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Crisantemo por Zils

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XXIV

 

Kaname miró absorto los cristales esparcidos en el ataúd.

Sus sentimientos se enredaron en un nudo doloroso. Él jamás pensó qué sentiría tras matar a Rido, su mente siempre estuvo enfocada en su objetivo: eliminarlo. Lo que viniera después no importaba demasiado.

Ahora no podía ordenar sus pensamientos.

La sensación de libertad era predominante. Finalmente después de años, ese lazo amo-vasallo fue destruido y con él, la perpetua sensación de asco que provocaba la presencia Rido. Había conseguido venganza por la muerte de Haruka, Juuri y el pequeño Kaname, y Yuuki ya no correría peligro. Les había pagado una mínima parte de su deuda.

Pero también había una voz insistente que le recalcaba sus errores. Si tan solo hubiera ocultado mejor su lugar de descanso Rido no lo hubiese encontrado, los Kuran vivirían en familia, Yuuki tendría a su hermano y a sus padres, y ese pequeño bebé tendría la oportunidad de vivir. Si tan solo hubiera sido más rápido, podría haber alcanzado a Haruka antes de que se enfrentara a Rido y luchado juntos contra él; siendo ellos dos, tenían mayores probabilidades de ganar, o al menos salir con vida.

Había tanto de lo que se arrepentía que la muerte de Rido no era suficiente para compensarlo.

—¿Kuran?—la voz preocupada de su destinado lo sacó de su trance.

Kaname alzó la mirada hacia Zero. Había en sus ojos un dejo de confusión y compasión, y Kaname deseo tragarse sus sentimientos negativos. No era momento de hundirse. Los problemas estaban lejos de terminar; el ejército del Consejo venía en camino, debía ver como iba Cross con la batalla, organizar a la clase nocturna, eliminar al Consejo...Ya habría tiempo para analizarse a sí mismo.

Cuando Kaname se apartó del ataúd el tiempo, que parecía detenido, volvió a transcurrir en la habitación. Zero se posiciono a su lado, Bloody Rose siendo firmemente sostenida. Todos esperaban el siguiente movimiento.

 —Ichijo, reúne a la clase nocturna en el salón principal. Aido, ve a los dormitorios del sol, avisa a los que estén ahí que la prioridad es proteger a los estudiantes. Bajo ninguna circunstancia deben abandonar sus puestos.

—Entendido.—Takuma y Aido asintieron. Ambos se miraron de reojo antes de salir rápidamente. Lo más prudente que podían hacer era dejar que los destinados arreglaran sus problemas solos.

Con la retirada de los dos vampiros el silencio volvió a envolverlos. Zero no estaba seguro de cómo actuar; aun estaba molesto por la falta de información, quería respuestas pero había algo en Kaname que le hacía preguntarse si realmente podría soportar esas respuestas.

—Zero yo...— Kaname habló con voz suave. Había una inseguridad en él que Zero jamás creyó ver.—No puedo decirte todo ahora, pero...

—No es necesario que lo hagas.—interrumpió. Él necesitaba saber, pero si Kuran no estaba preparado, no lo forzaría a ello. Podía esperar y romper su cabeza con teorías locas.

—Lo es. Es muy necesario.—Kaname aclaró apresurado.— Pero hay mucho que contar, demasiado, y, tal vez, sea desagradable. No, definitivamente será desagradable y no quiero que...—las palabras salieron atropelladas por la ansiedad.

El tiempo escaseaba y Kaname no sabía por donde empezar. Lo único que tenía claro era que si no le decía en ese momento, no lo haría nunca; su parte racional lo convencería de callar y sin la amenaza de Rido no habría riesgo de saber su origen.

Podría ocultarlo...Pero no quería hacerlo.

Sintiendo su miedo, Zero alzó su mano y apretó suavemente su hombro en señal de aliento. Su cálida presencia le infundió el valor que necesitaba. La pequeña esperanza de que, aun si sabía la verdad, el podría entender.

Kaname respiró hondo y comenzó a relatar lentamente, bajo la atenta mirada de Zero.

—Rido era vicioso, se encaprichaba fácilmente y destruía todo a su paso para conseguir sus deseos. Violó varias veces los tratados, poco le importaba ser parte de la familia real lo que provocó altercados entre la sociedad vampírica y los cazadores. Para evitar más problemas se decidió que estaría bajo la custodia del Consejo.—la parte complicada estaba por venir y Kaname sintió que su corazón saltaría de su pecho en cualquier momento. Tuvo que tomar unos segundos para ordenar sus ideas antes de continuar. — Lo cierto es que ninguna prisión era suficiente para detenerlo. Rido quería más poder y encontró la tumba de un ancestro, el primer rey. Necesitaba un sacrificio para despertarlo y él... decidió secuestrar al hijo recién nacido de Juuri y Haruka para entregarlo.

—Rido...¿mató al bebé?...—Zero estaba aturdido, horrorizado. Al principio no entendía hacia donde iba todo eso, pero ahora...tenía sentido el porqué Kaname había clavado la mirada en el suelo y se aferraba a la empuñadura de la espada.

Kaname asintió suavemente con la cabeza.

—Él entregó la sangre del niño para despertar al ancestro. Y funcionó…El ancestro estaba tan débil que apenas pudo hacerle daño a Rido. Tan débil que tuvo que retroceder su cuerpo al de un bebé y sellar sus recuerdos, para no enloquecer por la sed.—Kaname sintió la conmoción de su destinado como si fuera la propia. La bilis subir por su garganta. Jamás le había contado a alguien lo que había pasado esa noche. Decirlo le daba un horror más tangible, era revivir esos momentos, el asco y la ira...—Cuando Juuri y Haruka llegaron, encontraron al bebé y decidieron quedárselo. A pesar de que eran consientes de que ese niño no era su hijo, mantuvieron en secreto lo que pasó y lo hicieron pasar por su verdadero hijo. Años después, los recuerdos sellados comenzaron a aparecer y...

Entendí todo…

Silencio. Kaname era incapaz de continuar. Kuran Kaname era el único hijo conocido de Haruka y Juuri, el único heredero Kuran, no hacía falta aclarar nada. Zero captó perfectamente.

Tenía como destinado a un ancestro.

—Kaname.—dos golpecitos acompañados por la voz de Ichijo llenaron la estancia. Takuma, sin esperar respuesta, abrió la puerta y asomó medio cuerpo.—No quiero interrumpir pero ya están todos abajo, y Akatsuki envió un mensaje urgente, dijo que captó presencias a unos 30 kilómetros. Hay sangres puras entre ellos.

Kaname apretó nervioso la empuñadura de su espada. No quería terminar la conversación así, pero también estaba lo suficientemente asustado de una respuesta apresurada. Zero necesitaba digerir la noticia y él tenía que hacerle frente al Consejo antes de que causaran un caos.

Le dio un asentimiento a Takuma.

—Sin Rido el ejército del Consejo no puede hacer mucho.—murmuró antes de irse.

Kaname salió de la habitación.

Zero se derrumbó  en uno de los sofás.

 

 

 

 

*

*

*

 

 

 

 

Yuuki estaba agotada. No tenía el entrenamiento necesario para soportar un enfrentamiento como ese; la adrenalina de la batalla que la mantuvo en pie la última media hora, se esfumó en cuanto los niveles E dejaron de aparecer uno tras otro.

Con la situación controlada su cuerpo decidió que era hora de descansar y terminó sentada —más bien, desplomada—en los escalones del dormitorio de chicas. Seiren se mantenía patrullando el área y Ruka fue a dormir a las pobres estudiantes que habían entrado en un colapso nervioso al ver la pelea desde las ventanas. Yuuki agradeció el gesto; ella no podía lidiar con sus compañeras del sol en ese momento. Estaba preocupada por Zero y Kaname, por la situación en general. Aido había dicho que era un ataque del Consejo, entonces, ¿enviarían a más niveles E? ¿Vendrían nobles a atacarlos?

Un movimiento en el bosque la alertó. Yuuki se levantó de un salto, sosteniendo a Arthemis en posición de combate. Por suerte, todo quedó en un susto al reconocer al recién en llegado: Aido Hanabusa.

—¿Y Zero?—ella se apresuró a preguntar, mientras intentaba enfocar más allá del vampiro buscando alguna señal de su amigo.

—Está con Kaname–sama.—respondió escueto.

Aido evitó su mirada, claramente incómodo. Tras responder, avanzó directamente hacia Ruka, que cerraba la puerta del dormitorio tras ella. Yuuki decidió mantenerse al margen.

—Kaname–sama, ordenó que cuidáramos los dormitorios. Pasé antes por el dormitorio de los chicos y Akatsuki está teniendo problemas con los estudiantes, ¿Puedes ir a dormirlos? Yo me quedaré aquí.

Ruka asintió dubitativa y se marchó de inmediato. Yuuki volvió a su poción en las escaleras, sosteniendo a Arthemis contra su hombro derecho; el peso del arma antivampiros le reconfortaba un poco. Aido se quedó a unos metros de ella vigilando el terreno.

La tensión era escalofriante, los únicos sonidos eran los suaves murmullos del bosque. Yuuki notó que la espera de algún ataque resultaba peor que el ataque en sí. Tenia los músculos agarrotados por la tensión. Cuando Aido repentinamente avanzó hacia el sendero que llevaba al edificio de clases y Seiren apareció al lado de ella, Yuuki se preparó para lo peor.

—Son cazadores.—señaló Seiren—El director y unos diez cazadores más. Los verás pronto.

La información le relajó un poco. A los pocos segundos se escucharon los pasos del grupo de Cazadores y pronto pudo ver las figuras borrosas acercarse. Kaien le dedicó una brillante sonrisa, esa que le daba cuando lograba hacer algo nuevo. Una sonrisa de orgullo.

Aunque quiso mantenerse fuerte, el miedo y la ansiedad anterior se desbordaron de su cuerpo. Tembló entre los brazos de su padre adoptivo, quien la había envuelto en un protector abrazo, mientras aguantaba sin éxito las lágrimas.

—Todo esta bien. Ya pasó. —Kaien le dio unas palmaditas sobre la cabeza para calmarla. Él entendía lo aterrador que fue para ella el enfrentarse a todos esos niveles E; su único consuelo era que había tenido apoyo.—¿Y Zero?

—Aquí.

Yuuki volteó bruscamente entre los brazos de su padre. Zero había aparecido tras ella, como un fantasma —y luciendo como uno—. Estaba pálido, su ceño fruncido más que de costumbre y había un rastro de confusión en su mirada. Yuuki no lo había visto así desde el encuentro con Shizuka.

Kaien omitió cualquier comentario al respecto. Se centró en dar las siguientes órdenes.

—Yuuki, quiero que entres al dormitorio y te quedes ahí hasta nuevo aviso.

—P-pero-

—Sin peros.—Cross la interrumpió—Hiciste un excelente trabajo protegiendo el dormitorio, tienes que recuperar fuerzas. Además, alguien debe calmar las aguas allí dentro.

Yuuki no creía que pudiese calmar a nadie con lo sucia que estaba. Partes de su uniforme terminaron rotas por las garras de algunos niveles E, ni mencionar toda la tierra que llevaba encima. Además, todos estaban dormidos. Ella quería quedarse junto a Zero; su amigo no se veía nada bien, necesitaba un poco de apoyo moral. Pero también era consciente que poco podría hacer en su estado actual en caso de que los atacaran. Quería ayudarlo, no ser una carga.

Cruzó miradas con Zero. Tras un asentimiento, Yuuki de dirigió al dormitorio con Seiren siguiendo sus pasos.

Kaien, por su parte, respiró aliviado cuando vio a su pequeña entrar al dormitorio. Por el momento, las cosas iban bien. Poco despues de organizar a sus compañeros cazadores—tarea titánica si consideramos el caos que se formó tras la sorpresiva muerte del presidente— una de las criaturas de Kaname se acercó a él para darle un mensaje: "Rido está muerto. El ejercito del Consejo está a 50 km."

Viendo la expresión corporal de su hijo adoptivo, suponía que algo ahí no había resultado bien. Antes de dirigirse a Zero le hizo una señal a los cazadores tras él para que tomaran sus puestos, tal como se planeó antes.

—Ellos se encargarán de proteger este lugar. También envié a unos cazadores al dormitorio de los chicos y, como ves, la clase nocturna también está aquí.—Cross hizo una breve explicación de la situación actual.—Puedes quedarte en alguno de esos dos puntos o acompañarme al frente.

—Iré al frente.—Zero comenzó a caminar por sendero que llevaba al camino principal. Kaien apuró el paso para alcanzarlo.

—Perfecto.

Ninguno dijo ni una sola palabra en el trayecto hasta las rejas de la entrada principal. Kaien respetaba el espacio de su hijo; Zero se dejaba llevar por sus pensamientos.

En esos momentos su mente estaba en un mar embravecido. Cuando Kaname se fue, una extraña sensación de vacío le abrumó. Su mente entendía los hechos —Kaname era un ancestro y Rido lo había despertado de una forma horrible—, pero no podía procesar todo el significado de eso. Estaban sus propias emociones y las emociones que Kaname le transmitía por su vínculo, mezcladas en una maraña asfixiante. Y luego estaba el aroma a sangre en la habitación, el ataúd con las cenizas de Rido a su espalda, la presencia de Kaname a unos metros en el salón principal…y todo fue demasiado.

Tuvo que irse.

Necesitaba aire. Alejarse lo más posible para poder pensar y sentir.

Mientras corría por el bosque hacia los dormitorios la descarga de energía le relajó un poco. Lo suficiente para no sentirse asfixiado y analizar la información.

Los actos de Rido le enfurecían a la vez que le asqueaban. Le resultaba más sorprendente el hecho de que ese sujeto hubiese sacrificado a su propio sobrino, un bebé, que descubrir que Kaname era un ancestro. Rido era ser despreciable que solo tenía en mente el poder. Tenía ganas de revivirlo y matarlo otra vez.

Por otro lado, el hecho de que su destinado tuviera miles de años de vida no le parecía tan descabellado. Tampoco era algo que pudiese asimilar realmente. Entendía una vida de cien años pues los cazadores alcanzaban fácilmente esa edad, pero ¿milenios?, los números perdían su significado. Solo podía imaginar que tener una vida tan larga era muy duro.

Zero recordaba esos extraños sueños donde estaba en el cuerpo de Kaname, dónde las épocas parecían tan distintas unas de otras; no había en ellos muchos momentos de felicidad. ¿Serían recuerdos que compartieron por su vínculo? Esa idea cobraba sentido con más fuerza. De ser así, él no quería imaginar cuánto le faltaba por ver.

Ahora que él era un vampiro clase C le esperaba un destino similar. Viviría mientras enterraba a su familia y amigos. Vería a Yuuki morir, a Kaien, a su maestro, a sus compañeros cazadores, a su hermano si es que decidía vivir como humano, todos morirían. Seguir mientras los otros se quedaban atrás era desolador. Y luego llegaría el momento en que el mundo avanzara lo suficiente como para no ver rastros de su pasado...Una oleada de soledad le hizo estremecer.

La inmortalidad es aterradora.

—Nosotros somos un respaldo.—Kaien explicó una vez tomaron sus posiciones, sacando a Zero de su burbuja de pensamiento—Esperemos no llegar a una batalla.

Zero miró a su alrededor. Los cazadores formaron una línea tras la reja entrada, estando Kaien y él al centro. Adelante, los nobles de la clase nocturna hacían lo mismo, teniendo a Kaname como centro; la primera línea de defensa.

Kaname se adelantó unos pasos. Los soldados del Consejo emergieron del bosque. Zero contó a unos 40 vampiros además de la presencia de varios niveles E. La academia estaba en desventaja numérica, eso pareció envalentonar a los enemigos.

—Veo que no tienes a muchos de tu lado, niño rey.—se burló un vampiro que tenía la apariencia de un niño de diez años. Zero supo por su presencia que era un sangre pura.— Como no entiendes en la posición en que te encuentras, voy a ser amable y te voy a explicar: morirás ahora y esos patéticos humanos que tienes aquí serán nuestro desayuno.

Otros dos sangre pura se rieron. Zero frunció el ceño, molesto.

—¿Qué se creen estos idiotas?

Los vampiros se tensaron, listos para atacar cuando los sangre pura dieran la orden. Había en ellos una confianza excesiva que a Zero le pareció repulsiva. No duró mucho. Todo rastro se confianza desapareció cuando Kaname expuso su presencia.

Zero sintió como la presencia de Kaname ejercía una ligera presión sobre él, cálida y protectora. Tal vez demasiado protectora. Había un matiz de molestia en ella; tan insignificante que le pareció divertido.

Para los demás era una experiencia aterradora.

Kaien, a su lado, a penas contuvo el temblor de su cuerpo. Aunque la hostilidad no iba dirigida a ellos, algunos cazadores no soportaron la presión y cayeron de rodillas. Los nobles lo llevaban mejor; Takuma se estremeció y contuvo la respiración, agradecido de no estar en el lado enemigo. Todos quedaron paralizados en sus lugares.

Los niveles E del Consejo se redujeron a cenizas mientras que los nobles cayeron de rodillas con la cabeza pegada al suelo; todo su cuerpo les gritaba que huyeran pero no podían moverse. El ejército quedó reducido al trio de sangre puras que luchaba por mantener una posición erguida.

Kaname avanzó aumentando la presión sobre ellos.

—Que amable de tu parte dar una explicación que no he pedido.—el sangre pura, Touma, quedó paralizado. Kaname aprovechando la inacción alzó la espada y de un rápido movimiento cortó la cabeza del sangre pura. El vampiro se deshizo de en cristales. El terror general aumentó—¿Alguna otra sugerencia?—se hizo silencio absoluto—Bien. Tienen treinta segundos para salir de mi territorio.

Disminuyó la presión lo suficiente como para dejarles escapar. Si era sincero, puso toda su fuerza en esa sed de sangre. No tenía la fuerza suficiente para enfrentarse a tres sangres pura y a un ejército de nobles; si la batalla comenzaba varios chicos de la clase nocturna saldrían heridos y muchos cazadores morirían. Así que recurrió a la efectiva técnica animal de parecer más grande que su agresor. La intimidación fue más efectiva de lo que pensó.

Los dos sangres pura restantes apenas se vieron liberados, huyeron. Quién sabía cuanta sangre consumió ese niño para tener ese poder a esa edad; ellos no querían morir en ese momento. El resto de los nobles los siguieron de inmediato. Todos estaban de acuerdo en algo: cada vampiro que participó en ese ataque tenía una bandera de muerte sobre su cabeza.

Sin la amenaza de un ataque, Kaname liberó la presión. Suspiros de alivio reemplazaron el silencio mortal.

—Lo dejo en tus manos. —le dijo a Takuma, quien asintió y le hizo una señal a los nobles para que lo siguieran.

Kaname se dirigió hacia Cross, el cazador le dio una de sus radiantes sonrisas, parecía gritar "¡misión cumplida!". Compartía esa felicidad, pero la reacción de su destinado era más importante. Desvió la mirada hacia Zero; para su alivio se veía tranquilo, tampoco sentía algún tipo de hostilidad a través del vínculo. Kaname soltó el aire que estuvo conteniendo.

—Tengo que arreglar unos asuntos con el Consejo.—se suponía que le estaba informando a Kaien, al menos para mantener las apariencias, pero no pudo apartar la mirada de Zero.—Habrá que disolver por un tiempo la clase nocturna hasta que todo se calme.

—Entiendo. —Cross hizo su parte al responder, a pesar de ser visiblemente ignorado.—Nos mantendremos en contacto.

Solo cuando Zero hizo un suave asentimiento con la cabeza, Kaname se marchó con la clase nocturna.

 

 

 

Notas finales:

¡Hola! Por ahora vamos bien

Y por fin termina el arco de Rido!!! (¿se le puede llamar así?)

Se viene la revelación de información (De muuucha información) y varias cositas para cimentar su relación de destinados (no de forma romántica concretamente, para eso falta un tiempito más)

Algo más iba a poner aquí y ya me olvidé :´(  Ni modo

Espero les haya gustado el capítulo! Que tengan una linda semana! Un abrazote de oso y nos leemos luego!

 


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