Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Emboscada triunfal por 1827kratSN

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No se atrevió a ver por la ventana cuando el día llegó, así como tampoco se atrevió a decirle mucho a aquel rey imponente y amenazador.

Aceptó la oferta con un simple “de acuerdo” y después de eso se ocultó en el cuarto de su hermano, porque tenía miedo.

Al olvidar sus deberes como el descendiente de un reino poderoso, también ponía en riesgo a su servidumbre, pobladores, y a sí mismo.

—Quédate en esta habitación.

—Está bien —agachó su cabeza.

—Yo me encargo del resto.

—Sí.

—No te preocupes.

Le pidieron eso como si fuera tan simple como respirar profundo o leer un libro. Sintió rabia por lo calmado que estaba URSS, y a la vez sintió su estómago estrujarse porque desde ese día, el monarca que le prometió libertad, encadenaría a su hermano en un matrimonio sin amor y sin futuro brillante.

A veces desearía poder ser tan valiente como su hermano, planear alguna cosa para ayudarlo, y ejecutarlo sin temor a la derrota… Pero era tan difícil para él.

Así que se quedó sentado cerca de su ventana, escondiéndose del mundo y de su pasado.

Pidiendo perdón a sus padres por la decisión egoísta que tomó.

.

.

.

Se quedó callado como se lo enseñaron, admiró toda esa estúpida celebración sin decir palabra o emitir sonrisa, admiró el júbilo de los asistentes, la fiesta que se organizada en los jardines, y apretó sus blancos guantes y adornos en decenas que portaba.

USA no confiaba en el que sería su esposo.

Y no quería saber porqué URSS quería salvar a su hermano.

Agradeció infinitamente que la farsa para el pueblo acabara y le cedieran un poco de paz para terminar los negocios reales a solas con el que fue su padre y carcelero hasta ese día.

—Junto con USA se te concede el dominio de las tierras prometidas.

UK firmó el documento con calma destacando aquella caligrafía llena de detalles y curvas. Se acomodó el guante, elevó su mirada hacia su hijo antes de asentir en aprobación a sus decisiones, y después se enfocó en aquel rey de tierras frías.

—Perfecto —URSS sonrió al firmar el tratado.

—Claro, ¡ignoren mi "sí acepto"! —USA bufó mientras se quitaba los estúpidos guantes de seda—. Gracias por tenerme en cuenta.

Agradecía estar a solas con esos dos, porque dejó su faceta pulcra, y golpeó el suelo con el pie, lanzó los guantes, y murmuró maldiciones.

—Quedas en buenas manos, hijo.

UK ignoró el berrinche de su primogénito, como tantas otras veces, y se acercó despacio hasta acariciarle la mejilla y mirarlo silenciosamente. Intentando tranquilizarlo. Ignoró los reclamos susurrantes de su hijo y le dio un beso en la mejilla.

—Iré por tu hermano y me encargaré de la siguiente alianza.

El azabache carraspeó para llamar la atención.

—Olvidé decírtelo —URSS envió a sus lacayos a guardar el documento antes de girarse hacia aquellos dos.

—¿Qué olvidaste?

—Canadá se quedará aquí, bajo mi protección.

—¿De qué hablas? —el británico entrecerró sus ojos.

—Fue decisión de él —habló seriamente.

Se quedaron en silencio un momento, hasta que UK procesara lo dicho y después apretara el bastón que llevaba como accesorio.

—Canadá tiene un matrimonio que cumplir. Así te haya dicho que quiere quedarse… no puede.

Miró a los ojos de su aliado, enfrentando aquellos orbes de hierro, mostrándose imponente como siempre fue y sería.

URSS no respondió a la afrenta muda.

—Sobre eso... México estuvo de acuerdo con terminar ese pacto —sonrió—. Resolverá los conflictos con Francia de otra forma, el matrimonio con Canadá queda cancelado.

—Canadá se irá conmigo entonces —golpeó el suelo con su bastón y apretó los dientes—. Te ordeno que lo traigas ante mí.

—No.

—¡URSS, esto no es un juego! —se agitó—. ¡No puedes quedarte con mis dos hijos!

—No obligué a Canadá a quedarse por si lo piensas..., pero al parecer... tu hijo ya no quiere estar bajo tu mando.

—¡Canadá vendrá conmigo!

—Ya no tienes poder sobre él.

—Mi hermano ya no te pertenece —USA sonrió—. Ya no tienes otra reliquia con la que negociar, padre.

—Ninguno de ustedes entiende la desgracia que esto representa.

—Yo sí lo entiendo —URSS hizo una seña para que USA se acercara—, pero no nos importa mucho.

Por primera vez y por bien propio, USA siguió la orden muda y obedientemente se colocó detrás de su ahora esposo, solo para ser espectador de aquella discusión tan agitada que llevó a su padre incluso a despeinarse.

Lo disfrutó.

Pero también temió.

Porque USA también sabía qué implicaciones tendría aquella gran travesura.

Y aun así, creía fervientemente, que Francia se lo merecía.

.

.

.

Se acabó el drama, y evitó la situación tanto como pudo, pero la noche llegó, el festejo masivo se terminó, y sus sirvientas lo dirigieron a la habitación matrimonial que desde ese punto sería su cárcel.

Sería la primera vez que dejara solo a Canadá durante aquellas frías noches.

Pero no tenía otra opción,

—Voy a cerrar los ojos y a respirar. Tú harás lo que tengas que hacer y después me dejarás en paz, ¿de acuerdo?

URSS miró a USA sorprendido por aquella sentencia casi autoimpuesta. Y después solo soltó una risita divertida.

—Tranquilo, no eres de mi interés.

URSS se quitó la capa y la corona, las dejó en su sitio y después estiró sus músculos un poco tensos. Luego solo se dirigió al mueble junto a su cama y se quitó las alhajas de la familia que debió usar.

—Qué carajos... —USA lo estaba procesando—. Pero estamos casados, ¿no?

—No salgas de la habitación hasta mañana... Daré un paseo en silencio.

—Ey, ey —señaló el cuarto con confusión— ¿qué es lo que pasa?

—Pensaba hablar de esto después, pero si vas a insistir...

Mientras se colocaba la capa negra que lo protegería del frío, pensó en lo que le diría a su actual esposo. Después se sentó en su lecho e hizo una mueca.

—¿Qué planeas, URSS?

—Si el matrimonio no se consuma, puedo rechazar y anular la unión —el eslavo sonrió.

—¿Eh?

—Cuando eso suceda te puedes ir.

—Y... ¿Y mis tierras? ¿Las que UK dio a cambio de mi matrimonio?

—Son tuyas por derecho y yo te las cederé.

—Aquí hay un truco, ¿verdad?

USA se puso a la defensiva, acercándose a la puerta, por si acaso.

—Tu hermano se queda aquí.

—¿Estás loco? ¡No voy a dejar a mi hermano contigo!

URSS ni se inmutó, se sirvió un poco de agua y hizo un gesto con su mano para quitarle importancia a la situación.

—Piénsalo... Si te llevas a Canadá, UK puede llevárselo de nuevo y obligarlo a casarse con México. Aunque te frustre, tú no tienes tanto poder como para proteger a tu hermano... —cerró los ojos por un momento—. Pero si se queda aquí, conmigo, tiene toda mi protección.

Sonaba coherente, y a pesar de su rabia e impotencia, USA reconocía que si se llevaba a Canadá de ahí, ya sea bajo consentimiento o no de URSS, ambos corrían muchos riesgos… Y Canadá era quien perdería más, quien estaría en peligro constante.

—¿Planeas casarte con él?

—A su debido tiempo.

—¿Lo vas a forzar?

—No.

—No te creo, señor tierras frías.

Entonces URSS decidió ser sincero.

—Tu hermano me cautivó desde la primera vez, y creo que todos los que estuvieron presentes lo entendieron... Es obvio que no le haré algo malo.

Era su oportunidad. Tal vez la única que tendría.

Podría ser libre, generar riquezas por su cuenta, liderar su pueblo para que dejaran esas estúpidas creencias dadas por UK, acunar poderío… Y cuando estuviera listo, cuando lo malo haya sido borrado… Podría regresar por Canadá.

Pero era riesgoso.

Canadá podría…

¿Y qué otra opción tenía?

No podía simplemente ir contra los planes de URSS… Porque en ese momento no tenía nada más que sus manos y sus sueños.

—¿Me prometes que estará bien aquí? —su voz bajó de tono, porque tenía muchas dudas.

—Por mi honor.

—Esas cosas no me sirven —USA chistó antes de restregar su frente.

—¿Qué quieres?

—Una promesa firmada, algo que sí tenga valor y no unas simples promesas al aire… Porque te estaré dejando a mi hermano menor, lo único bueno que me queda en esta miserable vida.

—Lo que pidas… Lo tendrás.

—Pero… déjame hablar primero con Canadá.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).