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¿Quién eres? por Bloomx

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Notas del capitulo:

YU-GI-OH no me pertenece, yo solo utilizo sus personajes para crear nuevas historias.

Es martes a las tres de la mañana, lo sé, me atrasé por tres horas, lo siento. La verdad que andaba corta de inspiración, casi no subía capítulo pero no quería decepcionarlos y me obligué a escribirlo, ya sabía lo que quería, solo tenía que escribirlo.

Irónicamente el Bonus lo esribí el lunes pasado por lo tanto fue lo primero que escribí, el resto lo escribí hoy? Sí, escribí todo el capítulo en un día sin parar porque tuve un bloqueo creativo y falta de inspiración durante toda la semana. No sé ustedes pero creo que logré una gran hazaña.

EL Bonus de este cap es sobre Marik y Malik, lo amé y espero que ustedes lo amen también, cuando lo escribí me costó hacerlo corto porque quería seguir y seguir y seguir. Bueno, el próximo y último será el de Seto.

Joey sentía que el viaje desde Egipto era matador, prácticamente había perdido más de la mitad de un día en el aire. A Seto de verdad debía de gustarle Egipto para hacer ese viaje todo el tiempo. No podía dejar de mirar al ricachón de reojo mientras tomaban sus maletas y seguían a Roland a una limusina, parecía a haber vuelto a su estado firme y a su cara perpetua de “jódanse todos”.

Definitivamente le gustaba más el Seto de Egipto, era más relajado, más real sobretodo.

Al primero que dejaron fue a Yugi y luego fue su turno. Dio la dirección de su apartamento a Roland, agradecía que le llevaran pero se sentía un poco preocupado por si alguien en el barrio lo veía y lo reconocía, ya se imaginaba las teorías que sus vecinos podrían llegar a inventarse. Durante el viaje charlaba animadamente con Mokuba, pero de vez en cuando miraba a Seto, no podía evitarlo. A él le preocupaba algo y sentía la necesidad incontrolable de ayudarlo, tal como si fuera uno de sus mejores amigos.

-Ya llegamos, señor Wheeler –le informó Roland estacionando en la calle del complejo de apartamentos en los que vivía. El hombre se bajó del coche para sacar la maleta del maletero.

-Gracias, Roland. Un gusto conocerte Mokuba, quizá nos volvamos a ver ahora que tu primo y mejor amigo andan saliendo –el chico asintió sonriéndole. Joey se bajó del auto y contempló a Seto por última vez antes de cerrar la puerta-. Gracias por el viaje y espero que te diviertas matando zombis cuando llegues a tu mansión. Hasta mañana, ricachón.

Curiosamente el chico le prestó atención por fin, lo miró fijamente y vio como Seto no pudo resistirse a soltar una pequeña sonrisa al haber adivinado su plan. -Hasta mañana, perro.

Joey cerró la puerta sabiendo que su rostro estaba tomando un poco de color. Tomó la maleta y comenzó a caminar hasta su casa, se dio cuenta de que el increíble fin de semana había acabado cuando contempló la cantidad de escaleras por las que tendría que arrastrar su equipaje. Todo el tedioso trayecto se la pasó pensando en la sonrisa que Seto le dio, le recordó a su conversación en la noche, a la forma en que él lo estaba abrazando por la mañana, a las confesiones en la piscina y las risas compartidas frente a la fogata. Recordó el orgullo que sintió cuando Seto admitió que jugaba bien, el líder en videojuegos en Japón creía que era un buen jugador y lo consideraba un buen compañero.

Su cabeza estaba nublada con pensamientos e imágenes de este nuevo Seto que había conocido, tan agradable como lo era a la vista.

Negó suavemente al entender hacia dónde estaban yendo sus pensamientos y catalogarlo como estúpido. A él no le gustaba Kaiba, claro que no.

Dejó la maleta sobre su cama y fue por el uniforme de trabajo, al igual que todos los lunes debía de dirigirse al restaurante luego de comer algo al salir de la escuela. Otra vez una prueba de que el fin de semana había acabado. Pero bueno, necesitaba el dinero para comprar cartas y lo que sea que Kaiba Corp. sacara al mercado el próximo fin de semana. Por lo tanto comió y enseguida bajó en busca de su bicicleta y emprendió el rumbo al trabajo.

Esa noche decidió no entrar a “Magic & Wizards”, después de todo no había visto a su padre en muchos días y quería sentarse a tener una de esas charlas extensas y relajadas mientras comían. Además su padre elevó su buen humor al contarle la noticia de su ascenso en uno de sus trabajos que le permitiría dejar el otro y pasar más tiempo en casa. Joey no pudo evitar lanzarse a abrazarlo con orgullo, su padre de verdad se estaba esforzando en cambiar y lo estaba consiguiendo.

+ - + - + - + - + - +  

Al otro día se levantó temprano para ir a la escuela, el calor en su habitación lo estaba matando y se planteó seriamente el ahorrar para un aire acondicionado, ahora que lo había probado le costaba dejarlo ir. Otra vez entró a la escuela comiendo un helado barato y haciendo un enchastre de sí mismo.

Se arrepintió enseguida que entró a la clase y vio a Duke allí con todo su esplendor hablando con Tristán entretenidamente. Un pedazo de helado se le cayó al quedarse mirando como bobo la hermosa sonrisa del pelinegro. ¿Cómo diablos hacía para lucir tan bien por las mañanas? Al menos no era el único que lo miraba, el resto de las chicas de la clase también lo hacían suspirando y con corazones en los ojos.

-Mira quién volvió a juntarse con personas normales como nosotros –se burló Tristán al verle.

-Lamentablemente… -Joey decidió seguirle el juego.

-¿Cómo estuvo tu viaje? -Duke le preguntó sentándose en el pupitre de Tristán con toda confianza. Joey observó que su amigo se ponía más nervioso que de costumbre.

-Fue genial. Todos fueron muy agradables, incluido Kaiba –reflexionó-. Tenías razón, él es muy diferente cuando está con amigos. No entiendo por qué repele al resto del mundo la verdad, pero mientras estuve allí fue bastante bueno conmigo –pensó nuevamente en los momentos compartidos con Kaiba y se sintió enrojecer.

Más cuando vio la cara de “te lo dije” que le dedicaba Duke, ese ególatra… Para peor era una bonita cara que lo hizo sentir confuso de inmediato, se estremecía cada vez que observaba a Duke pero ahora su estómago tenía un no sé qué al pensar en Seto.

-¿Y tú que hiciste el fin de semana? –le preguntó de regreso.

-Kaiba nos dio el fin de semana libre a gran parte de los empleados, supongo que quería evitar que lo molestáramos mientras él estaba de vacaciones –a Joey se le cortó la respiración, al igual que cada vez que encontraba una similitud entre Duke y el Sacerdote-. Aproveché para encontrarme con unos viejos amigos y durante las noches Tristán y yo fuimos a las arenas, le enseñé a jugar Dados de Monstruos del Calabozo.

Joey juró que su corazón se detuvo por un segundo, o por varios. ¿Acaso necesitaba más pruebas que esas? El sacerdote le había dicho exactamente lo mismo hace un par de días atrás, no podía haber tantas coincidencias juntas, ¿o sí? Pegó la vista a los hermosos ojos esmeraldas de Duke que sonreían al mirar a Tristán, el chico era guapísimo y no dudaría ni un segundo en aceptar una cita si él era el Sacerdote.

Debía de hablar con Duke, estaba seguro de que era él, no quería esperar al sábado.

-Admito que tu juego tal vez no es tan aburrido, pero no creo que sea para tanto –dijo Tristán balanceándose en las patas traseras de su silla y tratando de fingir desinterés.

-Mentiroso, te encantó o no hubieras ido los tres días a jugar –Tristán agarró color y sonrió como tonto cuando Duke golpeó su frente con su dedo índice-. Deberíamos hacerlo de nuevo, quizá así dejes de ser tan terrible.

Tristán adquirió aún más color ante la burla de su incapacidad de ser un buen jugador, pero su estómago revoloteó frente a la oportunidad de tener otra cita-no-cita con Duke. Joey conocía a Tristán hace años, era su más viejo amigo y no pudo evitar prestar atención a la cara de tonto que este tenía en ese momento. Tristán solía sonrojarse igual que él cada vez que Duke estaba cerca, había aceptado ir a las arenas de Kaiba Corp. a jugar con él cuando ni siquiera quería ir con ellos. ¿Acaso a Tristán le gustaba Duke?

Su estómago cayó al piso al darse cuenta de que probablemente sí, al menos eso parecía.

-¡Joey! ¿Cómo estuvo Egipto? –Tea apareció justo en ese momento acabando con el feo reconocimiento de la situación.

-Muy bien, Tea.

A continuación apareció Yugi y Ryou, la conversación volvió a tratarse sobre el viaje a Egipto y el encuentro entre Yugi y Atem. Yugi estaba emocionado mientras les contaba que su novio vendría durante casi todo Agosto. Joey prefirió sentarse en su asiento usual, trataba de escuchar lo que hablaban sus amigos pero su mente estaba ocupada pensando sobre su teoría entorno al Sacerdote. Estaba seguro de que Duke era el Sacerdote, estaba más que emocionado con la idea, pero ahora no tanto al entender que su mejor amigo probablemente también estaba enamorado de Duke.

Escuchó como la gente a su alrededor comenzaba a murmurar, comprendió de inmediato que Seto había llegado y como siempre todos lo observaban como un mono de feria. Miró a Seto y casi de inmediato ese par de ojos azules se encontraron con los suyos. Seto caminó a su asiento con su uniforme bien puesto y con un maletín en mano, no dejaba de mirarle y entonces ligeramente le sonrió, sus comisuras apenas se elevaron.

De inmediato en su estómago comenzaron a revolotearle las mariposas. Probablemente nadie en el salón había notado la sonrisa y eso le gustaba porque se sentía… íntimo. Le sonrió de vuelta antes de que Seto se sentara y solo pudiese ver su espalda. Prácticamente parecía como si lo hubiera sumado a la exclusiva lista de personas que merecían su atención.

-Esto es tan confuso…

Casi no pudo prestar atención a nada durante las clases, su mente tenía cosas más importantes en las que pensar. Había llegado a la lamentable conclusión de que estaba enamorado pero no estaba muy seguro de quien.

Podía confirmar que se le caían las pestañas por el Sacerdote, llevaba demasiado tiempo enamorado de él como para no entenderlo. Pero entonces apareció Duke con una sonrisa engreída encantadora y unos preciosos ojos verdes, él lo había ayudado a mejorar en su juego y se divertía con él a más no poder. Siempre supo que tenía un inocente crush en Seto, le gustaba como se veía, odiaba lo serio que era pero lo hacía ver atractivo a más no poder y sus ojos fríos le impedían apartar la vista, ni hablemos de que durante el fin de semana había aprendido mucho sobre su cuerpo y le gustaba cada cosa que vio. El problema era que ahora lo conocía y no creía que fuera solo una cuestión de físico, él muy maldito era agradable.

¿Acaso le gustaban tres personas? Seto podría ser solo un crush y la emoción de estar cerca de alguien que era muy exclusivo al momento de elegir amistades. Y Duke le encantaba en todos los sentidos, pero no podía evitar preguntarse si eso era así porque creía que él era el Sacerdote, de quién estaba enamorado.

¿Duke le gustaba por ser Duke o porque era el Sacerdote?

-Joey, otra vez te perdiste en tu cabeza. El almuerzo ya comenzó –Yugi lo sacudió sacándolo de sus pensamientos.

Al igual que siempre sus amigos estaban moviendo sus asientos y mesas para almorzar todos juntos. Quería refrescar su mente así que se paró. -Iré al baño, ya regreso.

Estando en el baño se tomó su tiempo y se lavó la cara. Debería de dejar de pensar tanto, conocería al Sacerdote en un par de días y eso podría cambiarlo todo, solo tenía que ser paciente.

De camino a su clase pudo ver a Duke parado en la puerta mirando hacia adentro de forma disimulada. -¿Qué estás haciendo? –se aguantó la risa al ver como Duke saltaba del susto.

-Casi me matas del susto –Duke se acomodó el cabello en un acto que trataba de recuperar su dignidad. Entonces contempló como el rostro de Duke comenzaba a adquirir color al reconocerle-. En realidad estaba buscándote a ti.

Joey se sorprendió. -¿A mí? –Duke asintió suavemente y volvió a sentir como su pulso se enloquecía-. ¿Qué necesitas?

Duke tomó aire nervioso, como si le costara hacer lo que estaba por hacer. -Quería hablar contigo un momento. En privado, si no te molesta.

Joey pestaño varias veces con confusión antes de aceptar asintiendo. ¿Por qué Duke quería hablar con él? El chico le pidió que lo siguiera y juntos fueron hacia la terraza del instituto donde muchos chicos se juntaban a almorzar, con sus amigos solía ir a veces pero el sol de verano no era muy cómodo. Había varios grupos de amigos y Duke fue hacia una esquina tratando de apartarse del resto lo más que podía.

 Observó cómo Duke caminaba de lado a lado nervioso mientras jugaba con el dado en su oreja. La mente de Joey estaba inundada de posibilidades. -¿Crees que es raro que a un chico le guste otro chico? –preguntó finalmente.

Joey tragó saliva con confusión. ¿Acaso eso era una prueba? ¿Duke estaba tanteando camino con él? Porque si era así, era una buena técnica. -No, claro que no. Además sabes que conozco a muchos chicos que le gustan otros chicos -…incluido a mí.      

Duke le sonrió suavemente, Joey reconoció que era una sonrisa con esperanza. Se preguntó si directamente debía de decirle que le gustaban los chicos. ¿Acaso Duke estaba diciéndole que a él sí le gustaban los chicos? ¿Acaso esta era una insinuación para salir juntos? Quizá  estaba emocionándose de más.

-Supuse que no te importaría, pero quería estar seguro al respecto –Duke se acercó más a él luciendo cada vez más nervioso-. El fin de semana Tristán me contó que ustedes son grandes amigos, que se han apoyado en los malos momentos y que confía en ti más que nadie. Por eso pensé que probablemente tú serías el mejor para ayudarme. ¿Sabes si a Tristán le gustan los chicos? ¿Crees que él aceptaría salir conmigo en una cita y ser algo más que amigos?

Nunca había visto a Duke actuar de manera más tímida que ahora.

Joey sentía ganas de vomitar, su estómago se había revuelto y de una manera muy fea. Incluso le faltaba la respiración y se dio cuenta que era porque no estaba respirando. Tomó un fuerte respiro mientras pensaba sobre lo que estaba ocurriendo.

A Duke le gustaba Tristán, tanto que hasta estaba planeando pedirle para salir, lo único que lo detenía era la interrogante sobre la sexualidad de su mejor amigo. Algo sombrío se formó en sus pensamientos, tenía unas ganas tremendas de golpear a Tristán y la sensación de que este le había robado el novio. Sabía que era una estupidez porque entre Duke y él no había nada, pero tenía ganas de reclamar a Duke por el simple hecho de haberse fijado en él primero, a pesar de que todavía no había llegado a la conclusión de si le gustaba Duke por ser Duke o porque pensaba que era el Sacerdote por las cosas que tenían en común.  De cualquier forma le parecía injusto y le hacía apretar los puños.

Contempló a Duke y vio que este lo miraba con una sonrisa tímida y esperanzada esperando por su respuesta. La cara colorada y tonta de Tristán esa mañana era la de un chico totalmente enamorado, vaya a saber hace cuánto tiempo que le gustaba Duke y se lo tenía guardado, estaba seguro de que no era algo nuevo.

Tal y como había dicho Duke, Tristán estuvo ahí en los peores años de su vida. Tenía unas ganas tremendas de contestar que Tristán era heterosexual, pero no podía hacerle eso a su mejor amigo. Tristán merecía estar con alguien que lo ame y que él ame de vuelta.

-Siempre pensé que Tristán era heterosexual –comenzó y vio cómo Duke borraba su sonrisa lentamente y asentía con tristeza-, pero al verles hoy me parece que le gustas. Creo que deberías pedirles para salir. Además si me equivoco puedes estar tranquilo porque Tristán no es la clase de chico que se burlaría de ti y le contaría a toda la escuela.

Duke soltó un suspiro de alivio y una sonrisa volvió a formarse en su rostro, es más se mordía los labios para tratar inútilmente de no sonreír tanto. Joey notó enseguida que el chico estaba emocionado por su respuesta y supo que había hecho lo correcto por más que de verdad, de verdad le dolía.

-Gracias, Joey –del entusiasmo Duke le abrazó y Joey se sintió inundado de un maravilloso olor.

Tristán tenía suerte de que alguien como Duke se había fijado en él. Devolvió el abrazo con incomodidad, había querido esto un millón de veces pero no estaba ni cerca de ser lo que pensaba.

-Siento haberte robado tiempo de tu almuerzo, será mejor que me vaya ahora –Duke se separó dejándole libre y vacío-. A la salida le diré a Tristán para salir en una cita el fin de semana y si todo sale bien, que obviamente saldrá bien –Duke aseguró con confianza-, le pediré para formalizar una relación.

Duke se fue de regreso a su clase y Joey buscó un lugar cerca en el que sentarse en la terraza. No se sentía preparado para volver a la clase y que sus amigos le preguntaran dónde había estado. Tendría que fingir que todo estaba bien, que no sabía nada sobre Tristán y Duke y que su corazón no se había roto de una manera muy extraña. Se quedó ahí pensando que solo habían pasado un par de minutos, pero cuando quiso acordar ya no había nadie en la terraza. Sacó su teléfono de su bolsillo y vio que había perdido la mitad de una de sus clases, además Yugi le había escrito preguntando dónde estaba y si se sentía bien.

Corrió por el pasillo de regreso al salón, no quería meterse en problemas o su padre lo asesinaría, estaba de buen humor por su ascenso y no quería arruinarlo con una carta del director por mal comportamiento y quebrantamiento de reglas.

-Permiso profesora. Salí a tomar aire porque no me sentía bien, ¿puedo pasar? -de inmediato veinte pares de ojos se posaron en él aunque no le importaba, estaba acostumbrado y demasiado deprimido para importarle.

-Claro, señor Wheeler. Si vuelve a sentirse a mal no dude en ir a la enfermería –asintió en agradecimiento a su profesora y fue hacia su asiento.

Todos sus amigos lo miraron extrañados preguntándole con los ojos qué había sucedido, les sonrió tratando de tranquilizarlos y se sentó. Al minuto una bolita de papel que venía de Yugi cayó en su pupitre, leyó “¿Qué sucede? ¿Pasó algo? ¿Estás bien?”.  Tenía ganas de reírse ante tantas preguntas.

Arrancó un pedazo de papel de su cuaderno, escribió “Después te cuento” y lo lanzó hacia Yugi. Necesitaba hablar con alguien. Se dio cuenta de que hasta ahora no le había contado a nadie sobre su teoría de Duke siendo el Sacerdote y de verdad necesitaba una segunda opinión sobre sobre los sentimientos que estaba empezando a desarrollar por Seto.

Y hablando del ricachón, al mirar al frente se dio cuenta de que Seto disimuladamente lo estaba observando. Cuando sus ojos chocaron volvió a voltearse. No sabía qué significaba.

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En el trabajo le costó un montón concentrarse, no dejaba de pensar en la lista de chicos que al parecer le gustaban. Al salir de la escuela Duke le había pedido una cita a Tristán y tuvo el enorme placer de ver como ambos se sonrojaron y su mejor amigo aceptaba, al final ambos se habían ido a sus casas con la compañía del otro solamente.

Ahora estaba tirado en su cama esperando que sea la hora en que el Sacerdote se conectase para hacerlo él también y mientras tanto hablaba con Yugi por teléfono. Por video-llamada podía ver la cara sorprendida de Yugi al escucharle, a él le había parecido curioso que Duke y el Sacerdote fueran la misma persona; le contó sobre las cosas en común y estuvo de acuerdo en que eran buenas coincidencias, aunque no lo convencía.

La mandíbula de Yugi tocó el piso cuando Joey le confesó sus pensamientos cambiados sobre Kaiba. -Pero… es Kaiba… ustedes se odian. Bueno, tú lo odias.

-Definitivamente antes lo odiaba, pero luego de pasar todo el fin de semana bajo el mismo techo y hasta compartiendo la misma cama, me di cuenta de que la persona que odiaba ni siquiera existe. Solo conocía una parte de Seto, ahora que lo conozco totalmente me doy cuenta de que es muy diferente de lo que pensaba.

Yugi se rio con ganas. -No puedo creerlo. ¡Escúchate! ¡Hasta lo llamas Seto! Estas perdido.

-Cállate –le dijo riéndose también y sintiéndose enrojecer-. Además no me importa que tan atractivo sea, lo nuestro es algo completamente imposible, somos muy diferentes. Y sobre todo, de la única persona que estoy de verdad enamorado es el Sacerdote, sea quien sea.

Cuando era la hora deseada entró al juego. Después del lío de sentimientos que había sufrido ese día y su pésimo estado de ánimo, esperaba que un par de duelos en compañía del Sacerdote lo animara. También pensaba que ya era hora de decidir un lugar y hora para encontrarse, o quizá él le diría alguna cosa que lo ayudara a identificarlo fácilmente. Quizá podría decirle algo más de su físico que lo ayude a disminuir su lista y esperar a que el adivinara su identidad, tal como en sus sueños.

Ahora que lo pensaba, sus sueños eran muy de niña pequeña. El amor lo hacía ser patético.

Se alejó a las afueras de la ciudad principal como siempre y esperó a que el Sacerdote diera con él, cosa que no llevó mucho tiempo. En un minuto el avatar egipcio de túnica azul y con un dragón ojo azul de protector apareció, parecía que lo estaba esperando.

“Hola, ¿Cómo has estado?” Le escribió.

“Tengo que hablar contigo de algo importante”. De inmediato Joey se preocupó.

“Claro, ¿sucede algo?”

“No creo que sea una buena idea que nos conozcamos en persona”. Joey pensó que el día no podía ir peor. Habían sucedido muchas cosas pero esta era la peor de todas por lejos. “Lo pensé seriamente y decidí que realmente no quiero tener una pareja, estoy seguro de que no estoy hecho para eso y no quiero darte ilusiones haciéndote creer que lo nuestro podría funcionar”.

Juró que había escuchado su corazón romperse en mil pedazos pequeños. No podía estar pasando esto. El daño accidental que le había provocado Duke no era nada comparado con el que sentía ahora.

“No entiendo, todo estaba bien hace un par de días. ¿Por qué cambias de opinión justo ahora?”

“No es importante. Créeme es lo mejor para los dos. De verdad te aprecio pero no creo que esto vaya más allá de eso, deberíamos de quedarnos como amigos solamente”. Joey tenía ganas de prender su micrófono  y decirle que se vaya bien a la mierda.

“No puedo creer que estés haciendo esto justo ahora a solo días del evento”. Joey sentía como empezaba a elevar temperatura, él solía ser así frente a las cosas que le hacían sufrir: primero se enojaba gritando o golpeando algo, luego se deprimía llorando a más no poder y terminaba con la indiferencia al tiempo. “¿De verdad ese es el motivo o hay otra cosa aparte de eso?”

“No hay nada más, ¿por qué habría otro motivo?”

“No lo sé, quizá redujiste tu lista de posibilidades lo suficiente para darte cuenta de quién soy y al no gustarte estás tratando de huir”. Pensó en Duke y Tristán planeando su primera cita para el viernes. “O quizá te diste cuenta de que hay otra persona que de verdad te gusta y decidiste salir con ella sin darme la oportunidad de siquiera presentarme”.

“No tengo idea de quién eres y no te estoy suplantando por alguien más. De verdad lo hago solamente por ti y por mí”.

“¿Es porque somos diferentes? No entiendo por qué ni siquiera me das la oportunidad”.

“Estoy seguro de que tenemos más cosas en común de lo que pensamos. Perdón por no darte la oportunidad, será mejor así. Voy a irme, siento que si me quedo cambiaré de opinión y no puedo permitirlo. No me conectaré el resto de la semana, volveré el lunes y quizá podamos retomar nuestra amistad sin transformarla en algo más. Adiós Senshi y lo siento”   

De inmediato prendió su micrófono desesperadamente, no podía escribir algo lo suficientemente rápido para evitar que se vaya de la forma en que sus manos temblaban. El avatar se esfumó en el momento en que habló. -¡Sacerdote, espera, por favor!

Joey se dio cuenta de que estaba sollozando a pesar de que se negaba a llorar. Lo habían dejado prácticamente plantado en el altar. Salió del juego con frustración y apagó su computadora. Siempre quiso hacer la escena de tirarse en la cama a llorar, pero nunca pensó en lo feo que debería de sentirse hasta que lo hizo.

Ese era el peor día de su vida.

Todo había salido mal y algo en todo eso no le sabía bien. No podía cancelarle por su bien, eso no tenía nada de sentido para él, debía de haber otro motivo detrás, como haberse conseguido a otro chico con el que salir. Imaginó en su almohada la cara de Duke y le dio un puñetazo, estaba seguro de que era él, explicaría completamente el porqué de la cancelación.

 El fin de semana que se fue a ese estúpido viaje a Egipto, Duke se la había pasado durante tres días jugando con Tristán en las arenas de Kaiba Corp., su mejor amigo era un chico asombroso y no dudaba de haber podido seducirlo con facilidad. Ahora Duke se daba cuenta de que Tristán era un buen partido y terminaba el contacto con él. Eso sí tenía sentido.

Hundió su rostro en la almohada dejando que algunas lágrimas cayeran y ahogando sus sollozos. Estuvo un rato largo así cuando se le ocurrió algo.

El primer día que fueron todos a las arenas de Kaiba Corp. con Duke, Yugi y él se habían enfrentado a un Duelo de Monstruos utilizando sus mejores y más preciadas cartas. Recordaba claramente haber utilizado sus cartas de dados mágicos, sus chivos expiatorios, su bebé dragón y su increíble Dragón de ojos rojos. Duke debió de haberlo reconocido de inmediato en el caso de ser el Sacerdote y probablemente se lo hubiera hecho saber a pesar de que por ese entonces no se habían confesado.

 Duke no era el Sacerdote, no sería lógico que dijera que lo quería conocer si ya sabía quién era, así como tampoco tenía sentido que dijera que le gusta para después ir detrás de otro chico. No tenía idea de quién era el idiota insensible detrás del Sacerdote, pero no era Duke Deblin.

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Durante la noche no pudo dormir bien y le daba vergüenza admitir que varias veces se había puesto a llorar de la nada al recordar la decepción amorosa por la que pasó. Cuando el despertador sonó por segunda vez lo apagó y se sentó en la cama con la sensación de que un camión le había pasado por encima, solo quería quedarse en su cama y seguir durmiendo.

Esa mañana le costó todo; vestirse, colgarse la mochila, andar en bicicleta y pegar una sonrisa en la cara cuando entró al salón y vio a Duke y Tristán charlando muy cerca del otro, rozando sus dedos entre sí con miedo de tomar de forma definitiva la mano del otro.

Tomó aire y se dispuso a sacarse la duda decisivamente.

-Hola Duke, ¿cómo estás? –el chico saltó con sorpresa al verle, dudaba de que siquiera fuera consciente del resto de las personas a su alrededor excepto por Tristán.

-Fantástico –le dio una sonrisa enorme para dejar claro su felicidad-, ¿y tú? Te ves un poco mal.

-Lo sé, tuve una mala noche –trató de quitarle importancia y fue al punto-. Sabes, anoche estaba jugando a “Magic & Wizards” y me pareció ver a alguien que hacía trampa, lo denuncié a los administradores, pero me di cuenta de que sería más fácil denunciarlo frente a un vigilante. Entonces pensé en ti, pero nunca supe el nombre de tu segundo avatar y no pude.

Duke frunció el ceño con enojo. -Es increíble que eso siga sucediendo a esta altura, por suerte solo pasa pocas veces –Duke se lamentó y Joey asintió fingiendo comprensión-.   El nombre de mi segundo avatar es ‘AoiSaikoro’, la próxima vez puedes escribirme por privado, si es durante la noche podré solucionarlo de inmediato.

-Claro, gracias Duke.

Joey sintió como uno de los pesos sobre su espalda se iba, se dio media vuelta y se fue a su asiento para devolverles la poca privacidad que tenían a Duke y Tristán. ‘AoiSaikoro’ (dado azul) era el avatar vigilante de Duke y ‘AkaiSaikoro’ (dado rojo) sabía que era el nombre del avatar usual de Duke. Duke definitivamente no era el Sacerdote.

Debió de haber hecho eso hace mucho tiempo y haberse ahorrado el horrible dolor de cabeza ante la confusión de ayer. Se dio cuenta de que Duke había perdido parte de su encanto en segundos confirmando su teoría de que su enamoramiento por él se debía un poco al pensamiento de que él era el Sacerdote. Miró a Duke y Tristán, estaban cerca del otro y hablaban a susurros dándose sonrisas tontas, no era tan hipócrita para no alegrarse por ellos. Estaba feliz de que su mejor amigo saliera con un chico atractivo y divertido, se lo merecía.

Seto entró al salón y encendió los murmullos como siempre, pero esta vez más que nunca.

Tenía grandes ojeras marcadas, no se había peinado prolijamente como siempre (Joey seguía creyendo que se veía genial así), su uniforme no estaba prolijamente abrochado y aterrizó en su asiento con frustración. Lo usual a continuación sería que sacara su computadora y se pusiera a trabajar, pero esta vez ni siquiera llevaba una computadora, apoyó los codos sobre el pupitre y comenzó a masajearse las sienes con frustración.

-Uff, no tienes idea de las ganas que tengo de faltar al trabajo hoy -Joey escuchó murmurar a Duke que observaba a su jefe.

Joey pensó que los empleados de Kaiba Corp. sufrirían bastante a penas el jefe saliera de la escuela. No importaba cuantas veces lo dijera; escuela y jefe juntos sonaba extraño. Estaba seguro de que a Seto lo que le faltaba era una buena ronda de asesinar zombis.

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 Durante toda la semana le costó levantarse más de lo normal y ni hablemos del dichoso sábado, estuvo en su cama mirando el techo por más de media hora. Solo quería llamar a Yugi y decirle que se quedaría en casa y no iría al evento.

Sabía que si hacía eso Yugi y el resto de sus amigos estarían en su puerta preguntándole qué pasó. Además era un día importante para Yugi y Ryou, para Duke también, no quería arruinarles los planes a sus amigos a pesar de que no quería levantarse.

-¿Te sientes bien, Joseph? Has estado decaído toda la semana –su padre lo miró preocupado desde la mesa donde se tomaba su usual taza de café-.  No te habrás contagiado de algo raro en Egipto, ¿verdad?

-Claro que no, papá, no te preocupes. Mi cabeza ha estado en otro lado estos días, eso es todo –se sentó frente a su padre a tomar un té y comer algunas galletas dulces.

-¿Qué, estás en esa etapa en la que te enamoras de muchas personas a la vez y no sabes qué hacer? –Joey se atoró con su té de inmediato y su padre comenzó a reírse-. Ay el amor, uno no puede vivir con él ni sin él.

 Joey se bebió hasta el fondo de la taza en un trago y tomó un par de galletas con intención de huir. -Ya me voy, papá, o llegaré tarde.

-Recuerda que elegir a la persona correcta es lo más importante –su padre le dijo mientras salía por la puerta.

Ni le contestó, de todas formas ni había entendido lo que quería decir. Hay personas correctas e incorrectas, muy bien y luego, ¿qué? ¿Cómo sabía quién es una persona correcta y cuál es una persona incorrecta? Eso era demasiado confuso como para ser su lema en el amor en ese momento. 

 El evento era bastante parecido al anterior, solo que esta vez al llegar se encontraron con una muchedumbre siendo sacada a la fuerza por haberse querido colar al área VIP, al parecer esta vez todo era más exclusivo de lo que era antes y eso había colmado la paciencia de muchos fanáticos. Por todos lados escuchaban teorías sobre qué era lo que Kaiba Corp. se proponía sacar a la venta ese día y que regalarían solo a los mejores jugadores, tal como la vez pasada.

-Nos vemos luego –Duke y Tristán se dieron un beso pequeño y disimulado en la entrada de la zona VIP.

Los cuatro pasaron tranquilamente y enseguida comenzaron a identificar caras conocidas como a Mai y a un montón de tontos a los que habían pateado el trasero y aun así lograron llegar al evento.

Joey contemplaba todo lo que sucedía a su alrededor como si no estuviera de verdad ahí, como si estuviera invadiendo. Mai estaba contenta de verlo, Esparoba se sentía complacido por conocer a quién le ganó su Jinzo y el tonto niño insecto no dejaba de retarle para recuperar su Reina Insecto. Aparecieron los administradores entre el público, esta vez la gente los reconocía y los rodeaban para sacarse fotos. Atem y Yugi se abrazaron a más no poder luego de no verse por una semana.

Malik se acercó y se colgó de su cuello feliz por volver a verlo, expresó su indignación por no haber aceptado ninguna de sus propuestas para jugar juntos en “Magic & Wizards”. Realmente no sabía cómo decirle que solo había entrado al juego estos días para fijarse si podía encontrar al Sacerdote para luego salir.

Nada de lo que sucedía a su alrededor lo estaba viviendo de verdad, era como si mirara todo desde arriba, como si estuviese mirando la vida de alguien que no era él y era incapaz de poner una sonrisa en su cara.

-Saldré a tomar aire –le informó a Tea una hora después cuando las puertas del evento VIP ya se habían abierto para todo público.

Salió por una de las puertas de emergencia que lo llevaban a la calle. Kaiba Corp. había construido una plaza delantera frente al edificio y decidió sentarse en una banca de piedra. El evento no tenía gracia ninguna para él, había esperado con ansiedad y entusiasmo solo porque se suponía que por fin vería al Sacerdote. Pero él no quería conocerle. Qué importaba la mierda que lanzara Kaiba y su empresa, se suponía que este día era importante por otra cosa.

Contempló el artefacto en su brazo izquierdo, el Duelodisc era la nueva y exclusiva forma de jugar Duelo de Monstruos. Atem y Marik se habían enfrentado en un duelo de apertura mientras lo usaban y había sido increíble, ya no necesitaban las arenas de juego ni el juego en la computadora para tener un duelo.

Sacó su mazo del duelodisc y contempló sus cartas. Sabía que debía de estar más emocionado por su nueva adquisición, pero solo era capaz de sentir un vacío y pensar en lo increíble que hubiese sido tener un duelo ese día con el Sacerdote, ver como sus dragones se enfrentaban entre ellos como hologramas.

-No puedo creer que siempre consiga ser más insoportable que el día anterior –Seto Kaiba había salido por la puerta de emergencia igual que él y murmuraba quejas mientras se masajeaba las sienes.

Joey devolvió sus cartas al duelodisc y contempló como estiraba los músculos de su cuello; lucía cansado, tanto o más que él. No dudaba que no hubiese dormido más que un par de horas al día para poder llevar a cabo este evento, hasta lo hacía sentir mal por no estarlo disfrutando como se merece. Seto ni siquiera se dio cuenta de su presencia hasta que pasaron un par de minutos.

Se sorprendió al verle. -¿Qué haces aquí, perro? ¿No deberías de estar adentro con el resto?

-¿Y tú? Es tu evento, con más razón no deberías de estar aquí afuera.

Seto frunció el ceño pero no le dijo nada, lo consideró un triunfo. Él miró su duelodisc en su brazo, también llevaba uno en el propio. -¿Acaso no te gustó la actualización?

-Supongo que está bien –Seto lo miró con una cara que dejaba claro que no estaba para nada conforme con la respuesta-. Lo siento, no estoy humor.

Seto lo observó de arriba abajo con curiosidad, sus ojos azules le taladraron en busca de algo, al final suspiró y le preguntó: -¿Estás bien?

Le sorprendió que Kaiba se haya tomado las molestias de preguntarle sobre su salud, quizá fue eso lo que lo llevó a responder con sinceridad a pesar de que no lo hubiera hecho de lo contrario. -La verdad que no. No debería de haber venido hoy, ya me voy.

Seto vio como Joey se levantaba sin ganas, le asintió ligeramente con la cabeza y antes de siquiera pensar en la posibilidad de detenerle, ya se estaba yendo calle abajo. No entendía  qué clase de cosa podría haber sucedido para que alguien como Joey se viera tan deprimido y poco entusiasmado sobre un juego exclusivo, de alguna manera eso lo hacía sentir mal.

-¿Por qué te saliste? No me digas que sigues enojado por la discusión de antes –como siempre su primo Atem lo siguió para ver qué estaba haciendo.

-Más te vale que no tengas la intención de estar encima de mí durante toda tu estadía en Japón, porque te juro que si lo haces te ataré a la cola del próximo avión que salga para Egipto.

-Siempre es tan agradable hablar contigo… -Atem le sonrió con burla, dejándole claro que le importaba un rábano todas las amenazas vacías que podía llegar a darle.

Seto decidió ignorarlo, quizá de esa forma al fin entendería y se iría para dejarlo solo con sus pensamientos.

Miró hacia el banco donde estaba Joey sentado poco tiempo atrás y se dio cuenta de que había una carta de duelo de monstruos en el suelo. No pudo evitar maldecir ante eso. ¿Qué acaso ese perro pensaba dejar caer una carta cada vez que había un evento? Él no podía ir detrás siempre para devolverle sus cartas.

Caminó hacia allí y se agachó para recogerla, cuando la tuvo entre sus dedos se congeló al contemplarla.

Era el dragón Negro de Ojos Rojos.             

 + - + - + Algunos años atrás en Egipto + - + - +

Marik estaba en su cuarto lamentando su existencia, se había tirado en la cama boca abajo y llevaba un par de cascos en la cabeza del cual salía una música deprimente que le hacía entrar en un paralelismo psico-música. Estaba abrazando a su almohada y tratando de que las lágrimas no dejaran sus ojos. Ese fue el motivo por el cual no se dio cuenta de que sus tres amigos lo miraban a través de la ventana abierta de su cuarto, siempre estaba abierta para que ellos entraran por ahí si así lo deseaban.

-Debe de ser una broma –comentó con fastidio Akefia-. Lo está haciendo otra vez.

-Piénsalo de este modo, será la última -reflexionó Atem-. Siempre y cuando Malik cumpla su palabra. Quizá después de la cita Malik pierda su encanto -pensó en la segunda opción que más los hacía temer-, o Marik se emocione de más y trate de tener otra cita.

-Da igual, ya le conseguimos una cita y no fue barata –Seto comenzó a saltar la ventana-. Que se conforme con eso.

Los tres entraron en la habitación y Marik saltó del susto cuando Seto le dio con un almohadón en la espalda. Se sentó de inmediato y se sacó los audífonos, con disimulación se secó los ojos para que ellos no lo vieran, aunque sabía que probablemente los tenía rojos. Akefia se sentó a su lado y le puso una mano en el hombro, Atem hizo lo mismo del otro lado y Seto se apoyó en la pared frente a él negando con la cabeza, como siempre él no entendía.

Hace dos días al salir de la secundaria persiguió a Malik, el hermoso chico que lo traía loco desde hacía años. Él iba caminando sensualmente por el pasillo con dos amigas riéndose y saludando a otras personas, siempre fue muy sociable y todos lo querían, eso lo hacía poner de los nervios. Se había esparcido el rumor de que un chico de último año le pediría salir y ahora debía de apurarse para hacerlo primero, pero como siempre, solo logró humillarse a sí mismo. Al estar frente a Malik se le trabó la lengua y ni él sabía lo que había dicho, pero el chico lo miró extrañado sin entender y con fastidio por estar repitiendo otra vez la misma escena, sus amigas se rieron y Malik volteó los ojos con exasperación. Otras personas también se habían detenido a observar y la presión lo hizo huir. Al menos nadie más lo invitó ese día, pero otro día podría pasar, no era el único interesado en Malik.

-Solo sé humillarme a mí mismo. Él debe odiarme. Puedo hablar con él normalmente pero cuando se trata de invitarlo a salir me tranco y empiezo a sudar horrible –Marik se lamentó.

-Debes de intentarlo de nuevo –le dijo Seto firme, Marik comenzó a negar rendido, el castaño se acercó y dijo claramente-. Debes de hacerlo. Tienes que dejar de ser un cobarde Guardián, ¿no se supone que tienes ese apodo porque eres el más valiente de los cuatro? No puedes dejar que un niño bonito te asuste. Mañana es tu cumpleaños y el último día que tienes para invitarlo antes del fin de semana, tienes que ir y decirle claramente lo que quieres. Estoy seguro de que va a decirte que sí y luego solo tienes que asegurarte de no meter la pata en una cita, si fuera igual de tonto que tú, eso sería lo que más me preocuparía.

Marik miró a Seto boca abierto. De todos sus amigos él era el que menos lo apoyaba, directamente no entendía por qué quería tener un novio y le fastidiaban sus actos de cobardía. Si algo sabía de Seto es que él no es un mentiroso, Seto confiaba en que él lo lograría y valoraba eso, tanto que se llenó de energía para volver a intentarlo.

+ - + - +

Al otro día era viernes y era su cumpleaños. Se bajó del auto de su padre con decisión, se despidió, se colgó la mochila a la espalda y entró al instituto. Apenas era consciente de las personas que lo saludaban, estaba concentrado en buscar a Malik. Al fin lo encontró fuera del salón de clase con sus dos amigas más cercanas, tomó aire y exhaló antes de acercarse.

Los tres pararon de hablar y lo miraron cuando se puso enfrente, se concentró en pegar la vista a los hermosos ojos lavanda de Malik. -Hola, siento del otro día -Malik asintió ligeramente dándole confianza para seguir-, yo quería preguntarte si te gustaría… salir conmigo… un día de estos. Entiendo si no quieres, de verdad, no me ofendo si quieres decirme que no, otra vez. Lo entenderé, pero me gustaría mucho que aceptaras…

-Me parece bien -la voz de ángel de Malik lo hipnotizó y se quedó mirándolo de forma boba mientras razonaba la respuesta. No jodas, ¿él había dicho que sí?    

-¿De verdad? –volvió a preguntar, estaba asombrado y las dos chicas al parecer también porque miraban a Malik como si le hubiera salido una segunda cabeza. Malik asintió de nuevo dándole una ligera y hermosa sonrisa-. Bien, genial, perfecto… ¿te parece bien el sábado de la semana que viene?

-El sábado es mi cumpleaños, pero puedo el viernes.

-El viernes entonces –Malik le asintió sonriente y se dio media vuelta para entrar al salón de clases.

-Por cierto, feliz cumpleaños, Marik –se volteó a ver al chico y dio gracias por no tropezarse. 

Estaba completamente perdido en esa sonrisa y en su mente no dejaba de festejar haber arreglado la primera cita de su vida con el amor de su vida. Se sentó en su asiento de siempre. Todo había sido tan fácil, Malik solo le dijo que sí; no lo miró mal, no volteó los ojos con irritación. Generalmente le decía que no y simplemente se iba, pero esta vez se quedó allí y hasta le sonrió. Esto era un milagro de cumpleaños.

+ - + - +

-¡Tienes una cita! ¡Tú primera cita! –una de sus amigas se abrazó a su brazo apenas Marik entró al salón y chilló de emoción-. Marik es tan atractivo, sabía que algún día aceptarías.

-Sí… ¿por qué dijiste que sí esta vez? Pensé que no te gustaba la forma en que le tiemblan las piernas y comienza a sudar cuando está frente a ti –su otra amiga comentó.

Malik se rio, ella tenía razón, perdía la paciencia cuando Marik no le decía nada y al final huía como todo un cobarde. Había estado durante años esperando a que Marik lo invitara a salir pero él era incapaz de tomar la iniciativa y eso era algo que no le gustaba para una pareja, al final Marik le dejó de gustar y dudaba que volviera a gustarle. Pero había aceptado la cita porque prometió hacerlo, le habían ofrecido grandes cosas si lo hacía. Tendría una cita con Marik y entonces se libraría de su acoso constante para siempre.

-Solo me cansé de decirle que no. Saldremos en una cita y entenderemos que no somos el uno para el otro. Y ya -les dijo. Ellas asintieron con entendimiento y decepción, siempre habían querido que terminaran juntos.

+ - + - +

Marik reventaba de felicidad al llegar a casa, todavía no borraba de su mente la sonrisa que Malik le dio junto a sus felicitaciones. Apenas encontró a sus mejores amigos no pudo contenerse de lanzarse sobre Seto para abrazarlo en agradecimiento por su apoyo.

-Gracias, gracias, gracias. Estaba a cinco segundos de rendirme, pero me diste la fuerza para intentarlo de nuevo y Malik aceptó salir conmigo el próximo viernes.

Seto estaba que no sabía qué hacer, vio por sobre el hombro de Marik a Atem aguantando la risa. No estaba acostumbrado a las muestras de afecto y a la invasión de su espacio personal, le devolvió con incomodidad el abrazo y dejó un par de palmadas secas en su hombro. -Claro, no fue nada -al parecer todo había salido como lo planeó. Ahora Marik tenía que aprovechar la oportunidad.

 + - + - +

Al próximo viernes Malik estaba en su habitación arreglándose, no le importaba mucho la cita pero era su primera vez y quería lucir bien, además debía de admitir que la forma en que Marik solía mirarlo inflaba su ego a más no poder. Se echó un poco de perfume para terminar. Habían quedado en que Marik pasaría por su casa a recogerle, vivían a cuadra de distancia, no tenía idea de a donde planeaba llevarlo así que prefirió vestirse bien por las dudas. Por eso y porque quería hacer babear a Marik.

A las seis le llegó un mensaje, lo estaban esperando en la entrada. Al cerrar la puerta de su casa se fijó en que había una motocicleta morada aparcada en la calle, el conductor se sacó  el casco y entonces se dio cuenta que era Marik. Su corazón palpitó fuerte al tener que reconocer la increíble imagen de un chico sexy sobre una motocicleta, era simplemente ardiente.

-Hola, te ves increíble -los ojos de Marik lo miraron con hambre de arriba abajo y no pudo contenerse de dejar salir una sonrisa tonta, la mirada contraria se plantó en su estómago desnudo por el top y se sintió estremecer, su cuerpo estaba conspirando  en su contra.

-Gracias, tú también -admiró su chaqueta de cuero y sus pantalones rotos, le encantaba ese estilo de chico malo, le quedaba perfecto-. No sabía que tenías una motocicleta.

-Es nueva, me la regalaron por mi cumpleaños -le tendió un casco que Malik tomó con cuidado. Marik se dio cuenta de que Malik quizá no quería despeinarse o no le gustaba la idea de ir en dos ruedas-. Si no quieres usar la motocicleta puedo pensar en otra cosa…

-¿Estás de broma? Me encantan las motocicletas, siempre quise una -Malik le sonrió con ganas, se moría de ganas de subirse en esa monstruosidad. Tomó el casco y comenzó a ponérselo, pero tuvo dificultades para prender el broche.

-Déjame ayudarte. Levanta un poco la cabeza –Malik lo hizo y entonces Marik prendió el broche por él. Se le cortó la respiración al ver solo sus ojos dentro del casco, bajó el plástico oscuro y cabeceó al asiento de atrás-. Vamos, sube.

Malik apoyó una mano en su hombro y se subió detrás con agilidad, no pudo evitar otra sonrisa cuando se sostuvo de la cintura de Marik mientras él se ponía su casco. Muy bien, todo esto parecía salido de su imaginación, de una cita creada por su mente cuando dormía. Disfrutó del viaje y deseó tener la oportunidad de que Marik lo llevara de nuevo, quizá él aceptase llevarlo un día a pesar de ser solo amigos.

Llegaron a un restaurante al cual Marik venía frecuentemente con sus famosos amigos, si algo podía confirmar Malik era que tenía los mejores amigos del mundo sin duda. Era elegante para un par de adolescentes como ellos y por eso disfrutaron más que cualquiera de los comensales, comieron hasta reventar de los mejores platos de Egipto. Malik lo estaba disfrutando más de lo que quería aceptar y es que pasar el tiempo con Marik era increíble, él chico era más divertido de lo que creía y tenían más cosas en común con él que con cualquier otra persona. Terminaron subiéndose a la motocicleta de nuevo para ir por el postre, al parecer ambos coincidieron que no había mejor helado que el de vainilla de McDonald’s, era increíble lo cómodos que se sentían al pasar de lo más caro a lo más simple.

-Supuestamente me regalarán una motocicleta el próximo año y espero que lo cumplan porque me parecen geniales -Malik limpió el helado del fondo del vaso y se lo comió.

-Mientras tanto, yo puedo llevarte siempre que quieras -ofreció Marik, vio cómo este se estiraba y limpiaba la comisura de su labio-. Tenías helado –recién dándose cuenta de que invadió el espacio personal de Malik-. Lo siento, no quiero incomodarte.

Malik le sonrió, Marik lo estaba haciendo sentir la persona más importante del mundo, el interés que tenía en él se notaba a la distancia y lo hacía temblar de emoción. -Está bien. Y no debiste ofrecerte a llevarme siempre que quiera, acabas de firmar tu sentencia, no podrás liberarte de mí ahora.

-Eso espero –Marik no se aguantó de decir. Y es que él estaba dispuesto a ser su esclavo si se lo pedía, lo único que quería era que Malik no se alejara de él y si su motocicleta podía darle eso entonces así sería.

Notó que Malik se sonrojaba de inmediato al escucharlo y él lo imitó de la vergüenza, nunca podía aguantarse cuando estaba con él. Ninguno dijo nada por un rato. Malik comentó algo sobre la escuela para romper el incómodo momento y volvieron hablar como antes.

El viaje a su casa llenó de dudas a Malik, había sido una cita asombrosa, tan asombrosa que había superado por más de una hora el toque de queda que sus hermanos le habían dado para llegar. Marik era increíble, tenían muchas cosas en común para hablar, era ardiente como el infierno y lo hacía sentir como un diamante en bruto. Se bajó de la motocicleta y se sacó el casco, Marik no se bajó pero sí se sacó el propio.

-Gracias por aceptar salir conmigo. Espero que te haya gustado -Marik miró al suelo frunciendo el ceño con una pelea interna sobre si debía invitarlo de nuevo a otra cita.

Malik comprendió de inmediato la cuestión sobre la cual el chico pensaba, creyó que otra vez Marik se iría sin decirle nada y eso realmente lo decepcionó. Quería que lo invitara de nuevo a salir y fue entonces que se dio cuenta de que el problema siempre había sido él al querer forzar a Marik a dar el primer paso a pesar de tener vergüenza. Ahora el chico más atractivo que vio en su vida se iría. No podía permitir algo así.

-Gracias a ti por invitarme, me divertí -le tendió el casco. Saltó de un pie a otro con timidez-. Escucha, mañana es mi cumpleaños y haré una pequeña fiesta, ¿por qué no vienes un rato? Puedes traer a tus amigos también, no he visto a Atem en un tiempo largo.

-Me encantaría -Marik se emocionó y le sonrió.

Malik le correspondió y se dio vuelta para volver a su casa, donde estarían sus hermanos esperándole para rezongarlo por llegar tan tarde y ni siquiera avisar al respecto. Pero bueno, siempre había sido el hijo rebelde de la familia aunque fuera difícil creerlo. Y como rebelde, era muy codicioso.

Volvió a voltearse y detuvo a Marik en su proceso de colocarse el casco nuevamente. Se acercó y lo besó, o lo más cercano a eso porque nunca había besado a nadie en su vida. Marik lo tomó por la mejilla profundizando el beso suavemente. Fue la mejor primera cita y primer beso que pudo imaginarse. -¿Quizá deberíamos tener otra cita? –Marik se animó a preguntar y Malik sonrió asintiendo, Marik solo necesitaba un pequeño empujoncito.  

 + - + - + 

Al otro día se sintió como rey en una fiesta que era solo para él y no pudo evitar sonreír como idiota al ver que Marik había llegado, se sintió temblar y se lo comió con los ojos. Sus mejores amigas se rieron de él al verlo mientras le decían “te lo dije, un día ibas a caer” y “siempre supe que terminarían juntos”. No quería admitirlo, pero se la pasó pegado a Marik, era su puto cumpleaños, se merecía lanzarse encima del chico más caliente como regalo.

Esperó a que Marik fuera al baño para acercarse a sus tres amigos que estaban en unos sofás riéndose entre ellos y disfrutando de las botanas. Principalmente se dirigió a Seto con quien había hablado hace un par de días.

-Quiero romper el acuerdo –fue directo y llamó enseguida la atención de los chicos-. No quiero nada de las cosas que prometieron y tampoco quiero que le cuenten sobre esto nunca. Quedará como un secreto entre nosotros que nos llevaremos a la tumba. ¿Trato?

Seto sonrió de costado, sabía que esto pasaría, era un chico de negocios. Contempló la mano que Malik le ofrecía y la estrechó. -Me parece bien, es un trato.

Al día siguiente tuvo su segunda cita con Marik y fue tan asombrosa como la primera. Comenzaron a tener citas todos los fines de semana al punto en que ya era ridículo darles ese nombre. Malik tuvo que esperar un largo tiempo para que Marik se decidiera a preguntarle para formalizar la relación, pero esta vez le tuvo paciencia y disfrutó de las atenciones mientras tanto.          

Notas finales:

¿Les gustó?

Ya lo he dicho en mi otra historia, pero lo vuelvo a decir, odio hacer sufrir a mis personajes, más si se trata de cuestiones de amor. Al punto en que a veces a propósito lo hago durar menos o avanzo rápido en el tiempo, soy más de otro tipo de drama.

Recuerdo que hace muchs capítulos alguien me dijo que Joey estaba super confundido entre dos chicos, yo me reí y le dije que esperara porque se pondría peor, bueno ahora son tres chicos jajaja. Espero con ansias el momento en que Joey se de cuenta de que en realidad siempre estuvo enamorado de una sola persona.

En el próximo cap veremos muchas cosas. Primero hablaré más sobre cosas que suceden durante el evento y el resto de los personajes, al fin Ryou y Akefia van a conocerce. Segundo tendremos narración desde Seto porque sí, Seto ya sabe quién es su amado Senshi!

Mala noticia: el cap que viene es importante y yo comienzo la semana que viene con tres parciales en la universidad, por lo tanto no subiré capítulo. Sabía que este momento llegaría en algún momento, lo siento pero tendré que empezar a actualizar cada dos semanas o me pasará lo de hoy.

De nuevo disculpen mi retraso de tres horas! jajaja

Gracias por leer!!

Nos vemos en el próximo capítulo!!


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