---Día Catorce (Finalmente Te Conoceré)---
Por fin y después de todo el juego que Atena decidió crear, con la ayuda de los jóvenes de bronce, para que los dorados logren unirse, está muy consiente que muchos sentimientos son de amor, algunos de una sincera amistad que se perdió todo por aquella circunstancia de hace trece años.
No se puede hacer nada para recrear el pasado, pero el futuro se puede escribir de otra manera.
Aunque este sumamente emocionada como los otro cuatro, no pueden ir a espiar, si no quieren arruinar los momentos especiales de las siete parejas, así que vamos a verlos de lejitos nosotros.
---(AriesXVirgo)---
Después del entrenamiento matinal, fue directamente a ese lago en donde lo citaron pero que también cito a esa persona.
Tuvo apenas si tiempo de cambiarse, pues la ropa que traía quedo sudada, y debía verse lo mejor posible.
No podría hacer menos, por tan bellos momentos que paso estos trece días, y por fin llego el día.
Sus pasos rápidos y firmes, pero al estar a pocos metros de distancia, comenzó a dudar, tener algo de miedo… Pero debe tratar de ser valiente en esta circunstancia.
Llego y lo que pudo divisar fue el hermoso lago bañado por la luz dorado del sol en esa dulce mañana, aunque el frio esta aun molestando, es normal y lo soporta.
Sus ojos verdes fijos en alguien que lo está esperando, además que los ojos azules están fijos en él.
Los nervios invadieron su cuerpo, pero no está solo en esta experiencia.
-Buenos días Mu- Shaka hablo con ese tono bastante peculiar en él, sumamente cortes y amable.
-Buenos días Shaka- Sonrió, algo nervioso, no fue capaz de dar otro paso.
Así que el rubio fue quien dio pasos hacia el pelilila.
-Estoy aquí solo por ti- Hablo lo más firme posible, con la mirada más suave hacia Aries, una pequeña sonrisa en sus labios.
Mu sonrió igualmente, bajando la mirada por la cercanía, no se imaginó esto tan pronto.
-Bueno, yo también… Vine por ti…- Sonrió levemente –Así que yo soy tu amigo secreto… Y veo que tú el mío… ¿O me equivocó?- Quiso levantar su mirada, pero se topó con los zafiros que acortan la distancia.
-Quiero mi repuesta- Aun con la cercanía, no se atreve a abrazar al Lemuriano, aunque de verdad lo desea, prefiere aun mantenerse tranquilo ante lo que desea primero.
-¿Tu… Respuesta?- Los ojos del ariano se sorprendieron, pues sabe a lo que se refiere, pero… Pensaría que le daría más tiempo… -Yo… También quero la mía- Le devolvió rápido.
-Sí, quiero salir contigo- No dudaría más, lo rodeo con sus brazos, en esa lejanía del santuario, podría tener un poco de privacidad –Ahora quiero la mía-
Las mejillas de Mu sonrojadas hasta más no poder, su corazón latiendo con fuerza, pero con la respuesta le doy valor.
-Acepto ser tu novio- Lo dijo rápido y en un impulso de su amor secreto que se dejó ver.
Tomo las mejillas del rubio, para acercarse rápido a él, robarle un beso pequeño y corto.
Puede que no quedara con su personalidad tímida y apariencia inocente, pero no se debe subestimar a alguien enamorado, puede ser atrevido solo con esa persona especial.
Algo que agradeció tanto Virgo, un beso de parte de ese hermoso caballero, una respuesta afirmativa y el resto de la vida para ellos.
Sus miradas chocaron en un instante después de esa pequeña demostración de amor de parte del pelilila.
Shaka no se quedara atrás.
-Me gustas, desde que éramos niños- Le doy un beso ahora Virgo tomando la iniciativa.
-Tú también me gustas desde entonces- Un beso más de parte de Mu.
Ambos rostros están sonrojados, una sonrisa en sus labios, no son tal vez de decir mucho, pues aún les gana un poco la vergüenza de estar en una situación tan adorable, pero a su manera están demostrando lo que sienten.
Pequeños besos después de cada confesión, hasta llegar a una verdad que debían soltar.
-Te amo Mu- Lo sujeto por la cintura, para atraerlo más.
-Yo también te amo Shaka- Rodeo el cuello del rubio, para profundizar cada beso.
Sus corazones están latiendo, por fin lograron hablar de frente, Shaka dejo de lado su orgullo desmesurado por ese hombre que lo mira con un gran amor, por su parte Mu logra superar su timidez y hablar del corazón.
Aún falta mucho más para su historia, pero el inicio es este.
---(Tauro y Géminis)---
Como Alde fue quien cito más temprano a su amigo secreto, esperaría en su templo justo a la hora del almuerzo.
Preparo algo tradicional Griego, sabiendo que podría ser bastante agradable para quien venga a almorzar, además… Es algo que tiene mucho que no come, de pequeños lo hacían más seguido, pero… Solo algunos, es un alimento que contiene carne.
-Creo que está todo listo- Sonrió mirando la mesa que preparo, nada ostentoso, después de todo es algo entre amigos.
Escucho como de la parte trasera de su templo, unos pasos y el cosmos de inmediato se dejó sentir.
Reconoció de quien se trata y sin duda lo espero con una sonrisa.
-Bienvenido Kanon- Saludo al recién llegado.
-Hola Grandote- El gemelo menor contesto, algo incómodo por la situación.
-Pasa, siéntate para comer- Índico que se sentara en la silla que esta de frente.
-Muy bien- Sonrió tratando de animarse, esto le parece algo raro, pero interesante -¿Qué fue lo que preparaste?- Le daba el olor algo familiar, pero el plato principal está tapado sobre la mesa.
-Mousakás- Hablo, quitando la tapa donde el manjar reposa.
Los ojos del peli cobalto se abrieron de golpe, sorprendido, casi babeando porque ese platillo tenía muchos años que no lo prueba.
-¡¡¡NO PUEDO CREERLO!!!-
-¿Asombrado?- Tomo haciendo el latino.
-Si- No espero a que tuviera permiso y comenzó a servirse aquel platillo, para comerlo, el sabor le debe recordar algún momento agradable de su tierna infancia que no fue la mejor de todas.
-¿Esta bueno?- Pregunto, imitando al otro, pues el hambre es mucha después del entrenamiento.
-Si…- Habló en voz baja, pues con cada bocado, algunas lágrimas salen de sus ojos.
En unas ocasiones al comer algo que le has dado algún tipo de reacción con un suceso o evento importante, te logra traer de vuelta emociones de ese entonces.
Esto preocupó al Brasileño, comenzando a oler lo que preparo.
-¡¡¡OYE!!! ¡¡¡SI SABE MAL, NO DEBES COMÉRTELO!!!- Pensó rápido, pues puede que le pusiera muchos condimentos, después de todo es como a él le gusta.
Obviamente Kanon se dio cuenta de esto, y rápidamente limpio sus lágrimas.
-¡¡¡SI SUPIERA MAL NO LO COMERÍA!!!- Oculto su vergüenza, sin pensarlo comenzó a sentirse más relajado y puede que lo que pasara en sus memorias, lo esté superando de a poco.
-Entonces… ¿Por qué lloraste?- Confundido sin duda el Toro.
-Qué se yo… Solo me entro algo en los ojos- Le quiso restar importancia al asunto –Esta muy bueno el Mousakás- Volvió a llenarse la boca de ese alimento, para no tener que hablar.
-Me alegra que te gustará-
Comieron en una relativa paz, sin duda cuando se está ocupado con un riquísimo platillo lo demás sobra.
-Sabes… Después de almorzar, tengo varios libros de cocina que me pediste- Recordó la pregunta, y está preparado.
-Muy bien y ¿En la noche vamos a beber?- Pregunto al tomar algo de jugo de naranja para bajar la comida.
-Seguro- Afirmo el segundo guardián contento de lograr ver esta fase más tranquila de Kanon y que no siempre este haciendo broma.
-Oye…- Desvió la mirada.
-¿Qué pasa?-
-Gracias pero querer ser mi amigo- Le dijo algo indiferente, para disimular, pero es algo que sin duda le logro conmover bastante.
-De nada- Le sonrió como muestra de amabilidad.
-¿A dónde iremos a comer ese buffet?- Y de nuevo volvió esa actitud más traviesa.
Aldebarán solo rio, pues sin duda se ganó un amigo que es tan ocurrente, y aunque muchos tachen de ser algo molesto y malvado, él se da cuenta que no es así por completo.
---(GéminisXSagitario)---
La suave brisa marítima golpea el rostro del tercer guardián, está esperando a su amigo secreto, quien lo cito en ese lugar.
Pensaría que no lo haría esperar, pero bueno… Estar en esta soledad no es tan malo, al contrario siente algo de paz interior, trayendo a su mente la época que solía nadar con ese alguien especial.
-¡¡¡SAGA!!!- Esa gentil voz, llamo al géminis mayor.
-Aioros…- Giro su cabeza suavemente, para toparse con un Sagitario corriendo con algunas cosas en sus manos.
Sin duda Aioros se ve muy apurado, por cómo va.
-¡¡¡LAMENTO HABERTE HECHO ESPERAR!!!. Dijo esto a unos metros de distancia del peli azul, pero por no fijarse y correr tan apresurado con cosas que se van cayendo, no tardo mucho para tropezar.
La arena lo recibió.
Los ojos Viridian de Saga, se abrieron por la sorpresa, pero rápido fue a ayudarlo.
-Aioros, ¿Por qué corres? Ya vez lo que te paso- Un regaño de por medio a veces no está de más.
-Lo siento- Cerro sus ojos, apenado, porque gracias a ese incidente, lo que lleva en la cesta parece que se arruino.
De inmediato se acordó de este pequeño detalle, y en cuanto se recuperó miro dentro de la canasta.
-Oh no…- Suspiro bastante derrotado y triste por la mala suerte –Lo arruine-
-¿Qué cosa?- Miro al castaño, que ahora sus ojos parecen tan tristes que están a punto de llorar.
-Había preparado algo especial para ti, pero por mi torpeza y venir corriendo, lo eche a perder- Hablo triste, reteniendo las ganas de llorar.
El peli azul se sentó en la arena junto al otro, para tratar de animarlo.
-No pasa nada- Le dedico una gentil sonrisa, no le agrada en lo más mínimo ver de esa forma a Aioros, cuando de los dos él siempre ha sido el que sonríe para iluminar a los demás.
-Quería que fuera algo especial, para darte esto- Saco de entre la cesta y un poco manchado de algo que parece betún, dejo ver un pequeño anillo.
-¿Qué… Es esto?- Hablo algo entre cortado, pues eso parece como un anillo de alianza, un símbolo de una pareja que se prometen algún día casarse.
-En la pregunta… Que te hice… Yo… Te pedí que estemos juntos siempre- Le pone el anillo en el dedo anular, sin el permiso el otro –Así que quiero que ambos lo prometamos en este lugar- Le sonríe tiernamente.
-Pero… ¿Por qué aquí?- Se sonrojó al ver aquel anillo en su dedo.
-Aquí cuando éramos unos adolescentes… Tome tu mano por primera vez y quise confesarte mis sentimientos, pero huiste algo asustado- Rio avergonzado, rascando su cabeza.
Suspiro enternecido por las palabras el centauro torpe.
-Hui… Por qué… No me sentía seguro en ese momento- Bajo la mirada hablando nervioso.
-¿No te sentías seguro?- Lo miro atento.
-En ese momento… Estaba luchando con el mal en mi interior… Eso que me obligó hacer cosas… terribles- Apretó su mandíbula, bajando la mirada, sin duda sintiendo todo el dolor contenido –Por eso te pedí que volviéramos a empezar, olvidando lo que hice, lo que paso, el daño que te provoque- Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
Aioros al ver esa faceta vulnerable de Saga no la dejaría pasar, abrazo al contrario con todo el amor que ha estado guardando, para protegerlo de sus propios temores.
-Ya Saga… No pasa nada- Beso su frente con devoción, acariciando la mejilla del tercer guardián.
-Si pasa… Si paso… Aioros… Perdóname por causar tu muerte, por traicionarte, no quería que me vieras de esa forma aquella noche… Pero… Todo fue mi causa… Te pido…- No pudo continuar hablando, pues sus labios han sido capturados por los del Griego.
Aquel dulce beso un motivo para guardar silencio, no es necesario hablar del crudo pasado, si ahora pueden disfrutar el presente.
-Saga, no sabes cuánto tiempo aguarde por besarte- Sus mejillas se tiñeron de rojo, pero está feliz de tener a Géminis en sus brazos.
-Pero… Lo que te hice, lo que provoque… ¿No te importa?- Esta igual de las mejillas, con los nervios de punta, creyendo que esto no puede ser verdad.
-No, ya es pasado, déjalo allí… Pero sé que aun luchas contra ese dolor, ¿Me dejas ayudarte para que lo superes?- Lo tomo del mentón para atraerlo.
Sonrió nervioso –Si… Te amo Aioros- Se recargó en el pecho del castaño, escuchando el corazón latir tan rápido.
Se sorprendió al escuchar esas palabras, pero duro poco, pues sonrió al tenerlo tan cerca, que lo sujeto más fuerte a su cuerpo.
-Te amo Saga-
No solo el peli azul tiene ese anillo, si no, que en la mano de Aioros existe otro, que ya después pondrían en su dedo anular, ahora solo disfrutar la vista matutina de la playa que es solo para ellos.
---(CáncerXPiscis)---
-Death Mask- Afrodita bastante enojado.
-¿Que tienes Florecita?- Hablo mientras come un poco de la comida que preparó.
-¿Por qué tuvo que ser en el bosque?- Frunció el ceño, y brazos cruzados.
-Pues… Que no dices que te gusta ser especial, ¿Qué más especial es estar comiendo en el bosque?- Sonrió, como si nada.
-No se…- Pensó serio –Tal vez una cena romántica en un restaurante y… Tu diciéndome que te gusto y dándome un beso y…-
Fue callado por los labios algo endulzados del cangrejo, pero no fue algo tierno.
Solo esperó a que estuviera distraído, reclamando por cualquier cosa, para hacerlo.
Qué bueno que no preparo nada con cebolla.
Como están comiendo sentados en suelo sobre una mantita, se acercó al peli celeste, lo sostuvo de la cintura, y de a poco con el beso siendo correspondido, se fue inclinando para recostar a Afrodita.
Nada tranquilo, pero es algo que pueden disfrutar.
La lengua del cangrejo se introduce en la boca del pececito, tocando su figura de a poco, delineándolo con su mano, quedando encima, no lo toca en partes íntimas, pero si lo desea.
Cuando se quedan sin aire, se separan, pero aún siguen en esa posición.
-¿Qué te pareció?- Sonrió tan confiado, pues cree que fue algo agradable para Afrodita.
Si lo fue, pues la cara de satisfacción no se le quita, pero… Debe tener su orgullo bien alto.
Le dio una bofetada.
-Ay mira… Se me resbalo la mano- Aun estando sonrojado, frunció el ceño, dando a entender que el beso y la posición no le gusto.
-Oye, ¡¡¡¿PERO POR QUÉ?!!!- Se tocó la mejilla –Me porto romántico y…-
No termino, pues ahora el peli celeste recostado en el suelo, lo jalo de la camisa, para darle un beso y ahora el ser quien mande.
Puede que no se necesite mucho, ellos están bien, son amigos de antes, y ahora parece que su relación evoluciono.
Si algo más paso después… Se quedara en la imaginación de cada quien.
Y… Bueno… La película… Si la vieron en la noche, pero lo que paso entre ese lapso… Se los dejo a ustedes.
---(Leo y Capricornio)---
-Hola Shura- Saludo bastante animado, sonrió como si nada pasara.
-Así que eras tú- Hablo bastante cortante.
-Sí, soy yo tu amigo secreto y veo que tú el mío… ¿Verdad?- Se cruzó de brazos, mirándolo.
-Si- No es de hablar mucho.
-Entonces… ¿Caminamos un rato o vamos de una vez a Rodorio?- Le pregunto tan quitado de la pena.
-Primero- Bajo la mirada bastante incomodo, pero fue algo que le peguntaron o bueno algo que le pidió su amigo secreto que tiene delante. –Querías que tocara esa canción-
-Oh… No creí que lo harías- Rio bajito –Estaba bromeando- Alzo sus brazos, conteniéndose la risa.
-¿Y por qué las cuerdas?- Preguntó sosteniendo la guitarra.
-Bueno…- Rasco su mejilla –Sé que tu tocas solo para ti y cuando éramos niños, nos cantabas esa canción, pero siempre te ha gustado que sea en tu templo, sé que te da pena, así que no tienes que hacerlo- Sonrió apenado.
-Entonces… Puede que después lo haga- Suspiró aliviado, por no tener que cumplir la petición, pero recordó que aún no tiene respuesta de su pegunta –Aioria…-
-Ja, ja, ja, ¿Qué pasa?- Sonrió, caminando a lado del peliverde.
-¿Me perdonas?- Dijo aquello bastante bajo.
El león dorado abrió sus ojos algo sorprendido, se puso serio y respiró tranquilo –No tengo nada que perdonarte, hiciste lo que debías… Fue difícil y no niego que te odie, pero… Tú también fuiste engañado- Le dio un golpecito en el hombro –Todo bien- Asintió.
Capricornio lo imito, sigue estando serio, pero comprendió que todo está mejor –Gracias-
No serian de mucho de hablar, o más bien uno habla y habla, y el otro solo escucha, pero su amistad que perdieron hace años, la están volviendo a retomar.
De a poco la lograran estabilizar.
---(LibraXAries)---
Shion está esperando bastante entusiasmado la hora para de la comida, término todo lo más temprano posible, en verdad quiere tener todo listo.
Quiere disfrutar este día con su amigo secreto.
Incluso en vez de vestir su túnica patriarca habitual.
Está usando su ropa más casual, así como para recordar aquella época que eran ellos los aprendices… Que eran los que cometían errores.
No ve la hora que llegue, pero debe esperar.
Además que está practicando su respuesta de la pregunta que le dedico, en el día de esa temática.
-Si quiero…- Apretó sus labios, bajando la mirada –Si quiero formar una familia contigo…- Suspiro –Ya lo somos… Sabes… Los dorados de esta generación son nuestros hijos, y sé que tienes un alumno, además de una joven que criaste desde bebe-.
Suspiro, cerró sus ojos, levantándose, comenzó a practicar de nuevo lo que dirá.
-Dohko, quiero formar esa familia contigo, no pienso hacerlo con nadie… En esta vida se nos dio una nueva oportunidad, que… Por mi torpeza no logre decirlo al revivir, pero tenía miedo, tanto a que me rechazaras y…- Suspiro, bajando su rostro y abriendo sus ojos –Me escucho muy tonto-
-Claro que no- La voz de alguien interrumpió su concentración.
Tan absorto estuvo en eso, que ni se doy cuenta en el momento que llego abrió la puerta y se quedó en silencio escuchando esas hermosas palabras.
Se sonrojo por completo, abrió sus cuarzos muy grandes y temblaron sus piernas.
-Dohko… Yo… No…- Bajo su mirada -¿Qué fue lo que escuchaste?-
Camino hacia el patriarca que lucía tan rojo como un tomate y agregado su cabello verde, le da el toque especial.
Dejo la canasta en el suelo, y fue directamente a abrazar a Shion, con una gran ternura y cuidado, sabe cuándo se pone así de nervioso y apenado, desea quedarse al margen, que nadie lo vea.
-Dohko… Olvida lo que dije, no quería… Decirlo así… Quería que fuera especial- Hablo contra el hombro de libra, aunque Aries sea más alto, necesita a Dohko para desahogarse un poco.
-No puedo olvidar tan hermosas palabras de mi borreguito- Le hablo con cuidado, acariciando sus cabellos sedosos –Quiero oírlo otra vez, ¿Puedo?-
-Ahora no…- Seguía tan rojo, no podía ver el rostro de Dohko, se avergonzó a sí mismo.
-Entonces, esperare hasta que quieras hablar, pero respondiste mi pregunta- Levanto el mentón del más alto con cuidado, para que lo mire a los ojos –Aceptaste formar una familia conmigo, sé que ya tenemos a los dorados, a mis niños, son nuestros hijos- Acaricio las sonrojadas mejillas del peliverde –Te amo mucho mi borreguito- Sera directo, no perderá un solo segundo más –Te voy a besar… Si no quieres, detenme ahora-
Podría alejarse, dar un paso para atrás, empujarlo, darle un golpe, pero… No lo hizo.
Dejo que los labios del castaño fueron a los suyos, uniéndose en un gentil beso.
Fue corto, pero bastante satisfactorio, como si los años que han pasado hubieran quedado en el olvido.
Aceptando esta nueva realidad que los rodea.
Al separarse, ambos tienen las mejillas rojas, pero con una enorme sonrisa en sus rostros.
-Te amo Dohko- Las lágrimas casi le salen, por la emoción. –Espere años por ese beso Dohko- Le confeso aquello con timidez.
-Yo también mi borreguito- Lo abrazo de nuevo –Acostúmbrate a escuchar esas palabras toda tu vida, porque jamás volveré a callar mis sentimientos-
-¿Lo tomo como un acepto de vivir esta vida a mi lado?- Shion lo miro con una gran sonrisa.
-Pues, formamos una familia, es de por vida y esta vez aunque ya no podamos vivir por dos siglos, lo haremos el tiempo que sea necesario- Tomo de nuevo las mejillas del peliverde, para fundirse en un suave beso.
Uno que se profundiza en la sala patriarcal.
En la privacidad del lugar podrán hacer lo que deseen.
---(EscorpioXAcuario)---
Temprano por la mañana, de hecho este hubiera sido el primero, pero… Vamos por orden zodiacal así que… Disfruten.
Aunque sabe que tiene que ser el primero en versé, quien sabe que ocurrirá con su vida, pero está bien.
Su rostro está bastante sonrojado, pero trata de disimular.
No le molesta levantarse temprano, usualmente lo hace a esa hora, pero espera hasta que falte poco para las siete y bajar.
Milo está esperándolo al pie de los templos, con una sonrisa, su ropa casual y una pancarta hecha por el mismo con la leyenda que dice:
“Me amas, yo te amo, vamos a intentarlo ¿Quieres?”
Camus se sorprendió con aquello, esperaba algo más llamativo, pero algo como una pancarta con una pregunta, es algo que nunca se imaginó.
-Milo… Esto…- No sabía que decir, tartamudeo un poco, acercándose al Escorpión.
-Tú preguntaste si quiera intentarlo, y yo pregunte si nos amamos- Sonrió y volvió a extender la pancarta alto, casi cubriéndole la cara. –Así que… Solo respóndeme de una manera que no sea con palabras-
-Pero… ¿Cómo quieres que haga eso?- No entendía que hacer, pero debía ser creativo como el peli cerúleo lo es.
Respiro un poco, usualmente el que llena el silencio es Milo.
Se le ocurrió algo, ya que tiene la posibilidad de hablar, pero… Se supone que no debía demostrarlo con palabras, así que decidió de esa manera.
Hasta que pensó que la única forma posible seria…
Frunció el ceño, tomo la pancarta la movió a un lado para poder tener al escorpión delante y…
A veces solo se necesita ser espontáneo y atreverse.
Aunque aquella pregunta quedo en medio, Camus tomo así mejillas del Escorpión, y lo beso con cuidado, cerro sus ojos para disfrutar del caliente tacto del otro.
Y Milo se quedó tan embobado del dulce sabor de esos labios, que se dejó llevar, y no sabía si abrazarlo o tirar la pancarta y hacerlo o cómo reaccionar.
Acuario determino que el beso seria cortito, pero delicioso.
Al alejarse, bajo la mirada, tocando sus labios apenado.
Y ahora si hablara.
-Camus…- Quiso hablar pero fue silenciado por el dedo del otro.
-Tengo aún más que decir- Sus ojos parecían cristalizare, pero suspiro para calmarse de inmediato –Milo… Puede que aun tenga mucho que resolver, y demasiado que perdonarme, no estoy seguro si algún día… Yo… Podre superar todo lo que ha pasado y te he hecho, pero…- Callo por un instante, bajando la mirada.
Desde luego el peli cerúleo como desea abrazar al mago de hielo y agua, pero debía calmar sus impulsos, dejar hablar a su compañero, para luego aplacar su dolor con dulces palabras, caricias y llenarlo de besos, y amor sincero.
-Milo creo que con tu apoyo… Tu amor… Aprenderé a amarme más… A perdonarme- Suspiro, y abrazo al Escorpión –Así que por favor… Tenme paciencia es lo único que te pido, porque te quiero… Te amo y es extraño aun para mí luchar con estos sentimientos-
Por fin pudo escuchar esas palabras que siempre soñó, de aquellos labios fríos que tanto ama, lo abrazo con mayor fuerza, rodeo el frágil cuerpo de Acuario, sonriendo.
-Estamos ahora juntos… Camus, sé que soy muy torpe a veces, imprudente y no sé cuándo ser por completó serio, sin embargo, prometo no dejarte solo, lucharemos contra todo lo que te haga temer o dudar, estaré contigo hasta que mi corazón deje de latir- Levanto el mentón del peliaguamarino, para mirar aquellos brillantes ojos violetas –Así que por este día, solo hoy no temas más mi amor, mañana nos ocuparemos de ese día y al día siguiente y el siguiente- Beso su frente con cuidado.
-Te amo- Le dedico una dulce sonrisa antes de darle un beso más apasionado.
Apenas está amaneciendo los primeros rayos del sol bañan a ambos jóvenes, unidos por ese beso una pequeña muestra de todos los que tendrán en sus vidas.
-Creo que hemos hecho un buen trabajo-
-Así es-
-Mi maestro está muy feliz, aunque ahora veré a Milo más seguido-
-Todo fue gracias a ustedes-
-No hay de que Saori-
-Los cosmos de mis caballeros están llenos de amor, y calma- Sonrió la joven –Espero que en esta vida puedan estar tranquilos, ya los hice padecer mucho por mi culpa-
-No te preocupes, ya no tenemos por el momento algún enemigo peligroso-
-Todos estaremos bien-
-Gracias-
-Oigan ¿Alguien vio a Shiryu?-
-Creo que fue a cinco picos para pasar el día allá-
Una risita se escuchó del castaño –Creo que alguien también tomara esta iniciativa para este día-
Con esa pequeña conversación entre los cómplices de la Diosa y ella misma, es como llegamos al hermoso día del amor y la amistad, el catorce de febrero.
Donde nuestros caballeros dorados han logrado encontrar el valor para confesar su amor, perdonar los pecados del ayer, y querer salir adelante, ahora de la mano de su ser amado o de un buen amigo.
Así es como la idea de los jóvenes de bronce apoyando a la Diosa, logro traer el amor al santuario en este día tan hermoso.
Una fecha que conmemora a los corazones sinceros y el amor puro.
La amistad verdadera, algo que si buscas la puedes encontrar en donde menos la esperas.
Todos tenemos derecho a tener un día hermoso de San Valentín, independientemente de si es con pareja, amigos, familia o en soledad.
El amor es algo que todos debemos tener, pero no solo exteriorizarlo a los demás, si no también amarte a ti mismo.
Con esas últimas palabras me despido, pues pudimos disfrutar cada día con las reacciones y ocurrencia de los dorados.
Espero que lo disfrutarán, y tengan un hermoso día de San Valentín.
Pues sin duda todos en el santuario lo tendrán, incluso puede que tengan un final feliz esta noche, si saben a lo que me refiero.