El sonido de algún lejano dinosaurio hizo que Gohan despertara sobresaltado. Los rayos del sol entraban por la ventana anunciando la llegada del amanecer. El chico podía sentir desde su cama la calidez de los mismos. Giró en su cama esperando ver a Trunks dormido a su lado, ya que no recordaba cómo había llegado a su cama después de que este le confesara sus sentimientos. Pero el lugar estaba vacío. Corrió hacia la ventana y al mirar hacia afuera pudo notar que ni la cerca ni las macetas estaban dañadas. Aturdido, salió de su habitación llamando a voces a Trunks, pero el joven nunca le respondió. Con un nudo en la garganta se sentó en el sillón y se cubrió los ojos ¿acaso había sido un sueño? Pero parecía tan real. Notó que la casa estaba exactamente igual que el día anterior. No había nada que demostrara la presencia de Trunks.
Bastante desanimado quiso comenzar con su habitual rutina, sin embargo, no tenía ni hambre ni sed. Tampoco tenía ganas de darse un baño. Nada. Quiso llamar a Videl para contarle el extraño sueño que había tenido, pero recordó que la chica estaría ocupada durante el fin de semana. Comenzó a trabajar con sus deberes y aunque no recordaba a ciencia cierta los ejercicios, había avanzado bastante. Cuando se atrevió a levantar la vista de sus cuadernos notó que el cielo comenzaba a teñirse de naranja. ¡Seguramente había pasado toda la mañana estudiando! Se maldijo por haber perdido en sus libros casi todo un día de su segundo día de tiempo libre. Estaba a punto de recostarse en su cama, cuando escuchó la puerta de su casa abrirse. Esperanzado, salió de su habitación.
- ¿Hola? - preguntó dudoso. - ¿Quién está allí?
- ¿Quién más va a ser, Gohan? -respondió Goku con su acostumbrada alegría. - Perdón, no le digas a tu madre que vine a casa, ya sabes cómo se enoja. - Le rogó.
- ¿Pero ¿qué haces aquí, papá? - Preguntó suspicaz. No había razón para que su padre desobedeciera a su madre.
- Verás, Vegeta y yo estuvimos entrenando con los chicos toda la noche, así que terminamos con la ropa completamente desgarrada. Vine por unas mudas para Goten y para mí.
- ¿Y cómo es que...? - en ese momento Gohan pudo notar que la ropa de Goku le quedaba demasiado ajustada, incluso demasiado pequeña. - ¿Esa ropa es de Vegeta?
- Ja,ja,ja ¡así es! - contestó mientras rascaba su cabeza. - Tuvo que prestármela para venir.
- Ya veo...- contestó sin entusiasmo el joven. De pronto una idea pasó por su mente. - Oye papá, ¿él te agrada?
- ¿Mm? ¿A qué se debe esa pregunta, Gohan? - La pregunta había sorprendido a Goku. ¿Acaso el chico…?
-Bueno es que… te ves tan feliz cuando entrenas a su lado... Hasta cuando discuten entre ustedes… Se nota que lo aprecias y … - Se detuvo de improviso. No había querido decir nada de eso. – No, nada…Olvida lo que te dije. – Terminó abruptamente.
- Bueno… -comenzó a decir Goku mientras tomaba sus cosas. - Creo que Vegeta es un buen tipo a pesar de las tonterías que haya hecho en el pasado. Y si lo que preguntas es, que, si me agrada entrenar con él, la respuesta es sí. - Abrió la puerta. - Bueno, ¡ya me voy, Gohan! - Estaba a punto de marcharse cuando Gohan recordó que debía preguntarle algo más.
- ¡Espera, papá! - gritó Gohan. – Oye, ¿qué día es hoy?
- ¿Mm? - Goku lo miró nuevamente extrañado - ¿De verdad no sabes qué día es, Gohan? Hoy... es tu día libre... -dijo esto último cerrando con fuerza la puerta.
El sonido de la puerta azotándose, hizo que Gohan despertara aferrándose con fuerza sus sábanas. Sintió que su frente estaba húmeda por el sudor. Prestó atención y escuchó un gran ajetreo de ollas y sartenes en la cocina. ¿Acaso se había desmayado y su padre se había quedado a vigilarlo? Con cuidado se levantó de la cama, ya que no tenía muchas fuerzas. Recordaba que ese día no había bebido ni comido nada. Comenzó a olfatear y el aire estaba impregnado de deliciosos aromas gourmet.
- ¿Papá? - preguntó con voz trémula, mientras se dirigía hacia la cocina.
- ¡Vaya, al fin despertaste, Gohan! - la serena voz de Trunks mostraba un alivio evidente. Soltó la espátula que tenía en su mano y corrió a abrazarlo. - ¡Me alegro de que estés bien!
- ¿Cómo? - preguntó sorprendido Gohan, ¿qué estaba pasando?
- Anoche, después de que te confesé mis sentimientos... eh... -bajó la vista un poco nervioso- nos quedamos abrazados por un largo rato. Hasta que nos el sueño nos venció. - Soltó a Gohan y se dirigió a hacía la estufa para terminar de preparar la comida. - Sin embargo, en la madrugada comenzaste a inquietarte. Al principio creí que el golpe que te habías dado en la cabeza te estaba molestando, pero pude notar que tenías fiebre. -Terminó de freír la carne, apagó la estufa y se dio media vuelta para ver directo a los ojos de Gohan. -Lo siento, tal vez te contagié de algún virus. -Volvió a bajar la vista.
- ¡No, no te preocupes! - le pidió Gohan con rapidez. - Ahora ya me siento mejor...
- ¡Me alegra! - Trunks se veía visiblemente relajado y una sonrisa discreta apareció por su rostro. - Te dejé unas medicinas al lado de tu cama. Ahora lávate las manos y ven a cenar. Te preparé un festín. -dijo esto con un asomo de orgullo en su voz.
- Gracias, Trunks… - Gohan se dirigió hacía al baño cuando recordó algo. -Espera... - se dio media vuelta para verlo - ¿dices que estuve dormido todo el día?
- Así es - afirmó con la seguridad reflejada en su rostro.
- Pe... pero... Mi papá estuvo aquí. ¿Acaso no te vio?
- ¿Mm? -Trunks lo miró extrañado. - El Sr. Goku no ha venido a tu casa. De haberlo hecho lo hubiera visto ya que no me moví de tu lado en ningún momento. Bueno, excepto hace como quince minutos para venir a prepararte la cena -Tomó asiento. - Anda, ve a lavarte. Tal vez lo soñaste.
Con este último comentario Gohan le dedicó una pequeña sonrisa mientras se dirigía al baño. Se lavó diligentemente la cara y las manos. Al pasar por su cuarto, se asomó por la ventana y pudo notar que la reja y las macetas estaban destruidas; la máquina del tiempo seguía allí y sus libros tenían los últimos ejercicios que realmente recordaba haber hecho. Regresó al comedor y agradeció ampliamente a Trunks por la comida. Durante un rato solo se escuchaba el sonido de los cubiertos. Bueno, en realidad los cubiertos de Trunks, ya que Gohan devoraba como un león famélico. Trunks lo miraba de reojo, mientras una sonrisa aparecía en sus labios.
- ¿Mm? - Gohan le dirigió una mirada llena de sorpresa, mientras tragaba con fuerza el ultimo bocado. - ¿Por qué me miras así?
- La capacidad de los saiyajin para comer de esa manera me sigue sorprendiendo bastante - dijo tranquilo. - Además verte convertido en ya prácticamente un adulto, hace que me acuerde mucho del Sr. Goku.
- Oh... lo siento... -un leve sonrojo apareció en sus mejillas.
- No tienes que disculparte. Me gusta mucho ese rasgo de tu personalidad. - Gohan lo miró directo a los ojos y pudo notar que el semblante sereno desaparecía, dando lugar a un apenado Trunks que de inmediato bajó la vista. -Quiero decir...
Gohan decidió enfrentarlo de una vez por todas.
- ¿No te parece que hoy estás muy tímido? - Le dijo Gohan con total despreocupación, mientras se levantaba y con calma se acercaba a Trunks. Este seguía con la mirada baja. -Ayer estabas un poco más atrevido.
-Eh... yo... -Trunks no pudo terminar la frase porque de inmediato los labios de Gohan se unieron con los suyos, quizá con una intensidad mayor que el día anterior.
- Mm… - Ambos chicos gemían de placer dentro de la boca del otro, hasta que tuvieron que separarse por la falta de aire. Bastó que cruzaran una mirada para adivinar que ambos querían algo más.
Gohan tomó la mano de Trunks y lo llevó hacia el sofá de la noche anterior. Éste tomó asiento y no pudo evitar sonreír cuando tímidamente Gohan se acercó a su lado. Tal vez tenía razón. La noche anterior se dejó llevar por sus impulsos, así que lo haría nuevamente. Con un rápido movimiento tomó su rostro mientras lo volvía a besar. Poco a poco ambos tomaron más confianza y comenzaron a recorrer el cuerpo del otro bajo la ropa. Gohan estaba extasiado. Miles de veces acarició ese cuerpo en sus sueños, esa musculatura perfecta, ese hermoso color moreno que contrastaba con su pálida piel. Sentía las cálidas manos del chico recorrer su cuerpo, ligeramente menos musculoso debido a que había descuidado sus entrenamientos.
Con delicadeza, Trunks se atrevió a inclinar su peso hacia Gohan, quedando este último recostado en el sillón. El chico del cabello lila comenzó a recorrer con su lengua el cuello de Gohan, sus hombros, su pecho. Sus manos comenzaron a acariciar sobre el bóxer su entrepierna, mientras Gohan hacía lo mismo. A cada momento la temperatura subía un poco más, a tal grado que Gohan creía que ambos ardían en fiebre. Lentamente Trunks comenzó a introducir su mano dentro de la ropa del chico el cual repentinamente regresó a la realidad. Todavía no estaba listo. Con un movimiento rápido giró bruscamente, haciendo que ambos cayeran al suelo y dándose un fuerte golpe en la cabeza.