---Unos días después---
Los capitanes de cada equipo de la escuela (E.D.A.D.D.A.R) se reúnen en la cancha techada de la escuela, con el director, el cual debe darles un informa sumamente importante a todos.
Con los eventos tan cercanos, y desde luego el prestigio de ambas escuelas estarán en juego, pero también la oportunidades para varios alumnos de llegar a competir en nacionales y si sus esfuerzos se mejoran, posiblemente llegar a las olimpiadas.
Pero eso es algo que aún está por verse, primero lo que ocurrirá en la siguiente competencia “Amistosa” Que se da en esta escuela y la rival.
Algo que solo se presenta cada cinco años, y justamente es en la época donde los siguientes alumnos son capitanes, y mucho peso recae en sus hombros.
Aunque el director Dohko intenta que las cosas no sean tan difíciles.
Después de todo este hombre de cabellos castaño, ojos verdes, y sonrisa alegre, es muy relajado, claro haciendo cumplir las reglas, pero sin olvidar que sus alumnos aún son niños y no deben exigirse tanto, también disfrutar de la juventud que aun gozan.
Y lo recuerda desde luego a los maestros encargados del entrenamiento, de cada deporte.
Pero no por es, significa que estos jóvenes no sean muy hábiles o aptos, al contrario.
Han mejorado mucho sus estándares y habilidades.
Por esa razón han alcanzado sus límites y dominarlos.
-Bien, chicos- Sonriente delante del alumnado con el cargo de capitán, junto con los maestros, estando en la cancha techada de baloncesto –Saben que dentro de un mes se llevara a cabo el gran evento deportivo y “Amistoso”- Claro, las comillas en eso último es necesario –Por lo cual, creo que debo darles algunas palabras de apoyo, creo que no las necesitan todos son bastante aptos y preparados para cualquier competencia, pero… No se confíen niños-
Por este instante su semblante se muestra bastante serio y frunce el ceño levemente, algunos recuerdos o situaciones vienen a su mente y no solo con él, esos pensamientos lo acompañan.
-La escuela I.D.D.M.R.H.- Suspira, cruzado de brazos, ante los demás –No sé cómo se pronuncia algo así, pero, debemos reconocer que son muy competitivos, entrenan como locos y sus descansos, son solo los momentos que duermen-
-Maquinas, diría yo- Un maestro de cabellos azules, y largos, con los brazos cruzados y una sonrisa burlesca se hace notar, como siempre.
Algunas sonrisas se dejan sonar por la cancha techada, los alumnos igual se refieren a sus contrincantes con ese apodo, pues en efecto.
No son capaces nunca de divertirse, siempre puestos en arduos entrenamientos, que no dejan tiempo a nada más.
Hasta creían que no fueran capaces de sonreír.
-Kardia, no seas tan cruel- El director intentando aguantarse las risas, debía ser la voz de la razón, y la prudencia, pero… Es inevitable no pensar en que es una realidad.
-Oh vamos- Sonríe, palmeando la espalda del otro –Es verdad, ellos son unos amargados, y siempre que quieren, empiezan a fastidiar a nuestros mocosos-
-Pero nuestros alumnos son bastante sensatos y no caen en provocaciones- Sonríe confiado, pero reconoce que la verdad es otra al momento de ver las caritas de algunos, mirando para otro punto o silbando –Ay niños, no hagan caso a Kardia fuera de los entrenamientos de futbol-
La mejor advertencia y concejo que puede dar, pues el hombre de cabellos azules no siempre es el más sensato, pero tiene buenas intenciones.
Un suspiro vuelve a salir de los labios del castaño –Como sea, niños deberán entrenar mucho, como capitanes, deben informarles a sus equipos, de todas las nuevas estrategias que se darán a cabo, a partir del día de hoy, no se deben olvidar de descansar adecuadamente, divertirse también, y sobre todo no hagan mucho caso de lo que lleguen hacer de quienes deseen provocarlos- Sus palabras y advertencias, tratar de sonar tranquilas, pero está divagando un poco.
Después de todo, al tener que enfrentarse a la escuela rival le traerá conflicto muy fuerte y no solo a él, sino a un joven pelilila, que también está allí presente pero como un capitán de un equipo, como cualquiera.
Que de igual forma le dedica una mirada algo nostálgica y triste, solo asintiendo a las palabras del director, y no riendo cuando Kardia hizo aquella broma.
Sin más que eso y algunas instrucciones por parte de los maestros que llevan un excelente currículo deportivo, es como se deben dispersar, para volver a las clases educativas y saber que esa tarde, sus entrenamientos serán bastante intensos, pero todos están dispuestos.
No permitirán que los rivales sigan estando con sus burlas, por haber ganado los encuentros “Amistosos” Por tres veces consecutivas.
No importa tanto el prestigio, si no las oportunidades que los alumnos de esta escuela se les niegan o los dejan en segundo plano por los otros.
Pero en esta ocasión no lo van a permitir, al contrario van a luchar por llevarse el triunfo a como diera lugar.
En el momento en que todos se fueron, parecía uno bastante idóneo para que platiquen algunos capitanes entre sí.
Aunque lo principal aquí, es que cierto capitán del equipo de karate, sea valiente y hable con la capitana de baloncesto.
Tanto deseaba hacerlo, pero sentía que no podía, que diría cualquier tontería.
Y haría el ridículo.
Su amigo Milo, quien está allí como el capitán de natación, le dio muchos ánimos de que hablara con ella, aprovechando que se había quedado sola, mientras va a sus clases.
Sería una buena idea hacerlo, solo que cuando estuvo a punto de llamarla, aun con los nervios de puntos, las manos temblorosas, y algo de sudor presentándose en su ser.
Fue llamado por uno de los más jóvenes maestros, y que claro… Es el hermano mayor de este y un ex alumno de la escuela, estrella de arco y flecha.
Arruinando la posible cercanía de los dos jóvenes.
Aunque Marin ni siquiera se dio cuenta de esto.
Pero algo muy importante está a punto de ocurrir.
---Hora del entrenamiento---
Las jóvenes del equipo de baloncesto, encontrados en sus casilleros antes de ir a sus prácticas.
Apenas Marin abre su casillero.
Ve como una carta cae de su taquilla, notando de inmediato y sonriendo.
Pues significa que su “Admirador Secreto”, le ha vuelto a escribir, pero algo se puede notar diferente en esa carta.
Sin embargo es no lo nota la joven, que se agacha para recogerla, sonríe directamente al verla.
Algo que la delata, y hace que su corazón lata.
-¿Otra carta de tú enamorado?- La peliverde, se recarga en los demás casilleros, sonriente.
-Si- Solo asiente, mirando aquel papel y guardándolo con sumo cuidado en la maleta de entrenamiento –Ahora no la puedo leer, pero la voy a cuidar muy bien- Sonríe –Estaré toda la practica ansiosa por leer, pero… Debo ser profesional y disciplinada-
-Sí, sí, si- Asiente la peliverde, empujando a la peli naranja –Ya vámonos, después me cuentas que dice esa carta ridícula- No es que le molesté, solo una pequeña burla, algo que su amiga expresa y es con cariño.
Sin más ambas chicas van directamente a la cancha donde es sus prácticas, sin embargo alguien se queda sin poder decir nada.
No estaba con las chicas, solo que se encuentra del otro lado de los casilleros, escuchando atento a lo que dijeron ambas, pero en vez se sentirse feliz o alegre de que Marin este sumamente feliz.
Esta consternado, preocupado, y hasta molesto, pues algo ocurre aquí.
-Yo… Yo… ¡¡¡NO LE ESCRIBIRÉ ESTA VEZ NINGUNA CARTA!!!- Aioria rojo del enojo, apretando los puños, sintiéndose en verdad furioso porque esto esté ocurriendo.
¿Quién es la persona que está suplantando las cartas para su amada?