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Melancolía por Kijimi

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Notas del capitulo:

Hola, hola. :3 Estoy de regreso con un nuevo cap. Como verán, van apareciendo nuevos personajes y también pistas de qué fiue lo que pasó, espero que les guste y tengan teorías, me encantaría saber qué piensan. 

Capítulo 4

Hay fotografías melancólicas 



 

Al parecer, Naruto no había asistido a clases ese viernes, así que Sasuke tendría que esperar al siguiente lunes para poder verlo. 

Un momento.

¿Que Sasuke tendría que esperar al siguiente lunes para verlo?

No, eso no. Sasuke Uchiha no esperaba a nadie. 

Así que Naruto y su extraño cambio de personalidad podían irse al mismísimo infierno si querían.

Uchiha recargó la espalda en el asiento de su silla, mientras el profesor Ebisu impartía la clase de Historia.

Durante un buen rato, el chico dejó que su mirada vagara al otro lado de la ventana, alcanzando a observar a una pequeña ave volando a través del cielo que poco a poco empezaba a tornarse nublando.

—Parece que la temporada de lluvias empezará otra vez —escuchó quejarse a Chōji Akimichi, un chico regordete de cabello castaño.

—La lluvia es tan problemática —exclamó Shikamaru, aunque en realidad a él todo le parecía problemático.

Sasuke frunció el ceño, aún con un deje de molestia por lo que había acontecido el día anterior.

—¿Qué sucede, “Sasuke-kun”? —canturreó Kiba— ¿Acaso estás distraído por pensar en “Naruto-kun”?

—Tsk. Cállate de una vez —escupió de mala gana Uchiha.

¿Por qué diantres tenía que estar en las mismas clases que esos idiotas?



 

Aquel fue un fin de semana bastante lluvioso, como si el cielo se empeñara en llorar por algo.

Joder, los libros tan extraños que dejaba leer el profesor de Literatura, Hatake Kakashi, debían estar causando estragos en su mente. O tal vez, comenzaba a pegársele la repentina melancolía de Naruto.

Naruto. 

Otra vez ese nombre venía a su cabeza.

Sasuke golpeó con fuerza el saco de boxeo frente a él, obligándose a centrarse en el entrenamiento del día.

—Pareces distraído, Sasuke. No es propio de ti. —dijo una voz a sus espaldas, como si proviniera de algún rincón oscuro.

—Estoy bien, Itachi. —Se limitó a responder, al tiempo que aquella persona salía de entre las sobras y se colocaba frente a él.

—Estúpido hermano menor —Itachi, un joven alto y de cabello largo parecido a Sasuke, golpeó la frente del otro con sus dedos. Un movimiento rápido y contundente— Ya te he dicho que te exiges demasiado.

—Creo que es porque soy igual que tú. —Sasuke respondió, una media sonrisa prepotente formándose en su boca.

—Tal vez. —Uchiha Itachi también sonrió, de una forma que parecía una especie de sello en aquella familia.

Sasuke regresó su mirada al saco de arena, dando un certero golpe en el centro con sus puños, como si con eso consiguiera descargar un poco de toda la energía que se acumulaba en su interior.

Itachi lo observó durante unos instantes, intuyendo de forma acertada que algo estaba cambiando en su hermano menor.

 

 

 

Para cuando el lunes llegó, el clima no parecía haber mejorado mucho.

Las clases del día iniciaron con esa atmósfera lluviosa, obligando a alumnos y profesores a llevar un sombrillas para no terminar empapados.

—Lo siento, encontré a una anciana a mitad del camino y tuve que ayudarla a cruzar al otro lado del río —Fue la primera excusa sin sentido que puso el profesor Kakashi aquella semana.

La gran mayoría de los alumnos no le creyeron, y el maestro se encogió de hombros para comenzar la clase de una vez por todas.

—¿Qué es la melancolía? ¿Alguna vez se lo han preguntado? —El profesor sonrió debajo de su característico cubrebocas, logrando captar la atención de Sasuke sin esperarlo— La melancolía es un estado de ánimo que nos invade especialmente en estos días lluviosos. En realidad, puede llegar a ser un estado anímico permanente, de tristeza y desinterés, que surge por causas físicas o incluso morales.

—Kakashi-sensei… —la tímida Hinata levantó la mano, también interesada en aquel tema— ¿Quiere… Quiere decir que la melancolía no tiene cura?

—Oh, yo no estaría tan seguro, Hinata-chan. La melancolía no es una enfermedad, pero hay que prestarle atención si no queremos que derive en depresión, o bueno… Que tenga consecuencias más graves.

Sasuke notó que el rubio en el pupitre de al lado pareció exaltarse, apretando con más fuerza el extraño pincel que siempre traía consigo, y que rara vez ocupaba.

—Pero no quiero que todos empiecen a sentirse melancólicos, no señor. —Kakashi le restó importancia, para luego cambiar a un tono repentinamente más serio— En vez de eso, mejor hablemos del trabajo final del curso que todo el mundo está esperando conocer.

Hubo una queja unánime por parte de todos, aunque ni así Kakashi dejó de sonreír.

—Quiero que sepan que aún no les daré todos los detalles, pero lo que sí puedo decirles es que será un trabajo en parejas, lo cual lo hará mucho más emocionante.

Sasuke apretó los puños, odiaba esos trabajos en equipo.

Podía hacerlos él solo perfectamente, no necesitaba que nadie estorbara en su camino.

—¿Qué les parece si lo hacemos por apellidos? Veamos, Akimichi puede estar con Aoba, Haruno con Hyuuga —El profesor continuó enlistando, hasta que finalmente llegó su turno— Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto. Creo que será una combinación interesante.

Si Sasuke se sorprendió, no llegó a demostrarlo.

Por su parte, Naruto permaneció con la mirada perdida, apretando el extraño pincel contra sus labios sin dar muestra de estar escuchando las palabras del maestro.

—¿Escuchaste eso, dobe? Tenemos que hacer el maldito trabajo final juntos.

—¿Juntos? —Hasta ese momento Naruto pareció estar de vuelta a la realidad, pero no dijo nada más; ni siquiera alguna queja sobre que no haría un trabajo en equipo con su estúpido rival, Sasuke Uchiha, quien sólo era un presumido y bueno para nada.

De acuerdo, eso quizás lo hubiera dicho el antiguo Naruto. El actual, parecía más ocupado mirando a la nada y tarareando alguna canción irreconocible para Uchiha.

            Uzumaki lucía más distraído de lo normal, pero al menos el ambiente no se sentía tan tenso como hubiera esperado después de lo acontecido el día anterior.

El timbre no tardó mucho en sonar, anunciando el final de la clase de Literatura.

Todos comenzaron a guardar sus cosas y Kakashi les recordó que no olvidaran llevar la tarea de la siguiente clase, siendo ignorado por la mayoría de sus alumnos, quienes estaba más concentrados en dirigirse a la siguiente asignatura.

Sasuke ni siquiera notó en qué momento el rubio había salido del aula.

—Hey, Sasuke. ¿Acaso eso no es tuyo? —No fue sino hasta que el profesor Kakashi lo llamó, que notó un objeto olvidado cerca del lugar de Naruto.

—No. Tal vez lo dejó ese torpe dobe.

—Hazme un favor y devuélvelo, ¿de acuerdo?

Sasuke masculló entre dientes y sin ningún entusiasmo tomó el extraño pergamino, guardándolo en su mochila y jurando a Kakashi que lo regresaría a Uzumaki.



 

Pero Sasuke había estado demasiado ocupado con sus propias clases, y para cuando fue a buscar a Naruto al gimnasio, como recordaba que tenía su siguiente clase ese día, el profesor Maito Guy le confirmó que el rubio ya no estaba ahí.

—Por favor, habla con él, Sasuke-kun —había dicho el maestro con un tono por demás preocupado— Nunca había visto tan poca flor de la juventud en un estudiante de su edad.

—Sí, como sea —Sasuke había dicho, agradecido de no tener que tomar clase con quien parecía el padre perdido de su compañero Rock Lee.

 

—¿Y ahora qué diantres hago con esto? —Sasuke se dejó caer bajo la sombra de un gran árbol en el patio trasero de la escuela. 

Por fin la lluvia había cesado, y ése era uno de sus lugares recurrentes cuando quería un poco de paz y perderse del ajetreo del resto de los estudiantes. 

Miró el pergamino cerrado durante un largo rato, tratando de pensar en dónde se había metido aquel rubio tan diferente al que él recordaba.

Había buscado prácticamente en cada rincón de la escuela, y la verdad dudaba que Naruto pudiera esconderse en las duchas de las chicas o en la piscina.

—Estúpido usuratonkachi  —masculló para sí, mientras una fugaz idea se implantaba en su cabeza.

¿Y si, sólo por un momento, veía el interior de aquel pergamino tan raro?

No era como si alguien pudiera darse cuenta, de todos modos.

Sasuke no era del tipo curioso, mucho menos alguien que metiera sus narices en asuntos que no fueran de su incumbencia.

Pero aquello era una oportunidad única, quizás la única que tendría. Estaba seguro de que Naruto se negaría a mostrárselo si se lo pedía… Considerando que Sasuke jamás le pediría tal cosa a su compañero.

Echando un vistazo alrededor para asegurarse que no hubiera nadie cerca, Sasuke abrió el pergamino que Naruto Uzumaki siempre llevaba consigo pero que, por alguna razón, jamás utilizaba, al igual que el pincel de esa mañana.

Lo que en un principio parecía un pergamino, más bien se trataba de una clase de libreta de hojas blancas. Sasuke lo extendió, sólo para descubrir una serie de dibujos perfectamente plasmados con tinta de color negro.

Desde tigres, aves, dragones, hasta otras criaturas míticas, los trazos en aquel papel tenían un estilo único y bastante bueno.

“Dudo que los haya hecho ese dobe”, pensó, cuando una duda llegó a su mente.

Si no había sido Naruto el autor de esos dibujos… ¿Entonces quién? ¿Y por qué el rubio se empeñaba en llevarlo a todas las clases si no iba a usarlo para algo productivo?

Uchiha continuó explorando aquel misterioso objeto, cuando un pequeño papel se desprendió y salió volando hasta caer bocabajo en el piso.

Sasuke lo levantó, le dio la vuelta para observarlo bien, y lo que encontró lo dejó congelado por un momento.

No era un papel cualquiera, se trataba de una fotografía estilo Polaroid, de las que se obtenían en máquinas expendedoras. En ella aparecían tres personas, concretamente, tres chicos de unos quince años de edad aproximadamente.

No conocía a dos de ellos, pero sí pudo identificar al rubio de ojos azules que sonreía de oreja a oreja, mientras abrazaba a los dos muchachos junto él, visiblemente más apegado a uno de ellos.

A su izquierda, un chico de cabello negro corto y piel pálida observaba a Naruto con cierta devoción, mientras le devolvía el abrazo con tanta naturalidad que daba la impresión de que Uzumaki se sentía totalmente cómodo a su lado.

De lado derecho, se encontraba un chico de cabellos rojos y prominentes ojeras alrededor de sus ojos verdes. Tenía los brazos cruzados y, si bien él no tocaba a Naruto, la discreta sonrisa en su boca denotaba que no se encontraba precisamente inconforme con el abrazo del rubio.

¿Quiénes diablos eran esos dos?

Y lo más importante: ¿Por qué Naruto lucía tan sonriente, tan lleno de vida? Tal como Sasuke lo recordaba. 

La sonrisa en su rostro era tan brillante y tan genuina, que ni siquiera parecía tratarse de la misma persona, a pesar de que físicamente eran idénticos.

¿Por qué el Naruto actual había cambiado tanto, al punto de que ahora parecía un muñeco viviente, carente de esas emociones que lo caracterizaban?

Parecía que la fotografía no tenía mucho tiempo de haber sido tomada, quizás un año o un año y medio.

Sasuke giró la foto entre sus dedos, encontrando algo escrito al reverso.

Con una caligrafía perfecta, se encontraba una pequeña frase que Uchiha no supo descifrar.

“Nunca dejes de sonreír.”

Lo cierto era que Sasuke no entendía nada, y ahora tenía diez veces más preguntas que al principio.

Demasiadas preguntas y ninguna respuesta.

Mierda.

Tampoco sabía por qué le causaba tanta curiosidad aquel chico rubio que alguna vez había sido su rival. 

Ciertamente, no tenía sentido y no encajaba con la forma en que normalmente actuaba.

Pero de una cosa estaba seguro: Sasuke Uchiha siempre conseguía lo que buscaba. 

Iba a encontrar respuestas, y por alguna razón intuía que los dos chicos en la fotografía estaban directamente relacionados con el brusco cambio en la personalidad de Naruto Uzumaki.

 

Continuará...

Notas finales:

OMG, estoy muy emocionada porque estamos llegando a la parte en la que conoceremos más del pasado de Naru y hay muchas cosas por contar. ¿Alguna idea de quiénes son los chicos misteriosos en la fotografía? Yo sé que lo saben. ;)

Gracias por seguir leyendo y apoyando esta historia. <3


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