salir lastimado, como si Todoroki fuera de cristal o no supiera defenderse.


Podría sentirse un poco insultado por ese comportamiento, pero la verdad es algo que le ablanda el corazón. Shoto hace años que perdió la costumbre de sentir que alguien se preocupa realmente por él. Ser salvado por Midoriya le abrió un mundo de posibilidades a las cuales nunca habría abierto su corazón, con la estúpida idea de no hacer amigos y sólo ganar poder y experiencia para demostrar que él sería el mejor sin necesidad de su padre.


A veces ve al pasado y se pregunta cómo creyó que eso sería posible.


De seguir con esa mentalidad nunca hubiera experimentado las diversas sensaciones a las que hoy se enfrenta.


Iida Tenya es una persona dulce y cariñosa que le brinda a Todoroki todo lo que cree que merece. Amor, respeto, dulzura, cariño. Palabras suaves y amorosas que susurra cuando no hay nadie cerca. Toques ligeros en su piel expuesta cuando cree que nadie se dará cuenta, besos castos en rincones a los que se alejan para un momento de privacidad.


La primera vez que le hizo el amor pensó que todo sería acelerado y torpe como el mismo Iida es la mayor parte del tiempo, pero se equivocó completamente. Le trató con cuidado y cariño, siempre asegurándose de hacerle sentir cómodo y seguro con lo que estaban haciendo, conocedor de la vida de Shoto, de lo poco acostumbrado que estaba en ser tocado de cualquier forma. Hace muchos años que nadie le tocaba con ese cariño y ese cuidado que por un segundo Todoroki pensó que se echaría a llorar, abrumado por las sensaciones que embargaban su cuerpo y su mente.


Desde ese momento supo que le sería difícil despegarse de Tenya de ahora en adelante.


2


Lo que sí es una completa sorpresa es lo inesperadamente celoso que es Iida. No celoso en plan pedirle que no hable con nadie más que no sea él, ni le hace escenas o se enoja con Shoto como si éste fuera por la vida provocando las bajas pasiones de las personas. Tenya sabe muy bien lo despistado y hasta inocente que puede llegar a ser Todoroki.


Pero tiene sus formas de mostrar lo molesto o celoso que está, a veces tan sutiles que es días después que a Shoto le cae el veinte del porqué del comportamiento de su novio.


Esa es una de esas ocasiones. Todoroki recibió una caja de chocolates por parte de una compañera de otra clase, junto a una carta de amor. Iida no estaba especialmente contento por eso, pero tampoco es tan mezquino como para decirle que rechace sin tacto a las personas que se le acercan. Shoto regresó la carta, pero la chica insistió en que se quedara los chocolates. Eran de una marca cara y los había comprado especialmente para él.


—Pueden tener algo —había comentado Iida, con desconfianza y aún algo celoso.


Todoroki inspeccionaba uno de los chocolates con bastante detenimiento, como decidiendo si tenían algo o no.


—¿Quieres probarlo? —ofreció para ver si de esa forma tranquilizaba al hombre.


Extendió la mano con la que sostenía el chocolate y, después de dudarlo unos segundos, Tenya se acercó hasta que sus labios rodearon los dedos que sostenían la golosina. Pasó su lengua concienzudamente, delineando la punta hasta que el chocolate se derritió un poco y se deslizó dentro de su boca. Sin embargo, no dejo ir esos dedos, chupando uno y luego otro hasta que los dejó sin rastro de dulce.


—Sabe bien —dijo una vez ingirió el chocolate, con una sonrisa tranquila en los labios que, aun así, no ocultaban sus segundas intenciones.


Pronto dejaron olvidada la caja de chocolates, más concentrados en comerse a besos y arrancar cada capa de ropa que tenían sobre la piel. A Iida le gustaba quitar una a una las prendas molestas que cubrían el cuerpo que tanto le gustaba, la piel tersa y suave que le gustaba saborear hasta no dejar un rincón sin marcar. La sensación de Todoroki temblando ante su toque, vibrando en cada poro hasta deshacerse en suspiros.


Estaba entregado en su tarea hasta que, mientras probaba uno de los pezones erectos de su novio, el regusto a chocolate le llamó la atención.


Todoroki renegó cuando Tenya se alejó por un momento de su cuerpo, dejándole medio vestido y medio cachondo y frunció el ceño profundamente cuando le vio regresar con la caja de chocolates.


—¿Qué…? —intentó preguntar, pero los labios de Iida sobre los suyos le callaron.


La lengua invadió su boca, luchó con la suya, le dejó sin aire y tan mareado que por un momento olvidó que iba a decir algo.


—Tu lado izquierdo —dice Iida, delineando desde el hombro de Todoroki, bajando por su pectoral, rodeando su pezón hasta dejarlo erecto de nuevo y bajar lentamente hasta su ombligo—. ¿Puedes calentarlo un poco? —dice después de pensarlo bien. Es un tema siempre delicado con Shoto, pero cree que un poquito no hará daño.


—¿Calentarlo? —pregunta Todoroki sin entender muy bien.


—Sólo subir un poco la temperatura.


Aun sin estar muy seguro, Shoto hace lo que le pide, concentrándose todo lo que puede en no dejar que una gran llamarada se forme.


—Es suficiente —comenta Iida al ver que sale un poco de humo. No quiere comprar un nuevo juego de sábanas, no sabría ni cómo explicárselo a sus padres.


Rápidamente Tenya toma uno de los chocolates de la caja y el recorrido que anteriormente había hecho con su dedo, lo comienza a hacer con el dulce, fascinado al ver la facilidad con la que se derrite. Ve cómo Todoroki se estremece al sentir la viscosa y dulce sustancia recorrer su piel, rodear uno de sus pezones, bajar hasta dejar un camino pringoso que, una vez totalmente derretido el chocolate, Iida se encarga de lamer cuidadosamente. Siente la piel caliente en la punta de su lengua, el regusto amargo del chocolate oscuro que eligió. Siente las vibraciones en la piel de Todoroki cuando chupa, muerde y baja por su cuerpo hasta no dejar rastro de dulce sobre su piel. Regresa a su hombro en un camino de besos hasta que puede alcanzar el cuello y muerde con fuerza.


—Sabes mejor sin chocolate —le susurra al oído, dejándose caer sobre el cuerpo de su novio, restregándose contra el con fuerza, dejando que sus erecciones colisionen y den ambas un latigazo de placer.


—Estás loco —ríe Shoto ante las descabelladas ideas de su novio, disfrutando de tener su cuerpo cubriendo el suyo por completo.


Iida se recreó en el sonido de su risa, en sus manos que comenzaban a recorrer su espalda, en la seguridad que por muchos celos que sintiera, Todoroki Shoto era suyo.


Aunque no estaba de más recibir dulces de vez en cuando y ponerse creativos con ellos.


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