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Koi no Yokan por TsubasaHatsukoi

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— Ya te he dicho que debes tener cuidado cuando estemos en la universidad. ¿Qué tal si hubiera sido alguien más el que los vio? — un avergonzado Misaki reprendía a Shinobu mientras caminaban a la salida de la universidad. ¿La razón? Misaki había estado buscando a Shinobu luego de que terminaran sus clases (al no estar estudiando la misma carrera la mayoría de sus clases las tomaban en diferentes edificios). Iba a devolverle unos libros que le prestó días antes pero no contestaba sus mensajes, así que optó por ir a buscarlo a los salones donde frecuentemente tomaba sus clases, estaba por rendirse en su búsqueda hasta que escuchó la voz de su amigo proveniente de una de las aulas.

Se arrepiente tanto no haber tocado la puerta primero.

La pareja de Shinobu era un maestro de la universidad, el profesor Miyagi. Cuando entró en el salón despreocupado llamando a su amigo los encontró en una situación muy comprometedora. Se limitó a darse la vuelta avergonzado. Tuvo que esperar a Shinobu afuera del aula hasta que este estuvo lo suficientemente presentable para salir.

— Ya lo sé. Pero todo es culpa de ese viejo, por verse así de bien todos los días. —

— ¡No pregunté la razón! Por más que sea tu pareja, siguen siendo maestro y estudiante aquí en la escuela. Imagínate que tu padre se enterase.

— Algún día se tendrá que enterar. — Misaki veía como Shinobu respondía un mensaje mientras caminaban, estaba seguro de que se trataba de Miyagi-sensei por la mirada de su amigo. — Desearía no tener que esperar otros tres años para poder restregarle a todo el mundo que ese viejo es mío. — El rubio ya había guardado su celular, regresando su vista al frente.

— Pues tendrás que esperar. — Aunque dijera eso, la verdad es que Misaki si se sentía un poco mal por la posición en la que estaba su amigo, él llevaba casi 4 años saliendo con Usami y en ningún momento tuvieron que esconderlo de nadie. En cambio Shinobu, si tenía varios problemas: su inevitable relación estudiante/profesor, el hecho de que ese profesor era empleado de su padre, y además, sumarle el inconveniente de los 17 años que tenían de diferencia entre uno y otro. Sí era un poco especial su situación. — ¿Te arrepientes de no haber entrado a la Universidad T como te dijo tu padre? Por lo menos de esa forma podrías salir con él sin tantos problemas.

— No, estoy bien, me gusta esta escuela. Y aquí puedo pasar más tiempo con él... — Shinobu agachó la mirada, un poco sonrojado tras decir aquello. Síp, estaba seguro que él se veía igual cuando hablaba de su Usagi. Pero rápidamente el otro volvió a la normalidad, levantando la mirada. — Y también puedo vigilar de cerca a todas esas resbalosas que se le acercan, parece que no sabe lo que provoca en ellas. — Misaki rió ante eso último, Shinobu era realmente celoso con el mayor, y no lo culpaba, después de todo, sí había muchas (y muchos) omegas que se acercaban al profesor con otras intenciones, y era muy fácil darse cuenta de ello. — ¿Y? ¿Hoy si vas a salir conmigo? ¿O de nuevo me dejarás para ir a casa con tu príncipe? — Desde la primera vez que Shinobu vio a Akihiko, lo apodó como el príncipe de Misaki, y cada que lo mencionaba se refería a él como príncipe.

— Voy contigo.

— Va a llover.

— Usagi-san no está en casa, tenía una reunión en la editorial y dijo que volvería tarde.

— Ahí está, soy tu plato de segunda mesa.

— Yo también soy el tuyo cuando se trata de Miyagi-sensei.

— Sí, pero yo paso menos tiempo con él que tú con tu novio. Por dios, ustedes viven juntos, prácticamente hacen toodo juntos.

— Si pero... quiero estar siempre con él. — Misaki se sonrojó, extendiendo su mano inconscientemente frente a él, apreciando el reluciente anillo que le había obsequiado su novio meses atrás.

— Bueno, bueno, suficiente. Vamos a comer a algún lado antes de que te pongas cursi como siempre. — Shinobu empujó juguetón a Misaki, para luego adelantarse en el camino.

— Mira quién lo dice.

        


Regresó al departamento luego de pasar la tarde con Shinobu. Todo estaba muy silencioso y al no ver los zapatos de Usagi en la entrada, supuso que este aún no regresaba de la editorial. Luego de dejar sus cosas se dispuso a hacer un poco de quehacer en el departamento antes de ponerse a preparar la cena. Se dirigió a la planta de arriba a aspirar y recoger un poco; debido a la universidad no había tenido tiempo suficiente de limpiar las habitaciones de arriba.

Una vez hubo dejado reluciente las escaleras y el pasillo, se dirigió a su habitación a recoger un poco, su habitación de nombre, porque no solía dormir ahí, solo la usaba para guardar su ropa y sus cosas de la escuela, ahí también solía encerrarse a hacer sus tareas. Pero la mayor parte del tiempo dormía en el cuarto de su pareja.

No había mucho desorden en el cuarto, precisamente porque casi no pasaba tiempo ahí, pero si debía aspirar un poco y sacudir. Terminó ahí, y se dirigió al cuarto del escritor, que en comparación al suyo, si estaba un poco desordenado; aspiró, limpió los juguetes, tendió la cama y para el final dejó la ropa desordenada, que aprovecharía para llevársela a lavar. Comenzó a recoger todas las prendas, colocándolas en una canasta para cargarlas; mientras lo hacía inevitablemente el aroma del alfa inundó sus fosas nasales, se regañó a sí mismo cuando de un momento a otro ya tenía una camisa entre sus manos, acercó la prenda hasta su cuerpo apretándola levemente contra sí mismo, pero antes de hacer cualquier otra cosa una oleada de calor recorrió su cuerpo. Se sorprendió pero lo supo de inmediato. Era su celo, de nuevo. Se levantó rápido antes de que perdiera control sobre su cuerpo y se dirigió a su cuarto, y sin pensarlo sacó sus supresores del cajón a lado de su cama, tomándolo de inmediato.

Se sentó a la orilla de su cama, esperando que este hiciera efecto, y en unos minutos ya se encontraba mejor. Se puso de pie, guardando la medicina de paso. Y suspiró largamente, era la segunda vez en ese mes que le llegaba el celo. Desde hace varios meses estaba así, irregular, podía asegurar que aquello comenzó cuando empezó a vivir con el otro, no mencionó nada porque no creía que fuera algo grave, además su organismo siempre fue bueno asimilando las pastillas así que podía calmarlo sin dificultad con ellas. Pero comenzaba a preocuparle un poco, el no saber cuando se iba a presentar, ahora debía cargar las medicinas a donde fuera que saliera para no sufrir ningún inconveniente, pero lo más importante, tenía miedo que esto fuera a tener repercusiones en un futuro.

Debía contarle a Usagi, en cuanto tuviera la oportunidad. A pesar de lo que Shinobu dijo aquella tarde, la verdad es que los últimos semanas no había pasado tanto tiempo con su novio, y la razón de regresar apresurado a casa luego de clases era precisamente por ello, para poder verlo por el mayor tiempo posible, pues debido al trabajo del mayor, y sus recientes y constante juntas en la editorial, su tiempo juntos había disminuido. Se sentía inquieto, y eso le preocupaba. Aún no estaban enlazados, y apesar de eso, lo buscaba constantemente y sin cesar, si así era en esos momentos, no se quería ni imaginar lo dependiente que se iba a volver del otro una vez que lo marcara. No quería ser una carga para él. Sintió una opresión en el pecho, pero no quería preocuparse por esas cosas en ese momento. Salió de su cuarto y de inmediato regresó a sus labores, con el único pensamiento de ir con un médico en cuanto tuviera la oportunidad.

        


Se despidió de Shinobu y una vez que lo vio desaparecer adentrándose en la oficina del profesor Miyagi, se dirigió a paso apresurado a la salida de la escuela. Usami le había enviado un mensaje horas antes diciéndole que pasaría a recogerlo a la universidad cuando terminaran sus clases, al parecer acabaría con sus deberes en la editorial temprano y pasaría a recogerlo luego de eso.

Caminó hasta la puerta y de inmediato visualizó la cabellera plata de su novio, estaba a punto de correr a su encuentro, pero se detuvo al ver la sonrisa disimulada del otro. Estaba hablando con alguien, nunca había visto esa expresión en su rostro, al dar unos pasos más pudo reconocer la cara de la otra persona, y su confusión aumentó aún más; se trataba de Kamijou-sensei, su maestro de literatura.

Se quedó de pie ahí, a unos metros de ellos,sin saber si acercarse o no. Era extraño, nunca había visto a Usagi tan cercano con otro ser humano que no fuera Takahiro, y no sabía cómo sentirse al respecto. Comenzó a sentirse inquieto, y celoso.

¿Celoso? Sí, celoso. Porque estaba completamente consciente de que Kamijou-sensei era un omega. Un omega de buena familia y atractivo, y que además parecía entenderse muy bien con su novio. No quería hacer una escena ahí, pero sus hormonas lo estaban traicionando, y le dieron muchas ganas de llorar. Aunque no había razón alguna para llorar, no estaban haciendo nada malo, solamente se encontraban charlando, de hecho, su maestro tenía una cara de pocos amigos, sin embargo aunque siempre se cargaba una expresión temible, la que le mostraba a Akihiko tenía un aura completamente diferente. De un momento a otro el profesor se despidió con la mano y empezó a caminar hacia el edificio.

— Nos vemos, Hiroki. — Al ver que el otro se alejaba el peliplata se despidió en voz alta, lo suficiente para que Misaki lo escuchara. Hiroki, además de su hermano, era la primera vez que escuchaba a Usagi llamar a alguien por su nombre.

— No olvides devolverme mis libros Akihiko. — Comentó el castaño mayor girándose levemente hacia el otro, para luego proseguir con su camino. El nombre de su novio resonó en su cabeza, y sintió una punzada extraña en su pecho. Nunca había escuchado a nadie llamar a su pareja por su nombre, y menos con tanta familiaridad, ni siquiera él estaba acostumbrado a llamarlo así.

No supo cuánto tiempo pasó ahí, no obstante, suponía que ya comenzaba a llamar la atención por estar como una estatua parado en medio de la pasada. Estaba dispuesto a caminar hacia su pareja pero sintió los penetrantes ojos del escritor sobre su persona, lo vieron con felicidad al instante pero al notar su clara intranquilidad rodearlo, su expresión cambió a una de completa preocupación en cuestión de segundos y se acercó apresurado a donde se encontraba.

— ¿¡Misaki estás bien!? ¿Qué sucede? — El alfa lo tomó por los hombros para luego acariciar una de sus mejillas con ternura y clara angustia.

— No pasa nada... — Pero Misaki no sabía qué decir con todos esos pensamientos en su cabeza.

— ¿Nada? Estás muy inquieto se nota en tu expresión y estás desprendiendo feromonas sin darte cuenta.

— No es nada...

— Misaki...

— ... — No contestó nada, no pudo, y simplemente agachó la mirada para evitar la del otro.

— ¿Me viste con Hiroki? — Era obvio que el mayor descubriría lo que le pasaba, estaba siendo muy evidente. Sin embargo, no quería decir nada en ese momento.

— Solo vamos a casa... — Levantó la mirada un poco, para verlo a los ojos al decirle aquello, esperando que con eso entendiera que no quería hablar en ese instante. Y el escritor no dijo más, solo le tomó de la mano con suavidad, para dirigirse a su auto que esperaba estacionado en la entrada de la escuela.

El camino hasta el departamento estuvo en completo silencio, con Usami concentrado en las calles mientras conducía y un Misaki meditativo mirando por la ventana del copiloto. En menos de 10 minutos ya se encontraban en el departamento, Misaki dejó sus cosas y de inmediato se dirigió a la cocina, dispuesto a preparar la cena para despejar su mente. Akihiko lo siguió de inmediato, colocándose frente a él al otro lado de la barra.

— Misaki...

— Escuché que Kamijou-sensei viene de una buena familia, que viene de un linaje de alfas y omegas dominantes. — Lo dijo sin pensarlo, a pesar de querer dejar de lado sus pensamientos tormentosos, al escuchar la voz del otro simplemente salió de la nada. Pero ya había abierto la boca, ya no había marcha atrás.

— Misaki, no sé qué es lo que estás imaginando pero Hiroki solo es un buen amigo.

— Es omega... — Misaki dijo eso en un murmuro, casi susurrándolo, ni siquiera Usagi que estaba unos centímetros de él pudo escucharlo con claridad.

— ¿Eh?

— ¡Es un omega! Un apuesto y dominante omega. Seguramente estarías mejor con él que con alguien como yo. — Se sorprendió a sí mismo al decir aquello. Si bien, desde que comenzó a salir con el escritor su relación había ido de la mejor manera, obviamente hubo momentos en los que pensamientos como ese se le cruzaron por la cabeza, pero siempre decidió mantenerlos en silencio. Usami era un alfa de sobrenombre, rico y famoso, 10 años mayor que él. Él solo era un omega promedio que nunca tuvo confianza en sí, y hasta antes de conocer al mayor nadie había puesto especial interés en su persona. Esa tarde al verlo con Kamijou realmente realizó en toda aquella situación, eran de dos mundos completamente diferentes, y tal vez Usami debía encontrar alguien mejor que él para formar una familia.

— Oye, tu eres el único para mi. Te amo. Y no quiero que dudes con cosas como esas. — Para ese momento el mayor ya se encontraba frente a él, tomándolo por los hombros y viéndolo con una mirada intranquila, pero con esos dulces ojos que solo él le podía dedicar. Y al ver al escritor así, sus ojos inevitablemente se humedecieron.

— Pero Kamijou-sensei se veía muy cómodo hablando contigo.

— Hiroki tiene pareja. Y supongo que es normal que se vea así, nos conocemos desde que éramos niños. — Misaki se removió incómodo en su lugar al escuchar eso, su mente estaba jugando en su contra y no sabía porqué. Se quedó en silencio unos minutos, pero aún había cosas rodando en su cabeza.

— Pero no sólo Kamijou-sensei, hay miles de omegas lindos revoloteando a donde sea que vayas. Tal vez yo no sea indicado para ti. Por dios ¡Eres Usami Akihiko! El escritor famoso y alfa millonario. Debe haber alguien allá afuera que sea más indicado para ti, yo solo soy un omega común... — No pudo terminar porque el mahor lo atrajo hasta su cuerpo, abrazándolo con fuerza y él solo se limitó a llorar con más fuerza.

— Misaki. No digas eso. Si hay alguien indicado para mí, ese eres tú. Y no lo digo porque seamos compañeros destinados; eres la persona más dulce, amable y dedicada que he conocido en mi vida. Eres la primera persona con la que realmente quiero pasar todo mi tiempo, eres el único que me entiende completamente, que me soporta y que nunca le importó ni mi nombre ni mi posición. Te adoro, y no quiero que vuelvas a pensar nunca más cosas así ¿De acuerdo? Porque eres la persona que más amo en este mundo, y no quiero que tengas dudas sobre eso. - Usami se separó levemente del abrazo solamente para mirarlo directamente a los ojos y sonreírle con ternura, para seguido a eso posar un corto beso sobre sus labios, seguido de uno sobre su frente y sus párpados, limpiando el rastro de lágrimas que quedaba en sus ojos en el proceso. Y Misaki ya no pudo seguir llorando, se contagió de la sonrisa del otro y de inmediato se refugió de nueva cuenta contra el cálido pecho del mayor. Se quedaron así unos minutos, Misaki ya se encontraba más calmado, Usami había comenzado a desprender feromonas para relajarlo desde que lo abrazó, y eso siempre funcionaba.

— Nunca pensé que fueras a ponerte celoso de Hiroki, nunca fuiste celoso con nadie más. — Comentó el peliplata una vez que el ambiente se encontraba más relajado.

— C-cállate, no sé qué me pasó hoy. — Misaki se escondió aún más en el pecho del otro. Era la verdad, nunca fue una persona celosa, confiaba por completo en su novio y particularmente nunca sintió celos hacia nadie. Pero esos días se encontraba muy vulnerable por alguna razón.

— Pero te hablaré de él ya que pareces estar muy preocupado al respecto.

— Yo no... — No necesitaba explicación alguna, con solo saber que era un amigo muy cercano para su novio le bastaba, no quería verse como la novia posesiva que le pedía explicaciones sobre todo lo que hacía y con quién o no hablaba.

— Tenía pensado contarte esto, pero nunca surgió la oportunidad. — Usami se separó del abrazo nuevamente, esta vez para tomarlo por la mano y jalarlo hasta el sillón de la sala, donde de inmediato lo hizo tomar asiento entre sus piernas. Evidentemente no se iba a quejar. — Hiroki es mi amigo de la infancia y también fue mi prometido por varios años. — El castaño abrió los ojos con sorpresa al escuchar eso.

— ¿Eh? — Sus ojos lo miraban confundido, era obvio, después de todo nunca en todos los años que llevaban saliendo había escuchado algo sobre eso. Pero suponía que fue porque nunca había conocido a Hiroki antes hasta que entró a la universidad, y mucho menos los había visto hablar el uno con el otro, no era un tema que pudiera salir de la nada solo porque sí.

— Nuestros padres nos comprometieron cuando éramos niños, la familia Kamijou eran nuestros vecinos, luego de ver que nos llevábamos bien pensaron que era una buena idea comprometernos; alfa y omega, unir dos familias con dinero, algún beneficio debía tener. La verdad nunca pensé mucho en ello, pero yo solo veía a Hiroki como mi amigo. Olvidamos todo ese asunto del compromiso cuando me alejé de mi familia, y quedó completamente cancelado cuando él conoció a su pareja destinada. Y yo a la mía. - al decir la última frase esbozó esa hermosa sonrisa que solo Misaki conocía.

— ¿Sus padres no se opusieron a que cancelaran el compromiso?

— Los señores Kamijou estaban encantados con la pareja de Hiroki cuando lo conocieron, así que no. A mis padres no les importó, desde que decidieron que mi hermano es el que heredará la compañía de la familia, lo que yo hiciera de mi vida dejó de importarles. Y no es como que me preocupe mucho su opinión. — Misaki lo miró con reproche, debido a que él siempre fue muy unido a su hermano le sabía mal que su novio no tuviera relación alguna con su familia, aunque después de escuchar sobre su infancia entendía un poco la razón de querer alejarse de ellos. Misaki ya no dijo nada, no veía necesidad de decir nada más, solo se recostó sobre el cuerpo del otro. — Me sorprende que no notaras que Hiroki tiene pareja, nunca esconde su marca y siempre lleva su anillo puesto. — Al ver que Misaki no diría nada, decidió molestarlo un poco.

— ¡Ya déjame en paz! Ya lo sabía. Pero no estaba pensando en ese momento. — Misaki hizo un puchero sonrojado al decir aquello golpeando al peliplata suavemente.

— Pero me alegra saber que me quieres todo para ti. — Dicho eso rodeó al cintura de Misaki con sus brazos, acercándolo más a él.

— ¿¡Cuándo dije eso!? — El castaño se sobresaltó al sentirlo. Su cuerpo empezaba a sentir su cuerpo más sensible de lo normal. Y recordó que había olvidado tomar nuevamente su pastilla.

— No tienes que decirlo, lo entiendo perfectamente. — Usami depositó un beso en el cuello del menor. Luego levantó su camiseta, colando de inmediato sus manos por debajo, acariciando su abdomen con lentitud. El cuerpo de Misaki comenzaba a calentarse inevitablemente al sentir los toques del mayor sobre su cuerpo.

— ¡U-usagi-san! — Misaki soltaba jadeos y gemidos tratando de suprimirlos con sus manos, por su aroma estaba completamente seguro que Usagi se daría cuenta de su celo en cualquier momento, y al parecer sus suposiciones fueron ciertas porque de un momento a otro el escritor detuvo sus caricias, para dedicarse a oler sugestivamente su nuca, que era donde la esencia que desprendía el otro se acumulaba.

— Misaki ¿Estás en celo?

— Sí...

— Pero, tu celo de este mes fue hace poco ¿No es así?

— Sí, no sé porque ha estado irregular...

— ¿Es la primera vez que pasa?

— No, desde que comenzamos a vivir juntos comenzó. — Usami lo miró intranquilo.

— ¿Por qué no me lo contaste? Ya son casi 8 meses desde que te mudaste aquí.

— No era un problema para mi, siempre he podido controlarlo con las pastillas, pensé que solo era una irregularidad cualquiera. — Misaki hablaba cabizbajo, talvez sí tomó muy a la ligera toda esa situación.

— ¿Una irregularidad de 8 meses? - Usami suspiró, se le notaba preocupado. Misaki se sintió mal por no haber mencionado nada antes. — Mañana iremos al médico, no puedes seguir de esa forma ¿Qué tal si te sucede algo malo?

— Lo siento...

— No tienes que disculparte, no hiciste nada malo. — Dicho eso volvió a acorralarlo entre sus brazos, repartiendo suaves besos por sus hombros y espalda. Misaki comenzaba a excitarse de nuevo. — Pero por mientras ¿Te parece si hacemos algo al respecto? — La susurrante e insinuante voz de Akihiko estremeció todo su cuerpo, sintiendo como se derretía con cada roce de sus cuerpos.

— Usagi-san... — No dijo nada más, el mayor se encargó de interpretar su mirada ansiosa y de inmediato lo tomó entre sus brazos, sin dejar de repartir sus cortos besos para encaminarse con cuidado y prisa hasta su habitación. Dispuesto a aliviar el inesperado celo de su pequeño.

 

 

 

 

 


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