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Criminal - [Ereri] por L_inverse

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos y todas!

Les debo tantas explicaciones que me tomaría horas en decirlas. Por ahora, les dejo el capítulo.

¡Disfruten!

 

Advertencia: 

Este capítulo posee contenido explícito y temática yaoi/BoysLove. Leer bajo su propia responsabilidad.

 

~*~~~*~~~*~

 

Previously

Levi se encuentra de sorpresa con un sicario esperando a Eren en su departamento, con quien desata una pelea hasta lograr contenerlo. Ante la amenaza que asecha la seguridad de Eren, el detective más famoso de Stohess decide enviarlo lejos de la ciudad, a Mitras. Para ello, le pide ayuda a Hange, Armin y Annie a quienes revela la identidad de Eren como el Espectro.

Mientras tanto, Eren no puede comprender cómo su trabajo como ladrón logra escalar hasta querer ser asesinado por un sicario reconocido por ser el favorito de élite. Sus miedos le llevan a la conclusión de que alguien ha descubierto su verdadero objetivo como el Espectro y amenaza la viabilidad de su plan.

Para añadirle más intriga a la situación, Levi recibe una visita inesperada de Zeke, el hermano de Eren, quien le advierte del grave peligro que el que se encuentra su hermano y le hace ver que está del lado del ladrón de Stohess.

 

~*~~~*~~~*~

 

Capítulo 37. Incertidumbre

 

Eren estaba sentado junto a la ventana de la habitación. Su codo se apoyaba en la pequeña mesa de madera usada para el desayuno, mientras su mejilla se recargaba contra su palma, ausente de la conversación que Annie y Armin llevaban desde el desayuno junto a la computadora de la rubia.

El paisaje de Mitras ya no tenía el mismo color que cuando vino con Levi. Curioso, porque estaban en primavera, los árboles del jardín se teñían de variados tonos que combinaban con el verde del follaje y el sol pegaba cálido en el edificio, por lo que podría ser una postal soñada si se sacaba la fotografía adecuada.

Pero el moreno no encontraba nada de hermoso en ese lugar, nada alegre. No se sentía entusiasmado de dejar la habitación y, si no fuese por el calor, ni siquiera saldría de la cama.

Cada día esperaba la llamada del azabache para cerciorarse de que estuviese bien, de que no se estuviera metiendo en algo que afectara su seguridad, más de lo que ya estaba; sin embargo, cada día el tiempo de las llamadas era más corto. Parecía que Levi vivía más ocupado de lo normal y sólo llamaba para asegurarse de que Eren estuviese a salvo.

No había mensajes. No había llamadas por la noche.

Levi estaba distanciado y no sabía cómo interpretar eso. No sabía si tenía algo que ver con Eren o con el Espectro; no sabía y esa maldita incertidumbre le tenía el estómago apretado, le quitaba el sueño y le hacía querer llorar cada vez que se metía a la ducha.

—   Eren. — la voz de Armin le hizo quitar su atención de algunos niños jugando en el patio trasero, sólo para mirarlo de reojo y notar que la atención de la pareja de rubios estaba puesta en él. — No estás prestando atención. —

—   Qué pasa. — preguntó con desgano, moviéndose ligeramente para quedar más cómodo observando a sus amigos.

—   Mikasa dice que su parte está lista. Pero Bertolt ha tenido problemas con su parte de la investigación. —

—   Están asustados. — añadió Annie, sin dejar de mirar la pantalla de la computadora. — Reiner y él están pensando en dejar Stohess también, hasta saber qué está pasando. Sobre todo ahora que el puto sicario está libre otra vez. —

A Annie no le había costado ni un poco averiguar cómo fue el juicio contra el sicario y cómo se declaró su inocencia en el delito que se le adjudicaba; sin embargo, cuando Levi se lo contó, lo hizo como un argumento para mantenerlo en Mitras por un tiempo más, siendo que ya llevaba más una semana fuera de Stohess.

—   ¿Todavía no sabes quién lo envió? — preguntó Eren, mostrándose ausente. Se sentía ausente. Su cabeza sólo tenía espacio para un pensamiento, y era Levi.

—   Y probablemente nunca lo averigüe, ya te lo dije. — respondió a secas la rubia. Miró de reojo a su amigo y continuo—: Hay ciertas cosas que no puedo hacer. —

—   Hemos estado siguiendo pistas en el mercado negro para saber qué se está tramando en la élite o con la policía. Pero no hay mucha gente queriendo dar información. Sea quién sea que esté detrás de todo esto, está amenazando a las grandes fuentes de información en el mercado negro… y no conozco muchas personas que puedan hacer eso. — Armin lucía notoriamente preocupado.

Él y Annie habían llegado esa madrugada hasta Mitras — tras la caótica y confusa noche vivida en su departamento — y lo contuvieron lo suficiente hasta la mañana siguiente, donde se encausaron en una investigación sobre lo sucedido y los posibles culpables.

No obstante, incluso con lo buena que era Annie con estas cosas, y la comunicación que se estableció con el resto de su grupo, todavía no podían hallar a quién envió al sicario y tampoco el motivo.

Estos últimos días, ambos se habían mostrado más inquietos, más alterados. Molestos, tal vez. Pero, sobre todo, podía ver el miedo en su semblante.

Se sentían como una presa, siendo cazados.

Eren tenía un sentimiento similar. Al menos había sido así los primeros días, pero ahora era distinto. Lo único que quería era poder regresar a Stohess y ver a Levi. Sólo verlo, escuchar su voz, sentir su olor y el confort de su abrazo consolador.

El hambre, la sed y el sueño que sentía era nada comparado a la necesidad de tener de nuevo a Levi a su lado y saber que estaba bien. Porque lo conocía, sabía que debía estar en una vigilia permanente, tal vez encerrado en su oficina buscando información.

Eso, sin considerar los problemas que debió haber tenido con Hange por rebelarle lo del Espectro y también por el control de la situación debido al sicario. Le dolía demasiado pensar que todo lo que estaba ocurriendo había sido por sus decisiones, y ahora sólo quería hacerse cargo de ellas, responsabilizarse por sus actos, incluso si eso significaba dejar este plan del Espectro.

Mientras ignoraba cómo Armin y Annie discutían sobre la forma de convencer a sus compañeros de que se centraran en su misión y olvidaran el asunto del sicario, alguien llama a la puerta de la habitación.

No supo cómo se puso de pie, pero ahí estaba, entremedio de la puerta y de sus dos amigos que se habían quedado congelados mirando hacia la entrada de aquella habitación.

Eren deseó tener un arma en su mano. Tenía una guardada en uno de los escondites del ladrón, donde llegaba tras sus robos para cambiarse de ropa y tratar de olvidarse de que era el criminal más buscado por la élite de Stohess, para volver a ser un simple chico universitario con problemas familiares.

El miedo los congeló por unos segundos que tardó en llegar la voz al otro lado de la puerta, una voz que volvió a alterarlo tanto que no supo de su cuerpo hasta que había abierto la puerta de golpe, encontrándose con el dueño de su corazón.

La visión se le hizo borrosa por las lágrimas que comenzaron a salir de sus ojos y no se contuvo en lanzarse sobre Levi para estrecharlo entre sus brazos y largarse a llorar a todo pulmón.

Si su novio no fuese tan fuerte, probablemente ambos hubiesen terminado tirados en el suelo con un buen golpe, pero sólo retrocedió un par de pasos para retomar su equilibrio mientras lo sostenía casi elevándolo del suelo.

El suspiro de Levi le llenó los pulmones de su olor y de vida nuevamente, podía sentir su corazón latiendo entre ellos y el calor que emanaba de su cuerpo esculpido por los mismos dioses.

—   Oh, Levi. — lloraba el moreno, casi estrujando al mayor entre sus brazos. Pero no había protesta por parte del otro; no, sólo le correspondía con el mismo ímpetu.

—   Yo también te extrañé mucho. — le dijo el otro, haciendo que Eren, de ser posible, aumentara más la intensidad de su llanto.

—   No sé cuándo ya es momento de decir esto, pero lo haré: consíganse un cuarto. — soltó Annie desde más atrás.

Eren sonrió, porque parecía demasiado tentadora la idea de hacerle caso; sin embargo, el azabache soltó un poco su abrazo, y pareció mirar por encima del hombro del chico hacia el par de rubios que seguramente observaban la escena con más calma.

—   Siento venir sin avisar. — dijo el detective, soltando un poco más al chico, pero todavía rodeando su cintura con uno de sus brazos. El moreno aprovechó de limpiarse vagamente las lágrimas, aunque ya había empapado el hombro del azabache. — Era más seguro. —

—   No te preocupes. — dijo Armin. Eren todavía rodeada el cuello contrario con sus brazos y eso no impidió que Levi lo empujara ligeramente para volver a la habitación.

Cuando la puerta se cerró, sólo en ese preciso instante, el moreno se permitió erguirse ligeramente para mirar el rostro de su novio.

Sus ojos lucían como cristales azules que brillaban por la emoción — no sabía si en un buen o un mal sentido —; tenía ojeras bajo sus orbes grises, pero un sutil rubor teñía sus pómulos. Además, todavía tenía la cicatriz en su ceja debido a la pelea con el sicario.

Eren instintivamente se estiró y dejó un cálido beso en esa cicatriz, como si con ello pudiese curar no sólo esa herida, sino también todo el mal que había causado en la vida de Levi y todos los problemas que había tenido que pasar por su culpa, por su deseo de vengarse de la élite de Stohess.

—   Les daremos un poco de privacidad para que se pongan al día. — comentó Armin tras aclararse la garganta.

En seguida, el moreno se apartó un poco del detective y miró a sus amigos como si por primera vez hubiesen llegado a su lado. Su mundo tenía otro color ahora que sostenía con fuerza la mano de Levi y sentía su calidez entre sus dedos y eso le hizo darse cuenta del estado en que sus amigos también se encontraban, claramente agotados y llenos de miedo e incertidumbre.

Annie le hizo un saludo con la cabeza al azabache cuando pasaron junto a ellos y Eren dejó salir el aire que tenía en los pulmones una vez que la puerta se volvió a cerrar, dejándolos solos en aquel cuarto.

Ni siquiera había pasado dos segundos cuando tenía la boca de Levi sobre la suya, succionando sus labios y abriéndose paso con su lengua en la cavidad del más alto.

Las manos callosas de Levi le sostenían el rostro y el chico no tardó mucho tiempo en tomar eso como una invitación para dejarse llevar por sus bajos impulsos, acorralando al azabache contra la pared y levantándolo ligeramente para tener un mejor acceso a su boca.

El beso era demasiado desesperado, demasiado sediento por fundirse mutuamente; tanto que su erección no tardó en hacerse paso entremedio de ambos y comenzó a desvestir al azabache con rapidez, dejando expuesta la piel de su torso sudado.

—   Te doy tres segundos para elegir si quieres llegar a la cama o te hago mío en esta pared. — le dijo Eren mientras lo alzaba más y comenzaba a devorar los sensibles pezones del detective.

—   ¿Aguantarás tres segundos? — murmuró Levi con un exquisito gemido.

—   Buen punto. —

Eren bajó a Levi de golpe y lo volteó con un poco de brusquedad para dejar su rostro contra la pared junto a la puerta. En seguida, desabrochó el pantalón del azabache y metió su mano entre la ropa interior contraria para proceder a masturbar al hombre; besó sus hombros temblorosos por el placer y sintió su trasero erguirse más para encajar deliciosamente contra su erección, provocándole para que se encendieran todas las ramas de su lujuria interna.

De pronto, el detective tomó la mano libre del chico y comenzó a lamer sus dedos con determinación, metiéndoselos en la boca para dejarlos completamente humedecidos de saliva. Eren se tomó unos segundos para bajar más el pantalón del azabache y dejar ese redondo y suave trasero al descubierto, listo para que lo profanara sin piedad.

Cuando sintió que tenía los dedos suficientemente lubricados, apartó la mano de la boca contraria y procedió a introducir inmediatamente dos dedos en esa cavidad extremadamente estrecha que tenía Levi, llevándose una contracción involuntaria y la queja inmediata de parte del otro.

—   No te recordaba tan estrecho. — le susurró al oído, aumentando el movimiento dentro de Levi y también el ritmo de su masturbación.

—   Sólo… no te contengas. — le pidió entre jadeos poco mesurados.

—   No tengo condones. — recordó de inmediato, bajando un poco sus humos.

—   Iba a darme una ducha después, de todas formas. —

—   Te dolerá más…

—   ¿Es en serio, mocoso? ¿Estás buscando excusas con tu mano dentro de mi trasero? — no pudo evitar soltar una carcajada ante la demandante petición de Levi porque lo hiciera suyo de una vez. Sus mejillas ardían y una gota de sudor caprichosa rodó por sus sienes mientras lo miraba por sobre el hombro con ese ceño fruncido tan característico de él.

Se estiró un poco más, todavía estimulando al otro por ambas partes, y pasó su legua por esa gota de sudor salada, dejando un beso en sus pómulos afiebrados.

—   Pervertido. — susurró Levi, buscando sus labios, que inmediatamente encontraron su boca.

—   Te encanta.

Segundo después, Eren había hecho exactamente lo que Levi le había pedido. Había sido más gentil en un comienzo, porque no podía llegar y penetrarlo con dureza cuando no había suficiente lubricación; pero no tardaron en acostumbrarse lo suficiente para encontrar ese ritmo tan conocido entre ellos y comenzar con ese delicioso vaivén de estocadas y profanación, gimiendo mientras se sujetaban con poco cuidado y eran víctimas del placer entre las manos del otro.

Esperaba que sus amigos ya estuvieran lo suficientemente lejos, pero incluso si no lo estaban, le daba igual si llegaran a escuchar los obscenos gemidos que ambos liberaban mientras alcanzaban ese exquisito placer, aumentando cada vez el ritmo golpeado contra esa ridículamente blanca pared que sostenía el cuerpo de Levi.

—   Voy a correrme. — mencionó el azabache.

—   ¿Tan luego? — le provocó, saliéndose de golpe y volviendo a voltearlo para que quedara de frente. — ¿Qué tal así? — le preguntó en cuanto lo alzó y lo penetró con fuerza mientras el otro apenas había rodeado su cintura con sus piernas.

—   Más despacio, joder, mocoso. — se quejó con un gemido agudo.

—   Ni lo pienses.

Eren dejó que su brutalidad diera rienda suelta, golpeando bruscamente el trasero de Levi con sus caderas cada vez que embestía en contra de él. Sonaba extraño, el chapoteo de sus pieles sudadas y los fluidos que se mezclaban entre ambos llenaban la habitación y la volvían aún más calurosa de lo que era.

Cuando sintió que el orgasmo era inminente, sostuvo con más fuerza el cuerpo de Levi contra el suyo, quien respondió inmediatamente a su movimiento, aferrándose con fuerza y besándose con torpeza mientras jadeaban contra la boca contraria.

Fue Levi quién se corrió primero, semi aguantando el grito de excitación por la liberación de energía en su vientre y luego fue Eren, llenando completamente el interior de Levi, que comenzó a chorrear y dejar un desastre entre sus pies y sus ropas que ya estaban en el suelo.

Ambos se besaron. Una y otra vez. Con Levi abrazado al chico, y este sosteniéndolo ahora con más cariño y delicadeza.

Cuando consideraron que ya era suficiente, que ya podían vivir y respirar sin la necesidad de estar conectados, Eren miró con una sonrisa al detective y procedió a bajarlo con sumo cuidado. Este se quejó un poco de dolor y lo ayudó moverse para poder dirigirse al baño y darse la prometida ducha.

Todo sin decir nada.

Eren no quería decir nada, porque sabía que no vendrían solamente palabras de amor ni bromas entre ellos; porque sabía que no estaba todo bien a su alrededor. Porque decir algo sería olvidar ese maravilloso momento que era reencontrarse.

Levi parecía sentirse igual. Lavó el cabello del chico con cariño y limpió su cuerpo delicadamente entre besos y caricias que no tenían una connotación sexual; se abrazaron bajo el agua tibia de la regadera y respiraron el olor contrario.

Eren sentía que el vacío en su pecho se llenaba cada vez que recibía una caricia de parte del azabache, al mismo tiempo que volvía a formarse esa tensión en sus hombros cuando los pensamientos sobre los últimos hechos en sus vidas lo abordaban de golpe.

Salieron de la ducha y fueron hasta la habitación para ponerse ropa cómoda, algo con lo cual lidiar el calor que se sentía en la habitación. Levi fue hasta la pared con una toalla para limpiar los restos de fluidos corporales que pudieron haber quedado y que serían una anécdota pícara que contar en otras circunstancias.

Pero el sexo que tuvieron hace minutos atrás era una forma desesperada de saberse juntos, de conectarse como no habían podido desde hace casi dos semanas. Eren había bloqueado cada pensamiento que no fuera el olor de Levi, la textura de su piel, el calor que emanaba y el sonido de su voz gimiendo de placer; había evitado pensar en otra cosa que no fuera volver a estar con su azabache de ojos grises.

Ahora, en cambio, no podía evitar pensar de más la situación, mientras se hallaba sentado en el borde de la cama que le correspondía en ese cuartucho.

En seguida, Levi se había sentado a su lado y había pasado su mano por la espalda del moreno; llamando su atención con aquella caricia que le brindaba un poco más de confort, de seguridad. Esa caricia conocida y que venía con el mensaje: “Pase lo que pase, estoy a tu lado”.

—   ¿Qué tan mal está la situación? — preguntó finalmente el chico, cuando entrelazó su mano con la del azabache.

—   Tenso. — respondió el otro con un tono más grave del usual. — Es como si algo se estuviese cocinando sin que sepamos exactamente qué es.

Eren tenía una idea de lo que podía ser. Una idea bastante clara.

—   No he podido averiguar nada. — añadió el detective. — Pareciera que todos los informantes están asustados de algo.

El chico soltó un suspiro. Podía notar la pregunta implícita de Levi en la forma en la que evitaba su mirada y sujetaba con fuerza su mano.

—   Levi… — susurró su nombre, sin siquiera saber por qué. La verdad estaba atorada en su garganta y quería salir como una granada a dejar caos por todas partes. Lo peor es que no sabía qué tanto daño podría causar aquello, no sólo en la ciudad, sino también en su vida… en la de Levi.

—   Tengo miedo, Eren. — las palabras de su pareja lo hicieron mirarlo y encontrarse con ese azul grisáceo vuelto en acero afilado. Su seriedad denotaba que no quería andarse con rodeos. — Por favor, deja esto.

—   No te pasará nada. Lo prometo. Nadie te lastimará. Ni a ti ni a tu familia, ni a tus amigos. — si dependiera del chico, protegería con sus puños alzados a todo lo que Levi consideraba importante en su vida; sin embargo, no era tan sencillo. Sabía que no lo era. Y, aún así, se daba el lujo de hacer esas promesas no porque no quisiera cumplirlas, sino porque había cosas que él no podía controlar.

—   Fue tu hermano a hablar conmigo.

Aquello fue totalmente inesperado. Eren frunció el ceño y, sin pretenderlo, se separó un poco del detective para estudiar su expresión y entender qué significaba ello.

—   ¿Zeke? — la rabia fluía en su interior. ¿Acaso lo había amenazado? ¿por eso Levi estaba asustado?

—   Alto ahí, mocoso. — un ligero jalón de cabello le robó un quejido. — Fue a advertirme sobre la delicada situación en la que estás.

—   ¿Qué puede saber él? —exclamó, ofendido.

—   Tu hermano sabe que eres el Espectro.

Eren sintió que la sangre huía por su rostro y, por un momento, sintió el impulso de echarse a correr. Si no fuese por la firmeza con la que Levi sostenía su mano, tal vez hubiese perdido un poco los estribos, tal vez hubiera sucumbido al pánico de saber que alguien más sabía que era el ladrón de Stohess.

Trató de ordenar sus pensamientos. Si Zeke sabía, entonces era muy probable que alguien más lo supiese. No podía ser Rod Reiss, de eso estaba completamente seguro; sin embargo, ¿Zeke había abierto la boca con algún miembro de la élite? ¿con su padre? ¿se estaban confabulando para hundirlo?

—   No creo que te haya delatado. — la voz de Levi se abrió paso entre todo pensamiento horrendo que lo estaba ahogando. Escucharlo le hizo encontrar algo de cordura en todo el remolino de suposiciones que se hacía respecto a Zeke, la élite y el Espectro.

—   ¿Por qué lo dices?

—   Tch. No lo sé. No confío en él, pero… mi instinto me dice que tu familia no tiene nada que ver en este asunto. — Levi se rascó la nuca con algo de impaciencia mientras fruncía aún más el ceño. Parecía estar en un conflicto interno con sus pensamientos más racionales y ese supuesto instinto tan afilado que tenía.

Levi era soberanamente inteligente y sabía juzgar bastante bien a las personas. Tal vez ese haya sido un motivo para que no lo delatara tan fácilmente y le dio una oportunidad de explicar sus acciones.

Pero ahora, Levi era un cómplice más. No lo había tenido tan claro hasta que Hange habló con él aquella noche mientras se alejaban de Stohess. Levi estaba profundamente involucrado en el asunto del Espectro.

Y, lamentablemente, Eren lo involucraría aún más.

—   Haré mis averiguaciones respecto a Zeke. — musitó, más para sí mismo que para el detective. Y este volteó a volverlo inmediatamente, con su rostro y cabellos húmedos por la reciente ducha, que le daban un aspecto más sano y limpio; pero con esas ojeras oscuras más marcadas que la última vez que lo había visto.

Eren estiró su mano y acunó la mejilla contraria, pasando con suavidad el pulgar por el pómulo marcado de Levi, sintiendo que este dejaba salir el aire en forma de suspiro y dulcificaba su mirada. En seguida, se estiró y dejó un suave beso en esos labios un poco abusados anteriormente por él mismo.

Sabía lo que debía hacer ahora.

Por sus amigos. Por Levi.

—   Necesito volver a Stohess. — murmuró después de mirar fijamente a su novio. — Ya no puedes retener aquí.

—   Lo sé. — dijo inmediatamente Levi. — Sólo… cuídate.

—   Lo prometo.

 

~*~~~*~~~*~

 

 

La humedad lograba que el calor se sintiera sofocante en aquel edificio. Olía horrible, tal vez más que las veces anteriores que lo frecuentaba y, si miraba con atención, podía ver manchas de todo tipo en las paredes, rastros de suciedad en las tablas podridas del piso y, por supuesto, lleno de plagas y ratas que se hallaban a sus anchas en aquellas condiciones.

Para qué hablar de la luminosidad de la habitación. Con suerte se filtraban algunos haces de luz de una farola de la calle que parpadeaba por su mal estado, y tal vez algún que otro vehículo que pasaba por la poca transitada avenida que antecedía la entrada a esa construcción.

Sus amigos no estaban del todo cómodos en ese lugar, pero no había muchas opciones. Eren no quería arriesgarse a que Zeke obtuviera más información de sus encuentros con los miembros del equipo del Espectro, no cuando Reiner y Bertolt todavía estaban un poco reacios a continuar con el plan; así que no podían usar sus usuales lugares de reunión.

Había averiguado muchas cosas desde su retorno a Stohess hace dos días. La primera es que Zeke estaba fuera de Eldia, no había claridad de su paradero; lo segundo es que su padre no había estado atendiendo en sus consultas privadas y había salido pocas veces de la mansión de los Jaeger tras lo ocurrido con el sicario hace casi quince días atrás.

Pero no eran solamente ellos. Los miembros de la élite estaban particularmente cautelosos. No se habían realizados muchas reuniones sociales entre ellos, ni tampoco se les había visto en algún restaurante o bar de alta clase como salía pasar; los medios decían que era una inactividad inusual de parte de la élite y sólo se debía a su cautela ante la falta de pistas en el caso del Espectro.

La televisión no podía dar información sobre lo sucedido en su departamento, tampoco podía hablar sobre lo que ocurría en el mercado negro; pero los informantes privados y los comerciantes de información del otro lado de la ciudad decían que los sicarios de la élite estaban al asecho en todos lados y que parecían no tener discriminación sobre s a quién abordar.

Cualquier movimiento clandestino irregular sería detectado por ellos. Y esa era la trampa ¿no? Esperar que ladrón de Stohess hiciera su movimiento en el mercado negro para atraparlo.

Estaban equivocados si esperaban que eso sucediera.

—   ¿Dónde demonios está Mikasa? Este lugar me pone de los nervios. — reclamó Reiner de brazos cruzados, deteniendo su andar circular por la habitación mientras esperaban a la azabache.

—   Fuiste tú quien pidió ser más cuidadoso con nuestros pasos. Seguramente está dando unas vueltas antes de venir aquí. — dijo Annie de mala gana. Se le notaba demasiado tensa, sobre todo por la forma en la apretaba los brazos contra su cuerpo.

El moreno también comenzaba a impacientarse. Sinceramente, los últimos dos días había tenido un nivel de ansiedad que sobrepasaba sus estándares normales; incluso pareció competir silenciosamente con Levi por ver quién tenía más insomnio — y es que una de las condiciones del azabache había sido que se quedara en su casa y no volviera a su departamento, pese a que este ya estaba restaurado por la administración del edificio —.

Eren sabía que estaba en una situación crítica y se seguía odiando por arrastrar al azabache a ello; sin embargo, no había otra forma. Necesitaba de Levi para cambiar esa ciudad y derrocar a la sucia élite que la manipulaba.

Tras mirar por milésima vez la hora en su reloj y sintiéndose un poco extraño de no estar trayendo su teléfono consigo — sólo por precaución de no ser rastreado —, la puerta de la habitación revela a su amiga de la infancia con una camisa de manga larga de color pálido y sus jeans oscuros que le daban un aspecto mucho más casual.

Reiner soltó un suspiro — o algo así como un gruñido — en cuanto vio a su acompañante, y no fue el único que cambió sutilmente su actitud en cuanto la vieron entrar.

Yelena Magth lucía su metro con noventa en un traje oscuro que parecía ser algo así como su uniforme de trabajo. Su cabello recto, corto y rubio le deban un aspecto más tosco a su rostro y por supuesto que su actitud le daba la cuota suficiente para hacerle sentir a cualquiera que lo mejor era alejarse de ella.

Pero Yelena era su carta maestra en todo este plan y Mikasa por fin había logrado concretar este encuentro.

—   No pensé que fueran tantos. — murmuró ella adentrándose a la habitación antes que Mikasa. En seguida, su vista se centró en Eren, acercándose unos pasos más a él, logrando que el universitario se tensara más, de ser posible. — Tú debes ser Eren. —

—   En efecto. — dijo él. Su voz salió casi gutural. Estaba nervioso.

—   Bien. Tenemos poco tiempo. — dijo ella, todavía sin quitarle la vista de encima. — Supongo que tienen todo listo para comenzar.

Su grupo se miró entre sí hasta dar con Armin. El moreno se sorprendió de verlo tan firme frente a la presencia abrumadora de Yelena, si inclusive Mikasa parecía estar más al margen de la situación; sin embargo, su mejor amigo intercambió una mirada con él y fue suficiente para que la alta rubia pusiera su atención en él.

Los pasos que la acercaron a Armin revelaron la evidente diferencia de altura entre ambos y — de no conocer suficiente al futuro doctor — Eren hubiese dicho que ni siquiera se inmutó cuando fue inspeccionado por la mirada escrutadora de Yelena; no obstante, Armin a penas se aclaró la garganta antes de comenzar a hablar.

—   Tenemos todo lo que pediste.

Yelena entonces pasó de Armin y miró directamente a Annie, quién frunció más el ceño hacia ella y caminó un paso para quedar junto al rubio. Si de por sí había una diferencia de altura entre ambas, no era lo más importante de aquella escena, pues Eren podía notar una ferocidad escalofriante emanar de ambas. Un reto silencioso por ver su tenacidad.

Su determinación.

La más alta volvió a verter su atención en Eren y le sonrió sutilmente. Su gesto era afilado y no tenía nada de amistoso, parecía que lo estaba poniendo a prueba; pero este era su plan, era su misión como el Espectro.

Era su deber.

—   Es hora de hacer tu parte, Eren Jaeger.

Notas finales:

¡Llegamos al final del capítulo!


Ay, estoy muy emocionada. Tengo la misma sensación que cuando comencé a publicar esta historia, una suerte de incertidumbre, nerviosismo, emoción y miedo. Demasiadas cosas, porque sé que he sido irresponsable y me he demorado un montón en actualizar.


No les he olvidado. Eso sí que no. Pero la vida adulta me consume :/  Así que he estado con bastantes cosas que hacer y el tiempo se me va muy luego - y me canso también xd -.


Espero que este capítulo haya sido de su agrado y que haya compensado al menos un poco el tiempo de espera. Se vienen cosas buenas, lo prometo.


Y, bueno, para compensar un poco más el asunto, ¡hoy vengo con actualización doble! Criminal en su capítulo 37 y With you en su capítulo 4 (Si no lo han leído, les invito a darle una oportunidad).


Muchas gracias por su cariño de siempre y espero tenerles aquí lo que sigue en este camino para terminar la historia. 


Cuídense mucho.


Un abrazo.


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