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¿Quién eres? por Bloomx

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Notas del capitulo:

YU-GI-OH no me pertenece, yo solo uso sus personajes para crear nuevas historias.

Me alegro de que tenga una ocasión más para compartir algo de esta historia.

Desde ya les pido perdón por no haber subido capítulo la semana pasada. En la noche del lunes pasado terminaba de escribir a toda velocidad (claramente terminaría subiéndolo el martes de madrugada, pero no era una semana después), pero de la nada mi computadora se trancó y ya no la pude destrancar más. Esta viejita y andaba tacaño en cuanto a comprarme otra. Se imaginarán que estaba muy angustiada, no me creía capaz de escribirlo de nuevo de la misma forma y estaba conforme con el resultado. Por suerte mi hermano estudió programación un tiempo y pudo hacer que volviera a aprender, sin embargo fue muy claro con 'no seas tonta y cómprate una nueva, ya te lo he dicho'. Y bueno acá estoy, con computadora nueva y ahorros en -0. 

Disculpen la demora y que no haya contestado a las maravillosas personas que me escribieron. 

Disfruten el epílogo!

Epílogo:

Nada en la fiesta de cumpleaños era la gran cosa, es más, a Joey le parecía similar a lo que habían hecho para Atem meses atrás. Supuso que así sería como les gustaba a los chicos: buena compañía y buena comida para variar.

– ¿Qué tan seguido te permites comer esto? –Joey le preguntó a Seto mientras engullía un gran trozo de pizza con deliciosa mozzarella que resbalaba por los bordes.

–En realidad no mucho, no es algo que me guste –Seto miró su porción con poco interés.

Joey se atragantó y lo miró con los ojos lagrimosos por quemarse. –Espera un segundo. ¿Me estás diciendo que no te gusta la pizza?

–Pues no –Seto respondió serio.

En ese segundo Joey se replantó sus gustos románticos. Salir con alguien a quien no le gustaba la pizza…  debía de estar loco para seguir adelante con esto. Quizá a Seto no le importaría si comía pizza mientras él se quedaba con un elegante sushi. Detuvo su pensamiento cuando Seto se comenzó a reír con ganas, se estiró y le limpió un poco de salsa de tomate de la comisura del labio.

–Era broma, claro que me gusta la pizza. ¿Qué clase de rarito crees que soy?

Joey soltó un suspiro de alivio. –Pues qué bueno que me lo dices, yo ya estaba pensando en cómo traficar pizza en este sitio. 

–Estoy seguro de que eso no será necesario. Te prometo que habrá una pizza esperándote cada vez que vengas a visitarme.

Ahora sí que Joey se estaba derritiendo de la emoción. Esa era la confesión amorosa más hermosa que había escuchado en su vida…

Sentados en el sofá carmesí de la sala, Joey se acercó más a Seto. A su novio. Seto Kaiba era su novio ahora y también era el Sacerdote. Estaba en una relación formal con aquel chico que conoció hace meses a través de un videojuego y que se hacía llamar ‘Sacerdote’. Evitó mirar a la cara al resto y dejó salir una sonrisa de sorpresa, de gusto, de incredulidad.

“Es increíble que todo haya acabado así…”

– ¿Todo bien, cachorro? –Seto se movió para tratar de verle.

–No puedo terminar de creer lo cerca que hemos estado del otro todo este tiempo.

–Yo tampoco –pasando un brazo sobre sus hombros, lo acercó a un ligero abrazo–, ojalá lo hubiera sabido antes. Siento que perdimos tiempo valioso para estar juntos.

Joey reflexionó al respecto; todas las preguntas, las incógnitas, el misterio, la duda… luego la pena, el dolor… y finalmente la sorpresa, el amor y la felicidad.

–Yo no cambiaría nada –importándole poco estar rodeado de sus amigos, Joey se estiró y le robó un beso profundo a su chico–. Me gustó haberte conocido de esta forma, me gusta haber podido conocer a Seto.

Recibió una sonrisa blanca de dientes perfectos y una caricia en la nuca que lo atrajo a volver unir sus labios. Escucharon como sus amigos y prácticamente familia les silbaban y festejaban. Aun así no terminaron el beso a pesar de estar riéndose sobre la boca del otro. Los dedos de Seto se enredaron en su cabello y profundizó más el beso.

–Oye, Mokuba está presente –advirtió Atem burlándose.

– ¡Déjalos en paz! –se quejó el pelinegro–. Por mí ni se preocupen.  

Joey se sacó las ganas de morder el labio de Seto antes de dar por finalizado el beso. Sin embargo, no se separaron del otro, se quedaron reposando frente con frente mientras sus labios se rozaban suavemente en una tierna tentación.

Quince minutos después ya todos se habían aburrido de tomarles el pelo, incluso Akefia que estaba conectado por video llamada desde el avión privado a punto de despegar directo a Japón. A ellos realmente no les importaba, después de todo ya era la hora de que les llegara el turno, como decía Malik.

Y hablando de Malik, el chico se dirigió a ellos sentándose en el suelo junto a Mokuba.

– ¿Podemos asumir que ya sabes toda la verdad? –preguntó con curiosidad. Luego con rencor agregó: –. Sea cual sea…

Joey iba  responder, pero Seto se le adelantó.

–Claro que lo sabe. Me di cuenta de que no puedes vivir guardando secretos toda tu vida, y menos a la persona que amas.

Joey no se consideraba la persona más lista del mundo, pero hasta él pudo darse cuenta de que su tonalidad y palabras querían mandarle un mensaje a Malik. No sabía de qué se trataba, pero Malik sí consiguió captar la idea. De inmediato la sonrisa fácil de Malik se convirtió en tristeza y casi miedo o lamento ante algo, Joey no entendía muy bien. Aunque pronto se zambulló en el solo pensamiento de que Seto había confesado su amor frente a alguien más como si nada. 

–Yo también te amo –le susurró Joey besándole en la mejilla.

Así se olvidó completamente de Malik e ignoró cuando este se paró y los dejó solos.

Con pasos temblorosos Malik se fijó en su novio en la otra esquina de la habitación, fingiendo una de sus típicas peleas con Atem, estaba disfrutando la vida como siempre. ¿Valía la pena terminar con su buen humor por algo de hace años? ¿Si quiera importaba ya? Obligó a sus piernas a seguir moviéndose hacia él y no pensar tanto las cosas, en el fondo sabía que la verdadera pregunta era si Marik lo seguiría amando después de conocer la verdadera naturaleza del inicio de su historia.

Atem empujó a Marik que salió volando dramáticamente hacia los brazos de Malik. Se llevó ambas manos al pecho aparentando lamento.

–Estás loco, pudiste haberme matado –acusó al Faraón.

–Deberías darme las gracias, podría haber conseguido que tus neuronas al fin se pusieran en marcha.

Malik detuvo del brazo a Marik para que no saliera tras Atem como planeaba, y al verse detenido se volteó a ponerle carita de cachorro. En ese momento sintió unas ganas enormes de llorar. Entonces Marik le acariciaba la mejilla y lo miraba con preocupación.

–Amor, ¿está todo bien?

–No lo sé –se elevó de hombros viendo como el ceño de Marik se fruncía–. ¿Podemos hablar?

El resto vio cómo ambos salían de la sala al comedor con Malik aguantándose las lágrimas. Marik tomó asiento en la silla de la cabecera de la larga mesa y Malik lo besó profundamente antes de sentarse en la silla más próxima de todas e inclinarse para tomar la mano de su novio.

Atem miró a su primo. – ¿De qué estarán hablando?

–Malik va a decirle la verdad –Seto explicó con sencillez sin despegar la mirada de la pareja a lo lejos.

– ¡¿Qué?! –a la sorpresa de Atem se sumó la de Akefia que seguía hablando con Ryou.

El ambiente se volvió tenso y misterioso por un par de minutos. Los que estaban fuera del sucio negocio de hace años trataban de averiguar qué estaba sucediendo, qué era el secreto tan guardado de Malik.

Vieron como a lo lejos Marik palidecía poco a poco y su rostro era de completo ‘shock’. Poco a poco fue volteándolos a verlos a ellos, a sus amigos de años más que nada, quienes para nada pacientes esperaban a ver su reacción. Atem sintió la necesidad de justificarse de inmediato, en el fondo siempre temió que este momento marcara el final de su amistad desde la infancia, a pesar de que había tenido las mejores intenciones del mundo. Seto se alejó un poco de Joey, preparándose contra un ataque; sabía que él había sido la cabecilla del plan, él fue quien estiró la mano para estrecharla con Malik. Para Seto este había sido su plan y si Marik se enojaba con alguien iba a ser con él, probablemente estaría decepcionado de que no hubiera tenido confianza en que sí podría hacerlo por su cuenta. Por último, la cabeza flotante de Akefia era sostenida por Ryou para que pudiese ver lo que sucedía. Él solo deseaba ver arder en cólera a Marik para poder decirle: “Te lo dije. Olvida al chico y vuelve con tus mejores amigos”.

 – ¡Marik, por favor, di algo! ¡No me dejes así! –Malik exigió a su novio entre lágrimas de cocodrilo mientras lo sacudía.

Marik apoyó los codos en las rodillas y escondió el rostro en las palmas de sus manos. El resto vio como sus hombros se movían.

– ¿Está-está llorando? –preguntó Yugi.

–Me parece que se ríe… –supuso Ryou.

Cuando Marik los miró tenía las mejillas rojas y mojadas de lágrimas, pero una sonrisa se expandía en su rostro. Suavemente tomó las manos de Malik y lo instó a pararse, luego fácilmente le hizo sentar en su regazo donde enseguida se echó a continuar llorando en su cuello. Marik le acarició la espalda con cariño.

–Ya, ya, no es necesario que sigas llorando…

Sorbiéndose los mocos y la cara empapada de lágrimas Malik le miró. – ¿No vas a romper conmigo?

–Con lo caro que saliste, estás más que obligado a soportarme toda la vida –se burló.

Malik volvió a largarse a llorar no entendiendo la broma. –Pero yo rompí el trato con ellos enseguida. ¡En serio lo hice!

–Te creo, amor. Trata de respirar un poco –abrazó a Malik pegándolo a su cuerpo. Se permitió volver a mirar al resto que estaban congelados esperando a que les dijera algo, lo que sea–. Además, sé que ninguno de los chicos permitiría que estuviese con alguien que realmente no me ama o quiere aprovecharse de mí. Tengo los peores mejores amigos.

Con eso los chicos soltaron el aire que ni siquiera sabían que estaban conteniendo. Atem se dejó caer bruscamente en el sofá más cercano junto a Yugi, quien sin entender lo que estaba pasando, le acarició el brazo ayudándole a calmar el momento de adrenalina. Mientras tanto Joey estaba encantado mirando cómo Seto intentaba esconder la sonrisa de satisfacción tras su mano, pero sabía que sea lo que sea que estaban discutiendo, Seto estaba muy feliz con su resultado.

–Bueno… qué más da –se quejó Akefia con decepción–. Al menos tengo a Ryou, ¿verdad Ryou?

–Claro, supongo –Ryou finalmente volteó la cámara para que Akefia pudiese verlo.

– ¿Cómo que supones? –Akefia preguntó con indignación. 

Volviendo al comedor, Marik ayudaba a Malik a respirar mejor y a sonarse la nariz con una servilleta igual que a un niño pequeño. Marik sonrió al ver las mejillas hinchadas y rojas de su novio, combinando con sus pestañas aun mojadas de las lágrimas. ¿Cómo podría él pensar que Malik no lo amaba? Malik era el chico más expresivo que conocía, no tenía miedo alguno en decir lo que le gustaba y lo que no, lo que deseaba y añoraba, lo que temía, lo que le lastimaba o enojaba. Todo el lenguaje de Malik en ese momento quería demostrarle cuánto le dolía haberle escondido ese secreto y cuánto miedo tenía de perderle si algún día se enteraba.

– ¿Te sientes mejor?

–Sí. Te amo –lo besó antes de pararse de su regazo. Marik se paró también, solo que tiernamente volvió a obligarlo a sentarse en la silla.

–Yo te amo mucho más. Pero, creo que te mereces un castigo por ocultarme algo así durante años –Marik se hincó frente a Malik y tomó sus manos entre las suyas–. Ya somos mayores de edad, nada puede decirnos que no excepto tú o yo. Vayámonos a algún lugar que lo permita y cásate conmigo.

 Los ojos de Malik volvieron a inundarse de lágrimas por segunda vez en el día mientras asentía una y otra vez sin ser capaz de decir algo.

+ - + - + 6 meses después + - + - +  

Con el florecimiento de los árboles de sakura en abril, los chicos iniciaron las preparaciones para graduarse de la secundaria.

Una variedad de afloramientos de sentimientos se encontraban en el aire; Joey, por increíble que sonara, no quería empezar esta nueva etapa que gritaba madurez y por su parte, Seto estaba deseoso de no tener que pisar nunca más la escuela. Mientras tanto en Egipto, Atem finalizaba su educación en casa y preparaba las maletas definitivas para mudarse a Japón. Incluso ante las insistencias de su padre, se negó rotundamente a entrar a la universidad y aseguró que se enfocaría totalmente en su empresa, la cual no hacía más que expandirse.

Con la ampliación de Kaiba Corporation, dos integrantes nuevos se unieron a sus filas. Luego de una persiste insistencia por parte de Seto, Joey aceptó a regañadientes trabajar para su novio y convertirse en un Tester permanente que sí recibe un salario. Además se unió a las filas de Akefia para ayudarle a crear misiones y tomaba clases con los chicos para aprender todo lo necesario sobre el diseño de videojuegos. Sus pasos fueron seguidos muy pronto por Yugi, quien luego de convertirse en el duelista invicto y demostrar más de una vez su extenso conocimiento en tecnología, recibió una invitación formal de la junta directiva para unirse al equipo de Kaiba Corp.    

En ese momento exacto, los continuos y exhaustivos viajes de Japón a Egipto y de Egipto a Japón parecían estar llegando a su fin.

Akefia tenía su propio departamento en el centro de la ciudad y cerca del trabajo. Fue difícil para él acostumbrarse a vivir completamente solo sin gritos, correteos y lloriqueos, pero tenía a Ryou, que sin falta lo visitaba siempre que podía y le hacía compañía en la cama durante la noche. No podía presumir que ahora dormía mejor, sin embargo sus noches con Ryou superaban sus expectativas de diversión.

Por último, Malik y Marik ya tenían echado el ojo a un par de casas donde empezar su vida una vez que se graduaran en Mayo. Aunque antes de mudarse a Japón, pensaban huir a espaldas de sus familias para casarse y no importaba dónde, sus amigos irían para festejar con ellos. Por lo tanto, no se establecerían en Japón hasta haber pasado la excitante luna de miel que Malik ya tenía planeada rigurosamente.

 

A finales de abril, Joey caminaba por los pasillos de Kaiba Corp. con toda la confianza del mundo, ya llevaba varios meses trabajando en ese sitio y conocía a casi todo el personal. Eso no quería decir que se llevara bien con ellos. Dos chicas pasaron por su lado y Joey las saludó tranquilamente, una de las chicas le sonrió y la otra lo ignoró rodando los ojos.

Era el mejor empleo que había conseguido, aunque no había sido fácil acoplarse. Ni Seto ni él habían tenido la intención de esconder la naturaleza de su relación, y eso dio lugar a más de un chisme en la empresa; desde que lo habían contratado por su relación con el jefe, hasta que nunca pagaba sus múltiples errores porque se dedicaba a hacerle mamadas a Seto bajo su escritorio a la hora del descanso.

Al menos eso sí no lo voy a negar. Pensó Joey siguiendo su camino ignorando lo que había pasado. 

Saludó a la secretaria de Seto al pasar a su lado y tocó la puerta con los nudillos, sin esperar respuesta entró. A este punto ya sabía que ella lo detendría si alguien más se encontraba en la oficina, lamentablemente lo aprendió por las malas… múltiples veces.

Seto lo miró enseguida una vez que entró y para el placer de Joey, cerró la computadora para dedicarle toda su atención. Joey a veces sentía como si tuviera al mismo Seto Kaiba  enredado en su dedo menique tal cual hilo, a pesar de que el resto del mundo pensaba que era al revés.

– ¿Qué tal tu día? No he podido verte –Joey se acercó y se sentó en el escritorio.

Seto colocó su mano sobre su muslo con la confianza de la costumbre.

 –Muy bien, estuve toda la mañana en la sala de proyecciones probando los nuevos discos de duelo, ya están casi listos.

Últimamente Seto pasaba solo demasiado tiempo en esa sala oscura diseñando las proyecciones 3D más avanzadas del mundo. A Joey le ponía los pelos de punta cuando lo mandaban a llamar para que ayudara a enviarlo a casa. Pero ya sabía cómo hacerlo, solo tenía que ofrecerle irse con él.

– ¿Qué tal estuvo el tuyo?

–Excelente. Yugi y yo al fin terminamos, me parece. Aún hay cosas que pueden mejorar, pero ya está listo para que el mundo lo vea –Joey se sentía nervioso–. Ya debería de haberte llegado.

Señaló la computadora de Seto y casi de inmediato sus piernas comenzaron a balancearse con impaciencia y ganas de echarse a correr hacia la puerta.

–Veamos.

En menos de un minuto Seto revisaba las últimas novedades que el equipo de diseño general, que él dirigía, le había enviado. La primera vista panorámica desde arriba mostraba la invasión del color naranja, cobre y marrón por doquier. A medida que Seto se trasladaba por los alrededores, los naranjas se convertían en ríos de lava y los marrones en altas montañas y volcanes que estallaban arrojando enormes rocas por doquier. No había rastro de fuentes de fuentes de agua, solo enormes aljibes oscuros repletos a tope de lava burbujeante que se movía suavemente a medida que extrañas criaturas con cuernos y ojos terroríficos nadaban en ellas.

Seto lo miró seriamente mientras colocaba sus dos manos en sus rodillas obligándolo a detener su movimiento, odiaba esa costumbre suya.

– ¿Qué crees que voy decir? –preguntó sin una gran expresión.

A Joey se le escapó un suspiró tembloroso. – ¿Que no es suficiente? ¿Qué le falta trabajo y la idea es absurda? O quizá que nos tomamos muchas libertades…

Seto le sonrió. –Sí, sí y no –se rió suavemente–. ¿Hay que mejorarlo? Sí, por supuesto. Pero no significa que tú y Yugi hayan hecho un mal trabajo, cachorro. Me alegra de que no me hayas dejado ver los avances, esto es fantástico y muy… Joey.

–Es muy nuestro, en realidad –Joey sintió como se iba enrojeciendo y miró el piso–. Me prestaste atención por mi Dragón Negro y yo te perseguí porque quería saber de dónde habías sacado tu Dragón Blanco. Eso es lo que nos representa, ¿no lo crees?

Joey desvió la vista de Seto a la pantalla donde se encontraba la representación del nuevo mapa que Yugi y él habían creado. Un mapa en su totalidad de territorios rocosos con riscos que te podían llevar a caer en ríos de lava que venían desde altos volcanes muy difíciles de alcanzar y desembocaban en lagunas de lava profundas invadidas de una especie extraña de dragones de roca, tolerables a altas temperaturas y capaces de tragarte de un solo mordisco. Al mirar hacia arriba, solo podrías ver un montón de cenizas volcánicas que formaban nubes tenebrosamente grises; allí nunca salía el sol, era una eterna noche oscura iluminada por las continuas ebulliciones de los volcanes.

El territorio hostil lo convertía en el mapa más difícil de transitar para cualquier avatar, no únicamente por su física sino también por las bestias salvajes que se escondían en cada rincón; cada una de ellas era alguna clase de dragón. La ciudad capital se encontraba en el centro de un cañón, era el único relieve allí y terminaba en un risco que llevaba a un destino ardiente. En otras palabras, la ciudad estaba en medio de un foso que formaba un anillo lleno de lava que caía de los volcanes que había alrededor, y la única forma de acceder era  un peligroso puente ancho de piedra del cual no querrías caer.

En el momento en que Seto y Atem propusieron que crearan un mapa junto a un pequeño equipo de trabajo, la idea surgió de Joey como algo que había estado construyendo en su cabeza durante un tiempo. La idea era tan sólida que nadie se negó a dejarle correr su imaginación. Pronto el plan de un mapa de cazadores y jinetes de dragones fue haciéndose más real; todos los avatares originarios del mapa tendrían más posibilidades de ganar premios referentes a dragones y todas las cartas de tipo dragón, tendrían una bonificación extra por el territorio.

En cuanto a las misiones, aún estaban trabajando en ellas, lo primero era tener el lugar. Sin embargo, tenían claro que la misión más difícil se encontraría en la cima y dentro del volcán más alto, un sitio difícil de acceder, y una vez que llegaran allí los avatares debían de enfrentarse contra el dragón mítico de cinco cabezas.  

–Me alegra de que pensaras en mí, en nosotros, para crear este mapa. De verdad es asombroso –Joey se retorcijó en placer que le generaba el alago y a eso se le sumó la excitación del primer beso del día que Seto al fin le estaba dando a penas se paró de su asiento–. Te extrañé, no puedes trabajar tanto sin venir a verme aunque sea una vez.

Joey tomó las solapas del traje de Seto obligándole a acercarse más y volver a besarle como le gustaba. Seto apretó sus muslos y los separó para que pudiera caber entre ellos.

–Creo que eso daría lugar rumores –depositó un beso en su fuerte mandíbula–. Además tú también podrías venir a verme.  

–Eso traería a aún más rumores y ya tengo suficiente con que anden diciendo que lo hicimos en un ascensor –Seto le beso el cuello.

Joey se permitió gemir por lo bajo. –Pero sí lo hicimos en el ascensor…

Ambos se rieron con picardía y compartieron otro beso fogoso.

–Sí, pero ellos no tienen por qué saberlo.

–Eso fue peligroso y completamente tu culpa –Joey acarició bajo el cuello de la camisa de Seto y pronto sus dedos tomaron el nudo de su corbata para comenzar a desatarlo–. Quisiera para de hacerlo en lugares altamente probables de ser atrapados; como los baños de la escuela, la azotea, la limusina cuando paramos junto al parque y aquella vez en la cocina de la mansión en pleno día.

Seto se carcajeó mientras comenzaba a subir la remera de Joey lentamente, acariciando sin apuro el blanco de su estómago.

–No es mi culpa que siempre te veas bien cuando nos encontramos solos en lugares “públicamente peligrosos”.

Joey ya había mandado a volar la corbata y la chaqueta y ahora hacía un camino hacia abajo desabrochando los botones de la camisa blanca.

–Estoy empezando a creer que tienes un fetiche con querer que te atrapen.

–El único fetiche que tengo es contigo.

Sin quitar la camisa, Joey trazó con los dedos la espalda ancha de Seto clavando las uñas en la piel y atrayéndolo a un nuevo beso fogoso. Las manos de Seto abandonaron su estómago y bajaron directo a su pantalón, en cuestión de segundos este estaba desabrochado y bastante más abajo de donde debería estar. Un par de besos más en el cuello y Seto ya tenía a Joey gimiendo, pidiendo más con la mirada desenfocada y envolviendo su cadera con los tobillos.

–Déjame quitarte esto –dejó un pico sobre los hinchados labios de Joey y se alejó para quitarle los zapatos.

Joey lo miraba con ojos brillosos y un tanto nublados, fácilmente perdía el sentido común con un par de besos. Estaba apoyado hacia atrás en sus manos y sentado en el borde del escritorio sobre algunos papeles ya arrugados, sus labios estaban separados y sus mejillas arrebatadas con calor.

–A veces me pregunto cómo terminé enredado con alguien como tú –balbuceó viendo como Seto le masajeaba los pies al quitarle las medias.

–Supongo que tuviste suerte… –Joey lo pateó ligeramente y Seto se rio. El castaño se acercó nuevamente pegando sus cuerpos y metiendo sus manos entre la mesa y su trasero, el que prosiguió a apretar–. No es cierto, yo tuve la suerte de encontrarte.

Enredando las piernas en su cadera, Joey se impulsó para besarle y rápidamente fue sostenido por Seto con las manos más que dispuestas en su culo. Los dedos de Seto sobrepasaron el elástico de su bóxer y lo fue quitándolo poco a poco, Joey gimió del alivio de estar finalmente libre. No había dejado de mojarlo desde que vio a su hombre.

Seto no quería soltarlo, no importaba cuánto tiempo llevaran saliendo, cada caricia y cada beso se sentía tan increíble como la primera vez. Joey se sostuvo de su cuello confiando en que no lo soltaría y Seto aprovechó para buscar con una mano en el primer cajón el lubricante escondido y casi acabado de siempre.

–Me gusta tomarte en mi escritorio –admitió sobre sus labios antes de morderle.

Joey permitió que invadieran su boca, disfrutando del mareo y la sensación palpitante entre sus muslos. Sabía que estaba al borde, necesitaba que Seto lo follara ya.

–Lo sé y a mí me gusta que me lo hagas.

Apoyado en el escritorio, con su ropa inferior descansando en el piso, subió una pierna invitando a Seto a ver lo más profundo de sí. Distraído con ojos lujuriosos, Seto fue atraído por Joey para terminar su trabajo de desabrochar su pulcro pantalón de vestir blanco y bajarlo solo lo suficiente para que su miembro saliera de su ropa interior finalmente. Seto besó su cuello a medida que Joey lo estimulaba lentamente, disfrutando de cómo su mano se iba mojando.

Seto tomó sus muslos y lo acercó bruscamente al borde del escritorio, a Joey le encantaba lo fácil que lo movía y lo colocaba tal cual como lo quería. Acariciando con una mano el arco de su rodilla elevada, Joey sintió como la otra se internaba en el sitio más oscuro de su cuerpo. Un frío y sedoso un dedo grueso se introdujo con facilidad y fue directo a ese punto que lo hacía retorcerse. Soltando un gemido, apretó el miembro de Seto comenzando a masturbarlo más rápido, su mano estaba en ese punto tan empapada como su estómago, en el cual su propio pene chorreaba lágrimas de deseo.

Un gruñido salió de la garganta de Seto. –Cachorro, para, no quiero venirme aún.

Otro dedo se internó dentro de él y acariciaron suavemente donde le gustaba. Ya ni le avergonzaba admitir lo poco que le importaba su propio pene, en el momento en que tenía un solo dedo de Seto dentro, quería montarlo hasta aliviarse con el orgasmo. Soltó un chillido miserable sin poder contenerse y apretó nuevamente el miembro de su novio. Seto sostuvo su mano instándole a que no lo manoseara más.

Se miraron a los ojos, Joey sin vergüenza de mostrar las lágrimas de desesperación en ellos.

–Es que ya no aguanto, te quiero dentro.

Seto apretó el muslo que sostenía, obligándole a abrirse aún más para él y sus otros dedos se clavaron más profundos sumando un dedo más y retorciéndose como castigo. Joey volvió a gemir desesperadamente.

–Creo que no hay problema con que lo hagamos ahora, todavía estás bastando flojo de anoche.

El solo mencionar la noche anterior estimuló más a Joey, habían follado como conejos después de un tiempo de estar ocupados con el trabajo. Por supuesto que Joey estaría todavía estirado de todas las horas que Seto había pasado dentro de él. Es más, Joey no podía entender cómo ambos tenían tantas ganas aún. Se preguntó si algún día estaría realmente saciado de Seto, si alguna vez lo vería en un traje tras su escritorio y no pensaría en ser follado vestido sobre la madera o arrodillarse a escondidas para hacerle una mamada.

Con la aprobación de Seto, Joey tomó su miembro y lo acercó a su entrada donde los dedos tristemente habían dejado de estimularle hasta la locura. Igual sabía que vendría algo mejor.

–Espera, no me puse un condón –Seto susurró a su oído, sonaba como si apenas pudiera resistirlo.

–No importa –insistió Joey–, ya lo hemos olvidado otras veces. Te quiero dentro –intentó empalarse a sí mismo pero Seto se alejó dejando solamente la  tortuosa punta.

–Lo sé y dijimos que no lo volveríamos a hacer –Joey le puso sus mejores ojos de cachorro–. No. Sé lo tratas de hacer –Joey soltó un gemido lastimero moviendo las caderas, pidiéndole que lo follara–. Maldición…

Sus gemidos retumbaron cuando lo penetró de una vez, sin pensarlo. Seto ya debería de ir asumiendo que su cerebro no parecía funcionar cuando tenía a Joey debajo de él. Ese perro caprichoso… podría llegar a convencerlo de matar a alguien. Sin advertencia alguna, volvió a salir y a entrar en una estocada firme. Joey gimió con desesperación echando la cabeza hacia atrás, mordió su cuello esperando formar una sucia y vergonzosa marca que dejara claro a todo el mundo lo bien que su novio lo poseía. Juró que haría a Joey arrepentirse de esto a penas lo tuviese en la mansión para él solo, donde nadie lo oiría gritar.

–Me encanta. Más –Joey le sonrió con ojos brillosos, parecía fuera de sus sentidos.

Seto volvió a impulsarse en el muslo elevado de Joey, quien comenzó a dejar salir gemidos cada vez más fuertes. Tomó la remera que aún llevaba puesta y la colocó entre los labios de Joey obligándole a morderla, eso acallaba al menos un poco sus gemidos.

Joey no podía contenerse más, estaba muriendo de placer desde dentro y estaba seguro que no se había corrido solo porque su miembro descansaba intacto en su estómago. De un momento a otro, sus manos comenzaron a aflojarse no pudiendo resistir más su peso y cayó contra el escritorio. Desde allí podía ver a Seto con la frente sudorosa y la camisa abierta dejándole ver ese delicioso abdomen marcado, todavía llevaba su pantalón del traje abierto para que su miembro lo penetrara una y otra vez a un ritmo vertiginoso.

–Eres hermoso –Seto dejó escapar.

Elevó la otra pierna de Joey y la subió también al escritorio, de esa forma tenía mejor acceso. Se estiró sobre Joey que plácidamente descansaba en la madera tirando papeles con las manos y ahogando gemidos en la remera entre sus dientes. Las lágrimas brotaban de sus ojos color miel, lo miraban con deseo y anhelo, le pedían más. Acarició su pecho y estómago, dándole más cariño a esas partes que tenían cicatrices. Se agachó y metió uno de los pezones rosados a su boca, lo mordió y chupó sin dejar de entrar en él en un ritmo constante.

Joey tiró de su cabello. –No puedo, ya no puedo…

Volvió a apartarse y lo miró retorcerse mientras negaba con la cabeza y lloraba de frustración. Estaba a su límite, quería correrse y Seto iba a complacerlo si eso era lo que quería. Tomó el miembro de Joey sabiendo que eso lo llevaría rápidamente a sobrepasar el borde. Lo acarició al ritmo de sus estocadas, pasando el pulgar sobre la punta de vez en cuando.

–Vamos cachorro, vente y entonces yo me vendré sobre ti también.

Apoyó la mano en su cadera y le regaló unas últimas buenas estocadas mientras lo acariciaba. La remera resbaló de los labios de Joey y un gemido satisfecho lo abandonó al correrse sobre sobre su propio estómago. Su pecho subía y bajaba tratando de recuperar el aire y sus manos temblaban mientras arrugaba papeles que encontraba por ahí.

–Muy bien, cachorro… –lo felicitó y Joey se retorció con placer.

Seto solo entró dos veces más en su cuerpo antes de salirse por completo y tomar su propio miembro, se masturbó a sí mismo observando a Joey. Su chico se veía satisfecho, con su cabello rubio empapado, sus labios rojos hinchados y sus ojos mojados por las lágrimas. Se veía como si le hubieran dado una buena cogida. Se enorgulleció de sí mismo.

–Bebe, amor… –Joey lo llamó acariciando la mano que tenía firme en su cadera.

Fue la gota que rebasó el vaso, el calor se expandió a lo largo de su cuerpo y sin más, expulsó largos chorros calientes de semen que fueron a parar al estómago y pecho de Joey. Su novio le sonrió triunfante. Cerró los ojos y recuperó el aire.

–Vas a matarme –le dijo una vez que su miembro volvía a tornarse flácido.  

–Por favor, no. ¿Quién va a follarme si tú mueres?

Joey le pestañó inocentemente, y para torturarlo más, se puso a jugar con el semen acumulado en su estómago. Seto negó con la cabeza escuchando como Joey comenzaba a reírse de él, no pudo evitar sonreír. Su cachorro… no podía imaginarse la vida sin tenerlo a su lado.

–Te amo –le dijo sinceramente.

–Yo también te amo, Seto –Joey le dedicó una hermosa sonrisa de felicidad.

FIN.      

 

+ - + - + - + - +

Ahora que el cap terminó, dejo el despido para el final y les comienzo a contar lo que tengo preparado para la próxia vez que nos vayamos a ver.

Por ahora estoy centrada en dos historias con las que quiero enfrentarme a las cosas que más me cuestan a la hora de escribir, digamos que no es lo que suelo elegir. Incluso me es un desafío a la hora de escribir títulos, porque seamos sinceros, soy un asco en eso. Esta vez me decidí a pensar muy bien los títulos.

La primera historia que les quiero compartir es “Soñando despierto”, su particularidad principal es que va a ser una historia corta de solo 5 capítulos y un extra. Creo que está claro lo que me gustan los caps largos y escribir sobre muchos personajes, sí que me es todo un desafío. Esta historia tendrá mucha narración de Seto, pero será un AtemxYugi y escribiré un poquitín de SetoxJoey en el extra (porque ellos me encantan jajaja). Se va a basar en los sucesos finales de la última película, porque me fascina escribir epílogos como historias y mi imaginación fluye fácilmente. Sin más, les dejo el resumen:

Sinopsis:

Perder no era una opción. Perder no era parte de él. Perder no debería haber sido posible.

Seto Kaiba se sentía humillado de tantas derrotas, no era posible que fallara ante un niño y menos ante un fantasma, una persona que debió morir hace miles de años. Necesitaba volver a intentarlo, demostrar que podía ganarle. Pero no puedes ganarle a alguien que ya no está.

Sin embargo, tenía el rompecabezas del milenio en sus manos y la tecnología más avanzada que se hubiera creado. Él iba a demostrarle al mundo que sí se puede pelear contra un muerto.

Lo que nunca esperó es que ese antiguo faraón le exigiera una extraña ofrenda a cambio de un último duelo. Si quería volver a luchar contra él, debía de llevarle a Yugi Muto.

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Como segunda historia, vuelvo con una novela con múltiples parejas, mis cuatro principales de siempre. Mi desafío es este: me encanta leer historias eróticas pero sigo sin soltarme para escribirlas, a veces me tranco horrible y pensando en eso se me ocurrieron varias cosas que dando vueltas terminaron en esto. Revisando mi viejo celular, noté que realicé anotaciones para una nueva historia hace un tiempito y reviví la vieja idea (ni me acordaba de esa nota).

 Muchas veces me preguntan si mis historias son Omegaverso y nunca lo son porque traerían una trama más a la trama planteada, ese AU ya de por sí trae algo que debes de tratar todo el tiempo y para mis historias no servían, además no me sentía muy confiada de escribirlo y lo sentía muy usado ya.

Por lo tanto, me decidí a escribir algo que nunca vi en Amor Yaoi (solo en doujinshis): un Universo de Dinámicas. Esto va a traer mucho a colación el sexo, las hormonas y los instintos, y personalmente le daré mi toque combinándolo con solo los Omegas usando el mpreg del Omegaverso. Sí, es difícil de entender y escribir, pero me parece que les va a gustar. Les dejo el resumen de esta historia a la que llamé "Desear, conquistar, amar":

Sinopsis:

Un Boot Camp para niños rebeldes es el último lugar en el cual cualquier adolescente piensa que va a terminar, es más, apenas se sabe de su existencia en Japón. Sin embargo, luego de la creación de ‘Roca Milenaria’ y sus múltiples demostraciones de efectividad, muchas familias y hasta la policía, lo ven como la solución de enderezar a los chicos con ‘sospechosas conductas criminales’.  

Un reformatorio no es la idea soñada de nadie para pasar el último año escolar, pero el destino no parece ser muy justo con los chicos malos y tampoco con aquellos inocentes inculpados. Ahora están atrapados el tiempo necesario que le lleve a la junta directiva definir si están prontos para salir al mundo.

Ninguno de los chicos esperaba conocer a alguien que activara sus Dinámicas en ese lugar, menos llegar a enamorarse o encontrar a sus perfectos Pares.

  • SetoxJoey
  • AtemxYugi
  • AkefiaxRyou
  • MarikxMalik

Historia planteada en un Universo de Dinámicas: además de existir la categoría de hombre y mujer, existe el sub-conjunto llamados Dom y Sub, que corresponden al poder que uno tiene en la relación. Durante la pubertad, con el aumento del deseo sexual, cada persona es colocada en una de estas dos categorías mediante modernos análisis hormonales.

El Dom es aquel que tiene el deseo de ejercer el control sobre Subs. Quiere castigar, quiere elogiar, quiere proteger y quieren que dependan de él. (Seto, Atem, Akefia y Marik).

El Sub tiene el deseo de ser controlado por Doms. Quiere ser castigado, quiere que lo cuiden y quiere que lo elogien. (Joey, Yugi, Ryou y Malik).

 

Estando claro el resumen, cada chico se encontrará obligado a asistir a este campamento-escuela donde les enseñarán a comportarse ‘bien’. Algunos, los Subs, sabremos desde el comienzo el por qué están allí. Me gustaría adelantarles, pero sería mucho. Al contrario que el Omegaverso, ser Dom no te hace más importante, pero ser Sub significa que eres incapaz de resistirte a los llamados Comandos: miradas, ser llamados, ordenados a quedarse quietos, de rodillas o a presentarse sexualmente. Aunque el Dom tiene la debilidad antes las hormonas del Sub y querer tener siempre su atención. Por supuesto que hay algunas personas que son muy fuertes al momento de enfrentarse a los de otras categorías o simplemente no sienten interés suficiente. Ambos pueden tomar Supresores que inhiben sus instintos para controlarlos.  

Estoy muuuy emocionada por esta historia.

Notas finales:

¿Les gustó?

Muchísimas gracias a todas las personas que han llegado hasta aquí, los que están desde el comienzo o desde hace unos meses y a todos los nuevos que van llegar. 

Jamás imaginé que iban a recibir esta historia como lo hicieron, quedé completamente sorprendida y me di la libertad de hacerla tan extensa como fuera necesario (alcanzó superar las 360 pág). Cuando la escribí en 2018, las primeras 70 hojas en un solo día, estaba muy emocionada, sentía que era excelente pero la imaginación y el tiempo se esfumaron y no pude retomarla en más dos años. Me alegro de que siempre estuve decidida a continuarla. 

Definitivamente creo que nunca volveré a sentir todo lo que sentí escribiendo esta historia, me encantó conocer a tanta gente con la que hablaba semana a semana cada vez que actualizaba. Sin embargo, espero mantenerme en contanto con ustedes con nuevas historias de estas mismas parejas, decidí que pienso mantener viva esta categoría. No quiero cambiar mis personajes ni a al universo de yu-gi-oh.

Para terminar los invito a escribirme ahora o en mis nuevas historias o cuando quieran. Yo siempre feliz de leerlos. No importa si descubren esta historia en el 2025, pienso contestarles lo que quieran decirme incluso entonces. Creo que eso es lo lindo de esta plataforma a diferencias de otras.

Me despido por acá y nos leemos en la próxima!

Cuídense mucho!

Bloomx.  


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