Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Koi no Yokan

Autor: TsubasaHatsukoi

Resumen:

Aquello que sientes cuando conoces a esa persona especial, y sabes que vas a amarla irremediablemente por el resto de tu vida...

 


Serie de One Shots de la Junjou Romantica.

 

 

Takahashi Misaki x Usami Akihiko.

 


Clasificación: No menores de 13 años [Reviews - 1]
Categoría: JUNJOU ROMANTICA, SEKAIICHI HATSUKOI
Personajes: No
Generos: Drama, Humor, Romántico
Advertencias: Lemon
Serie: No
Capitulos: 18 Finalizado: No
Palabras: 61375 Leido: 3805
Publicado: 26/01/21 Actualizado: 26/01/21





1. Vagón vacío por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (1753 words)

2. Akai Ito 1/2 por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (3473 words)

3. Osito por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (2850 words)

4. Picture this por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (1009 words)

5. Una nevada con Suzuki-san por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (1798 words)

6. Lindo destino (Omegaverse) por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (3069 words)

7. Sorpresa de cumpleaños por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (4138 words)

8. #KissChallenge por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (3887 words)

9. T O X I C 1/2 por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (4525 words)

 

Estaba mal, sí, pero fue inevitable para su persona no terminar enamorado de ese chiquillo, terminar enamorado del hermano menor de su mejor amigo.

Misaki Takahashi era el gentil y adorable hermano menor de su amigo Takahiro, lo había conocido por casualidad mientras hacía sus compras recurrentes en una tienda cerca de su casa, no pudo evitar ayudarle al menor con unas bolsas al verlo indefenso, haciendo pucheros por no poder cargarlas. Y desde el primer momento en que lo vio pensó que era realmente muy lindo para este mundo. Luego de unos días, al ir de visita a la casa de su amigo, descubrió que eran hermanos. Y con el paso del tiempo no hizo mas que enamorarse de ese niño, sí, niño; Misaki tenía 15 años cuando se conocieron, por más que quisiera hacer al castaño suyo, no podía hacer nada ilegal, tenía valores claro que sí.

Había decidido esperar a que Misaki cumpliera la mayoría de edad para declararle sus sentimientos, y si no era correspondido, estaba dispuesto a hacer que se enamorara de él.

Pero justamente el día que Misaki cumplió años, alguien más se le adelantó. El menor de los Takahashi había conocido a uno de sus mangakas favoritos en una firma de autógrafos meses antes de cumplir los 18, y ese hombre había puesto los ojos de inmediato sobre su pequeño, el muy maldito de Ijuuin Kyo se había aprovechado de la inocencia de su niño.

Ijuuin al momento de conocer a Misaki comenzó con adulaciones, palabras bonitas y regalos, y el día del cumpleaños 18 del menor, le pidió que fuera su novio. Misaki adoraba a ese hombre, era inexperto y estaba confundido, pero al realizar en que tendría la completa atención y el amor del mayor solo para él, no tardó mucho tiempo en caer, y no dudó en corresponderle.

No pudo hacer nada para impedir que comenzaran a salir, y ya había pasado más de un año de aquello.

Si Misaki era feliz, él también y no iba a intervenir.

Pero esa idea cambió cuando se enteró de la mierda de persona que era Ijuuin, que sólo lastimaba cruelmente a Misaki con sus incontables mentiras y juegos.

No quería dejar que las cosas siguieran así. Al principio pensó que Misaki confundía su admiración con amor y que el menor terminaría esa relación en cualquier momento, pero con el tiempo se dio cuenta que no era así; Misaki había caído por completo por aquel mangaka, lo amaba, y lo amaba de verdad... Por más cosas que pasaran entre ellos, no hacía nada para alejarse de esa relación tóxica, perdonaba al mayor en cada pelea o discusión, e incluso en ocasiones, hacía como que ignoraba el hecho de que Ijuuin se iba con otros chicos a pasar el rato...

Sabía que el menor estaba destrozado, se notaba en su mirada, la mirada brillante e inocente que alguna vez adornó el rostro de su pequeño había desaparecido, dejando a un chico de sonrisa forzada que escondía dentro de su pequeño cuerpo una cantidad inmensa de cansancio y dolor.

En ese momento se encontraban cenando en casa de los Takahashi celebrando el ascenso de Takahiro en el trabajo. Takahiro no estaba al tanto de la relación de su hermano con el mangaka, solo notó que Misaki se había vuelto muy unido a ese hombre y pensaba que era un amigo al que le tenía mucho cariño, por lo que había comenzado a frecuentarlo y a invitarlo a esa clase de reuniones.

Akihiko maldecía tanto al mayor de los Takahashi por ser tan iluso.

- ¡Misaki, se acabaron las bebidas! - La voz del castaño mayor se escuchó desde la cocina hasta donde estaban los otros tres. - Acompáñame a la tienda a traer más. - En eso apareció en el comedor dirigiéndose a Misaki, el menor soltó de inmediato la mano de Ijuuin, que se encontraban entrelazadas por debajo de la mesa, cosa que por supuesto no pasó desapercibida por el escritor.

Usami descubrió la relación de Misaki e Ijuuin el mismo día que comenzó. Ese día estaba dispuesto a llevar a Misaki a cenar por su cumpleaños y aprovechar para confesarle sus sentimientos, pero cuando fue en su búsqueda al departamento de los Takahashi se encontró con la escena que quiso por todos los medios evitar, pero no lo hizo. Solo se detuvo asegurándose que ninguno de los otros dos notara su presencia. Pues estaba presenciando como Ijuuin le pedía a su pequeño que comenzaran a salir y como este, aceptaba su propuesta un poco nervioso.

Misaki le había confiado el secreto de su relación al escritor, Usami siempre había estado ahí para los dos hermanos y el menor lo consideraba una persona muy importante en su vida, por lo que cuando comenzó a salir con Ijuuin quiso tener alguien con quien hablar de ello, y al no estar completamente listo para revelarle a su hermano que salía con un hombre, terminó por contarle al escritor - aunque este ya lo sabía-. Así que de alguna forma se había convertido en el confidente y terapeuta amoroso del joven, muy a su pesar.

- S-sí, niichan.- Misaki se paró y siguió a su hermano hasta la entrada. - En un momento volvemos. - Y de esa forma ambos hermanos salieron del lugar. Usami se hubiera ofrecido en acompañar a Takahiro porque odiaba quedarse a solas con ese tipo, pero prefería quedarse con él 5 minutos que dejarlo a solas con Misaki.

Una vez ambos hermanos abandonaron el lugar, la sonrisa de los dos autores se borró de inmediato de su rostro. Ninguno pretendía iniciar una conversación, se odiaban mutuamente. Antes de que alguno comenzara una guerra de miradas asesinas, el celular de Ijuuin comenzó a sonar, contestó de inmediato, no se molestó en retirarse para tener privacidad, al contrario, parecía que quería que el otro escuchara su conversación telefónica, y Usami sabía eso.

- Hola... Sí ¿Cómo has estado?...¿Esta noche? - El peliplata no escuchaba la voz de la otra persona. - Sí, por qué no... Cuando termine aquí iré contigo... - Pero no era un idiota como para no saber de que estaban hablando. - Sí, yo también... Nos vemos. - No había forma de ocultar su furia luego de escuchar esa conversación, estaba harto de ese tipo. - Trabajo. - Mencionó el mangaka con una sonrisa medio cínica al sentir la mirada asesina del otro sobre él. El enojo aumentó al escuchar esa mentira de labios del otro.

- Sí, claro. - Había aprendido a controlar su ira de forma descomunal al estar con ese tipo. En más de una ocasión había perdido la paciencia y se había abalanzado contra el imbécil ese, no obstante, en dos ocasiones Misaki los había descubierto en medio de una pelea y sabía que el menor odiaba verlos de esa forma, por lo que comenzó a controlarse por Misaki, sumándole a que había descubierto que era una perdida de tiempo intentar razonar (con golpes, obvio) con ese sujeto. No entendía como Misaki podía estar con esa persona.

El amor es una perra que te ciega, claro que sí.

Usagi descubrió la verdadera cara de Ijuuin unos meses atrás. Los encontró en una especie de discusión, con Misaki preguntándole al mangaka por unos mensajes que había visto por accidente en el celular del mayor, Ijuuin se hizo el occiso, y lo convenció de que no era nada ni nadie importante; pero Usami se mantuvo alerta desde ese entonces, sabía que algo en el mangaka estaba mal, y lo confirmó unas semanas después. Tuvo que presentarse en una junta en la editorial para la que trabajaba, en la cual Ijuuin también trabajaba. Iba de salida, estaba a punto de tomar el elevador y cuando las puertas se abrieron, ahí estaba el muy cínico de Ijuuin en una situación muy íntima con un chiquillo, que supuso, trabajaba también en la editorial. No supo como reaccionar en ese momento, sólo sintió toda la furia recorrer su cuerpo y quiso ir corriendo con Misaki, no sin antes darle una paliza al estúpido. Y así lo hizo, armó un alboroto en la empresa que solo el mismo Isaka Ryuichirou pudo parar ¿Y le contó a Misaki? Sí, con indirectas, sabía que Misaki sufriría mucho si se lo contaba sin tacto y de golpe, por lo que decidió revelárselo lento; pero a Misaki no le importó, se puso algo nervioso y luego cambió el tema.

Y fue ahí cuando Usami lo descubrió: Misaki ya lo sabía. Sabía que el otro le era infiel, pero lo dejaba pasar, porque no quería dejar a Ijuuin.

Pero volviendo al presente. Se quedaron en silencio por un rato, pero ver a Ijuuin contestando mensajes en su celular con una sonrisa de idiota, lo sacó de sus casillas de nuevo.

- Déjalo... - Murmuró sin pensarlo.

- ¿Qué cosa? - Kyo seguía con su vista en su teléfono, pero contestaba con un tono risueño, molesto a los oídos del otro.

- No te hagas el imbécil. A Misaki. Si no lo tomas en serio deja de darle esperanzas con tus estúpidos juegos. - Ambos estaban sentados a la mesa del comedor, uno frente a otro. El peliplata reprimía por todos sus medios levantarse para partirle esa estúpida cara sonriente.

- ¿Que no lo tomo en serio? ¿Tú que vas a saber? Llevamos saliendo más de un año.

- Saliendo... - Repitió, con odio entre dientes. - No lo mereces. - Usami había visto crecer y madurar a Misaki, no había persona más noble, amable y cariñosa que jamás hubiera conocido, el merecía todo el amor del mundo. Él bajaría la Luna y las estrellas con tal de verlo sonreír como cuando tenía 15 años.

- ¿Y quien si lo merece? ¿Tú? - Los ojos violetas de ambos chocaron, mirándose fijamente, retadoramente. - Contesta Usami.

- ¿Para qué mierda quieres que responda a eso? Sólo... - Las palabras se ahogaron en su boca, estaba desesperado. - Ya no quiero verlo sufrir...

- Aww, que adorable sentimiento ese que tienes, pero Misaki AMA estar conmigo y yo disfruto mucho su compañía. - Mencionó con indiferencia. Una corriente amarga recorrió por todo el cuerpo del escritor al escuchar el tono de ese "disfruto".

- ¿Sí? ¿Y por qué te revuelcas con tu editor y tus asistentes cada vez que puedes? - Estaba a nada de levantarse de su asiento.

- ¿Qué te puedo decir? Soy un alma libre - Hizo un ademán con sus manos que hizo que el nivel de furia del otro incrementara, aunque cada cosa que el mangaka hacía lo enfurecía.

- ¿¡Entonces para qué mierdas amarras a alguien a ti si tan solo quieres jugar!? - Estaba perdiendo la poca paciencia que tenía.

- No puedo dejar a un ser tan adorable como Misaki libre por ahí para que alguien como tú se aproveche de él. - Contestó con cinismo.

- Yo jamás le haría el daño que tu le haces.

- Yo no veo a Misaki quejándose de mi.

- Porque es demasiado bueno para eso, realmente te aprecia, por eso no dice nada... - Aquello lo dijo en un tono más tranquilo, su pequeño no tenía la culpa de haber caído en la sucia boca del lobo.

- Entonces todos felices ¿No? Ah, no, tú no. - El maldito tono con el que decía las cosas era lo que le ponía los nervios de punta, y esa frase fue el detonante para que explotara.

- ¡Eres un...! - Justo cuando se puso de pie de golpe, dispuesto a golpear al mangaka, escuchó la puerta de entrada abrirse.

- ¡Regresamos! - Tomó asiento de nuevo, sintiendo aún la ira recorrer por su cuerpo. Misaki entró al comedor y de inmediato sintió el ambiente tenso que rodeaba a ambos autores. Usami lo miró, y Misaki lo miró de vuelta, le dedicó una sonrisa triste para luego sentarse de nueva cuenta junto a su pareja. Exhaló, tratando de calmarse, por Misaki.

- Ya va siendo hora que me vaya Misaki. - No pasaron ni 5 minutos para cuando Ijuuin se puso de pie, anunciando su salida.

- ¿Eh? ¿Tan pronto? - Misaki lo giró a ver con duda, y una mirada triste.

- Sí, olvidé que debo entregar unas cosas mañana temprano. - Usami se retorció en su lugar al ver la sonrisa cínica acompañada de la mentira del mangaka.

- De acuerdo pero te acompaño a la salida. - Misaki se puso de pie para seguir al otro, quien rodeó los hombros del menor una vez estuvo junto a él. Usami desvió la mirada, no quería ver su usual y discreto beso de despedida.

        


Cerró con cansancio la pantalla de su laptop, sobándose la cien luego de una larga tarde escribiendo su nuevo manuscrito que debía entregar al día siguiente. Se puso de pie, dispuesto a ir por un café a la cocina; salió de su estudio y bajó las escaleras, pero se detuvo a mitad de ellas. Ahí en su sillón, había una persona hecha bolita, abrazando uno de sus tantos osos de felpa, sollozando levemente. No tenía que mirar su cara para saber que era Misaki.
Misaki tenía la clave para entrar a su departamento, desde que este estaba en preparatoria se la había confiado, algunas veces le ayudó a estudiar o con algunas tareas, inclusive desde entonces Misaki iba algunas veces a hacerle o dejarle algo de comer, o simplemente para pasar un rato con el escritor, aunque aquello había disminuido desde que el otro empezó a salir con Ijuuin.

- ¿Misaki? ¿Qué pasó? ¿Estás bien? - En el momento que escuchó los sollozos del más pequeño bajó lo que restaba de las escaleras con prisa, hasta que estuvo frente al otro, se arrodilló en el piso a un lado del sillón.

- S-sí... Sólo... un poco de todo... - Misaki restregó sus manos contra sus ojos, limpiando las pequeñas lágrimas que aún salían. Se sentó bien en el sillón quedando de frente al escritor.

- ¿Qué sucedió? - Luego de unos segundos viendo el lloroso rostro del menor se atrevió a preguntar de nuevo. Misaki lo miró unos segundos en silencio, hasta que encontró las palabras para comenzar.

- L-lo escuché hablando con alguien por teléfono, él estaba en su estudio... - El castaño agachó un poco la mirada una vez comenzó a contarle. - Lo enfrenté y lo negó todo, como siempre... - Cada palabra que salía de su boca se escuchaba entrecortada, como si fuera difícil dejarla salir. - Ya estoy un poco acostumbrado ¿sabes? Pero sigue doliendo... - A Usami se le rompió el corazón al escuchar aquello, ninguna persona debería de estar acostumbrada a esa clase de cosas, y menos su pequeño. Misaki comenzó a llorar luego de unos segundos. Usami lo abrazó de inmediato, refugiándolo contra su pecho. El castaño se acurrucó entre sus brazos sin pensarlo, sin parar de llorar.

- Todo va a estar bien, Misaki...

- Pero no entiendo ¿¡Por qué!? ¿Por qué hace esto? ¿Soy insoportable? ¿Inmaduro? ¿N-no soy lo suficientemente bueno...? - La voz del ojiverde sonaba desesperada, entre lágrima y lágrima. Usami lo tomó por los hombros interrumpiéndolo, no quería escuchar más aquello.

- Misaki no quiero que vuelvas a preguntar estupideces como esas. Por supuesto que no, eres la persona más amable y tierna que jamás haya conocido... Eres... eres perfecto. - Los dos se sorprendieron un poco ante la última frase pero Misaki estaba demasiado dolido como para detenerse a cuestionar.

- ¿Entonces por qué...? - Ahogó un sollozo.

- Porque es un idiota que no sabe apreciar lo que tiene... - Usami apretó de nueva cuenta a Misaki contra su cuerpo, abrazándolo con ternura, mientras el otro dejaba salir todo lo que necesitara desahogar. Se quedaron en esa posición un largo rato, con Misaki acurrucado entre los brazos del mayor, escondiendo su rostro en el pecho de este mientras lloraba.

- G-gracias, Usagi-san. Creo que ya estoy mejor... - Se separó un poco de su cuerpo, apoyando las manos sobre el pectoral del mayor. Le sonrió levemente, con aún un visible rastro de lágrimas que habían pasado por su rostro hacía tan solo unos segundos.

No supo porqué lo hizo, pero lo hizo. Ver el rostro sonrojado de Misaki a causa del llanto despertó algo en él que creyó sería capaz de controlar siempre, pero no pudo hacerlo.

De un momento a otro ya se encontraba a unos milímetros del rostro del castaño, y a continuación ya se encontraba rozando sus labios contra los suyos, en un beso, un beso lento y tierno. Usami estaba en la luna, luego de tantos años probaba los labios de su pequeño, y podría haber seguido así si no fuera porque Misaki lo apartó de golpe luego de unos segundos, reaccionando a lo que acababa de hacer.

- ¿¡U-sagi-san!? - Estaba sonrojado hasta las orejas, estaba nervioso y confundido. El escritor se asustó un poco al darse cuanta de lo que acababa de pasar.

- Perdóname Misaki, sólo... - Buscaba las palabras correctas para lo que fuera que fuera a decir. - Ya no puedo soportarlo, no te quiero ver sufrir más con un imbécil que no te respeta ni te aprecia... - El rostro de Misaki se apagó un poco ante aquella frase. - ¿No ha sido suficiente ya, Misaki? Mereces ser feliz... - Dicho eso, acarició con ternura la mejilla de Misaki, que se dejó hacer, disfrutando el cálido tacto de su mano, ese contacto que tanta falta le había hecho en los últimos meses. - Te amo, Misaki... - Los ojos del castaño se abrieron por la sorpresa al escuchar aquella confesión, no supo que decir, ni que hacer, sólo se quedó mirándolo a los ojos fijamente en busca de una respuesta.

- Usag... - Pero no lo dejó terminar, cuando Usami ya se había inclinado de nueva cuenta para besar sus suaves labios. Usami no estaba pensando, era ahora o nunca, y ahora que ya había probado esos labios, no creía ser capaz de poder controlarse de nuevo. Posó sus brazos por la cintura de Misaki, acercándolo más a su cuerpo. Por otro lado, Misaki no podía moverse (y ¿No quería?), no sabía qué hacer, estar entre los brazos de Usagi era tan relajante y satisfactorio, se sentía completamente protegido ahí, sintiendo el cálido abrazo en el piso del departamento.

Pero estaba mal.

No debía hacer aquello, no ahora.

- ¡E-espera! ¡No! No puedo hacerlo. - Y sin esperar respuesta del mayor, salió corriendo del departamento.

- ¡Misaki! - Estaba a punto de ir con él, pero se detuvo, era mejor dejarlo solo. Lo había arruinado, se había dejado llevar ¿Cómo se le ocurría besarlo? Cómo podía hacerle eso a su pequeño, por más que no le gustara, por más que odiara con toda su fuerza a Ijuuin Kyo, Misaki seguía en una relación con ese idiota y seguía enamorado de él, sabía que actuando de esa forma solo ponía al menor en una encrucijada con sus sentimientos, él debía estar ahí para el otro para consolarlo y ser su soporte, ahora Misaki estaba asustado y más confundido que nunca. Pero ya era tarde, lo hecho, hecho está y ahora solo le quedaba arrepentirse por lo que acababa de hacer.

        


- ¿Sabes si pasó algo con Misaki? - Takahiro lo miró preocupado una vez preguntó aquello.

- ¿Por qué? - Negó preguntando, tratando de ocultar su mentira, claro que sabía que le pasaba y por eso mismo se sobresaltó al escuchar la pregunta, un poco inusual en él, pero aquello lo tomó desprevenido. Había tratado de dejar de torturarse con el recuerdo de lo que pasó con Misaki hacía una semana, pero le era imposible no pensar en su pequeño. Se encontraban ambos tomando algo en el departamento de los Takahashi, era de tarde y Misaki se encontraba en la universidad.

- Esta última semana ha estado muy decaído, apenas llega de la universidad se encierra en su habitación y no ha querido hablar conmigo... - Se detuvo para soltar un suspiro. - Dice que no es nada pero, me preocupa mucho... - Usami puso una mirada triste, bajo la atenta mirada de Takahiro. - Si tienes tiempo ¿Podrías hablar con él? - El otro lo miró un poco confundido, Takahiro siempre se encargaba de estar para Misaki para todo, siempre se preocupaba por él y charlaban sobre lo que los inquietara, por lo que la sugerencia lo descolocó un poco. Takahiro continuó al ver su mirada. - Tal vez sea algo de lo que no quiera hablar conmigo, y ustedes dos siempre han sido muy unidos, estoy seguro de que con el único que hablará en una situación difícil es contigo. - Terminó con una sonrisa, que fue devuelta de manera leve por Usami.

- Lo haré. No te preocupes...- Sabía que tenía que hablar con Misaki, no podía dejarlo solo, debían aclarar las cosas y debía estar para él en cualquier cosa que necesitara; si algo iba mal con Ijuuin, si se sentía deprimido o si solo se sentía con ganas de hablar.

Él estaría allí.

Luego de un rato, Usami regresó a su departamento, con el rostro lloroso de Misaki como único pensamiento en su cabeza, quería buscarlo, debía buscarlo, pero aún no se sentía con el valor de enfrentar el posible rechazo de Misaki. Pero en esa situación un rechazo amoroso era lo de menos, quería estar ahí para él en cualquier decisión que tomara respecto al estúpido mangaka con el que salía, la última vez que hablaron se le veía muy triste, mucho más que otras veces, Misaki estaba llegando a su límite y no podía dejarlo caer.

Llegó a su hogar aventando sus cosas por algún lado y se tiró en el sillón, con la espalda completamente recargada al respaldo y mirando hacia arriba.

Quería verlo.

Y justo cuando se disponía a levantarse e ir en busca de Misaki, el timbre sonó. Se puso de pie, preguntándose quién sería, nadie lo visitaba y las personas que lo hacían, entraban como si fuera su casa. Cuando abrió la puerta, ahí estaba, el pequeño Misaki tembloroso y con rastros de lágrimas en las mejillas sonrojadas. No tenía que preguntar para saber cuál era la razón de su estado. Pero no esperaba que luego de lo que había pasado entre ellos decidiera acudir a él.

- ¿Misaki...?

- T-terminé con él... - Usami le dedicó una sonrisa triste, a pesar de todos sus deseos por querer que dejara a ese idiota, sabía que Misaki estaba autenticamente enamorado de él, sumándole a que había sido su primera relación y su primer amor, si se ponía en sus zapatos, era una ruptura muy difícil de sobrellevar. Se hizo a un lado para dejarlo pasar al departamento. No dijo nada, no hasta que Misaki se calmó un poco y ambos estuvieron sentados en el sofá.

- ¿Qué sucedió? - Sabía que algo debió haber pasado para que Misaki tomara esa decisión. Acarició suavemente la mano del menor, que se encontraba reposando en una de sus piernas, quería darle ánimos, fuerza para seguir.

- H-hoy se suponía que saldría tarde de la universidad, pero no tuve el último curso, así que decidí ir a su casa a darle una sorpresa. No lo sé, seguía esperando que las cosas mejoraran... Cuando llegué la puerta estaba abierta... Entré y estaba besándose con su editor en la entrada del departamento. Y no pude más, salí corriendo... Él me alcanzó de inmediato ¿Para qué? No es como que pueda borrarme la memoria. - Dicho aquello Misaki soltó una pequeña carcajada con desdén. - Pero no podía verlo, ya no podía... Así que solo rompí con él, y me fui, no hizo nada para detenerme... - Hizo una pequeña pausa, tenía los ojitos brillosos, estaba tratando de no llorar. - V-vine aquí de inmediato, necesitaba a alguien con quien desahogarme...

- Ya pasó Misaki... - Aquello lo dijo con el tono más dulce que jamás había usado con nadie, mientras se acercaba un poco a Misaki tomándole la cara, acariciándola con cariño. - Sé que lo querías de verdad, y probablemente sea muy difícil para ti de ahora en adelante. Pero tu eres la persona más linda del mundo Misaki, mereces lo mejor y tal vez él no era el indicado... - Quería decirle que ahí estaba él, que llevaba más de 4 años enamorado de él, que estaba dispuesto a hacerlo feliz y a no hacerle daño nunca. Pero Misaki merecía todo, merecía lo mejor, tanto, que hasta él mismo le daba miedo no ser suficiente para él, porque no lo era... Misaki lo vio con los ojos llorosos y de un momento a otro este ya estaba entre sus brazos, escondiendo su rostro en su cuello y pasando sus delgados brazos por detrás del cuerpo del mayor. Ninguno de los dos dijo nada, Usami solo se limitó a apretarlo lo más que pudiera contra su cuerpo, unos brazos donde refugiarse era lo único que Misaki necesitaba en esos momentos.

- ¿T-tú sí me quieres? - Luego de unos minutos el castaño susurró esa pregunta, tomando por sorpresa a Usagi. Sin embargo, no dudo en contestar.

- Sí... Demasiado. - Lo abrazó con aún más fuerza al decir aquello.

- ¿En serio? - La voz de Misaki sonaba temblorosa.

- Te amo Misaki, más que a nada en este mundo... - Contestó con determinación, alejándolo un poco de si para verlo a los ojos. - ¿Te gustaría darme una oportunidad? - Tuvo miedo de hacer esa pregunta, Misaki acababa de salir de una dura relación y tal vez lo que menos necesitaba en ese momento era una pareja romántica. Pero quería apoyarlo a atravesar esa ruptura, quería ayudarlo a olvidar a Ijuuin, pero más que nada, quería convertirse en la persona más importante para Misaki, así como Misaki lo era todo para él...

- A-aún estoy un poco confundido, y es probable que me sea difícil superarlo... - Misaki agachó la mirada. - ¿A pesar de eso quieres intentarlo? - El castaño se encontraba sonrojado, apenado y alternando su mirada entre sus ojos violetas y el suelo.

Primera cita (Omegaverse) por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (3417 words)

11. Bocadillos de salmón por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (4124 words)

12. Akai Ito 2/2 por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (2514 words)

13. Padre adoptivo 1/2 por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (2424 words)

14. Cálida noche (Omegaverse) por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (6680 words)

15. Sopa de verduras por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (9819 words)

16. Dulce amanecer por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (777 words)

17. Mr. Bunny & Mr. Teddy por TsubasaHatsukoi [Reviews - 0] (1374 words)

18. Inseguridad (Omegaverse) por TsubasaHatsukoi [Reviews - 1] (3744 words)